Doy por sentado que muchos cientos de miles de personas en paro están en la economía sumergida, (la que no cotiza fiscalmente), algunos cifran su peso en España en el entorno de un 20 % del PIB. Por ahora sabemos de su existencia e importancia pero en cuanto a cuantificarla, solo tenemos estimaciones sin demasiada relevancia (comparables a las de otras parcelas económicas), cifras hipotéticas.
Veremos cuando sumen al PIB, dentro de 5 años, la economía ilegal, (prostitución, droga…) si las cifras se hacen más fiables ya que habrá mayor atención de estudios y trabajos sobre el asunto.
En esa realidad sumergida hay delincuentes y mafias, o dentistas y profesionales liberales, o transportistas y albañiles, fontaneros, cuidadoras, limpiadoras, descargadores, jornaleros, y un largo etc. que nos dice que viven esta realidad gentes muy diversas, algunos de los cuales con esa actividad encuentran posible subsistir y otros bien vivir, claro está.
Esta es una vieja realidad que aumenta o disminuye su peso dependiendo de los ciclos económicos, pero que en los países latinos está instalada desde siempre. Hace años las oficinas bancarias ofrecían productos específicos para profesionales que se suponía captaban parte de su dinero en negro y a ellos se dirigían comerciales y directores para captar y rentabilizar su dinero.
La realidad de los cientos de miles de personas que trabajan en la economía sumergida implica que carecen de los derechos del conjunto, no cotizan a la Seguridad Social, no pagan los mismos impuestos, por tanto con los trabajadores sumergidos, aparecen dos problemas (uno se divide en dos):
1) Discusiones actuales en cuanto al tiempo o cuantificación de pensiones o edad de jubilación les afectan poco, al igual que la seguridad en el empleo y prestaciones por despido, etc. Su seguridad laboral no tiene nada que ver con la defendida para los fijos, ni con la teórica que nos gustaría a todos. Mientras tanto son carne de cañón de la que se aprovecha el sistema, con pocos apoyos políticos y sindicales.
2) Parte del sostén lo ofrece el salario social, sanidad, educación, prestaciones por desempleo, rentas de ayuda e inserción…componentes del estado de bienestar que cada día encuentra menores contribuyentes, muchos de ellos sumergidos, por lo que irá disminuyendo su peso y posibilidad de contribuciones sociales. (Una pescadilla que se muerde la cola)
Así que, en este campo tenemos un trabajo urgente que realizar, gobiernos, sindicatos, partidos, reflotar, sacar a la luz lo que existe, que será diferente a las políticas de generación de empleo, porque se trata de hacer visible lo existente dandole forma adecuada.
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