No esperen a perderlo, para defenderlo. Democracias en retroceso
Cuadro
procedente de V-dem
España no es la mejor democracia del
mundo, pero tampoco está entre las peores, y mucho menos puede considerarse
como dictadura, autocracia, o no democrática. Internacionalmente, desde fuera, España es considerada democracia plena por instituciones que se dedican a estudiar los
grados de las democracias, vistos diversidad de estudios que miden y analizan
la cuestión utilizando varias decenas de parámetros, podemos considerar la democracia española entre el grupo de
mejores democracias del planeta. Naturalmente tiene bastantes defectos a
corregir, muchos de los cuales son analizados habitualmente en diversos
informes en circulación, por ejemplo, los realizados por la ‘Fundación
Alternativas’. La diferencia esencial al reseñar críticas estriba en la
intencionalidad de denunciar para corregir y mejorar, o denunciar para derribar
y…
¿Por qué escribir ahora sobre la calidad
de la democracia española? Sencillo, porque en los últimos años aumentan los
riesgos de perderla, por los enemigos externos y por los internos, en parte
son enemigos anti-ilustrados situados en ambas aceras, derecha e izquierda, que
luchan decididamente contra las ideas revolucionarias de la Ilustración, contra
la idea de igualdad en libertad para todas las personas creando ciudadanía,
luchan contra ideas que pretenden romper pasados derechos familiares, de
linajes, derechos por nacimiento casualmente en un lugar o en una familia, los
anti-ilustrados pretenden derribar ciudadanías reales que son multi identitarias
-sean culturales, étnicas, religiosas, nacionales, ideológicas- e imponer conjuntos
uni-identitarios, necesitan construir muros en las ciudades y barrios, en
nuevas o viejas naciones, a todas aquellas personas que no sean como decidan
ellos que deben ser, quieren la autarquía, encerrarse en sí mismos, ‘nosotros
solos’ decían entonces y dicen ahora, pretenden su reconocimiento como raza
superior, y actúan como tal, quieren volver atrás en la historia, hacia el
antiguo régimen y más allá, hacia las tribus…
Sin duda es más fácil destruir que
construir, así mientras, los problemas reales se van acumulando sin buscar solución, las mejoras requieren obligatoriamente pactos porque nadie tiene
mayoría suficiente para imponerlas y mucho menos mantenerlas por sí solos. Mientras
en el ambiente aumenta una dinámica de lucha enfrentada entre unos y otros que
cuestionan el edificio completo, no se identifican con lo que tenemos, porque
el sistema social no tiene totalmente su estilo, totalmente el de nadie, el
sistema no está todo él creado a su imagen y semejanza, el sistema admite
interpretaciones distintas de grupos diferentes que conviven dentro de él a
pesar de todo, pero que ante cada nuevo movimiento de los equilibrios
inestables de poder, tratan de derribarlo entero para ocupar todo el espacio,
no les entra en la cabeza que eso es imposible hoy día. Nadie puede derrotar
totalmente al adversario/enemigo hasta hacerlo desaparecer.
Estamos volviendo a oír ideas y ver
comportamientos fascistas similares a los años 20 y 30, y a los de la
postguerra franquista, que llaman la atención escuchadas a los de enfrente,
pero no a los de al lado, -racismo, xenofobia, supremacismo, banderas, antorchas,
marginación, represión… son la base del independentismo catalán y vasco, en
circulación desde hace años sin alterar a muchos de los que hoy se alteran-.
Los anti-ilustrados, de aquí y de allá, pretenden recuperar pasados gloriosos inventados,
que nunca existieron, pero que cuentan con la ventaja de la ilusión que genera nacer
ahora como nueva nación, ellos no se comprometen con el lado trágico del pasado
común que construyeron, pretenden pasar por angelitos, pero eran tan brutos y
miserables como los demás peninsulares, y europeos. Al pretender nacer ahora
como nación creen lo harían inmaculados, necesitan echar toda la mierda a los
otros, lo cual dota a sus fieles de una supuesta moral superior.
Conviene mirar y preguntarse como Joaquín Estefanía:
Democracia ¿alguien tiene algo mejor? Entender que la
democracia tiene enemigos es un paso necesario para realizar activismo social
sin orejeras: ‘’Una información exhaustiva publicada
el pasado día 8 en el diario
francés Le Monde (“Cómo millonarios americanos
intentan desestabilizar Europa”) muestra que los problemas del Viejo Continente
no son sólo endógenos o causados por la interferencia tecnológica de la Rusia
de Putin. No se trata sólo de Steve Bannon,
el antiguo estratega de Trump, instalado en Roma (“¿Se entiende cómo cambiará
la vida con un Parlamento Europeo con Pen liderando
los mayores partidos?”, decía, probablemente eufórico, en EL PAÍS el 25 de marzo pasado),
sino de una serie de empresarios estadounidenses, algunos de
los principales financiadores de la campaña presidencial de Trump, que utilizan
también su dinero para influir en Europa (a favor de los chalecos
amarillos, en contra de la emigración y de la propia Bruselas). Entre
ellos está Robert Mercer, copresidente del fondo de alto riesgo Renaissance
Technologies, que financió en su momento el sitio digital Breitbart News, desde
el que Bannon se hizo famoso defendiendo posiciones de populismo extremo y
favoreciendo la llamada derecha alternativa (alt-right). Mercier ha
creado el instituto de pensamiento Gatestone, cuyo radio de acción es
europeo. Le Monde cita otros abundantes ejemplos.
Atentos
a estas campañas, explícitas o subliminales, de desestabilización del proyecto
europeo, una de las pocas utopías factibles que quedan, pese a sus muchos sus
defectos. No hay vacunas que nos protejan ni nada mejor que defender en el
horizonte.’’
Escribió Elvira Lindo el 26/01/11 en ‘Hacer y destruir’. : ‘Cuánto le
gustaba a Pla esa frase de Paul Valéry, "la horrible facilidad de
destruir". Sí, ese es el signo de los tiempos, la tendencia imparable a
emitir un juicio inmediato sobre lo que otros hacen.’
No hay comentarios:
Publicar un comentario