Se acerca la Diada, el referente independentista, ¿en qué consiste, como surgió? Puede ser conveniente una pequeña introducción de en
qué está basada, tomado de mi libro ‘Catalunya. Camino a la secesión’.
Siglos XVII y XVIII.
Revolución en Cataluña, integración en Francia, Guerra de Sucesión. Y pérdida
de libertades
Las notas que siguen se
deben en gran parte al libro de Ricardo García Cárcel, ‘La herencia del
pasado’, Galaxia Gutenberg. Capítulo IV. Hasta los siglos XVI y XVII Cataluña
tiene una historia en parte paralela a la de Castilla, un pasado medieval
glorioso, que se rompe en el XVII por la decadencia moderna de la que siempre
aparecerá como culpable el Estado español. En 1640 se produce una experiencia
revolucionaria catalana y otra secesionista, -en el marco de la guerra con
Francia, desde 1635-. La Guerra dels Segadors, primer gran enfrentamiento con
la monarquía, sublevación, en el Corpus de Sangre 1640 mataron al virrey y se
separan durante 11 años de la monarquía de Felipe IV, convirtiéndose en
provincia francesa, con malos resultados evidentes al poco tiempo, el
centralismo del poder francés era muy superior al que desplegaba el conde-duque
de Olivares, y en 1652 once años después, se reencuentren con la monarquía
española.
Los conflictos del
contencioso castellano-catalán fueron entonces el político fiscal, la
valoración del régimen foral y el lingüístico, realmente parecidos a los de
hoy, identidad y economía son la base de muchas disputas en el transcurso de la
vida. A los pocos años, en 1704 volvió el enfrentamiento en el marco de la
guerra de Sucesión por el trono español entre las casas de Austria y Borbón.
Nunca fue una guerra España-Cataluña. Los catalanes, fueron cambiantes en sus alianzas
hacia los dos bandos, es cierto que en momentos apoyan al archiduque Carlos,
Casa de Austria, frente a Felipe V, Borbón, el rey heredero según testamento de
Carlos II, austracistas contra borbonistas. En contra de la pretendida unidad
del pueblo, no se puede mantener que dicha postura de unidad existiera en sus
apoyos y alianzas establemente, igual que sucederá en múltiples ocasiones las
naciones, los pueblos, contienen pluralidad de intereses que aún conviviendo no
son iguales, ni entonces, ni durante la guerra franquista, ni en el caso de una
secesión actual puede creerse que el pueblo camine junto en la misma dirección,
al contrario las rupturas internas se produjeron entonces igual que ocurrirá
ahora.
Los catalanes
inicialmente fueron borbónicos, como indican los elogios dedicados a Felipe V
en visita a sus Cortes 1701/1702, se mantiene borbónica hasta 1704 resistiendo
un ataque y sitio a Barcelona, cuando toman la ciudad, salen de ella 6.000
borbónicos. En 1705 se pasan al austriacismo, como toda la corona de
Aragón. Las Cortes 1705/1706 ratifican
su posición austracista. A partir de 1707 tras la victoria borbónica en
Almansa, Valencia y Aragón pierden sus fueros. Desde 1707 el austriacismo solo
resiste en Cataluña y desde 1712, solo en Barcelona. El archiduque Carlos se va
a Viena en 1711 para ejercer como emperador, y abandona la pretensión del trono
de España. Así llega el drama de 1714, resistiendo contra franceses y españoles
para defender a la casa de Austria que optó por el otro premio de emperador
Cataluña se queda sola defendiendo lo que el pretendiente había abandonado. El
11 de septiembre de 1714 las tropas borbónicas entran en la ciudad de
Barcelona, sitiada durante ocho meses y crean al héroe de referencia, Rafael
Casanova, la figura de la fiesta nacional catalana. Interesante reflexión
desmitificadora de Casanova, la aportada por Ricardo García Cárcel en ‘La
herencia del pasado’, Galaxia Gutemberg, páginas 304 y siguientes.
Toda guerra perdida comporta costes, en este caso se
realizan visibles transformaciones físicas en Barcelona, destrucción de barrios
y construcciones militares, supresión de las constituciones catalanas,
gobiernos militares, imposición del catastro, imposiciones culturales, y
quedará para la iconografía del independentismo como la perdida de la libertad
de Catalunya. A pesar de ello, olvidan que la Generalitat no fue suprimida por
los borbónicos, previamente lo había sido por el Consell de Cent en pleno
mandato austriacista. A partir de entonces los catalanes comerciantes
austriascistas colaboran con los borbónicos, y colaboración militar entre unos
y otros y política entre unos y otros… el desencanto estaba servido. Felipe V,
con los decretos de Nueva Planta, desmantela fueros, cortes de los reinos,
diputaciones, fiscalidad local, las reservas e naturalización que obligaban a
dotarse de naturales entre los consejeros…cambia la monarquía descentralizadora
de los Austrias y Reyes Católicos, e instaura el centralismo francés.
La Nueva Planta, las políticas de Felipe V, afectan al
conjunto de España, no solo a los catalanes, en absoluto se trató de
privilegios ganadores para el bando de los españoles que quitaran a los
catalanes perdedores sus fueros, derechos, etc., en toda España desaparecieron
las instituciones propias de cada reino, cortes, diputaciones, administración
fiscal… desaparecen las reservas de naturalización, -limitación de nombramientos
reales en cada territorio-. Un nuevo mundo, la Edad Moderna, emergía, la
remodelación de nuevos equilibrios de poder, -entre otros dando paso a las
burguesías-, cuyo aspecto de mayor calado es la intención de dotar a todos los
súbditos de mismas reglas y mismos derechos, lo cual conlleva la idea de una
sola monarquía. La centralización de poderes políticos, fiscales, judiciales y
militares, culturales, comerciales y administrativos, avanzaba sobre la
proliferación de normas y particularidades feudales y se extendía por Europa,
en España esa opción de un solo estado la representaron los borbones e irá en
aumento a partir de entonces, frente a comportamientos anteriores de los
Austrias, tiempo en el que existen profusión de normas y poderes locales.
En todo caso, la aplicación de políticas centralizadoras típicamente
europeas del momento, nunca fueron en España comparables a las aplicadas por
los borbones en Francia, el poder político centralizado no ha tenido tanto peso
aquí como allí, bien por respeto a prácticas locales o a las resistencias
encontradas en toda la geografía nacional, producto de nuestras
particularidades ‘’El recuerdo de las gloriosas independencias medievales
renacerá periódicamente… La mezcla de religiones, costumbres morales y razas…
Hecho más amenazador para la futura unidad, cuanto que se trata de una división
que corresponde a tres temperamentos en los hombres y a tres direcciones
naturales en la geografía: el Océano, las mesetas y el Mediterráneo’’ Piere
Vilar.
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