Corría mayo de 1937 y Azaña acabó de decidir el nombre de quién sería el
último presidente del Gobierno republicano… El hasta entonces ministro de
Hacienda se había formado principalmente en medicina, aunque posteriormente
había estudiado química y economía… Negrín, perteneciente a una familia de
comerciantes de Las Palmas, era un hombre ilustrado que hablaba seis idiomas.
Se había formado en Alemania y era catedrático desde los 30 años. Aunque era un
socialista moderado, un simpatizante del SPD alemán favorable al mercado (fue
el primer suscriptor en España de The Economist), a las libertades
individuales y contrario al comunismo, su relación con el PCE no era hostil…
El peso creciente de sus competencias políticas obligó al doctor a
abandonar su carrera científica, decisión que lamentarían sus alumnos, pues
Negrín, además de científico, fue un profesor muy querido por sus estudiantes,
entre ellos el futuro Nobel Severo Ochoa…
Lograron hacer creer que España era solo
Franco y Mola, y el fascismo y la dictadura, lograron revivir la leyenda negra
del imperio español, oponiéndolo a las democracias europeas, para ello
ocultaron los fascismos inglés y francés, amén del alemán e italiano, el fascismo
de los países nórdicos y el de los países del Este. Ocultaron la explotación atroz
y esclavista, y los campos de concentración franceses, alemanes, belgas,
holandeses en África, y el imperio inglés en el mundo o la reciente y repetida
intervención militar británica durante años en Irlanda.
Lo peor de todo es que muchos españoles
se lo tragaron. La secesión en Cataluña ha hecho aflorar la crisis en España,
los nacionalistas periféricos han conseguido que muchos españoles desafectos
sigan sus postulados secesionistas, ello a pesar de las teorías catalanistas, supremacistas,
de su ideología nacional-católica y tradicionalista-carlista, de su extendida
práctica fascista.
Llama la atención que amplios sectores
de población apoyaran objetivos neoliberales y siguieran considerándose de
izquierdas, ¿cómo fue posible que durante años asumieran la creación de
desigualdades primando a los catalanistas? Un gran salto de progreso se produjo
en la historia cuando el futuro de una persona no se vinculó a su apellido,
daba lo mismo donde naciera, todos los individuos tendrían iguales derechos, eso
defendieron los progresistas desde hace 300 años. Ahora en Cataluña hay quienes
ayudan a que los apellidos catalanes tengan el monopolio exclusivo del poder
¿Qué pasó para que el racismo y el tradicionalismo carlista, cimientos de la
ideología de los independentistas se extendiera con tanta facilidad?
Llama la atención que quienes apoyan
estas ideologías, objetivos y métodos se consideren progresistas. Mucha de esta
gente, conforman la izquierda reaccionaria. Nada es lo que fue, la
realidad vivida recientemente descubre aspectos que dieron contenido al
concepto -definido por Félix Ovejero-. Difícilmente puede considerarse
progresista al que defiende practicar desigualdades, por no hablar catalán,
por haber nacido en otra parte, por no apoyar mi religión… por crear
fronteras, por apartar, despedir, despreciar, odiar, por violentar a los otros,
por asumir totalitariamente como propia la representación del pueblo
entero. No es tan difícil comprobar estos aspectos, mirando los apellidos
de las élites políticas, económicas y sociales, se comprueba el inmenso peso
catalanista y la ausencia de la mayoría de apellidos de los que nacieron y
viven en Cataluña.
Un aspecto que explica la amplitud de la
postura anterior, es el desapego que existe por España y lo español en muchos
sectores de población, data de la época franquista, pero los españoles y los
catalanes, como todos los demás en todas partes y todas las épocas, son gente
diversa, y cambiante, solo existe la idea de pueblo homogéneo en el ideario
populista, nacionalista, en el fascismo. Igual que en Norteamérica existieron
los indios sioux y Toro Sentado, también existió el General Cúster y el 7º de
Caballería, o el jefe apache Gerónimo vinculado a las Españas; En España todo
fue siempre muy diverso, el fascismo y también los anarquistas, la tradición
carca y los liberales y republicanos, los vettones y los íberos, y árabes y
francos, y cristianos y judíos, y ateos, …
Encuentran argumentos para justificar el
rechazo, les cuesta hasta decir que han nacido en España, por no sentirse como otros
españoles ultras, evitan el uso del nombre con la idea de que no le asimilen a
la España franquista, porque para ellos no existe otra, ni siquiera quieren ser
rozados con símbolos que ven utilizados patrimonialmente por el PP, ni con ideas
rancias de la patria fascista o imperial… Esto manifiesta altas dosis de
complejos y desconocimiento de España y lo español, a lo que nos hemos ido
acostumbrando como si fuera normal. Aquí hubo franquistas y republicanos, anarquistas
y socialistas, nacional-católicos y laicos y ateos, tradicionalistas e
ilustrados… todos españoles, los unos no se entienden sin los otros, pero mucha
gente quiere creer que solo existieron los unos. Falta reivindicar a los otros
españoles y no aceptar que se los silencie.
El secesionismo catalanista ha captado
enormes simpatías de no catalanes, lo acompaña el desprecio por el nacionalismo
español, nunca hubo similar desprecio para los nacionalismos periféricos, pero
los cabrones, fachas, explotadores, mea pilas, aristócratas, explotadores de
esclavos negros, etc. etc. fueron los mismos, españoles o catalanes, formaban
legión en toda la piel de toro y en Europa. Olvidaron los fascismos francés e
inglés, o el carlismo catalán y vasco navarro… fueron embellecidos por relatos inventados
de resistencia y nunca puestos en duda ni criticados en la España democrática,
en la que lo español podía ser escupido, o quemado, pero nunca lo catalán, o lo
vasco.
Por extrañas razones se ha considerado
más democrático y progresista lo catalanista y lo vasquista, siendo
como son y fueron, partes inherentes del pensamiento mas carca de las élites
españolas gobernantes en el pasado, en el franquismo, o en la democracia… un
complejo de inferioridad se extendió entre la población española considerando
que aquellos periféricos eran modernos, más listos y productivos que el resto.
Una gran mentira, tan falsa como los duros de madera.
Durante el siglo XIX y XX múltiples intelectuales
catalanistas han escrito cientos de páginas justificando diferencias, reales o
inventadas, comparándose con un español fabricado por ellos con imagen
despreciable, que les situara, a ellos, siempre en lo alto de la escala del
resto de españoles, -catalanistas preocupados por la
raza catalana-. Esas razones supremacistas afloran desde hace 30 años acompañando el process, el
fomento del odio y el desprecio y la violencia al otro, al español, que como
todo despreciado y enemigo no se le reconocía conciencia de sufrimiento.
Volvamos al comienzo del artículo.
Cuando hablen de España y los españoles, incluyan al último jefe del Gobierno
durante la II República, Sr. Negrín, y al presidente de la II República, Sr.
Azaña, y a todos los españoles que lucharon por la igualdad, la libertad y
solidaridad. Y para comparar con la lista de catalanistas del XIX, citada
anteriormente, facilito una serie de nombres de españoles que convendría
conocer, atrévanse a estudiar sobre otros españoles, éstos son progresistas,
regeneracionistas, ilustrados, … científicos, catedráticos, pensadores,
escritores, colaboradores de publicaciones liberales, republicanas, socialistas,
anarquistas, …
Leopoldo Alas Clarín, Rafael Altamira, Álvaro
Alvarez-Buylla, Josefa de Amar y Borbón, Leon de Arroyal, Felix de Azara, José
Nicolás de Azara, Gumersindo de Azcárate, Pío Baroja, Eduardo Benot, Julián
Besteiro, Vicente Blasco Ibáñez, Ignacio Bolívar, Odón de Buen, Padre
Burriel, Juan Cabanilles, Francisco de Cabarrús, José Cadalso, José Campillo y
Cossío, Manuel Bartolomé Cossío, Joaquín Costa, Valentín de Foronda, Tomás de
Iriarte, Rafael María de Labra, Joaquín Dicenta, Pedro Dorado, Pedro Estasén,
Benito Jerónimo Feijoo, José Fernández Nonidez, Leandro Fernández Moratín, Juan
Pablo Forner, Francisco Giner de los Rios, Augusto González Linares, Gaspar de
Jovellanos, Anselmo Lorenzo, Ignacio de Luzán, Antonio Machado, Lucas Mallada,
José Marchena, Fray Martín Sarmiento, José Martínez Ruiz, Francisco J. Martínez
Marina, Gregorio Mayans y Siscar , Juan Meléndez Valdés, Diego
Muñoz-Torrero, José Celestino Mutis, Pablo de Olavide, Benito Pérez Galdós,
José de Perojo, Antonio Ponz Piquer, Adolfo Posada, Manuel José Quintana,
Santiago Ramón y Cajal, Manuel Revilla, Pedro Rodríguez Campomanes, José de
Rodríguez Carracido, Calvo de Rozas, Rafael Salillas, Nicolás Salmerón, Aniceto
Sela, Luis Simarro, González Solás y Saavedra, Federico
Urales, José Ustáriz, Jaime Vera, José Viera y Clavijo, Antonio Zulueta… son unos pocos españoles, no son santos, no son perfectos, pero chocan con la idea rancia de
lo español fabricada por algunos para intentar justificar su placentera
supremacía moral e intelectual.
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