El Parlamento Europeo aprobó hace unos
días una norma obligando a implantar el ‘botón de apagado’ en los robots. Ante
la posibilidad de que un día no lejano los robots pudieran actuar por sí mismos
fuera de las instrucciones humanas, el Parlamento Europeo aprobó en febrero de
2017 una directiva para obligar a que toda máquina automatizada, pensante, los
robots en la UE, incorporen un botón de muerte, un botón que permita
desconectar.
La decisión de la UE es un reflejo de la
nueva realidad en la que nos encontramos, quizás seamos la penúltima generación
que tenga mayor inteligencia que los instrumentos que fabricamos, los cuales
podrían tomar decisiones contrarias a nuestros intereses, por lo que la UE aprueba
una medida cautelar. Inicialmente
podemos definir un robot como una
máquina, artefacto físico, capaz de manipular objetos y prestar servicios,
programada para realizar tareas con cierta autonomía, imitando comportamientos
humanos -o animales-, también puede ser un
ingenio programable, un sistema virtual de software.
Los robots son artefactos que desde hace unos 40 años realizan tareas
mediante instrucciones facilitadas por humanos. Los algoritmos invaden nuestras
vidas y las de todo procesador, son las instrucciones que se dan a las
máquinas, a robots, a los ordenadores, para que realicen tareas, lo cual hasta
ahora hacía pensar que al final la máquina estaba controlada y dirigida por el
ser humano, ahora está dando un gigantesco salto adelante comenzando una
revolución. La Inteligencia Artificial, en estudio desde 1956, da un salto
cualitativo al vincularse hoy a los big
data, tomando enorme velocidad se están abriendo puertas al
auto-aprendizaje de los robots, machine
learning, que permitiría aumentar su autonomía alejando del control humano
muchas de sus decisiones.
‘Google procesa
diariamente más de 24 petabytes de datos al día –un petabyte es igual a 10
elevado a la 15, un GB Gigabyte es 10 elevado a la 9-; YouTube procesa 27
pentabytes diarios; Facebook incorpora
más de 10 millones de fotos nuevas cada hora; Twiiter procesa más de 400
millones de tuits diarios; Flickr contenía más de 6.000 millones de fotos en
2011. En 2013 se estima que la cantidad total de información almacenada en el
mundo es de alrededor de 1.200 exabytes. Un exabyte son 1.000 millones de
gigas, un largometraje, una película, ocupa o puede comprimirse en un giga.’ –‘Big
data. La revolución de los datos masivos’. Viktor Mayer-Schönberger y Kenneth
Cukier. Turner Noema. 2013-
Mas no solo es más, es
diferente; Wired. Y más correcto. La irrupción del análisis y tratamiento de los big
data está cambiando muchas cosas, incluida la
forma de aprender los robots, pasando de la causalidad a la correlación. Ya no
se trata de buscar las causas que producen un acontecimiento, sino buscar la
correlación, poder predecir el hecho que va a ocurrir en función de múltiples
datos que lo anticipan, hasta ahora inapreciables para el ser humano,
determinar la probabilidad de que ocurra un fenómeno inferida a partir de
aplicar matemáticas, de procesar gigantescas cantidades de datos. Los datos
masivos permiten saber qué sucederá, no por qué, los robots no juzgarán por qué
ocurren las cosas, solo conocerán que va a ocurrir, y actuarán.
Los big
data se introducen en las máquinas para que ellas mismas aprendan, se
permite a las máquinas acceder a las fuentes de enormes cantidades de datos
para que se reactualicen, se adecuen a esa gigantesca información, piensen, y
tomen decisiones en función de nuevos datos. Miles de millones de datos son
intercambiados entre sí por máquinas y sistemas interconectados a todas horas
hoy día en el Planeta. Los big data son millones y millones de
datos de todo tipo producidos por cualquier actividad, de máquinas o seres
humanos, tratados adecuadamente permiten adelantar comportamientos y/o sucesos.
El análisis de cúmulos de datos permite hoy predecir enfermedades individuales,
o epidemias, situar riesgos de incendios en bosques, aventurar desgastes y
roturas de tuberías de gas o agua, predecir accidentes, rotura de
infraestructuras, sean carreteras, puentes, cableados,…
Según Boston Consulting Group, (BCG), en
EEUU los costes por hora de un robot industrial son tres veces menores que los
costes de la hora de un obrero, 3$ contra 25$, -se refieren a costes totales,
incluye impuestos, gastos proporcionales, etc. no solo salario-, dicen en BCG que
en 1980 eran necesarios 25 puestos de trabajo de obreros industriales para
generar un millón de dólares de valor añadido, hoy ese millón de dólares, lo
consiguen 5 obreros.
El cuadro: ‘Manufacturing sector inflation-adjusted output and employment, 1980 to
2015’ de Brookings, Metropolitan
Policy Program, muestra algo parecido a la idea de BCG, una línea roja representa
el empleo industrial, mientras asciende el resultado, output, línea azul, hasta
dos veces y media, en el mismo período de tiempo se han reducido el número de
trabajadores desde 24,9 millones, hasta
6,4 en el año 2015, necesarios para producir un resultado, output, de
millón de dólares.
Un gigantesco avance está produciendo
nuevos robots, impulsado por los bajos costes de investigación en relación al
pasado, alta reducción de costes en procesadores y almacenaje y tratamiento de
datos, avances también por el desarrollo e incorporación de las investigaciones
en Inteligencia Artificial (IA), la cual está logrando dotar a los robots de la
capacidad de aprender, por sí mismos, y facultarlos para tomar decisiones, apoyados por la irrupción de los big data.
Los rápidos saltos adelante en la
robótica están empujados también por los constantes aumentos de productividad
observados allí donde fueron instalados y por sus menores costes laborales que
el trabajo humano.
La automatización lleva muchos años entre
nosotros, en la industria del automóvil está instalada desde hace tiempo, la
cuestión que se plantea ahora es el gran y rápido incremento que se está
produciendo; una muestra en el cuadro de International Federation of Robotics,
(IFR), cuyo título es expresivo: ‘1.4
million industrial robots between 2016-2019’. La IFR estima que en 2019 hay
un stock de robots industriales operativo de 2.6 millones.
Los robots están expandidos no solo en
múltiples sectores industriales, también en servicios, sectores como los burgers,
los utilizan para preparar y servir hamburguesas a grandes velocidades, en la
logística para clasificación, almacenaje, búsqueda y distribución de productos,…
también en los mercados financieros en donde llevan años realizando miles de
operaciones de compra/venta de acciones por segundo. En EEUU siete mil millones
de acciones cambian a diario de manos, de ellas casi cinco mil millones cambian
diariamente mediante transacciones robóticas.
En la medicina se usan para operar,
incluso en el interior de los humanos, en breve se espera que sea masiva la
introducción de pequeños robots dentro de nuestros cuerpos que intervendrán
localmente, autodestruyéndose después,… ya están siendo utilizados en los
transportes de personas y cosas, en coches y barcos, aviones y trenes, los
humanos nos dejamos conducir, sin apenas darnos cuenta que muchos trenes,
arrancan, circulan y frenan en la estación con total autonomía, sin conductor.
Hoy los robots en gran número están realizando análisis empresarial, evaluación
de riesgos para créditos, análisis de inversión, percepción de rentas, índices
sobre capacidad de pago, análisis comercial,
o político y sociológico, predicción de riesgos de salud.
Se están utilizando en la guerra para
matar, y sus heridos en batallas se aprovechan para investigar en prótesis y
operaciones internas. Históricamente uno de los primeros lugares de
investigación ha sido el terreno militar, existen avanzadas máquinas asesinas que
cuentan con relativa independencia para tomar su decisión de disparar. –Un
experto en la robótica de guerra es P.W. Singer-. Hay robots actuando en
distintas guerras, los más conocidos son los drones que bombardean objetivos, dirigidos desde lugares muy
distantes, cuya primera operación que realizaron fue el 4 de noviembre de 2002
en Yemen. Menos conocidas son las máquinas/soldado, de diversos tipos las hay
que detectan gente mediante algoritmos con criterios fisonómicos, determinan
sus enemigos y disparan.
En todo caso, si piensan en robots, imaginen
artilugios de cualquier tamaño, grandes o pequeñísimos, y de formas
variadísimas adaptados para realizar cualquier tarea, serán distintos los que
tengan un punto fijo de actuación que los móviles, los que necesiten subir
varios metros a tomar una pieza o producto, que los que tengan que repartirlo
por las calles, diferentes los que investiguen tuberías de petróleo que los
drones, los clasificadores de documentos, que los guerreros, los manipuladores
que clasifican por el tacto y visión, que los que identifican puntos y los
sueldan... hay máquinas enormemente complicadas capaces de realizar varias
tareas y artilugios que solo realizan una simple lectura y trasmisión de datos…
Debemos olvidar la simpática figura
humanoide en la máquina cercana que preste servicios a personas; los estudios
sobre esa imagen demostraron que, aparte su aparente simpatía para algunas
personas, en muchos casos no era aceptada como positiva, ya que su parecido l
ser humano denotaba igualdad y ello introducía elementos de inseguridad, competencia
y miedo en quienes las utilizaban. El aspecto externo no define su campo de
utilidad, salvo en los casos de robots ayudantes de ancianos, niños y personas
disminuidas, en los que gana terreno el parecido a mascotas, que siempre
denotan un ser inferior, dominado y al servicio del humano.
El cuadro de la International Federation
of Robotics, (IFR), ‘High robot density
in EU countries’ para el año 2015, muestra la densidad de robots
industriales, de todo tipo, por cada 10.000 trabajadores, en países de la Unión
Europea, en el cuadro pintados en rojo, y otros países, marcados en gris, mas
claro, al tiempo de compararlos con el promedio mundial, línea de 69. España se
encuentra hacia la mitad del cuadro con unos 150, cifra por debajo de Alemania,
Suecia, Dinamarca, Bélgica e Italia, pero por encima de Francia y otros.
Los robots afectan a la totalidad de
nuestras vidas, se pueden estudiar múltiples aspectos, particularmente en este
trabajo interesan los cambios provocados en tres dimensiones:
1) la cuestión laboral y la extinción de
puestos de trabajo,
2) la imprevisibilidad del futuro, y los
cambios sociales, y
3) los cambios que producirá en la
ética.
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