Esta crisis no sabemos cómo ni cuándo
terminará; ahora los negociadores griegos vuelven a pedir una prórroga de
varios meses para el segundo rescate, más allá de la que lograron nada más empezar a negociar que termina
este 30 de junio. Ha sido evidente que las políticas de austeridad europeas en
un entorno recesivo, bloquearon mejoras posibles, al modo en que lo hicieron en
EEUU con políticas expansivas cuyos objetivos eran empleo y crecimiento, aquí hundieron
más la posibilidad de reducir las deudas agravando los sufrimientos de millones
de personas, fundamentalmente en los países periféricos del euro, pero no solo,
ya que grandes bolsas de precariado y trabajadores en países centrales de Europa,
empeoran sus condiciones de vida y ven reducidos salarios y derechos.
Lo anterior resultaba más sangrante,
al comprobar las diferentes políticas aplicadas en EEUU con mejores resultados
en general para su población. Los rescates a Grecia han fracasado, no han
mejorado deuda ni resituado al país en un punto de crecimiento sostenible, han surtido
efecto si la eurozona quería ganar tiempo para consolidar muros de contención
de salvación del euro, ahora más fuertes para evitar contagios en caso de
Grexit que hace años, también han mejorado la solvencia de los bancos
acreedores principalmente franceses y alemanes asegurando la devolución de gran
parte de los préstamos.
La losa que pesa sobre la economía
europea es que los controladores de las instituciones eran los austericidas, fanáticos de políticas de
austeridad como forma de crecimiento (sic), en Europa y en España, las opciones
políticas defensoras de la austeridad triunfaron en las elecciones, la gente masivamente
apoyó a sus verdugos, aquí el PP ganó por mayorías absolutas en todos los
rincones. De poco servía tener razón, las opciones teóricas defensoras de otras
políticas no consiguieron extender ampliamente sus opiniones y mucho menos
implantarlas en fuerzas políticas ganadoras. Y así enfrentamos un dilema que
ahora se instala en Grecia. Y en todas partes.
¿Qué podríamos aprender nosotros? Lo correcto en política, lo útil, lo rentable, es tratar de ganar
apoyos para las posiciones propias y al mismo tiempo debilitar la fuerza del
adversario, esta forma de hacer choca con la postura de defensa a ultranza de teorías, que debe mantener un intelectual, el cual puede apostar a todo o nada cuando se trata de una
postura individual. Pero un político al negociar debe pensar en términos de
costes y posibilidades, de fracasos y lucro cesante, -estos meses serán una pérdida de tiempo y un alargamiento de sufrimiento?- siempre debe tener
presente conseguir aliados, para ello el fondo de lo que diga y las formas de
cómo se comporte, serán importantes. Un discurso inflamado en una reunión con múltiples representantes gubernamentales, podría estar
contraindicado, ser poco útil para sumar, si lo que se pretende es encontrar
acuerdos concretos que resuelvan problemas concretos.
Y está ocurriendo
durante demasiadas semanas, porque no se perciben avances significativos, la firma
de acuerdos que sosieguen y permitan desarrollar sus políticas locales a
Syriza. Sin duda hay exigencias de unos que estremecen, pero miren por todos
lados, no desvíen la mirada de otros aspectos, por ejemplo, hay salarios
mínimos y tramos de pensiones griegas, más altos, que las de varios países del
euro a los que piden apoyos financieros, que no conceden, claro, de ahí también, la exigencia de frenar/endurecer prejubilaciones. Syriza ya acepta privatizar activos públicos, los socios aceptan un déficit más sencillo de lograr, con un 1% de superávit primario, el déficit sin considerar los intereses de la
deuda, lo cual implica menos recortes; también dejaron de hablar de impago unilateral
de la deuda, aunque continúa la Comisión Parlamentaria de Investigación, para determinar cuanta deuda privada se convirtió en pública, -¿Para cuándo
en España saber las fechorías de las Cajas y sus beneficiarios y cuanta deuda
privada pasó a ser pública?- Es cierto que la teoría de juegos podría ser útil
en las negociaciones, es cierto que un mejor muro de contención en torno a los
problemas de Grecia casi asegura la continuidad del euro en cuánto moneda, a
pesar de su posible declaración de quiebra.
Aunque también es cierto que muchos
analistas creen que una salida de cualquier país, por pequeño que fuera,
terminaría por romper la eurozona; es verdad que en estos años se han
construido cortafuegos para aislarse ante un default manteniendo Grecia dentro
de la eurozona, sin necesidad de expulsarla, aunque también es cierto que los
accidentes ocurren, las cosas se descontrolan, y sus consecuencias pueden ser
imprevisibles, por lo que muchos analistas, gobiernos, empresas, mercados… elaboran
planes para la ruptura que podría tomar formas diferenciadas dependiendo de que
sea un default dentro del euro, o una salida negociada, aunque también puede
darse una salida abrupta y descontrolada…
A pesar de que nadie sabe afirmar
qué sucedería el día después de una colisión, una cosa parece clara, la
contaminación al resto se producirá, incluso aunque la economía griega
represente solo un 2% del PIB de la eurozona. Existirá contagio, porque de
hecho, ya se está produciendo, los mercados comienzan a empujar subidas en la
prima de riesgo italiana y española que habían logrado acercarse al resto
unificando tipos de financiación y ahora vuelven a separarse. La economía
griega lleva meses colapsando, sigue esperándose
su famosa falta de liquidez hasta quedarse seca, lo cual es impredecible de
asegurar, a pesar de los muchos análisis existentes de reputados bancos de inversión.
Los sistemas puestos en marcha en Grecia no son los tradicionalmente
considerados por esos analistas.
Los griegos llevan meses practicando
una economía de guerra, o subsistencia, en la que instituciones, empresas y personas,
pasan liquidez al gobierno, las facturas de proveedores van a los cajones sin pagar,
el gobierno presiona para que sigan suministrando bienes y servicios, so pena de
eliminarlos como futuros proveedores, igual que presiona a fondos de pensiones,
fondos de inversión, etc. para que contribuyan comprando deuda y faciliten liquidez,
los trabajadores de sectores públicos entregan parte de su salario y/o dejan de
cobrar, profesionales sanitarios y educativos ceden salarios igual que los turísticos,
arqueólogos, vigilantes, trabajadores sociales y profesionales liberales, no
cobran y/o prestan porcentajes de ingresos,… las cifras son difíciles de determinar
hay variadas formas de contribución al aumento de la liquidez para mantener el
funcionamiento del país que no permiten responder con precisión cuándo será el final.
La debacle política interna tendría
consecuencias impredecibles. Syriza sigue manteniendo el mayor apoyo electoral,
en torno a un tercio de electores, pero no sabemos cómo reaccionaría la mayoría
de griegos que no quiere salir del euro, en torno al 70%, si fracasaran las
negociaciones. Tampoco sabemos comportamientos y alternativas que tomarían las
diferentes corrientes que conforman el partido, entre las cuales los hay que
quieren romper. Tampoco descarten que la situación estallara con salidas raras,
una apuesta griega por Rusia, aunque dificilísima por los graves problemas
económicos y políticos rusos, quizás ofrecieran apoyo político y financiación a
cambio de un compromiso griego de abandono de la OTAN y el retorno al dracma; o
ayudas chinas a cambio de consolidar su corredor hacia Europa, lo cual es más
probable, sea cual fuere el resultado de la negociación.
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