No, de ninguna manera son todos los casos de la misma magnitud, pero si reflejan un ruido parecido, que antiguamente se oía poco, pero que ahora chirría y se hace insoportable. Sea por la biología, la cultura, la religión, (judía, cristiana, musulmana), que siempre consideró a la mujer algo diferente, sin alma, sin derechos, peligrosa para ocupar cargos religiosos y de cualquier otro tipo de poder. Sea por lo que sea, se podrá combatir?
En ‘El País Semanal’ publican un buen reportaje fotográfico titulado ‘Retrato del poder’, son fotografías de la cúpula directiva de 10 grandes empresas españolas. Son 81 hombres y 8 mujeres, éstas ni siquiera suponen el 10%. En serio, llama la atención poderosamente que las grandes empresas españolas sean tan antiguas y carcas. Tendrá algo que ver con la situación tan atrasada de las empresas españolas manifestada en la crisis económica en su vertiente española no en la vertiente internacional?
Si nos fijamos en las ‘machadas’ del alcalde del PP en Valladolid, realizadas como declaraciones públicas y para calificar una ministra del Gobierno de España recién nombrada, nos duelen los silencios de las mujeres de su entorno y las disculpas que todavía leemos de los hombres del nuestro, y por supuesto la callada por respuesta del Ayuntamiento, institución a la que representa su alcalde y medio en donde se mueve y trabaja. Me sonaban como músicas de 50 años atrás. Elvira Lindo en ‘El chiste verde’ muestra su indignación.
Cientos de curas pederastas, miles, agreden salvajemente a decenas de miles de niños, los agresores fueron protegidos por el resto de los curas, papas, obispos y cardenales de su iglesia. Estas tropelías, la mayoría de las cuales están sin pagar, no podían haberse cometido sin la complicidad de miles de otros hombres de su entorno religioso.
Guerras africanas, cualquiera de ellas, miles de violaciones brutales. Antes y ahora, por las fuerzas de la ONU y por los guerreros de cualquier tribu exterminadora de los otros.
Segunda guerra mundial terminada, año 1.946, nacieron 200.000 niños alemanes procedentes de violaciones a mujeres alemanas efectuadas por los ganadores, los aliados. Los nazis fueron terroríficos, pero hay lagunas al otro lado, que intenta despejar un libro que acaba de editarse sobre la represión aliada al finalizar la guerra y muestra el terror del otro bando.
Leemos en montones de sitios las polémicas declaraciones de Sánchez Dragó sobre su experiencia sexual con chicas menores de edad. Llama la atención la soltura con que lo cuenta y la seguridad de que no pasará nada. La presidenta de la Comunidad de Madrid, que le sustenta contratado en medios públicos, le disculpa o minimiza los hechos y le mantiene en su puesto, ‘la viga en el ojo…’ no hay un clamor popular y sindical para que dimita. Hay una carta de una lectora ‘Rocío Fernández, Vergüenza’ que me permito publicar sobre este asunto.
¿Alguien me puede explicar cómo entro yo a partir de ahora a mis clases de lengua y literatura, con alumnas de las mismas edades que las menores japonesas descritas peyorativamente por Sánchez Dragó, y hablar de la literatura y sus valores?
¿Alguien me puede dar algún consejo para abrir la puerta del aula y sentir la mirada de niñas de 13 años que se sienten decepcionadas porque la igualdad que yo defiendo diariamente ha quedado aplastada por alguien que se enorgullece de mantener relaciones sexuales con menores? ¿Alguien me puede facilitar una guía didáctica creíble para dar una clase sobre Nabokov y su Lolita después de leer en el periódico "Tendrían unos 13 años (...). Subí con ellas y las muy putas se pusieron a turnarse. Mientras una se iba al váter, la otra se me trajinaba"? ¿Alguien me puede ayudar a revalorizar en clase la figura del escritor, esa que tanto tiempo, esfuerzo y dedicación me ha costado mantener en pie? Hoy no sé cómo cumplir con la enseñanza de las letras -trabajo que me apasiona- sin sentir vergüenza.
El día 2 de noviembre, Rosa Montero en su columna de última página de El País, hacía mención al libro del que yo menciono las violaciones alemanas que produjeron 200.000 niños. El autor es un historiador británico, Giles MacDonogh.
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