sábado, 26 de septiembre de 2020

Persecución a los judíos. La historia como arma del presente

 "Uno de los crímenes más grandes contra el pueblo judío tuvo lugar en 1492, cuando los llamados Reyes Católicos ordenaron la expulsión general de los judíos de Sefarad. Este primer episodio del antisemitismo de Estado que Adolf Hitler admiró y trató de superar es la piedra angular del trágico historial español de intolerancia. Hoy, esa intolerancia adopta la forma de desprecio a los derechos de la minoría catalana"

Clara Ponsatí i Obiols, Su 1ª intervención en la Eurocámara, febrero 2020.

 

Respuesta a la independentista Clara Ponsatí de JxC, artículo de Xavier Vidal Folch, ‘Catalanes y judíos’: https://elpais.com/elpais/2020/02/17/opinion/1581953607_265001.html

“La prosperidad relativa, los centros culturales, en fin, la vida en los calls [barrios judíos] se acabó en 1391” al ser “destruidas o al menos arruinadas todas las comunidades judías catalanas”, ya que amén de los “robos y destrucciones” de un alzamiento popular contra ellas (tachadas desde mitad de siglo de provocar las pestes negras), “la política real acabó de completar la acción del pueblo con la confiscación de edificios, objetos de culto, libros y bienes de los difuntos; todo fue al tesoro del monarca y se repartió entre su gente”, recopila Carme Batlle en la magna Història de Catalunya dirigida por el incontestable Pierre Vilar (volumen 3, Edicions 62, 1988).

‘La política real catalana practicó pues el antisemitismo de Estado un siglo antes que los Reyes Católicos: bajo Joan I, un conde-rey catalanísimo, el penúltimo del casal de Barcelona que reinó en todo Aragón. Pero, ojo, asimismo la ulterior y definitiva expulsión de 1492 fue codecidida por el rey propio de los catalanes (y aragoneses y.…), Fernando el Católico. Subrayen: 1492. Dos siglos antes que 1714, fecha que el nacionalismo catalán considera terminal para la soberanía y el existir de Cataluña. Así, el horrendo crimen de 1492 no es exclusivo de Castilla. Nuestros ancestros catalanes, los de Ponsatí y los míos, lo cometieron también.’ Xavier Vidal Folch, ‘Catalanes y judíos’

https://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/01/150130_expulsion_judios_europa_az_gch

Una vez más, la pretendida modernidad progresista catalana choca contra la realidad que su carcunda independentista, y aliados, pretenden fabricar a su imagen y semejanza. En este caso sobre la expulsión de los judíos en distintos países de Europa, escribía la BBC en enero de 2015:

·         Inglaterra y Gales:  Los judíos fueron expulsados de Inglaterra por Eduardo I en 1290. Una vez en el exilio, las posesiones de los judíos pasaron a manos de la corona, que estaba pasando dificultades económicas. Inglaterra se convirtió así en el primer país en expulsar a los judíos. Su presencia estuvo prohibida durante 366 años.

·         Francia: En 1306, el rey de Francia, Felipe IV, pasaba también por problemas financieros, así que planeó la expulsión de los judíos para confiscar y vender sus propiedades. Unos 100.000 judíos fueron arrestados el 22 de julio de 1306 y sentenciados al exilio, obligados a dejar el país con la ropa que llevaban y una pequeña suma de dinero. El heredero de Felipe IV, el rey Luis X, derogó en 1315 el decreto de su padre. Sin embargo, sucesivos retornos y expulsiones terminaron nuevamente con la expulsión en 1394.

·         España: En el siglo XV, Isabel de Castilla y Fernando de Aragón querían que sus reinos fueran enteramente católicos. Por ello, emitieron en 1492 el edicto de expulsión en el que ordenaban a judíos –y musulmanes– convertirse al catolicismo o dejar el país. En total, unos 100.000 judíos dejaron los territorios españoles a lo largo del siglo XV. La mayoría se asentó en la potencia económica de la época, el Imperio Otomano. España considera en la actualidad una oferta similar a la de Portugal de ofrecer la ciudadanía a los descendientes de los expulsados.

·         Portugal: Cuatro años después de que los judíos fueran expulsados por los Reyes Católicos, Portugal hizo lo mismo. El 5 de diciembre de 1496, bajo la presión de la reciente unificación de las coronas españolas, el rey Manuel I decretó la misma conversión o expulsión. No todos salieron inmediatamente y en 1506 dos millares de judíos fueron masacrados en Lisboa. La mayoría de los judíos de la península ibérica se asentaron en lo que era el Imperio Otomano, así numerosas comunidades judías de Turquía todavía hablan ladino o judeoespañol.

·         Alemania: En 1012, el emperador Enrique II expulsó a los judíos de la ciudad de Mainz. Durante la Primera Cruzada, a finales del siglo XI, los judíos fueron perseguidos y asesinados en muchas ciudades alemanas. Con la peste bubónica (1346-1353), se expandieron los rumores de que los judíos envenenaban los pozos de agua y muchos tuvieron que huir a Polonia. En 1510, Brandemburgo expulsó a los judíos y en 1593 Bavaria hizo lo mismo. Frankfurt se sumó en 1614.

·         Italia: Después de la expulsión de los judíos por los Reyes Católicos en 1492, siguieron los territorios en Italia que estaban bajo su soberanía. Los judíos primero dejaron Sicilia, luego Calabria en 1524 y más tarde en Nápoles en 1540. En 1569, el papa Pio V ordenó que todos los judíos abandonaran los territorios papales. El rey Felipe II los expulsó de Milán en la primavera de 1597.

·         Lituania: Un decreto del rey Alejandro en abril de 1495 ordenó a todos los judíos que abandonaran el país. La mayoría se trasladó a localidades cercanas, al otro lado de la frontera polaca, y regresaron cuando la decisión fue derogada poco después. Se desconocen las causas de la inesperada expulsión, pero la hipótesis más probable es que tuviera algo que ver con la necesidad de confiscar sus riquezas para nutrir las arcas reales.

·         Hungría: En plena plaga de peste negra, los judíos fueron expulsados del país en el siglo XIV. Aunque fueron inmediatamente readmitidos, volvieron a sufrir persecuciones y otra vez expulsados por el rey Luis el Grande de Anjou en 1360, tras fracasar en sus intentos de convertirlos. Aunque los judíos pudieron regresar poco después, volvieron a ser expulsados de ciudades concretas tanto de Hungría como de Austria a lo largo de los siglos.

 

Si recurrimos a Wikipedia encontramos que los judíos fueron expulsados en la Antigua Roma por Claudio en el año 50, por el Rey Visigodo Sisebuto en el 616, en Francia fueron expulsados en 1182 por Felipe Augusto, y en otras diversas ocasiones en los años 1306, 1321, 1394, en Austria, Viena, en 1421, en Parma y Milan 1488 y 1490, Florencia 1494…

 

La denuncia de Clara Ponsatí, en nombre de los independentistas catalanes, es una fake news, otra más, una afirmación falsa -diría Félix Ovejero-, apoyándose en un dato correcto falsea profundamente la realidad, al ocultar el resto de informaciones que permitirían una interpretación más acertada de la historia. A partir de ahí, fabrica un relato de lo español aliñado con ideología antiespañola. Lo hace para cargar de razones su ideario político, denigrar la democracia española para impulsar su lucha por la autodeterminación al presentarla como lucha entre buenos y malos. Pero, los Reyes Católicos no fueron los primeros que expulsaron a los judíos, hubo pogromos en Cataluña cien años antes, ítem más, la acción de expulsión de los Reyes Católicos estuvo codirigida por el rey de los catalanes, Fernando, rey de la Corona de Aragón, por tanto, también de Cataluña.

 

La contradenuncia es pertinente porque en el movimiento independentista, entre sus apoyos y simpatizantes, en decenas de miles de activistas, quedará grabada como cierta la denuncia de la Sra. Ponsatí, habrá cumplido su función de adoctrinamiento, introduciendo otra idea para asentar el encabronamiento contra los españoles intolerantes. Será dificilísimo que se pueda abrir una brecha a otra verdad a medio plazo, dado que, cuando un individuo toma postura por una ideología, por un equipo de futbol, o una opción política, cierra sus puertas de conocimiento a todo lo ajeno al camino elegido, deja de escuchar o leer todo aquello que contradice su certeza, la seguridad obtenida en la tribu es su germen de vida.

 

Estos ejemplos anteriores, instalación y formación de los pueblos primitivos en la Península, expulsión de los judíos, conquistas en el Mediterráneo, y los ejemplos posteriores, las luchas de 1714, las guerras carlistas, la dictadura de Primo de Rivera, los fascismos europeos, el Franquismo, la democracia… pretenden mostrar otros enfoques posibles a la idea de pretendida modernidad o mayor progresismo de lo catalán respecto de lo español, la historia muestra que las opciones que tomaron las élites catalanas en los ejemplos citados fueron las más retrógradas, carcas y carpetovetónicas posibles, como veremos extensamente en este trabajo más adelante. El mito que lleva a considerar ‘Varios tramos por delante de la derecha española estarían las derechas nacionalistas de Cataluña y el País Vasco en su homologación con las democracias europeas más avanzadas’, es un mito que no refrenden los hechos históricos, sea considerada las derechas, concepto moderno, o sea considerando los pueblos catalán y español, como pretende el independentismo y otros sectores que los apoyan.

jueves, 24 de septiembre de 2020

Iglesia y religión en España. Ya no son lo que eran. (4)

En Europa tras la Ilustración, también en España, comienza otra etapa que acelera la separación de los poderes religiosos de los políticos civiles, la vida en las sociedades aumenta la secularizando, situación que con diversos grados, avances y retrocesos se produce hasta hoy en los diversos países europeos, incluidos los del Este en donde han renacido con fuerza las iglesias. Tradicionalmente la religión, cualquier religión, ha tratado de imponerse al conjunto de la sociedad y dominar las estructuras del Estado, en Europa, al menos desde el imperio romano cuando asume como religión de estado el cristianismo. El ejemplo citado de las luchas contra los judíos extendidas por toda Europa, puede derivar la mirada al actual Israel, en el que la religión judía, la rama ultraortodoxa actualmente domina amplios sectores sociales, condiciona parte de la vida civil y militar con sus costumbres y acciones y pretende dominar la totalidad del Estado y sus instrumentos de poder y gobierno.

En relación con el declive clerical de España, Thomas Pikkety escribe en ‘Capital e ideología’, Ediciones Deusto, 2019:

‘’Por el contrario, el declive clerical en España fue mucho más tardío que en el Reino Unido y en Francia. La institución eclesiástica sobre la que se apoyó tanto la monarquía como la clase nobiliaria durante los siglos de la Reconquista, vio incluso como sus efectivos aumentaban entre 1590 y 1700; eran todavía superiores al 3% de la población adulta masculina en el momento de la revolución francesa, y no sería hasta el siglo XIX y comienzos del XX cuando el peso demográfico del clero y sus propiedades comenzarían a derrumbarse. A lo largo del siglo XIX, numerosas leyes sobre la desamortización desposeyeron paulatinamente a la Iglesia de una parte de sus tierras y de sus bienes financieros, con ventas forzadas de casas y dominios eclesiásticos en beneficio del Estado, en un contexto en el que España trataba de modernizarse y de reforzar sus instituciones civiles y públicas. El proceso continuó a comienzos el siglo XX, no sin suscitar una violenta oposición y fuertes tensiones sociales y políticas. En 1911 y en 1932 se pusieron en cuestión las exenciones fiscales de las que se beneficiaban las donaciones privadas a las instituciones religiosas…’’

Lo destacable del párrafo de Pikkety es, confirmar que el declive clerical de España se produjo. Lo cual indica que, en un tiempo la Iglesia tuvo mayor poder y perdió gran parte en otro momento. También destaca que se produjo más tarde que en Inglaterra y Francia, pero se produjo. Aquí en España, sitúa el siglo XIX y comienzos del XX como momentos clave durante los que fue perdiendo, tras la ilustración española y en tiempos de la revolución liberal. A los efectos que estamos discutiendo en este trabajo, se puede refrendar que hay períodos de auge y declive del poder de la iglesia en España y dentro del declive genérico del XIX y principios del XX, se producen etapas de retroceso, o de nuevo resurgir del poder religioso, como ocurrió durante el franquismo, para volver a iniciar otro declive del poder de la Iglesia, y más importante, del sentimiento religioso en la sociedad, en los años setenta y posteriores en los que se ha profundizado la etapa democrática. 

Las historias concretas del declive clerical en cada país europeo toman caminos diferentes con velocidades distintas, la evolución no siguió una línea única en todas partes, pudo seguir múltiples trayectorias, pero hoy los caminos entre los europeos parecen confluir hacia una realidad no muy diferenciada. En toda Europa Occidental se está produciendo un proceso de secularización generalizado cuyo comienzo de esta fase puede situarse a finales de los años 60, acelerando la secularización en el cambio de siglo. Con datos de 2017 el Pew Research Center realiza un estudio llamado, ‘Ser cristiano en Europa Occidental’, del que mostramos unos datos, siendo los de los españoles similares a los del resto de europeos occidentales: Aunque un 91% de los encuestados dice haber sido bautizado, solo una minoría del 22% acuden a los servicios religiosos más de una vez al mes. En la mayoría de los países de Europa Occidental, el mayor grupo es el de cristianos no practicantes, situándose la media de ese grupo en un 46%, España en un 44%. Sin religión, se sitúa la media europea en un 24%, España lo supera hasta llegar a un 30% de españoles que dicen no tener religión. La mayoría de este grupo considera que la ciencia hace que la religión sea innecesaria. 

Países Bajos, 41%, Bélgica, 55%, Noruega, 51% Suecia,52%,  Francia 64% y España 66%, son quienes dan menor porcentaje de personas que se identifican como cristianos. Alemania, Reino Unido, Suiza, Finlandia dan mayores porcentajes, alrededor del 70%,  siendo los mas altos Irlanda, Austria, Italia y Portugal en el entorno del 80%. Mayoría de cristianos no practicantes, reconocen la labor de apoyo de las iglesias y otras organizaciones religiosas a los pobres. Los cristianos son más proclives a considerar que el islam es incompatible con los valores de su país, y los más religiosos son más proclives a prohibir inmigraciones. Tanto los cristianos que acuden a la iglesia, como los cristianos no practicantes, son más proclives que las personas sin religión a considerar que su cultura es superior. El matrimonio entre personas del mismo sexo y el aborto, son ampliamente aceptados por los sin religión y por los cristianos no practicantes.

martes, 22 de septiembre de 2020

Iglesia y religión en España, ya no son lo que eran. (3)

El siguiente gráfico procede de un trabajo inacabado de Lluís Orriols, de la Universidad de Girona. Con datos del CIS, elabora un cuadro en el que podemos destacar la línea marcada de cuadritos que representa la respuesta de católicos practicantes, sobre práctica religiosa de nunca/casi nunca, que sitúa en el año 1979 en algo menos del 15% de individuos, que en el año 2008 llegan al 45%. En el período democrático aumentan hasta multiplicarse por 3 los individuos que se distancian de la iglesia católica.

 


Podemos resumir la situación en el comentario que a continuación se expone, procedente del libro ‘Tres décadas de cambio social en España. Juan Jesús González y Miguel requena (eds.), Alianza Editorial, 2005. El párrafo procede de las conclusiones del capítulo 12, Religión y sociedad: la secularización de la sociedad española, Miguel Requena.

 ‘'Pero el proceso de secularización se ha hecho patente también, por otro lado, en una significativa pérdida de religiosidad de los españoles que aquí hemos analizado a partir de la intensa caída de sus niveles de práctica religiosa a lo largo del período 1975-2002. En esos casi treinta años, la práctica religiosa ha venido a reducirse a la mitad en España. La debilidad de algunas creencias básicas de la doctrina católica y el escaso nivel de confianza en la iglesia como institución, así como el descenso de bautismos y el aumento de matrimonios civiles, apuntan en esa misma dirección de pérdida de religiosidad de los españoles.

Sabemos ya, en suma, que los españoles son menos religiosos que antes; y que esa pérdida de religiosidad, junto con el declive societal de la Iglesia católica, ha sido lo suficientemente importante como para que podamos hablar sin ambages de un proceso robusto de secularización.’'


 

En 2017 el número de matrimonios celebrados en España fue de unos 172.000, de los cuales cerca del 3% fueron entre personas del mismo sexo. Un 16% del total se casan con al menos un cónyuge extranjero. Se celebraron unas 103.000 separaciones y/o divorcios. El 80% de las bodas que se celebran, son civiles, quedando las religiosas en un menor 20%. Y el 47% de los hijos nacen fuera del matrimonio. Los datos facilitados por el CIS -Estudio 3194, entre octubre 2017/enero 2018- en la última encuesta conocida realizada sobre la religión y su influencia entre los españoles son interesantes para contextualizar la influencia y el poder social perdido de la Iglesia entre los españoles, ello al margen de declaraciones de algún obispo, o de la virgen capitana general, o peinetas en procesiones. Veamos algunos datos: 

En la pregunta 3, sobre quien debería prestar atención sanitaria a las personas enfermas, cerca del 88% responde que las Administraciones Públicas, o sea el Estado, no las empresas ni la caridad cristiana. En la pregunta 4 sobre quien debería proveer de cuidados a las personas mayores, cerca del 72% cree que las Administraciones Públicas, como en la anterior, una preferencia por lo público. Interesa ver la diferencia con otras épocas antiguas en las que la esperanza era que prestara esas tareas la caridad de la Iglesia, o particular. En la pregunta 33, sobre las relaciones sexuales entre adultos del mismo sexo, un 68% dice que nunca está mal, bastante alejado de las enseñanzas de la religión. 

En la pregunta 35 sobre relaciones marido/mujer, la responsabilidad del marido llevar dinero y la mujer cuidar casa y familia, solo están de acuerdo con ello un 10% de las respuestas. En la pregunta 36 sobre el grado de confianza que le inspira la Iglesia y organizaciones religiosas, al 47% le inspira muy poca o ninguna confianza. A la pregunta 37, ‘Las autoridades religiosas no deberían intentar influir en lo que la gente vota’, más de un 84% se manifiesta de acuerdo o muy de acuerdo.

domingo, 20 de septiembre de 2020

Iglesia y religión en España. Ya no son lo que eran. (2)

 

Y es que la iglesia española ha sido siempre,

con las excepciones que se quieran,

uno de los principales aliados del poder económico,

un poder económico en sí misma y 
parte imprescindible de un sistema de poder casi feudal, 
además de colaboradora necesaria 
de las dictaduras que hemos padecido en el Siglo XX. 
C’ de España, página 142

 No podemos aceptar la conclusión de que nada se mueve en este país, no es cierto que estemos ahora igual que siempre. La iglesia fue en el pasado muy poderosa, pero la democracia, gobernantes, instituciones, y sobre todo la sociedad, va arrebatándola poder, ya lo hacía al final del franquismo, lo cual no quiere decir que no exista, sino que ha perdido considerable influencia, por lo que no se la debe considerar como antaño. Hoy los seminarios están vacíos, las iglesias parroquiales no tienen curas suficientes, porque no se renuevan los viejos, los conventos se vacían, se venden monasterios y conventos, porque no hay gente para ocuparlos, los matrimonios civiles aumentan más que los religiosos que no llegan al 20%, las iglesias se vacían de fieles en las misas y otras ceremonias… las nuevas costumbres se aceptan por grandes masas de católicos, y siguen siendo rechazadas por algunos residuos a los que se concede demasiada importancia en los medios. Dicen los autores de ‘C de España’ que la religión: ‘ha sido siempre una imposición que llega a nosotros desde múltiples estructuras del Estado y que se empeña en dirigir la sociedad’, lo cual podría ser una realidad en el pasado, pero difícilmente se puede aceptar esté ocurriendo en la España democrática lo mismo que en siglos anteriores. Los datos muestran cambios sustanciales. 

Bautismos, confirmaciones, matrimonios indisolubles y heteros, enterramientos, asistencias a misas… pierden fuerza durante la democracia, que adopta como practicas civiles ampliamente extendidas, el divorcio, matrimonios homosexuales, secularización de prácticas, ... ‘Son especialmente los jóvenes que tenían entre 15-25 años en 1975 los que introducen una reducción de cerca del 50% en la práctica religiosa semanal respecto a 1960. En una primera aproximación, se constata fácilmente que la gran quiebra se produce entre 1975 y 1981’. Jesús Domínguez Rozas, ‘La Iglesia española en cifras’. AHIg 2001. 

Veamos unos datos, con referencia a 2017: Seminaristas hay 1.213, que son 523 menos que en 2001, suponen un 30% de caída, en 2001 fueron ordenados 227 por 132 en 2016. Seminaristas en los primeros sesenta había unos 8.000 que van descendiendo en la segunda mitad de la década hasta los 6.600, para continuar descendiendo en los primeros setenta hasta menos de 3.000 bajando en la segunda mitad de la década por debajo de 2.000. Religiosos hay unos 54.000. Curas hay menos de 19.000, siendo la mitad mayores de 64 años, por tanto, jubilables, sin opción a recambio a tenor de los pocos seminaristas que se ordenan. En los años sesenta había una media de 25.000 que llegó a 26.000 al final de la década, durante los primeros años setenta hubo unos 24.000, que descienden suavemente en la segunda mitad de la década hasta los 23.000. Tras el Concilio Vaticano II, durante el tardofranquismo y finales del mismo y Transición, se producen grandes cambios en la Iglesia española, incluida la secularización de miles de curas. La Iglesia deja de ser una parte importantísima de los poderes, no desaparece institucional ni económicamente, pero la enorme capacidad de influencia social que tenía en el pasado, va perdiéndola durante la democracia. 

José Ramon Montero uno de los mayores expertos en el tema, comienza uno de sus trabajos con esta frase que atribuye a Julio Rodríguez ‘Se ha dicho, con razón, que la sociedad española de 1950 era mucho más parecida a la de un siglo atrás que a la de 1975’, resulta muy útil para recordar la lentitud de los cambios que se producían en épocas pasadas respecto a la influencia y poder de la iglesia, en el que lo dicho para el siglo, XIX podía servir para el siglo XX. Ya en los últimos años del franquismo se aceleran los cambios en la iglesia provocados en gran parte por las transformaciones económico-sociales, industrialización, urbanización… y el Concilio Vaticano II, cambios que se aceleran profundamente en la democracia. Ya no se ajusta a la realidad aquel poder e influencia, ni es útil mantener aquellos postulados antiguos en esta democracia equiparando resultados, esta sociedad no es aquella y está muy distanciada del pasado carpetovetónico y clerical de los españoles, lo cual no evita que puedan darse sucesos ocasionales, residuales. En este asunto, como vemos en otros, los autores del libro ‘C de España’, escriben con ideas como si todavía vivieran en aquella España antigua, algunos de sus postulados recogen algún hecho cierto, hoy anecdótico, que ellos elevan a la consideración de categoría para interpretar y juzgar el momento actual. Conclusiones que como resulta lógico no apoyan con datos actuales. 

Hace sólo veinticinco años, nadie se hubiera atrevido a pronosticar que el problema religioso español, al que cabe calificar sin exageración como crónico al menos desde la identificación de la Iglesia con el carlismo y la intransigencia de sus posiciones reaccionarias, antiliberales y antimodernas, pudiera encauzarse por términos siquiera aproximados a los de la todavía reciente transición política’. José Ramón Montero, ‘Iglesia, secularización y comportamiento político en España’. Reis 34/86. 

El proceso de secularización ocurre entre los individuos de todo el arco político, se produce una menor influencia/práctica de religiosidad en el conjunto de la sociedad española. Con información obtenida del Banco de Datos del CIS, expertos en el asunto, José Ramón Montero, junto con Kerman Calvo, dicen en relación a la variación producida en las respuestas manifestadas entre los años 1996 y 2000 con respecto a la asistencia a misa nunca o casi nunca, entre los votantes de partidos: de centro izquierda, crece de 73 que no van nunca o casi nunca a misa en 1996 a 75 en el año 2000, entre los votantes de Centro-1 crecen los que no van a misa de 61 a 64, en Centro-2 crece de 41 a 53, en el Centro-derecha crece de 38 a 47, en la Derecha crece de 40 a 44. En la izquierda baja de un 84 a 82. ‘Cuando ser conservador ya no es un problema: religiosidad ideología y voto en las elecciones generales de 2000’, Estudio/Working Paper 9/2002. Conviene hacer una matización para absolutistas, el sentimiento religioso claro que influye en el voto, hasta el punto de que los más católicos votan menos a IU, y al revés los más ateos o menos religiosos votan menos al PP, lo cual no quiere decir que la izquierda no tenga voto católico, sino que los más religiosos votan más a las derechas.

 http://www.uam.es/Derecho/WorkingPapers/1242658791834.htm

viernes, 18 de septiembre de 2020

Iglesia y religión en España. Ya no son lo que eran. (1)

 La Iglesia y la religión en España, ya no son lo que eran

 

‘No es exagerado afirmar que en España la religión no ha sido tradicionalmente una opción personal, que se elige y se vive tranquilamente. Mas bien ha sido siempre una imposición que llega a nosotros desde múltiples estructuras del Estado y que se empeña en dirigir la sociedad. C’ de España, página 141 

No es exagerado afirmar que, ni en España ni en parte alguna, se vivió históricamente la religión como opción personal, tranquilamente. Tampoco en América del Sur, o del Norte, en Asia o África, o en Oceanía, se vive la religión tranquilamente, las variaciones de interpretación de creencias, de la vida y la muerte, entre las tribus, sectas y religiones de todo tipo, producen enfrentamientos sociales, y en todas partes las iglesias pretenden imponer a toda la sociedad sus criterios de vida, en todas partes tratan de condicionar las leyes y gobiernos, cuando no decretarlas directamente. La religión musulmana es la expresión más poderosa de infiltración religiosa en los poderes políticos que se manifiestan socialmente. El mundo ideal de la vivencia de una religión, en lo personal, que no interactúa con el mundo civil, no existió en parte alguna hasta hace pocos años, y ello en distintos grados y momentos y no en muchos lugares. La idea del párrafo de ‘C de España’ parece sugerir la existencia de la religión vivida tranquilamente de forma aséptica, sin intromisiones en la vida civil de los estados, como algo general y globalmente instalado en los países del mundo, quebrando esa libertad ideal en España, lo cual está muy alejado de la realidad.

 La discusión, respecto a la postura reflejada en ‘C de España’, no es sobre lo que fue la Iglesia y la religión antaño, aquí está planteada en el reconocimiento de que la Iglesia y religión, actualmente, en la España democrática, no tiene el poder social, político y económico ni la influencia que antaño tuvo. En la democracia española, a nadie se le obliga a cumplir los preceptos religiosos católicos, o de cualquier otra religión existente, no existe obligación como sí existió en el franquismo, de bautismo, comunión, matrimonio para toda la vida, y solo entre hombre y mujer, extremaunción, cubrimiento de cabeza y brazos en las mujeres, enterramiento en tierra, práctica de sexo exclusivamente para concebir, asistencia obligatoria a misa, procesiones, confesión, etc. fueron preceptos obligatorios durante el franquismo, si ahora no lo son refrendados por las leyes, algún cambio habrá que reconocer entre aquella y esta sociedad. 

Que la Iglesia tiene poder, está claro, que tiene influencia, también, que forma parte de los poderes establecidos es una realidad mundial. Pero esa realidad no puede quedar reducida a esa generalización. La situación de la Iglesia en España, de su poder e influencia social, política y económica, es diversa y contradictoria. Los casos u opiniones que cita el libro ‘C’ de España’ de tal o cual obispo sobre sexualidad y/o matrimonio, aborto, etc., las peinetas de miembros del poder político y asistencia a procesiones, las medallas a la virgen, son hoy más pantallas de dotaciones económicas que otra cosa, todo ello es residual respecto a reflejar el poder de la iglesia católica en España, comparándolo con el franquismo, por ejemplo. Que tiene más poder del que nos gustaría, es cierto, su fiscalidad, su incautación de propiedades colectivas, denota poder, más del que sería deseable, pero al mismo tiempo tiene mucho menos influencia social que antaño. 

El hecho innegable es la gran diferencia entre su poder social durante el franquismo y el menor peso actual que tiene en la conformación de opiniones y/o estilos de vida de los españoles como así mismo el poco peso en los procesos de selección de ofertas políticas y líderes políticos. Durante la II República, la Iglesia española fue importante protagonista en su derrota, al igual que lo fue en la configuración de la argamasa del bando ganador durante la guerra y posterior franquismo. Definir la contienda como una Cruzada, papel que tuvieron los obispos catalanes, fue de gran importancia para limitar las ayudas a la República. La alimentación ideológica como si se tratara de una guerra de religión, realizada por la iglesia en el bando ganador entre requetés y carlistas, entre ultra católicos y fuerzas derechistas, fue vital para los ejércitos vencedores. Como lo fue su papel dirigente en la postguerra. 

En aquel momento fue parte importante del bloque de los ganadores siendo uno de los cementos de la dictadura, hasta que el tiempo y el Concilio Vaticano II, a mediados de los sesenta, abrió una considerable brecha en sus filas. Durante el franquismo, en los años sesenta la Iglesia puede aguantar otra mirada que muestre su diversidad. Tomo de mi ponencia ‘Militancia revolucionaria. La izquierda de la izquierda. Éramos muy pocos. A vueltas con las cifras 1965-1982’. Congreso ‘Las otras protagonistas de la Transición. 2017.

‘’la contribución de grupos cristianos en las luchas obreras fue numerosa, e importantísima en los años ’50 y ‘60, su participación fue clave en grandes huelgas, determinante en Asturias, Euskadi, Cataluña y Madrid, en la creación de las primeras CCOO, y en el desarrollo y organización de luchas sindicales y vecinales; a finales de los ’60 y ’70 muchos cristianos se mezclaron con el marxismo y formaron parte de la militancia comunista y de la izquierda radical en sus mismas agrupaciones, o reconvirtiendo directamente las suyas propias, caso de AST-ORT, 1970[1].  Otros muchos siguieron peleando solo desde su condición cristiana.

El PCE destaca en 1965 en ‘Nuestra Bandera’[2]:

‘’su ‘importante actividad, extensa e intensa, entre las que HOAC y JOC no son las únicas actividades bajo el apelativo cristiano, Los otros grupos católicos, éstos ya de tipo clandestino –Solidaridad de Obreros Vascos (SOV) y Unión Sindical Obrera (USO) en Euzkadi, Sindicatos Cristianos en Cataluña y Federación Sindical de Trabajadores (FST) en Madrid– difieren ya bastante de hoacistas y jocistas, aunque a veces estén nutridos por militantes de ambos orígenes. En realidad, se trata de grupos abiertamente políticos, no ligados a ninguna labor de apostolado, portadores de una u otra línea política al movimiento obrero’’. 

Algunos grupos de la izquierda radical antifranquista nacen de organizaciones cristianas, activistas cristianos luchan al lado de los comunistas, clérigos y edificios de iglesias y monasterios se ponen al servicio del antifranquismo. Tarancón al paredón, durante los años ‘70, era habitual consigna en pintadas y manifestaciones derechosas, producto de la separación de sectores de la jerarquía de la Iglesia del franquismo.



[1] Hermet, Guy ‘Los católicos en la España franquista’ editorial CIS+Siglo XXI. Tomos I, 1985 y II, 1986.

Babiano, José, ‘Los católicos en el origen de Comisiones Obreras’. Espacio, Tiempo y Forma, Serie V, H.' Contemporánea, t. 8, 1995, págs. 277-293.

Fernández Segura, José, La participación de los católicos en el movimiento obrero de Barcelona (1946-1978)’. Universidad de Barcelona. 2005.

 

[2]  ‘Nuestra Bandera. Revista teórica y política del PCE. Núm. 42-43, marzo-abril 1965, páginas 163-1972 http://www.filosofia.org/hem/dep/pce/nb042163.htm

jueves, 10 de septiembre de 2020

Que viejunos son algunos pensamientos

Nación de naciones, plurinacional… y por qué no ir mas atrás a los tiempos árabes, o más atrás a los poblamientos íberos, o fenicios, que mas da un sitio u otro, la argumentación es la misma, el supuesto derecho de los antiguos pobladores a la formación de nuevos/antiguos sujetos políticos, las ciudades y/o naciones estado de la antigüedad, de cuando ni siquiera existía el concepto de soberanía nacional.

'Del pasado hay que hacer añicos.' De una puñetera vez.

Quiero escucharlos hablar del nuevo mix energético de este período de transición que debe ser urgente, de cómo tratarán de minorar y reducir las desigualdades, no solo económicas, de qué se puede hacer a medio plazo con un continente africano que sigue y seguirá echando gente al mar hacia Europa, -lean a Sami Nair-; de cómo afrontar la robotización en marcha que expulsa millones de trabajos diarios, -en España según la OCDE, casi un 1/3 de puestos de trabajo son vulnerables-; de la desertización creciente de España, de nuestro papel en la nueva Europa, juntos o separados del Este, en qué juntos y en qué separados, porque ya existen movimientos que pueden partir la actual UE, -la nueva alianza militar ya es un aviso de nuevas agrupaciones-, qué habría que preparar de cara al Brexit inminente, y de las medidas a adoptar para pasar el temporal Trump, que no solo son aranceles, son aumentos de riesgos en variados campos.

Por qué carajos nunca los escucho hablar de lo anterior o de cómo aumentar nuestras patentes inscritas; me gustaría saber qué planes tienen para reducir el precariado y las horas extras que no se pagan, cercanas a la mitad de las realizadas; cuáles son sus planes para reducir la deuda pública, que puede dejar de comprar el BCE y como afrontarían la subida de tipos de interés que podría costar miles de millones en intereses y por tanto colapsar el crecimiento español; que postura tomarán ante un probable 'boom' italiano que implosione el euro; que reformas habría que acometer para adaptarnos al capitalismo del Siglo XXI; y un larguísimo etc. sin olvidar que nunca los escucho defender los valores cívicos del patriotismo democrático , como un aspecto a oponer a los nacionalismos. 

‘Del pasado hay que hacer añicos’, se cantaba en ‘La Internacional’, era un grito, estrofa, una consigna que simbolizaba la ilusión por construir un mundo nuevo, lo cual no puede hacerse volviendo a tomar los mimbres pasados; qué pronto se olvidó y qué alejado estaba de los nacionalismos. ¿A qué carajo viene ahora defender ideas de hace doscientos años como solución a problemas actuales? Cuanto menos, es ridículo, si rascamos un poco más, carca, profundamente reaccionario. Si quieren defender el nacionalismo, al menos no lo hagan diciendo que es desde posiciones de izquierda, mientras abandonan posiciones y trabajo. 

Separar lo ya unido, generar xenofobia, construir fronteras donde no las hay… defender derechos antiguos, -del Antiguo Régimen-, derechos por diferencias, contra eso hicieron la Revolución Francesa. Todos unidos e igualmente libres solidarios, o fraternales, decían, proclamaban, porque si todos los sujetos políticos no tenían iguales derechos no habría libertad e igualdad, porque cada cual reclamaría en función de un pasado la mayoría de las veces inventado. Sí, el nuestro también fue inventado, pero mejor inventarlo en un contexto de igualdad basado en ideas republicanas de libertad, igualdad, solidaridad para todos los ciudadanos sujetos políticos unidos en torno a esa constitución. 

¿Derecho de autodeterminación de las 200 naciones europeas? ¿Hoy? Cuando existe la Unión Europea, que es el mayor experimento social federalizante de la historia, la mejor realización histórica para encajar piezas/naciones diversas. ¿Saben lo que significa romper la UE? generar fragmentos sin poder alguno contra las grandes corporaciones empresariales, generar odios contra los otros, porque solo se construyen naciones contra los otros. 

Los Nacionalismos en el Siglo XXI son puertas abiertas a nuevos fascismos, proclaman pueblos unificados como antaño, pero ello da paso a los grandes capitales, a nuevas formas de globalización con mínimos controles. Igual que hoy, dicen algunos, pero no sean tontos, no sean antiguos, el capitalismo del siglo XX todavía tenía rincones nacionales en los que podían decidir sobre algunas cuestiones, el capitalismo del siglo XXI solo podrá embridarse por grandes unidades de poder político, EEUU, China, Rusia, Europa; ¿y ustedes las quieren reducir?, las unidades pequeñas no tendrán nada que hacer o decir. No lo duden, serán promocionadas por los gigantes para romper bloques contrarios, y pagados por grandes corporaciones empresariales y carteles.

‘’estamos asistiendo a… la desestructuración de los sistemas de partidos tradicionales en Europa y al ascenso de fuerzas xenófobas y reaccionarias que se nutren de un descontento generalizado motivado por la sensación de que el Estado ya no puede seguir protegiendo como en el pasado a la gente más vulnerable ante las fuerzas huracanadas de los mercados financieros y el neoliberalismo. ’’ Ignacio Sánchez Cuenca. 

No les den ningún alimento, y ello se produce al defender los nacionalismos.(26 de junio 2018)

PD Actual 2020/09. Conocen ustedes los proyectos concretos de inversión, de planificación a corto y medio plazo de los partidos, sean éstos, grandes o pequeños?, para unos presupuestos que habrá que negociar sin remedio, solo conocemos negativas, vetos de unos a otros, solo dan publicidad a generalidades sin valor, no se conocen proyectos concretos, documentos que puedan discutirse y apoyarse u oponerse. Que pena, que destrozo.