Al
otro extremo del argumento de Rajoy, ‘nadie
puede gastar lo que no tiene’ comentado hace días, se encuentra la ceguera visionaria del ‘aquí no pasa nada y podemos seguir igual, -o casi-, los otros nos
prestarán lo necesario’.
Es el pensamiento dicotómico español, amante de
los extremos, blanco o negro, aquello o esto, amigo o enemigo. Tan falto de
sensatez era el argumento derechista, como el de muchos izquierdistas que
llevan años despreciando el problema de la deuda, como si pudiéramos seguir sin
dar un vuelco profundo a la situación.
Y
no les quepa duda que un gran vuelco se dará, con su participación o sin ella,
dirigido solo por el PP, o en un gran pacto opinando los demás; guste o no,
habrá que darlo, y si alguien se retira de escena y se limita a rezar ‘virgencita que me quede como estoy’ la función continuará solo con los azules
que aprovecharán su poder y las crisis para fabricar un país
a su medida, reelaborando modelos;
productivo, de bienestar, sanidad, educación, prestaciones dependientes,
administrativo, territorial, laboral, energético, urbanístico, medioambiental, organización
política,… retrocederemos 50 años en
derechos y bienestar. El problema colateral, es que en esta dinámica las
izquierdas están perdiendo la batalla del lenguaje, hay una pérdida del discurso, dejándole en propiedad
de unos pocos individuos del lado neoliberal.
Por
descontado, aceptemos que todo el mundo quiere mantener lo que tiene sin
modificar a peor, ya que la culpa no es
nuestra, es de los otros, que no quieren hacer tal cosa y tal otra, porque si
lo hicieran… El problema de esta postura infantil de esconder la cabeza bajo
la sábana para protegerse del peligro, es que puede entenderse en la ciudadanía,
pero nunca en una formación política, sea grande o pequeña, parlamentaria o extraparlamentaria.
La realidad soportada seguirá su curso y nos pasará por encima y todos los partidos
políticos deberían asumir una parte de responsabilidad en su capacidad de mejora
y resolución de problemas del conjunto de la ciudadanía.
Para
empezar hay que aceptar que tenemos un tremendo problema que va en aumento
agravándose, el déficit y el empleo, y que ningún gobierno lo podrá resolver
solo, nadie podrá obligar mayorías ciudadanas a que acepten sus planes, o se
convierte en tarea colectiva, consensuada, participada, o no podremos seguir,
esto no ha sido aceptado todavía por todos los partidos políticos y menos por el
partido del gobierno, al que seguimos escuchando a la Vice, a Cospedal, a Pons,…
llevar su discurso exclusivamente a argumentar que todo es culpa del PSOE, cuando
no los exabruptos de sus parlamentarias/os que muestran el odio que guarda su subsconsciente
hacia la ciudadanía. Mientras tanto el desapalancamiento español, -devolución de
la tremenda deuda privada- apenas ha comenzado lo que sugiere una situación que
parece va para muy largo, como refleja el cuadro de Mckinsey publicado al inicio.
Otra
cuestión será ¿cómo lo hacemos?, aspectos en donde la discusión puede ser
abundante y ninguno podrá imponer al resto su estrategia ideal, y menos la de
hace unos años, nadie podrá obligar a 2/3 de la sociedad a recortes y recortes
sin otro horizonte que la destrucción del actual modo de vida, o reconocemos
todos que el déficit nos está matando o no encontraremos salidas. O aceptamos
todos que el empleo es lo importante o no encontraremos apoyos ciudadanos a
ninguna medida. El empleo es crecimiento y éste es trabajo, y por tanto posibilidad
de pago de deudas. O aceptamos que solo con una acción política conjunta, se
pueden cambiar rumbos en Europa –y en el mundo- o no encontraremos apoyos
suficientes en Bruselas, BCE… porque no creo que nadie piense en serio que este
gobierno está presionando a Europa y al F.M.I., como dice Rajoy.
La
imposibilidad de pagar nuestras deudas en 20 años, se acercaría a la realidad,
nos llevaría camino de realizar quitas. Es lo que ven los mercados, por eso
cierran el grifo de financiación o exigen intereses altísimos ante ese riesgo.
Ya nadie quiere deuda pública española, y lo que es peor todos los extranjeros
venden, así la prima de riesgo, el diferencial con Alemania, aumenta y nos
lleva a pagar por encima del 7% el bono a 10 años, duplicando en pocos meses
los pagos de intereses de financiación a plazos cortos entre 2 y 5 años. La Europa
de varias velocidades, de varios precios está realizando una gran transferencia
de riqueza, moneda única pero precios distintos por el dinero hacen viajar al euro
del sur al norte.
Muy cierto, buen artículo, gracias por compartirlo.
ResponderEliminarlotes terrenos
Gracias
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