Rubalcaba aparece el mejor situado en muchas quinielas, blogs y medios apuestan porque este político hecho y derecho, maduro, con experiencia sobrada en muchos frentes, en varias épocas, tiene una buena posición en la línea de salida. Yo no veo tan claro que esté en la salida.
Los dos pesos pesados, Rubalcaba y Blanco, están bien colocados, serán protagonistas de esta etapa, mas Rubalcaba, qué duda cabe. Pero está Zapatero, más peso pesado que ellos y no diría yo que decididamente quiera quitarse de en medio, incluso podría pensar que tiene posibilidades de ganar, con su esperanza basada en la recuperación económica cifrada en el año que viene.
Para mucha gente la tapada de ZP es Carme Chacón. No digo yo que no sea su preferida, otra cuestión es si podría encabezar las listas y optar a ganar la Presidencia de Gobierno y la dirección del PSOE.
Llegados a esta situación de jugar a las quinielas, debemos entender que los análisis no se centrarán únicamente en cualidades personales de la candidatura sino que también considerarán las posibles opciones de apoyos que conseguirían dentro del partido. Y en este punto yo creo que Chacón tiene un inconveniente en la persona de su pareja, que restará muchos apoyos al presentar un flanco susceptible de mayores ataques.
Claro, claro, que el candidato será independiente de su pareja. Pero con una pareja de bajo perfil las posibilidades de concitar rechazos serán menores que si se trata de una pareja de tan alto perfil como tiene el Sr. Miguel Barroso. Al igual que tampoco creo salgan delfines y menos que triunfen, con problemas patrimoniales, económicos o de cualquier otro tipo.
Luego está lo fundamental, me resisto a creer que ZP cometa un error tan grande como el mismo Aznar cometió, nombrando sucesor, o sugiriendo delfín. No creo que el PSOE lo aceptara sin generar luchas internas y no creo que ZP tenga controlado el partido hasta ese punto. Más probable parece la formación de distintas corrientes que deberán dirimir su potencia en un congreso, previa demostración inicial de fuerzas en autonómicas y municipales y casi seguro en las generales.
No descartemos la salida de corrientes similares, pero distinta, a la que aupó en su día a Zapatero, si no en las primeras elecciones, sí en las segundas, porque él se podría apartar para las primeras generales, pero también podría seguir de candidato y tras la derrota que dejará al PSOE en la oposición unos cuantos años buscar alternativas con tranquilidad. Por ahora ha perdido aproximadamente un cuarto de sus votantes, a pesar de lo cual gente con mucho voluntarismo podría pensar que es posible recuperarlos. A mí se me ocurre que más sencillo hubiera sido evitar perderlos. Y no se hizo.
Es lamentable, por ineficiente, por derroche, que primerísimas figuras del socialismo español estén jubiladas prematuramente, con ese criterio que parece haber calado socialmente de las prejubilaciones, ‘a los 50 vete quitando de en medio’.
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