Mucha gente está convencida de que solo los creyentes en su fe son los buenos, los que entrarán al paraíso son sus correligionarios, por supuesto ellos son los verdaderos patriotas. La desconfianza hacia los otros se extiende rápidamente, los otros son vecinos y colegas de trabajo, son las diferentes, son los otros partidos y líderes que representan a otra gente, convecinos que piensan distinto, visten, sexualizan y rezan diferente. Estamos presenciando la victoria entre los partidos clásicos de las ideas de aquel republicano de EEUU, Newt Gingrich, al que Casado copia, y Aznar copió. Igual que los independentistas.
Levitsky y Ziblatt cuentan en ‘Cómo mueren las democracias’, editorial Ariel, 2018, el ascenso de Newt Gingrich en el Partido Republicano desde 1978, -llegó a presidente de la Cámara de Representantes en 1994- la extensión de sus ideas no hizo más que crecer incendiando el ambiente ‘’no necesitamos líderes cautelosos, prudentes, cuidadosos, anodinos e irrelevantes… lo que de verdad necesitamos son personas dispuestas a librar un combate acalorado…’’ así para hablar de los adversarios se fueron extendiendo los epítetos: corrupto, enfermo, traidor, felón, enemigo, antipatriota, demoníaco, destructor del país, los otros son inmorales, terroristas, aniquiladores, culpables, vende patrias, … lo cual fue prendiendo en las mentes de la gente para definir a los diferentes, y como consecuencia de ello y del miedo a la inseguridad, no quedará otra salida que eliminarlos política y socialmente y, vaya usted a saber el final cual será. Por ahora sabemos que la democracia se va agrietando y los problemas de la ciudadanía acumulándose sin resolver.
La dinámica de la campaña del PP, y de C's, tampoco es nueva aquí, el movimiento independentista lleva años utilizándola sin que hubiera llamado la atención de muchos que ahora sí la ven representada en Vox; la profusión identitaria y amenazante de banderas se vió allí, la xenofobia, odio a los emigrantes de Vox, el independentismo transmutó antes en el odio a los emigrantes murcianos o almerienses, ahora odia a los españoles sin más, sean o no migrantes, la idea de nación primero, American First, allí está instalada hace tiempo, los cargos y representación institucional solo son para los feligreses de la propia religión, tanto en Cataluña como ahora con Vox en Andalucía, ambos son anticonstitucionales, ambos fascistoides, ambos totalitarios tratan de imponer al resto su cosmovisión, su mundo sin aceptar multiculturalidad, ambos movilizadores de masas en las calles que impongan, amedranten, provoquen y agiten, ambos emocionales anti racionalistas, ambos ultra religiosos, ambos contra la pluralidad de expresiones culturas y poderes, ambos dicotómicos, ambos defensores de la familia tradicional, ambos defensores de las glorias de un pasado irreal, inventado, ambos excluyentes de los diferentes, ambos creadores de fake news y excitación permanente utilizando las redes sociales y concentraciones de masas...
Levitsky y Ziblatt en el libro citado escriben: ‘’exponemos un hallazgo fascinante: en 1960 los politólogos preguntaron cómo se sentirían si su hijo se casara con una persona militante de otro partido. El 4% de los demócratas y el 5% de republicanos manifestaron que les desagradaría. En 2010 el 33% de demócratas y 49% de republicanos afirmaron se sentirían infelices… Una encuesta realizada en 2016 por Pew Foundation reveló que el 49% de republicanos y el 55% de demócratas aseguraban temer al otro partido. Entre los militantes comprometidos las cifras se elevan a un 70% de los demócratas y un 62% de republicanos, afirman vivir con miedo al otro partido’’.
Levitsky y Ziblatt en el libro citado escriben: ‘’exponemos un hallazgo fascinante: en 1960 los politólogos preguntaron cómo se sentirían si su hijo se casara con una persona militante de otro partido. El 4% de los demócratas y el 5% de republicanos manifestaron que les desagradaría. En 2010 el 33% de demócratas y 49% de republicanos afirmaron se sentirían infelices… Una encuesta realizada en 2016 por Pew Foundation reveló que el 49% de republicanos y el 55% de demócratas aseguraban temer al otro partido. Entre los militantes comprometidos las cifras se elevan a un 70% de los demócratas y un 62% de republicanos, afirman vivir con miedo al otro partido’’.
Pew Research Center, realizó un informe titulado ‘Partidismo y animosidad política en 2016’ cuyo subtítulo era muy significativo ‘Opiniones altamente negativas de la parte contraria - y sus miembros’, de dicho estudio informe se recogen algunos datos citados, leerlo todo él es muy interesante para el momento que vivimos, a una mitad de la población le da miedo la otra mitad, y a los otros les dan miedo los de enfrente, por descontado afirman por mitades en ambos lados que casi nunca están de acuerdo con sus políticas u opiniones. La idea de ver al otro como amenaza, aumenta en los datos de encuestas en los últimos tiempos, -en 2 años aumenta en unos 12 puntos porcentuales-. De los resultados del estudio ya teníamos percepciones aquí en nuestro terreno, cuanto mas comprometidos políticamente mas extremo-negativos respecto a los contrarios, cuanto mas aguerridos los militantes mas posibilidades de entrar en puestos relevantes del partido, electoralmente son mas participativos cuanto mas negativistas respecto a los otros, -ello indicará que los votantes a VOX pueden aumentar de lo que recogen las encuestas, porque se movilizarán más que los tibios el día de la votación-. (Los cuadros aquí mostrados proceden de 'Partidismo y animosidad política en 2016')
El mundo se está haciendo más inseguro por desconfiado y agresivo y en España se está sembrando esa semilla. Eso tiene una salida con muy mala pinta, para empezar habrá una paralización o imposibilidad para resolver los problemas existentes, pensiones, cambio energético, cambios y dotaciones en la justicia, medidas cambio climático, paro y precarización, educación e I+D+i, desigualdades, despoblación, relaciones internacionales, nacionalismos, etc. etc. cuyas soluciones requieren inexcusablemente de pactos, serán imposibles de debatir, buscar y encontrar salidas sin consensos. Y olviden que una opción venza, desarticule o elimine a las otras, eso será imposible, así que mejor vayan aceptando que las cosas empeoren o cambien sus registros y empujen obligando a sus líderes a la templanza, a la política, discusión y pactos.
Las ideas se siembran, luego pueden recogerse resultados, que lógicamente dependerán de lo sembrado y sus cuidados. Los resultados para la calidad democrática pueden ser horribles. Nathan Kalmoe y Lliana Mason, de la Universidad del Estado de Louisiana, realizaron un estudio, al que hace referencia el artículo aquí enlazado, en el que un 60% de militantes demócratas o republicanos, consideran al otro partido una amenaza para ellos y para EEUU. Los cambios son alarmantes porque provienen de 1960 en el que menos del 5% de militantes demócratas o republicanos mostraba rechazo a que sus hijos pudieran casarse con militantes del otro partido. ‘Sí, la retórica política puede incitar a la violencia’. Escribe Nathan Kalmoe.
''¿Qué nos dice la investigación social y psicológica sobre el posible vínculo entre la retórica política y la violencia? ¿Pueden las palabras realmente conducir a acciones? La causa y el efecto son difíciles de establecer de manera concluyente, especialmente en casos individuales. Pero los investigadores tienen buena evidencia circunstancial del mundo real , así como evidencia de experimentos científicos que concluyen, en general, que la retórica probablemente no sea la causa principal en la mayoría de los ataques, pero el lenguaje violento y odioso puede inflamar a las personas que ya están inclinadas hacia la violencia y centrar su atención. rabia.
En una serie de experimentos que realicé en 2010, descubrí que la exposición a metáforas políticas levemente violentas como "luchar por nuestro futuro" incrementó el apoyo general a la violencia política entre personas con personalidades agresivas.''
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