Otra reflexión sobre las políticas de clase o ciudadanas. Las primeras, serían aquellas que contemplen al proletariado como sujeto político fundamental y las segundas aquellas otras que tienen como sujeto político fundamental al ciudadano. En el fondo la polémica que estamos manteniendo entre varios individuos, a los que ya he citado y enlazado en varias ocasiones, la discusión que hemos mantenido, ha estado girando sobre los conceptos de clases y sujetos, y lo que tapaba eran diferencias respecto a qué políticas deben apoyarse, proponerse, elaborarse desde los órganos sociales de poder, gobiernos, partidos, sindicatos…
Mi posición es que hoy y aquí, si queremos que las izquierdas sean progresistas deben proponer políticas que satisfagan necesidades ciudadanas, que beneficien al conjunto de la sociedad y por ende a los menos favorecidos, que en muchos casos no son precisamente los obreros. El concepto ciudadano, mas global e integrador, se entiende que también incluya al proletariado, por supuesto, pero también a la mujer, a los jóvenes, a los dependientes, a los pensionistas, a los trabajadores del sector servicios casi cuatro veces más numerosos que los industriales, etc. Por las cifras que aporté en el cuadro estadístico de hace días puede observarse los diferentes grupos de personas que componen los 46 millones de la población española, en donde los proletarios no son mayoría y su evolución en el tiempo.
Un aspecto de la discusión es la pertenencia de clase a partir del sentimiento, (la conciencia de clase), sentirse de, argumento que podría servir para respaldar opiniones en ambas direcciones, los que se sienten pertenecientes sin serlo y los que no se sienten a pesar de ser obreros industriales, por ejemplo. El famoso asunto de las clases medias, que si bien es verdad la utilización de las preguntas y análisis en las encuestas, como mantenía Roca en sus argumentos, también lo es, que muestra una realidad de amplias capas de trabajadores que no identifican sus condiciones de vida con aquellas imágenes que les contaron de la clase obrera, imágenes que incluso, algunos conocieron en el pasado franquista.
En el fondo podemos volver al asunto de la utilidad, la mayoría de esos individuos sí se consideran ciudadanos, por lo que las políticas a realizar tienen que ver mucho con no despegarse de estas mayorías de población, políticas que en lo concreto es donde se deberían discutir su carácter progresista o reaccionario.
Si queremos defender políticas verdes, malvas y rojas, solo es posible desde una óptica ciudadana. Si queremos defender políticas globales de democracia, participación, igualdad, justicia y solidaridad, debemos hacerlo desde políticas ciudadanas. Sería absurdo considerar las políticas ciudadanas como opuestas a los intereses de clase obrera, cuando los contemplan plenamente, pero amplían y no se olvidan de las mujeres, del medio ambiente, de la sostenibilidad, de los dependientes, jubilados, estudiantes, jóvenes, ancianos, pequeñas empresas, autónomos, empleados, etc.
Resulta difícil aceptar que las políticas que pongan como sujeto principal a la clase obrera, consigan agrupar fuerzas suficientes para ser realizadas, como tampoco es sencillo aceptar que sean más progresistas, justas y necesarias, que las acciones políticas que favorezcan a la ciudadanía en su conjunto.
Como ejemplo y ejercicio teórico que sirve para comprobarlo, pueden proponerse, en positivo y no a la contra, acciones a desarrollar en los siguientes terrenos: Sanidad y Salud; Educación y Formación, I+D+i; Seguridad; Dependencia; Pensiones; Transportes, comunicaciones y obras públicas; Equipamientos sociales; Gobernanza, instituciones, democracia y representación ciudadana; Administración pública, Justicia, Igualdad de sexos, credos, razas, etc. etc.
En el ejemplo anterior y en todos los campos de actuación es complicadísimo imaginar políticas a implantar aquí sin considerar derechos universales los anteriores y que favorezcan SOLO O PRINCIPALMENTE a la clase obrera, dejando al resto de la ciudadanía al margen o fuera de esos derechos, eso y no otra cosa sería una política que considera como sujeto político fundamental a la clase obrera. Por descontado la discusión fundamental sería sobre cada medida concreta que podría favorecer mas a unos que a otros, tener un coste mayor o menor para determinados sectores, ubicarse en tal o cual zona, en suma preferir una acción sobre otras sigue estando a la orden del día, como lo seguirán las injusticias, etc.
Voy a dejarle unos escritos (no míos, de otros) relacionados en cierto modo con las clases sociales, las izquierdas políticas y el sistema económico.
ResponderEliminarUn cordial saludo,
Prof. V. Navarro sobre las clases sociales: [1], [2], [3], [4], [5], [6], [7].
En "La suerte sonríe a los audaces": [1], [2], [3].
Prof. E. P. Mesa: Capitalismo, clases sociales y explotación
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