La
cumbre de finales junio parece que nos ha insuflado una bocanada de oxígeno,
unos días de tranquilidad ante el aparente éxito de España e Italia, acunado y
dirigido por los vientos de Hollande –que no olvidemos se apoya en aires de
Obama-, pero no creo que se hayan resuelto los problemas que denuncian la prima
de riesgo, a pesar de que pueda serenarse unos días.
Realmente lo que se ha
producido, y es bastante, ha sido un frenazo al absolutismo decisorio de Merkel y aliados,
comenzando a formarse un frente de países del sur e intervenidos, apoyado en
las políticas que abanderan el crecimiento, bajadas de tipos por el BCE y
defensas de inflación superior a la
actual, -hasta doblarla-.
Sí,
claro que puede verse el vaso medio lleno, a pesar de que muchas decisiones si
se implementaran podrían ser positivas a largo plazo, pero nuestros problemas
son urgentes, además de a largo. Es verdad
que la relajación de prima de riesgo y espuma de la cumbre puede hacer que algunas
empresas vean algo de luz y tomar decisiones de inversión, y frenar algo el destrozo,
ahora la inversión está desaparecida. Pero
nunca olvidemos la situación de fondo, que muy resumida es:
a)
Nuestras inmensas deudas no seremos capaces de pagarlas en muchos años, ¿quizás
20?, -el desapalancamiento va lentísimo y la deuda pública y déficits en aumento
por la depresión que aumenta gastos y hace desaparecer ingresos-.
b)
La capacidad de crecimiento está atascada, y no para de hundirse más día a día,
seguimos sin encontrar fondo en medio de una depresión, lo cual implica paro e incapacidad
de reducir el déficit y
c)
El sistema financiero no tiene capacidad de regenerarse por sí solo, porque muchas
entidades están quebradas, o casi, el peso de la burbuja inmobiliaria no conseguirán
levantarlo, sumado a las moras de la situación depresiva, el sistema no tiene
capacidad de funcionar normalmente, conceder créditos a familias, pequeñas
empresas, etc. lo cual tardará años, y para ello necesita del rescate que no es
inmediato, ya veremos en qué condiciones y cuándo será disponible y a cuantos bancos/cajas
salvará o enterrará.
Seguimos
encaminados hacia un rescate país, o peor aún, porque como no será posible por
sus enormes cifras, podría consistir en una intervención de nuestra política
económica, muy superior a la actual, y sin las líneas de crédito suficientes y
necesarias para sujetar lo que hoy conocemos como Estado español. Intervención que
afectaría a sanidad, dependencia, pensiones actuales y futuras, condiciones de
jubilación, impuestos y tasas, prestaciones sociales y desempleo, organización
y administración del Estado, funcionariado, privatizaciones, mercado laboral,
condiciones de trabajo, salarios, festivos, vacaciones, convenios, organización
del sistema financiero…
Estas
cosas nunca son de un día para otro, of course, no se cambia de blanco al negro
sin pasar por los grises; un día hay dificultades para colocar una subasta del
Tesoro, otro día no hay forma de colocarla a precios adecuados, al siguiente
fracasan los ingresos y al otro se desmadran los gastos, otro día aparecen
nuevos déficit y facturas pendientes, además se acaba el colchón estatal de metálico
de 30.000 millones que tenemos para subsistir, etc. etc. de tal forma que la
suma de hechos relevantes produce un salto cualitativo. Por ejemplo, en otoño.
Cabe
la posibilidad de que Alemania y aliados centro-nórdicos, nos vendan tiempo, traten
de engatusarnos, alarguen caminos y propuestas, para que antes del derrumbe
total tengan tiempo de salvar sus bancos comprometidos con préstamos a la banca o en compras de deuda
soberana. Será poco probable ver una salida inminente a la situación sin que les
haya dado tiempo a sacar su dinero y soltar las amarras para evitar que los
arrastremos. Mientras esperamos esos 100.000 millones, que ya veremos cuando y
en qué condiciones llegan ¿a usted no le da por pensar que, por qué nos van a
dar 100.000 millones para salvar nuestro sistema financiero, si los pueden
dedicar a salvar el suyo? ¿Acaso no pensarán que después de abrir el melón, pueden
aparecer otros 100.000 millones? Al fin y al cabo el sistema financiero está cargado
de arena y ladrillos sin casi valor y de deuda pública con enormes riesgos de
sufrir una quita.
No hay comentarios:
Publicar un comentario