La izquierda pierde la batalla de la comunicación,8
La realidad me brinda otra oportunidad de comprobar la diferente rapidez y concepción de utilizar mensajes políticos a derecha e izquierda. Reducir la velocidad máxima de circulación, puede ser una medida de ahorro energético, o tener poca influencia en ello, dará lo mismo, para la derecha el mensaje está lanzado y en marcha desde el primer minuto. Igual da, que sea verdad o mentira, ellos no necesitan estudiar sus efectos, solo es otro mensaje con el que poder atacar al Gobierno y a la izquierda. La retahíla de chistes de cortes de luz a las 12, o apagar la tele a las 10 correrá como la pólvora, (precisamente ellos saben muy bien lo que sucedía durante el franquismo con los cortes de energía).
Este es un nuevo ejemplo de cómo abordan mensajes los nuevos anarco-liberales, estilo Aznar, Sánchez Dragó, Jiménez Losantos, C. Vidal, etc. etc. y los ultramedios. Se mete en coctelera unas dosis de ‘defensa de libertades’ ya que todo individuo pretende hacer lo que le dé la real gana y mira con malos ojos a quien se lo impide, se agitan supuestas ironías y sarcasmos que ridiculicen y empequeñezcan a gobiernos de izquierdas, procurando que los infantilicen por indocumentados y tenemos una pequeña acción política convertida en una más pero del conjunto global de inutilidad de las izquierdas.
Su desparpajo y cara dura no tiene límites, resulta que un ex presidente del Gobierno de la Nación, ex presidente del PP, partido que gobernó y lo hace en miles de ayuntamientos y la mitad de las CCAA de España, y que por tanto ponen reglas, normas y leyes que limitan las libertades individuales de millones de españoles respecto a multitud de acciones de la vida cotidiana, sean horarios, impuestos, circulación, características de locales, o pisos, educativas o de condiciones laborales, alimentarias, higiénicas y sanitarias, y un larguísimo etc., resulta que éste y otros tipos, se quejan cuando otro gobierno hace lo mismo que ellos. Y la gente se queda tan pancha sin querer percatarse de la diferente vara de medir.
Mientras tanto, ¿en la acera de las izquierdas que ha ocurrido en torno a este mensaje?
a) Una medida de reducción de velocidad para ahorrar combustible está aceptada por todos los especialistas en tráfico y energía del planeta, contribuyendo a mejorar la contaminación del aire. Y a reducir accidentes.
b) La reducción de velocidad, en unos u otros casos, está puesta en práctica en la mayoría de estados mundiales, sean europeos, occidentales o del resto del planetas. La discusión podrá establecerse en torno a qué cifra máxima utilizar, si 110, 120 o 130, pero muy poquitos estados del mundo funcionan sin límites de velocidad.
c) Podría discutirse la eficacia en cuanto a la cantidad de ahorro, pero qué duda cabe que la rentabilidad económica a obtener por costo de la operación puede resultar interesante.
d) Por descontado todos aceptamos que existen otras medidas de ahorro energético de mayor empuje que tendrán que ponerse en marcha, ‘hace varios años atrás’. Somos un país derrochón, nuevos ricos en todo nuestro comportamiento y energéticamente hablando vamos sobrados.
e) Nuestra dependencia energética es tradicionalmente enorme, no tenemos capacidad para comprar petróleo y la crisis nos ha puesto contra la pared a toda Europa y a nosotros en particular en temas energéticos. Pero la proverbial chulería de la derechona española parece no ver problemas energéticos.
f) Apuesto doble contra sencillo a que los problemas del mensaje ecologista son muy similares a los de las izquierdas, ‘dos cabalgan juntos’, y no me refiero a que las opciones y alternativas sean parecidas, que si en este caso, la energía, no se diferencian, pues ya me dirán, me refiero a su eficacia en cuanto a llegar a la población. Me refiero a que el derroche energético en el que estamos instalados es problema colectivo porque la sociedad en su conjunto acepta y difunde estos patrones de consumo, evidentemente alejados de nuestras posibilidades y no solo económicas.
g) Patrones de consumo y derroche en producción de mercancías y servicios y en transportes que es de lo que ahora hablamos, en el excesivo transporte de mercancías por carretera y poquísimo por ferrocarril y agua, derroche en la venta masiva de coches gigantes todoterrenos que plagan nuestras ciudades con su inmenso consumo y poca fiscalidad, derroche en cuanto lo fomentamos con nuestro urbanismo de locos de extrarradios residenciales, derroche en cuanto a precios no reales de producción energética y de utilización masiva de petróleo.
h) Sin necesidad de los conflictos en el norte de África que probablemente creará dificultades energéticas en suministro y precio, como es posible que el mensaje de izquierdas para este problema quede (además del cambio de bombillas) en una medida de reducción de velocidad de 120 a 110 sin explicaciones anteriores y posteriores que sitúen el problema en su contexto, que pudieran entroncar la medida precisamente en un acierto de previsión en vez de en un error infantil.
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