Los problemas de la deuda en Europa, tienen fundamentos, razones reales, en las dificultades generadas por las diferentes crisis económicas general y locales, pero si miramos detrás del telón, veremos que en la batalla contra el euro aparecen tanto factores políticos, de geoestrategia para configurar el mundo futuro, cuanto factores especulativos, sean a largo plazo, aquellos que luchan por su desaparición, como los meramente dinerarios, apoyados en sus debilidades, ejecutados en operaciones a corto.
Para entender esta problemática es imprescindible aceptar la existencia de luchas entre distintas opciones e intereses de los poderes económicos y sus aliados políticos, por lo que seguir hablando del capital, como un solo ente, es una entelequia que no favorece ninguna explicación de lo que ocurre.
Hay capitales que especulan lisa y llanamente contra la moneda a corto plazo, porque es un negocio muy rentable, porque enterarse de que un país está a punto de pedir rescate a la eurozona, saber que puede entrar en quiebra, es una llamada para tomas de posición especulativa apostando por la pérdida de valor de los bonos de ese país al ser reestructurada la deuda, (si los bonos pierden valor su rentabilidad aumentará, el caso de la subida al 10% del bono irlandés). No es posible olvidar que los bancos todavía pueden tomar dinero del BCE al 1% (está por cerrarse el grifo) lo cual no descarta totalmente que puedan darse situaciones ‘algo raras’ en dicha especulación a corto.
Al igual que ya ocurrió en el pasado en el proceso de inicio de la eurozona, la especulación se alimenta de las subidas y bajadas propiciadas por la diversidad de gobiernos, pero junto a esa actividad se produce otra a medio y largo plazo con la intención de hacer desaparecer el euro, en este caso, los capitales implicados son mayoritariamente externos a la zona euro, aunque puede haber también internos de los países europeos, sean o no de la eurozona, especulan contra otros capitales (y pueblos) que a toda costa quieren seguir manteniendo la moneda euro y la dimensión política que lleva aparejada.
El por qué lo hacen, es muy sencillo de comprender si sabemos que el euro es una de las monedas más susceptible de recibir ataques y perder, porque le faltan instrumentos centralizados y poderosos, como por ejemplo tienen el dólar y la libra, cuyos bancos centrales salen inmediatamente a golpear fuerte cuando se sienten amenazados, destrozando a los especuladores en su contra.
El euro es una moneda única en el mundo, utilizada como moneda nacional por un grupo de países, diversos en su cultura económica, que no tienen un gobierno común para ejecutar todos los aspectos ejecutivos y de control monetarios y fiscales de la política económica, por tanto las decisiones de la eurozona están sometidas a debates, en ocasiones interminables, entre actores con diferentes intereses y distintos criterios entre los países que componen la eurozona, a su vez condicionados por otros países de la UE no pertenecientes al euro, como RU. La situación tan compleja facilita excesivos comentarios inoportunos, amplificados convenientemente, lo cual genera oportunidades especulativas. El conglomerado de diferentes intereses económicos y políticos es lo que facilita la batalla contra la existencia de la moneda única.
Declaraciones de revisar el Tratado para poner en marcha un mecanismo anticrisis firme, y/o repercutir o no sobre el sector privado los costes de una reestructuración de deuda, es un debate abierto en la UE, que posibilita oscilaciones temporales en los valores, caldo de cultivo de la especulación.
La devaluación de la moneda (favorecer la inflación) como medida adecuada para salir de la crisis es imposible nacionalmente, porque hay países de la alianza que se beneficiarían contra otros que se verían perjudicados. Pero la crisis ha hecho aparecer países que plantean seriamente estas opciones y sus fuerzas políticas han introducido el debate de salir o no del euro. Al margen de que estén debatiendo el asunto desde hace tiempo analistas políticos y grupos económicos de todos los países implicados, como he indicado en otras ocasiones contemplan las opciones de:
a) dos euros, uno fuerte (centro y norte UE) y otro débil, los periféricos o
b) mantener un solo euro, pero fuerte o débil, saliendo el resto de países de cada grupo, o bien
c) la desaparición de la moneda €, volviendo cada cual a las suyas anteriores.
Los especuladores a corto, los que solo buscan pasta rápidamente contra las fuertes fluctuaciones que provocan, no son necesariamente los mismos que a largo plazo que buscan lisa y llanamente la desaparición de la eurozona y otros de la UE. La crisis económica ha instalado en nuestros países una batalla política de grandes dimensiones, Europa sí o no, la UE avanza o retrocede, y una u otra respuesta comporta medidas específicas en todos los partidos y sociedades de la Unión.
Quien siga este blog, conocerá la preocupación manifestada en diversos post por esta batalla endiablada contra el euro, que puede llevarse por delante la eurozona e incluso la UE como la entendemos hoy. La batalla contra el euro tiene componentes especulativos pero no solo, también existen otros objetivos políticos y económicos y a ella no es ajena la nueva dimensión geoestratégica mundial que se configuraba en el inicio del siglo y tras la crisis aparece nítida.
El mundo bascula hacia Asia, y los EEUU se alejan del Atlántico, para arrimarse al Pacífico. Asia y los emergentes crecen y crecen, en poder político y económico y ello influye poderosamente en la crisis económica mundial y en las salidas de cada país, en el nuevo tablero de alianzas, EEUU apoya el ingreso de India en el Consejo de Seguridad, se alían con China en la gobernanza mundial y resto de Asia. (Además están fabricando una nueva gran alianza con Brasil para Sudamérica).
La pérdida de poder político europea es manifiesta en las constantes votaciones de todos los organismos internacionales, ONU incluida y en su poder decisorio en cuantas conferencias o reuniones de Instituciones internacionales se organizan. La pérdida de potencia económica, comercio internacional e inversiones a favor de los emergentes empiezan a mostrarse crudamente, en donde la reinvención o renovación del estado de bienestar forma parte del mismo asunto.
Es en este contexto donde cabe explicar las constantes especulaciones para derribar la eurozona como foco de poder mundial desde la mitad del siglo pasado junto con los EEUU. Si se resquebrajara el euro, el camino para nuevas alianzas y grupos de control político, militar, económico y cultural quedaría más abierto. El vacío no existe por lo que su espacio libre,sería ocupado por otros poderes diferentes.
En un mundo como el actual, los capitales están globalizados en gran parte, (también existen poderes económicos nacionales) pero no así los poderes políticos, que son casi exclusivamente nacionales, salvo la experiencia europea, que demuestra la posibilidad de compartir, de aliarse, de unir poderes políticos nacionales para conseguir el mejor espacio mundial, de calidad de vida, igualdad, libertades, derechos, justicia…
Muchos europeos no reconocen vivir en este privilegiado espacio y no están dispuestos a defenderlo, esperemos no lamentarlo en el futuro, porque unido a que la existencia de la UE es una amenaza para muchos poderes e ideologías, debilita la Unión.
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