sábado, 19 de diciembre de 2020

Prestaciones sociales y sistema sanitario

El sistema sanitario por su amplitud conceptual, puede ser impreciso definirlo en un trabajo como este, que no pretende objetivos de exhaustividad, sino dar una visión general de la sociedad española de los últimos cuarenta años, resaltando sus bondades muchas veces olvidadas o desconocidas, procediendo a mostrar datos de estudios internacionales realizados por instituciones o empresas reputadas internacionalmente, y comparaciones internas, con nuestro pasado reciente, basadas igualmente en estudios e informes de intelectuales e instituciones de alta reputación nacional. En consecuencia, a continuación, se vuelcan algunos datos sobre aspectos relacionados con las prestaciones y ayudas sociales, sistema sanitario, …

Francisco Comín en ‘Evolución histórica del gasto público’, publicado en 1988 en Papeles de Economía Española núm. 37, Funcas, recoge datos del pasado franquista hasta comienzos de la democracia. Por ejemplo, elabora un cuadro sobre los gastos del estado, ‘Relación de los gastos de las Administraciones Públicas con la Renta Nacional’, recoge el porcentaje del 1.4% sobre la Renta Nacional dedicado por la Administración Pública franquista en 1958 a las prestaciones sociales. Entonces los gastos del estado eran pobres respecto al conjunto de la Renta Nacional, y fundamentalmente realizados por la Administración central. Esos gastos de prestaciones sociales se multiplican por 10 en democracia, pasan a ser 14.6% dedicado por las AAPP en 1986. La democracia se organiza y dimensiona el estado para satisfacer necesidades generales de todos, muestra mayor atención hacia los más necesitados. 

El Sr. Comín, en el artículo citado, menciona a Vito Tanzi, autor que publicó ‘Tendencias generales del gasto público en los países industriales’, en el mismo número de Papeles de Economía Española. Tanzi facilita datos sobre el Gasto Social, una parte del gasto público del estado, de países de la OCDE para el período 1960-1985, son países europeos, más EEUU, Japón, Australia y Nueva Zelanda. De esos datos de la OCDE, vemos que el Gasto social en España en 1960 fue de un 9.7% respecto al PIB; Alemania y Austria por encima del 17%, Finlandia 14.9, Francia 14.4, Italia 13.7, Reino Unido 12.4, Países Bajos 12.8, Nueva Zelanda 12.7, Canadá 11.2, Noruega 11, … 

Todos los países mencionados habían salido de la II Guerra Mundial en 1945, cinco años después de finalizada la Guerra española, por lo que no es excusa válida la Guerra Civil, utilizada a menudo por los franquistas para justificar el atraso. En los países citados hubo una tendencia a mayores gastos sociales, consecuencia del objetivo político democrático creador de estados de bienestar, -socialdemócratas, o corporativos, ahora es secundaria esta conceptualización- mientras, en España seguíamos tras veinte años en una dictadura de descerebrados y sanguinarios acumuladores de capital. En 1959 comenzó otra etapa, dictatorial también, pero emprende un giro radical a la senda económica fascistoide. 

El gasto público, el gasto del Estado, es un indicativo del peso del estado en el conjunto de la economía del país, también lo es del papel del estado en la redistribución de rentas y reducción de desigualdades. Habitualmente menos estado ha significado menor atención a las necesidades de la totalidad de la población. El estado en el mundo moderno se configuró como institución que pretendiera atender a la totalidad de los nacionales, de ahí que alto gasto estatal, o gasto público, en relación al PIB sea un cierto indicativo de sus intenciones y modernidad. Si además del gasto público, su componente de gasto social es elevado, marcará una senda en la dirección de estado de bienestar, o preocupación por satisfacer necesidades sociales como, pensiones, seguridad social, sanidad, educación, prestaciones sociales, elementos de una ciudadanía en igualdad, libertad y fraternidad. 

El Gasto público total, en porcentaje del PIB en España, fue de 19.8% en 1960, de 22.1% en 1970, de 25.0% en 1975, y de 42.1% en 1987. Mientras tanto en la CEE-9 en 1960 fue de 32.3%, en 1970 era de 39.2%, en 1975 fue de 44.5% y en 1987 fue de 48.7%. Su peso relativo, en relación con los 9 países de la Comunidad Económica Europea de entonces, pueden verlo en el cuadro, de representar poco más de la mitad en los años sesenta y setenta se fue aproximando a los europeos acortando distancias en los ochenta, pasando a representar más de tres cuartos de sus cifras. Los datos proceden del trabajo de Julio Alcaide Inchausti, 'El gasto público en la democracia española. Los hechos'. Papeles Economía Española 37/1988. 

Del trabajo citado anteriormente, Alcaide presenta el crecimiento de los cinco grandes grupos que componen el gasto público, entre 1970 y 1987, siendo el de menor importancia el incremento experimentado en Bienes Públicos, son servicios generales y defensa, incorporan un 9.2% del aumento relativo en el período; los Bienes Preferentes, son educación, sanidad y vivienda, incorporan un 17.9% del incremento total; los Servicios Económicos incorporan un 23.5%, son inversiones, subvenciones y transferencias, a empresas y familias, a iglesia y colegios privados; y las Prestaciones Sociales, pensiones, desempleo, ayuda familiar, son las de mayor importancia incorporando un incremento del 30.6%. Además, están los Intereses de la Deuda pública que representaron un 18.9% del incremento. En su conjunto, el gasto público entre 1975, muerte del dictador, y 1987, creció un 687% en relación al PIB. 

Seguimos con el trabajo de Julio Alcaide, con cifras tomadas de instituciones oficiales, Banco de España, Contabilidad Nacional, Instituto de Estudios Fiscales, INE, facilita el gasto de las Administraciones Públicas para diferentes años entre 1960 y 1987, a destacar aquí los gastos en Prestaciones sociales, - ayuda familiar, desempleo y pensiones, esta última la rúbrica de mayor cuantía-. En el año 1960 el gasto en Prestaciones sociales fue de 30.5 mil millones de pesetas, (cifras en Miles de millones de pesetas corrientes). En 1975 era de 558.2 mil millones de pesetas y en 1987 fueron 5.178.4 miles de millones de pesetas, un gasto casi 10 veces mayor que a la muerte de Franco. Sobre pensiones volveremos más adelante.

PD. De 'Calidad de la democracia española' (2)

martes, 8 de diciembre de 2020

Transición y democracia, resultado colectivo. Y las mujeres

‘Areilza uno de los artífices de la transición…’
‘A la derecha franquista le costó coger el tono democrático, pero finalmente lo consiguió, aunque tiene muchos resabios franquistas que muchas veces la equiparan con la extrema derecha europea.’
C’ de España, página 299. 

Posteriormente volveré sobre la transición y democracia, ahora conviene apuntar unas ideas. La Transición, es un gran acontecimiento político social, económico e institucional, por tanto, colectivo. La historia de un país no es un añadido de personajes individuales, los grandes acontecimientos sociales no pueden encontrar explicación en la postura individual de algunas personas, por muy conocidas y renombradas que fueran. La transición, fue un período convulso, una parte consistió en arrinconar el franquismo y otra a construir la democracia, en esos acontecimientos lucharon, con visiones diferentes en cuanto a qué construir, múltiples grupos de fuerzas económicas, sociales, políticas, patronales, sindicatos, religiosas, militares, intelectuales, partidos políticos, medios de comunicación, asociaciones vecinales, estudiantes, obreros… no todos los españoles estaban a favor de romper lo viejo y caminar hacia algo nuevo, hubo muchísimas personas indiferentes ante lo que acontecía, y otros que se opusieron abiertamente a todo tipo de cambios.

Cientos de miles de personas participaron empujando en múltiples direcciones y distintos objetivos, enfrentados o contrapuestos en muchas ocasiones, incluso dentro de los mismos grupos o partidos que cambiaban de estrategia de un mes a otro, con distinta intensidad y fuerzas fueron modificando por momentos su capacidad de influencia y representación en el conjunto de intereses y objetivos de aquellos tiempos. Al final de la Transición se va consolidando una cierta estabilidad social en dirección a un modelo de referencia, una sociedad democrática de tipo europeo, en la que confluyen mayorías representativas de fuerzas, tanto internas, españolas, como externas, internacionales, que presionaban apoyando y financiando posturas y objetivos políticos y económicos.

Los artífices de la democracia en España, fueron amplios sectores, decenas o centenares de miles de españoles que se significaron en luchas contra el modelo de sociedad que significaba el franquismo. Franco murió en la cama, pero el franquismo como modelo de continuidad, suavizado, como propuesta de nueva sociedad por muchos, fue derrotado en la Transición. Los individuos supuestamente influyentes, esos personajes renombrados por la prensa, conocidos por sus agendas, por ocupar puestos de poder institucional, o aquellos que elaboraron proyectos estratégicos, tuvieron un pequeño papel, nunca fueron los constructores de la democracia que se fue construyendo, en todo caso participaron como otros miles en el resultado de la transición. No debemos perder de vista que su influencia fue diluida en el conjunto de luchas sostenidas en el tiempo, además, su influencia fue cambiante, vacilante, de unos objetivos a otros, de un mes a otro, de un grupo a otro. Los enormes cambios producidos en la España democrática hubieran sido impensables sin la participación, en muy distintos grados, de millones de personas, grandes colectivos de obreros, empleados, estudiantes, vecinos, intelectuales, profesionales… Y las mujeres.

La lucha de las mujeres en el tardo franquismo y transición vierte sus logros desde el tardo franquismo, siendo completamente visibles en la democracia, de los que nada, o muy poco, tiene que ver el Sr. Areilza. Durante el tardo franquismo y la transición en los grupos de izquierda radical, y en la izquierda en general, las mujeres militantes llevaban una doble lucha de clases y de género, formando en ocasiones sus propias organizaciones. Su lucha fue muy fuerte dentro de los partidos contra el machismo en las izquierdas y por su igualdad, aquellas mujeres transmitían a la sociedad su empuje y su ruptura radical con épocas anteriores, franquismo o siglo XIX. En el franquismo, entre otras muchas cosas, las mujeres no estudiaban, no podían abrir cuentas corrientes, ni firmar contratos, ni abrir empresas… necesitaban autorización de los maridos para hacer muchas cosas. En el franquismo no era habitual ver mujeres solas por los bares, cafeterías, restaurantes, cines, conciertos, exposiciones, conferencias… no veías pasear grupos de mujeres por los pueblos y ciudades pequeñas. 

domingo, 6 de diciembre de 2020

CALIDAD DEMOCRACIA ESPAÑOLA (I). COMPARADA

 




Nuestra democracia es comparable a cualquier otra. Y mejor que la mayoría

Estamos perdiendo nuestra democracia. A cambio de nada que la mejore. No es una sociedad perfecta, eso no existe, la sociedad democrática no asegura la inexistencia de dificultades, es un sistema que permite, mejor que otros, debatir problemas, buscar y encontrar soluciones que satisfagan a amplias mayorías, también permite modificar rumbo y organización. La democracia española tiene muchos defectos, pero antes de seguir adelante con el derribo del edificio deberíamos plantearnos si tenemos garantías de sustituirlo por algo mejor que solucione nuestros problemas, o solo contamos con pocas ideas sobre paraísos perdidos, deberíamos preguntarnos si tenemos ungüentos mágicos o religiosos que aseguren el puerto al que llegar.

Podríamos intentar arreglar los desperfectos, para lo cual, previamente, deberíamos reconocer que la sociedad en que vivimos merece la pena, comparándola con otras. Reformar, corregir, precisa objetivos precisos basados en analizar lo concreto, dejando en segundo plano las referencias a paraísos y cielos. El reto es parar la caída libre en que estamos instalados los últimos tres lustros y conseguir mejorar lo anterior. En los últimos cuarenta años los españoles hemos vivido el período más largo de nuestra historia con mayor libertad, igualdad, fraternidad o solidaridad y justicia, como irán comprobando en este trabajo que pondrá análisis, hechos y datos, en relación con nuestra historia pasada y con el resto del mundo, en definitiva, compararnos con los otros 200 países y con nosotros mismos.

Los artífices de la democracia, fueron centenares de miles de españoles que se significaron en luchas contra el modelo de sociedad que significaba el franquismo. Franco murió en la cama, pero el franquismo modelo de continuidad, suavizado, como propuesta de nueva sociedad por algunos, fue derrotado en la Transición. Los individuos supuestamente influyentes, esos personajes renombrados por la prensa, conocidos por sus agendas o por ocupar puestos de poder institucional, o aquellos que elaboraron proyectos estratégicos escritos, tuvieron un papel, sin duda, pero nunca fueron los constructores de la democracia, en todo caso participaron como otros miles en el resultado de la transición, no debemos perder de vista que su influencia fue diluida en el conjunto de luchas sostenidas en el tiempo, su autoridad fue cambiante, de unos a otros, de un mes a otro. Los enormes cambios producidos en la España democrática hubieran sido impensables sin la participación de millones de personas, colectivos de obreros, empleados, estudiantes, vecinos, intelectuales, profesionales… Y las mujeres. 

PD: Puede descargar, -pinchando arriba en imagen o texto- esta parte I del trabajo, son tan solo 60 páginas, con profusión de gráficos y datos, y texto por supuesto.

sábado, 5 de diciembre de 2020

Enseñanza. Mujeres: Franquismo y democracia (7)


El cuadro aquí publicado, refleja para el curso 1969-70, datos que ofrecen un crecimiento del alumnado total de enseñanzas medias hasta la cifra de 1.394.423 personas, de las cuales las chicas suman 619.792, habiendo aumentado su representación hasta significar un 44%. Estamos en la etapa final del franquismo, años en los que el Banco Mundial presiona a España para mejorar su deplorable educación facilitando ayudas para ello. 

Si relacionamos las cifras de escolares con la población total a través de las tasas de escolarización, tendríamos, para alumnos de enseñanza media, sobre la totalidad de los jóvenes en 1940, la tasa de escolarización fue de un 4,2%, en 1950 fue de un 7%, y en 1960 de un 13%. En cuanto a la discriminación sexista, los alumnos de bachiller serán aproximadamente 2/3 de hombres, por un tercio de mujeres, en las décadas de 1940, 1950 y 1960. (Datos tomados fundamentalmente de: ‘El proceso de universalización de la enseñanza secundaria en España en la segunda mitad del siglo XX: Una aproximación estadística’. Alejandro Tiana Ferrer. UNED. Bordón 65-4. 2013) 

Comparemos la cruz de la moneda franquista, con la cara de la democracia. 


En la España democrática, las jóvenes inundan las universidades en número superior, ligeramente, al de los chicos. Entrar en la universidad implica un período, desde el nacimiento, de unos 20 años, con escolarización previa en infantil, primaria, secundaria o bachillerato, son las nacidas en los ’70 y posteriores las que tendrán oportunidad de entrar en universidades. En datos actuales del INE, las pruebas de acceso a la universidad del año 2017, aprobaron más chicas que chicos. En el curso 2016/17 más de la mitad del alumnado universitario de 1º y 2º ciclo, y grado, fueron mujeres, lo cual ha sido norma en los últimos lustros. En el cuadro ‘Tesis doctorales aprobadas…’ desde 2010 a 2017, vemos resultados finales de tesis doctorales aprobadas en porcentaje similar de hombres/mujeres. 





jueves, 3 de diciembre de 2020

Enseñanza. Mujeres: Franquismo y democracia. (6)

Mujeres. Enseñanza: Franquismo y democracia 

La calidad de una democracia, de cualquier sociedad, requiere estudiar el peso que tienen las mujeres en la misma. De esta manera resulta penoso tener que recordar de dónde venimos y donde estamos, en cuanto a la enseñanza universalizada a toda la población en la democracia y destacando fundamentalmente la incorporación de la mujer en todos los niveles educativos, particularmente el universitario, que actúa como conclusión de los pasos por los anteriores niveles. Un océano hubo que atravesar entre una época y otra hasta llegar a los enormes logros de la democracia en este terreno, conquistados por el conjunto de la sociedad española, son visibles en todos los aspectos de la vida habiendo aumentado extraordinariamente el número de mujeres hasta igualar, aproximadamente, el número de hombres en las calles, trabajos, deportes, cultura, política… 


En todo caso, para no olvidar, facilitamos un breve repaso a la cuestión del tránsito de franquismo a democracia. En primer lugar, tomando cuadros del trabajo ‘Análisis del sistema educativo español desde su vertiente social y de género (1939-1951)’, de Natividad Araque Hontangas, profesora del Departamento de Teoría e Historia de la Educación, Universidad Complutense de Madrid. 

El primer cuadro aquí publicado, núm. 7 muestra cifras del profesorado en los Institutos de Enseñanza Media, profesores y profesoras en España, al inicio y al final de los años cuarenta. El peso de las profesoras no llega al 17% sobre el total del profesorado en 1940/41 llegando a ser un 28,5% en el curso 49/50. Para mejor comprender las cifras, consideren que la población total de España en 1940, según el INE, era de 26.251.188 españoles: 12.678.601 varones y 13.572.587 mujeres. 


Los siguientes cuadros reflejan el peso de las mujeres en los estudios de bachillerato, -enseñanzas medias- al inicio de los años cuarenta, en España, representan un 36% sobre el total, estudiaban bachillerato la mitad de chicas que de chicos. Al final de la década las chicas representan el 35% de la totalidad de estudiantes de bachillerato mientras los chicos representan un 65% del total, prácticamente sin cambios desde 1940, los chicos ocupan dos tercios de los estudios de bachillerato por un tercio de las chicas. 




En el siguiente cuadro vemos cifras, también sobre enseñanzas medias de los años cuarenta coincidentes con las anteriores, pero facilita las de años cincuenta y final de los sesenta, que nos permiten ver la evolución durante treinta años. Proceden de ‘Treinta años de Enseñanza Media (1938-1968)’, de Manuel Utande; Director de la Oficina del Banco Mundial. Proyecto de Educación (Madrid). Los resultados, dicen que, en la enseñanza media, en el curso 1940-41 las alumnas fueron 56.648, representando un 36% de alumnado total. En el curso 1954-55, el alumnado total pasa a ser de 299.511, siendo los chicos 190.812 y las chicas 108.699, que representan un 36%, porcentaje similar al del inicio de los años cuarenta. En 1968 llega Villar Palasí al Ministerio de Educación y comienza al mismo tiempo el II Plan de Desarrollo (1968-71), que contempla nuevas necesidades de construcciones escolares. El Libro Blanco, sobre la educación, importante informe publicado en 1969, precisaba que en el curso 1966-1967 quedaron totalmente sin escolarizar 560.930 niños, un 12.2% de la población en edad de escolarización obligatoria. Al margen de ese dato quedan los mal escolarizados, o las clases con 50/60 alumnos, etc.