1.- LOS HECHOS HISTÓRICOS
‘Ahora sí, las izquierdas juntas gobernaremos.’
Pero…
nada indica que esta vez sea diferente.
Asamblea
Nacional Constituyente surgida de la Revolución Francesa, 11 de septiembre de
1789, en la discusión de uno de sus artículos se establece la posibilidad de
veto absoluto por parte del Rey a las leyes emanadas de la Asamblea; los que
estaban a favor se sitúan a la derecha del presidente de la misma, los que
defienden la soberanía nacional, por tanto contrarios al absolutismo, se ponen
a la izquierda. Desde entonces, la Izquierda es asociada a la
defensa del cambio social y los valores de la Ilustración, racionalidad y
laicismo, concentrados en las proclamas de libertad, igualdad y fraternidad, o solidaridad,
que dieron lugar a la Revolución Francesa.
Condorcet es
uno de los más destacados ilustrados, activo partidario de la Revolución desde
sus inicios, representante de París en aquella Asamblea; en 1791 es elegido
secretario de la misma. La Asamblea lleva a Luis XVI ante los tribunales
acusado de traición, Condorcet es uno de los acusadores, aunque contrario a que
el Estado practicara la pena de muerte. En 1793 votó en contra de la
constitución de los jacobinos, considerado desde entonces traidor a la
revolución, es perseguido, se da a la fuga, finalmente encarcelado. El 29 de
marzo de 1794 murió en su celda.
‘Condorcet fue uno de los grandes matemáticos de todas las épocas,
uno de los fundadores del cálculo diferencial y el primero que estudió el
posible empleo de las matemáticas en la toma de decisiones…Fue también defensor
de la igualdad de derechos de la mujer, de los pueblos y las razas y un
abolicionista que planificó el primer sistema educativo nacional’.
‘La Ilustración.’ Anthony Pagden. Alianza Editorial.2015.
Desde el
instante que nace el concepto Izquierda, un sector de los
revolucionarios liquidó a individuos que poco antes eran camaradas o aliados.
No es que en el pasado, antes del S XVIII, no ocurriera lo mismo, siempre hubo
enfrentamientos entre individuos que podían coincidir en la defensa de
intereses similares, lo significativo del mito de la unidad de las izquierdas
es que pasa el tiempo y nuevas generaciones vuelven a soñar con esa especie de
paraíso, sin aceptar que existen diversidad de grupos porque hay diversidad de
intereses y sensibilidades, hay multitud de emociones y sueños que darán lugar
a cosmovisiones diferentes, aunque parezcan coincidentes, o incluso lo fueran
momentáneamente, siempre existieron grupos que creyendo estar en posesión de la
verdad pretendieron obligar a los otros a vivirla como ellos.
Dentro de las
izquierdas, -en toda ideología, lugar y época-, hay teorías e individuos que
creen que la solución pasa por derrotar a los otros, y convertirse en libertadores
del pueblo; creen que los conflictos se sustancian aplastando a los que piensan
diferente. Existen grupos enfrentados dentro del mismo panel ideológico, en
este caso izquierdas, los seres humanos que desarrollan espíritu crítico se creen
fácilmente en posesión de la verdad, quizás confundidos con los esfuerzos
realizados para llegar al conocimiento que los hace sentirse superiores.
Naturalmente también hay enfrentamientos brutales dentro de las izquierdas,
porque entre dichos grupos e individuos conviven intereses distintos, de clase,
nacionalidad, religión, sexo… diferentes postulados ideológicos, políticos,
económicos, de identidades cruzadas en porcentajes diferentes…
de libertad e igualdad, justicia y solidaridad,
protagonizadas por las izquierdas.
Pero también protagonizaron múltiples luchas fratricidas.
Los siglos
XIX y XX están bañados por la expansión del movimiento obrero en lucha contra
la explotación y por un mundo nuevo; las luchas por los valores laicos,
reconociendo al ciudadano como piedra angular de derechos y la separación de
Iglesia y Estado, luchas por la libertad, igualdad y solidaridad, toman su
mayor fuerza y empuje dentro de la lucha de clases; contra la explotación y
represión nacen, se organizan y luchan las grandes corrientes anarquistas,
socialistas y comunistas. Aunque las sufragistas existieron en el XIX, la lucha
feminista cobrará un enorme empuje en el XX, el siglo de la revolución de la
mujer, y tras la II Guerra Mundial crecerá el movimiento ecologista, ambos
movimientos con similares prácticas de enfrentamientos internos y
diferenciación de intereses volcadas en escisiones.
De cada
corriente principal surgen unas cuantas que se diferencian entre sí, dichas
corrientes secundarias a su vez alumbrarán múltiples organizaciones y grupos
que se pelearán por ser los más puros en la interpretación de los textos
fundamentales, al tiempo creerán ser los más eficaces luchadores para
conquistar un mundo sin explotación ni represión… La unidad de la izquierda
comenzará por contener tres o cuatro grandes corrientes: anarquistas,
socialistas, comunistas –luego también feministas y ecologistas- que se irán
fragmentando en otras varias cada una de ellas, que a su vez se irán
escindiendo en multitud de grupos. Particularmente destacable es que todos los
partidos o grupos, fueran grandes o pequeños, de hace cien años o diez, todos
hablarán de crear la unidad de la izquierda; pero en torno a ellos. No toda la
historia de las izquierdas se pierde en luchas internas, ni mucho menos, las
conquistas sociales están unidas a fuertes luchas empujadas por partidos de
izquierdas, pero conviene considerar la experiencia histórica de momentos
cruciales en los que la violencia interna entre las izquierdas se desató. Ello
también forma parte de la experiencia resumida a continuación.
La Primera
Internacional. El movimiento obrero tuvo un marcado carácter internacionalista
que fue plasmado en la creación a mediados del XIX de la AIT, (1864),
inicialmente con amplia diversidad de movimientos y tendencias, multitud de
grupos se unieron. Marx tuvo un papel preponderante en su creación, en ella
confluyeron socialistas y anarquistas, -inicialmente Proudhon por poco tiempo
por fallecimiento-. Bakunin se incorpora cuatro años después, produciéndose
múltiples luchas internas entre las dos grandes corrientes, hasta la expulsión
de Bakunin pocos meses después de la Comuna de París de 1871. La Internacional
se disuelve en 1876 sin haber logrado la unidad de las izquierdas, al
contrario, provocando innumerables enfrentamientos entre socialistas y
anarquistas, sin duda con argumentos de calidad desarrollados en una u otra
acera por eminentes intelectuales.
La Segunda
Internacional (1889-1916) el Primero de Mayo como fiesta de los trabajadores y
el himno de La Internacional se deben a ella. Reduce la confluencia unitaria de
las izquierdas a los partidos marxistas, lejos de hacer más sencilla la unidad
partiendo de una sola gran corriente, mostró nuevas segregaciones, los socialismos
se fragmentan en dos grandes corrientes, revolucionarios y reformistas, -Rosa
Luxemburgo, Eduard Bernstein-. La Iª Guerra Mundial, aumentó aún más la
desunión y los enfrentamientos al sumar a la identidad de clase, los
componentes nacionales, provocando rupturas y violentas luchas entre las
izquierdas.
La Tercera
Internacional, o Komintern, nace tras la Revolución Rusa en 1917, vive hasta la
IIª Guerra Mundial. Se creó por Lenin, nuevamente el mito de la unidad de las
izquierdas se hace trizas por los combates de los partidos comunistas contra
los socialistas y anarquistas de los países europeos, en esta ocasión al pretender
subordinar toda acción al bien supremo de la defensa de la revolución en un
solo país, la defensa de la URSS. Mientras en Europa nacen los fascismos y es
entonces cuando el Komintern impone a los partidos comunistas europeos la
política de todos juntos, izquierdas y republicano burgueses contra el
fascismo. En 1935 postulan el Frente Popular en Francia y España y vencen en
las elecciones de 1936.
La Cuarta
Internacional nace en 1938, como consecuencia de la persecución de los
comunistas a los trotskistas, (Stalin contra Trotski). Otra vez el mito de la
unidad de las izquierdas queda arrumbado; cada nueva Internacional es sinónimo
de otra corriente de izquierdas, cada vez que se intenta nuclear y unir las
organizaciones obreras a través de una nueva Internacional, implícitamente está
suponiendo aceptar que la unidad de las izquierdas es un mito.
El mito de la unidad en revoluciones triunfantes
‘Antes del estallido de la guerra (en los 40) en la Escuela de Periodismo
de Minsk, al regreso de vacaciones de verano no quedaba ninguno de los
profesores del curso anterior:
Los habían arrestado a todos.’
Svetlana
Aleksiévich. ‘El
Fin Del Homo Sovieticus’. Acantilado.
En las
revoluciones triunfantes la unidad entre revolucionarios pareció frágil; al
margen de enormes desastres, represión y muertes infringidas a los derrotados,
aquí interesa poner el foco sobre las relaciones internas entre los vencedores.
En la Revolución Rusa no solo fueron perseguidos los aristócratas y los blancos, también fueron aniquilados
miles de líderes revolucionarios, cuadros políticos de primer nivel, los
discrepantes y críticos de izquierdas eran torturados y enviados a gulags,
fueran intelectuales, diplomáticos, expertos gestores, obreros, dirigentes,
artistas, poetas, -la revolución estuvo fuertemente apoyada por millares de
artistas, poetas, escritores, cineastas, pintores… liquidados poco a poco-. Lo
paradójico es que los verdugos de un año, pasaban a ser víctimas al siguiente
año.
Las purgas
comenzaron desde el principio, pero estallaron en la segunda mitad de los años
treinta, cientos de miles de militantes del partido fueron expulsados y
perseguidos entre 400.000 y 1.000.000 -’En el XVII Congreso (1934) tenía el
P.C.U.S. 2.817.000 afiliados, en el XVIII Congreso (1939) había descendido a
1.568.000; a la diferencia habría que sumar los miembros nuevos y deducir las
bajas por razones diversas, desde fallecimientos hasta expulsiones que no iban
acompañadas de detención, y quedaría una cifra de cerca de un millón de
miembros del Partido arrestados. ‘Auge y caída del comunismo’. Antonio
Fernández García. Cuadernos de Historia Contemporánea. 1999,
número 21.-Perseguidos y represaliados fueron bolcheviques,
socialistas, comunistas, anarquistas, izquierdistas, enviados a gulag y/o
ejecutados; todos los líderes bolcheviques compañeros de Lenin en su Gobierno y
Comité Central de los primeros tiempos fueron procesados.–
Otro aspecto
es el terror global, fuera de la intención de este trabajo que pretende
centrarse en las luchas fratricidas izquierdistas, a pesar de ello no me
resisto a facilitar un apunte. Centenares de miles de rusos fueron expulsados
de sus aldeas y de las grandes urbes, reprimidos, torturados e internados en
campos de concentración por los jerarcas comunista, las cifras que manejan
distintas fuentes pueden llegar a finales de los años treinta hasta 14
millones de detenidos, un millón de ejecutados y dos millones de muertos en los
campos/gulags, Robert Conquest, ‘El Gran Terror’. En otra obra
estremecedora publicada recientemente, resulta difícil seleccionar solo unos
pocos párrafos de sus 1.000 páginas para mostrar la eliminación de cuadros
militantes de izquierdas, algunos de la vieja élite revolucionaria, cuadros
bolcheviques, generales, altos dirigentes fabriles, deportistas, todos
conspiradores, espías, traidores, golpistas,…
‘En el espacio de un año (1937) fueron arrestadas cerca de dos millones de personas,
unas setecientas mil de las cuales fueron asesinadas, y casi 1.3 millones
enviadas a los campos de concentración y a colonias de trabajos forzados’… ‘a
principios de 1939, 110 de los 139 miembros y candidatos del Comité Central
elegidos en 1934 por el XVII Congreso del Partido Comunista, habían sido
detenidos, a mediados de 1939 en la ciudad y territorio de Moscú solo quedarían
ejerciendo su cargo 7 secretarios del Partido de aquellos 139, todos los demás
habrían sido arrestados y fusilados o cometido suicido’… ‘De las 63 personas
elegidas en mayo de 1937 para integrar el Comité regional del Partido en Moscú,
solo quedaban 10 en sus puestos en junio de 1938…’
Karl Schlogel. ‘Terror y Utopía. Moscú en 1937’. Acantilado.
En China tras
el triunfo de la revolución en octubre de 1949, durante el maoísmo triunfante
sucedió algo parecido a Rusia, no solo hubo represión y aniquilación a los no
revolucionarios, sino que también en las propias filas del Partido Comunista
las purgas fueron intensas, en la mitad de los años cincuenta, afectaron a más
del 10% de los militantes. Aquí los datos son más imprecisos que en Rusia, en
donde tras el derrumbe del socialismo se fueron abriendo archivos con nuevas
informaciones que permitieron contrastar y consolidar informaciones anteriores.
En la segunda
mitad de los sesenta la Revolución Cultural supone violentas luchas
internas entre los diferentes grupos de poder del Partido, son luchas cainitas
entre camaradas con posturas izquierdistas. –Lin Biao sucesor de Mao, muere en
accidente de avión en 1971 cuando intenta escapar, enormes discusiones
siguieron para determinar si era un revisionista o un extremista de izquierda-.
El ejemplo sintetiza la dinámica de la Revolución Cultural, que supuso otra
vuelta de tuerca a la represión interna que llevó a ‘reciclarse’ a campos de
trabajo a millones de cuadros militantes, dirigentes del Partido Comunista y
miembros de anteriores gobiernos maoístas. Para terminar con los desmanes de la
Revolución Cultural, Mao imprime un giro represivo de 180º, cedió poderes al
ejército que desató una feroz represión de los que días antes eran los
ejecutores.
En el sudeste
asiático, sobre todo en Laos y Camboya ganaron las fuerzas comunistas tras la
guerra de Vietnam, la brutalidad de las purgas y asesinatos fueron enormes en
Camboya donde se produjo uno de los mayores genocidios del siglo XX -un 30% de
la población murió-. El Khmer Rojo, los jemeres rojos,
comunistas rabiosamente nacionalistas, enfrentados tradicionalmente a los
comunistas vietnamitas, en 1975 Angka, el partido comunista, tomaron el poder
con Pol Pot a la cabeza, durante mucho tiempo mantuvieron en secreto la
identidad de los miembros del gobierno, expulsaron con las armas a millones de
individuos de las ciudades al campo, considerados traidores a la causa por ser
población urbana, hasta prohibieron la palabra ‘dormir’ y la medicina moderna.
Entre
1975-1979 asesinaron a millones de compatriotas, gran parte de los cuales eran
compañeros de la guerrilla. En uno de los muchos centros de tortura y
exterminio que se crearon, Tuol Sleng, ubicado en lo que había sido un
colegio secundario. De las veinte mil personas que entraron en él, en su
mayoría militantes del KR acusados de traición, se conocen sólo seis
sobrevivientes. Camboya y el Khemer Rouge: ¿Cómo fue posible? Uriel Kuzniecki.
2009. Los comunistas de Pol Pot masacraron a cientos de miles de
comunistas camboyanos, luchas cainitas entre izquierdistas, hasta que fue
derrotado por los comunistas vietnamitas en 1979, que entraron en Camboya en
ayuda de un sector de comunistas camboyanos aliados.
‘El comienzo de la revolución española
–la única revolución que tuvo lugar en Europa durante la existencia de la
Internacional Comunista, aparte de la efímera república soviética húngara de
1919- cogió desprevenidos a los dirigentes del ‘partido mundial’.
‘La crisis del movimiento comunista’, Fernando Claudín.
España es
modélica en luchas izquierdistas, enfrentamientos de unos contra otros y dentro
de cada gran corriente o agrupamiento, que históricamente fueron: los
anarcosindicalistas, FAI y CNT –La importancia mundial del anarquismo español
fue enorme, el Congreso extraordinario de Madrid en 1931, cuentan que reunió a
¡¡¡500.000 afiliados!!!-. La otra gran corriente vinculada al marxismo fueron
los socialistas –Indalecio Prieto vs Largo Caballero-. Anarcos y socialistas no
son defensores inicialmente de la República de abril de 1931, la consideran
puramente burguesa, los socialistas restringirán su colaboración con ella y los
anarcos plantearán ninguna colaboración. Las escisiones crearán nuevas fuerzas
de izquierda comunistas, trotskistas… dice Claudín que adscritos a la
III Internacional en 1931 contarán en España solo con 800 miembros, su
postura inicial se condensa en la consigna de ‘Abajo la república
burguesa de los capitalistas, los generales y el clero’, (sic), utilizada
con la intención de despreciarla llama la atención su ‘claridad de
percepción’ cuando al tiempo se extiende la quema de iglesias y
mientras los generales preparan un golpe de estado.
‘Una huelga parcial puede tener mayor importancia para la clase obrera
internacional que ese género de ‘revolución’ a la española, efectuada sin que
el partido comunista y
el proletariado ejerzan su misión dirigente.
Manuilski. Comité Ejecutivo Komintern. Febrero 1930.’
Citado en ‘La crisis del movimiento comunista’,
Fernando Claudín. Ediciones Ruedo Ibérico.1970.
España vive
en los años treinta una situación explosiva, pre-revolucionaria, en la cual los
enfrentamientos violentos dentro del campo de las izquierdas fueron constantes
desde 1931 y en plena Guerra Civil, mientras la República está sometida a
intensos ataques fascistas, los partidarios de ‘hacer la revolución para
ganar la guerra’ y los partidarios de ‘ganar la guerra para hacer la
revolución’ facilitaron la destrucción de ambas por el ejército franquista.
Unos hechos quedaron escritos para la historia de las luchas entre
izquierdistas, la aniquilación del POUM, -anarco marxistas-, narrado
poderosamente por George Orwell en ‘Homenaje a Cataluña’.
Tras la
derrota de la IIª República y la postguerra, en el tardo franquismo, desde el
68, nuevos movimientos sociales, comunismos, antiimperialismo, feminismo,
ecologismo, democracia radical, derechos civiles,… inician una nueva época
visualizada en: París, Praga, Vietnam, Berkeley, Berlín, Italia…, desde
entonces hasta la Transición, las disputas entre izquierdistas viejos y nuevos
vuelven a arreciar, multitud de partidos y grupos políticos luchan entre sí.
José M. Roca en ‘‘El proyecto radical’, La Catarata 1994’, cifra en 50.000 el
número de militantes en los momentos de máxima expansión; Leguina los sitúa en
15.000, en mi opinión no más de 30.000, que después de la muerte de Franco
aumentarían al ir disminuyendo la represión.
Entendiendo por militancia un compromiso estable y duradero
durante cierto tiempo en el que se acepta la disciplina de organización y se
realizan acciones de agitación, propaganda y proselitismo en lucha contra los
poderes políticos y económicos. En la obra citada J.M. Roca referencia 80
grupos de los que sigue el árbol genealógico de innumerables escisiones, pág.
49 ss. (Posteriormente a este escrito, en el Congreso ‘Las
otras protagonistas de la Transición: Izquierda Radical y Movilizaciones
Sociales”
celebrado en Madrid en
febrero de 2017, presenté la ponencia ‘Militancia radical. Éramos muy pocos’, en la que aporto datos y cifras sobre el
tema).
‘De modo que, cuando la rebelión militar de julio de 1936
puso a la República a los pies de los caballos,
los partidos y sindicatos que acudieron a sofocarla conservaran,
por encima de su adhesión o lealtad republicana,
su identidad propia, su cultura y prácticas políticas, sus estrategias y
sus metas finales, que no eran la República de 1931
sino el comunismo, el socialismo, el anarquismo o la independencia de sus
naciones: por eso luchaban y por eso morían
y por eso merecen ser recordados.’
Muchos años
después de derrotada la IIª República, será cuando muchos defiendan el mito, el
imaginario de lo que pudo significar. Muerto Franco, ya en la democracia, miles
de nuevos activistas de todo tipo y condición portarán la bandera republicana en
cada manifestación o reivindicación como símbolo de izquierdismo, los nuevos
izquierdistas no sabrán que la República fue combatida en sus inicios por
amplios sectores izquierdistas, entonces revolucionarios, malamente soportada
después, apoyada según criterio de cada uno por su lado, sin reconocer nunca
una autoridad unitaria, traicionada en plena guerra por los nacionalistas, PNV,
ERC que intentaron pactos con Franco y otros gobiernos extranjeros, alemán e
italiano…
La II República
contaba inicialmente con los republicanos burgueses, la intelectualidad, las
pocas clases medias urbanas y por muchas familias campesinas y obreras –otras
familias obreras y campesinas apoyaron a las izquierdas revolucionarias. La
República en gran medida estuvo abandonada por corrientes y partidos
izquierdistas, es hoy después de muchísimos años cuando se festeja y reclama
como símbolo, por izquierdistas que agitan su bandera tricolor. Para
contraponerla a la democracia.
Un aspecto
destacable relacionado con el mito de unidad durante la lucha antifranquista; a
partir de los años sesenta todos los izquierdistas mencionábamos en nuestros
papeles la pretensión de unidad, tanto los partidos clásicos como los nuevos,
los pro rusos o pro chinos, los trotskistas, los albaneses, los guerrilleros…
todos decíamos construir el partido porque el PCE y el PSOE eran traidores para
unir a la clase obrera, en España, durante el franquismo el movimiento
feminista y ecologista fueron secundarios. Todos descalificábamos al resto,
unos querían construir la democracia, otros hacer la revolución, o la
revolución permanente, o construir una democracia popular,… Una docena de
partidos izquierdistas obtuvo en 1979 algo menos de un millón de votos,
insuficientes los de cada uno para sacar diputados, -El PCE obtuvo cerca de dos
millones, el 10% de los votos- otros partidos se abstuvieron; y HB, EE, PAR,
ERC, lograron diputados por mayor concentración provincial de votos, tras sumar
en total 474.655 votos.
Un caso particular aumenta las disensiones en las izquierdas españolas,
se trata de la plurinacionalidad, lo cual está conduciendo a algunos activistas
a defender el derecho de autodeterminación, -dicen pretender separar lo unido
para después volver a intentar unirlo federalmente- ya que consideran Galicia,
Euskadi y Cataluña como colonias, por tanto con derecho a independizarse, ello
implicaría aceptar una ilusión que choca con la evidencia, sería la dominación
política, económica y cultural ejercida por los castellanos, extremeños,
andaluces… que tendrían supuestamente mayores derechos y riquezas que los
habitantes de esos territorios supuestamente colonizados, a quienes por tanto explotarían y reprimirían.
En la actualidad habiendo desaparecido la soberanía absoluta de la
escena de las naciones, con gran parte de la soberanía nacional compartida
dentro de la España federal actual, y mucha soberanía repartida dentro de la
Europa comunitaria y la eurozona; para otros muchos, la pluralidad de naciones
no debería ser impedimento político para convivir en el mismo estado
democrático; al fin y al cabo en el mundo hay unas 6.000 naciones y solo 200
estados, lo cual indica que la mayoría de estados son plurinacionales.
2.- LAS CONCLUSIONES
‘Ojalá nunca tengas que vivir tiempos de cambio. Son pocos los que han
conseguido permanecer fieles a lo que fueron.’
Svetlana Aleksiévich.
Un velo cubrió la historia de las luchas fratricidas entre las
izquierdas, a pesar de existir amplia documentación sobre las luchas internas,
su difusión y expansión entre la ciudadanía fue limitada por el mundillo
izquierdista, por desinterés o con la justificación de la utilización
derechista que se hacía de la difusión de la represión izquierdista. De hecho
hoy se sigue negando por mucha gente la realidad de las purgas, campos de
exterminio, gulags y represión rusa o china… y ello a pesar de que tras el
derrumbe del comunismo muchos archivos que permanecían secretos se han abierto
documentando la información conocida y ampliando considerablemente cifras de
aquellas brutalidades. La consecuencia es que una y otra vez entre las bases
sociales progresistas sigue aflorando el mito de la unidad de las izquierdas, y
lo que es peor la utilización del carácter emocional, populista, por parte
interesada hace perder posibilidades concretas de compromisos asociados a la
fuerza de la racionalidad.
Escuchar a un individuo hablar de la unidad de la izquierda no me causa
desasosiego, entiendo que se trata de una ilusión, una emoción, tal como desear
el fin de la explotación y las desigualdades, o desear el paraíso de los
creyentes. Pero cuando oigo, o leo, a un líder de un partido de izquierdas
jugar con la emoción de que tal o cual proyecto político supone la unidad de
las izquierdas me pongo en guardia, porque suelen pretender que tome partido, o ellos o nosotros, aunque las opciones pueden ser varias: los
dos son peores, los dos son mejores, una parte de uno y otra de otro, al revés,
distintas proporciones de unos u otros… máxime si dichos líderes son
politólogos, sociólogos o profesionales del estudio, que conocen la historia de
las luchas izquierdistas. Entonces mis recuerdos me previenen contra la
utilización populista de un deseo que podría ser individualmente digno, pero
partidistamente pretende jugar con las emociones para movilizar a los
ciudadanos a favor de un proyecto concreto en el que la unidad es secundaria
ante la conquista del poder.
Ante las dificultades resucitan los mitos, las crisis aumentan la
adhesión a las iglesias y creencias esotéricas, ¿podría suceder algo parecido con
el resurgir del mito de la unidad de las izquierdas? Los hechos citados en la
primera parte son un resumen simplificado de los enfrentamientos cainitas entre
camaradas militantes que lucharon por un mundo sin explotación y por la
libertad. Lo que se pretende destacar aquí, son los enfrentamientos dentro del
mismo bando teórico, incluso entre compañeros que durante un tiempo pelean
juntos, el aspecto sobre el que se quiere poner el foco es la violencia interna
ejercida contra los cercanos, la protagonizada por izquierdistas entre sí,
dejando apartadas las luchas entre revolucionarios y contras, entre rojos y
blancos… que pudieran tener otra interpretación.
El número de organizaciones citado es un resumen muy simplificado de los
grupos protagonistas en cada momento, pero se puede generalizar que en todo
lugar y época y en toda corriente ideológica o política, tras un cierto nivel
de unidad logrado al poco tiempo se produce una segregación, no mucho después
se produce otra fracción de la escisión anterior hacia una parte menor que
pretende comenzar nueva andadura y crecer bajo postulados de unidad, siempre
utilizando denominaciones tales como: unidad de las izquierdas, unidad de la
clase obrera, unidad de los revolucionarios, unidad de…
La importancia de las luchas fratricidas izquierdistas está, en primer
lugar, en reconocer que han existido, en toda época y espacio, en períodos de
luchas defensivas y ofensivas, en momentos en los que la reacción los perseguía
y derrotaba y en momentos gloriosos de victorias revolucionarias. Las luchas
dentro de las izquierdas han sido una constante del movimiento obrero. Es
necesario admitirlo, sin lo cual será complicado entender a los seres humanos
en sociedad luchando por sus intereses con mayor violencia en los momentos críticos
en los que perciben que su vida se desmorona y/o se abren puertas a las
utopías. Aceptar los hechos, las constantes escisiones y enfrentamientos
violentos dentro de las izquierdas, es un primer paso que todavía muchos no
asumen tachándolos de falsas manipulaciones. Otra cuestión serán las causas
concretas que los provocaron, en parte están argumentadas en innumerables
estudios por cada corriente intelectual o ideológica.
Algo no funciona en las izquierdas bajo el esquema del unitarismo cuando
siempre da lugar a posturas excluyentes, la propaganda y acción política que
pone en marcha fomenta la dicotomía de amigo/enemigo, o ellos o nosotros; y no parece que esta postura pueda ser
explicada únicamente por la presión de las condiciones externas, por los
contras, la carcunda, el fascismo, el imperialismo, la guerra,… Al menos dos
grandes líneas de interpretación se pueden seguir:
1.-) Las teorías marxistas, anarquistas, comunistas, trotskistas,… no
explican suficientemente el por qué de estos procesos. Incluso se puede dar
otro giro, aceptando que dichas teorías los fomentan, al fin y al cabo son las
bases filosóficas e ideológicas en las que bebió el movimiento obrero con la
experiencia citada. En este caso surgen
algunas dudas, aceptando que tuvieran una parte de responsabilidad, ¿cómo
explicar entonces que dichos procesos se repitan en el movimiento feminista, y
en el ecologismo? Los enfrentamientos y escisiones son constantes en estos
movimientos, sin duda con menor violencia que dentro del movimiento obrero,
probablemente pueda explicarlo sus componentes de mayor transversalidad de
intereses tanto en militancia como en objetivos. Otro factor que ayudaría a
comprenderlo sería la ausencia de experiencias históricas de lucha por
conquistar y mantener el poder.
Una línea en la interpretación de la sucesión de hechos históricos es la
esgrimida por el trotskismo y por quienes pretenden reducir su responsabilidad
a unos pocos individuos; argumentan que; los
trotskistas conocíamos desde hace
muchos años las purgas y represión, y lo denunciamos en su momento, lo cual
no les impide seguir considerando el comunismo como el objetivo paraíso.
Presuponen que los desastres y brutalidades fueron consecuencia de Stalin, sin
duda individuo con un papel importantísimo en la represión interna, pero al
conceder exagerada importancia al aspecto individual, luego resulta complicado
aceptar que en las luchas sociales son los movimientos colectivos quienes
explican más y mejor los procesos, contradicciones, enfrentamientos, resultados…
Las actas del Comité Central del Partido Comunista dan fe de múltiples
intervenciones de sus miembros denunciando, condenando e instigando a la
represión; miles de altos cuadros e intermedios del partido practicaron la
denuncia y represión directa de sus compañeros en todos los ámbitos fueran
administrativos, culturales, productivos, y en todos los territorios de la
URSS; muchos generales y mandos militares detienen y reprimen a miles de
izquierdistas en cuarteles, en el frente y lugares civiles; decenas de miles de
rusos denuncian, persiguen y entregan a miles de camaradas en granjas, fábricas
y centros educativos, deportivos, sociales… La amplísima represión entre
izquierdistas desarrollada en Rusia, o China, no podría haberse realizado
individualmente, o por unos pocos individuos.
La experiencia española abunda en la idea de prácticas colectivas
represivas, durante la República son grupos de militantes quienes combaten
entre sí, por ejemplo en Barcelona. Durante el franquismo, cualquiera que haya militado
en organizaciones de extrema izquierda tiene experiencia de peleas provocadas
por las constantes fracciones, formando trincheras en ambos lados de la
escisión, defendidas por grupos de militantes peleando contra sus nuevos
enemigos, antiguos colegas. Naturalmente en todos los casos los líderes
influirán en marcar caminos, pero no se hubieran producido ni tantas ni tan
profundas luchas sin la participación colectiva. El qué motiva a esos
colectivos de izquierdistas para aceptar y seguir a los chamanes que alimentan el
fuego del enfrentamiento, es otra cuestión que se intentará abordar más
adelante, -la ilusión fanática de crear un hombre nuevo, tiene que ver-, pero
sin la participación colectiva por activa y por pasiva hubiera sido imposible
producir tan profundas experiencias históricas.
Otra interpretación pretende quitar importancia al aspecto
de generalidad en los enfrentamientos cainitas izquierdistas, al intentar situar lo acontecido
fundamentalmente en la URSS, en todo caso para otros países, adjudicarán a la
III Internacional la responsabilidad de las luchas internas por la influencia
de Stalin; pero ello no explica el resto de situaciones históricas anteriores y
posteriores, en las que se produjeron hechos similares de enfrentamientos violentos
entre izquierdistas. Por otra parte a pesar de la denuncia realizada en su
época, mantener la misma postura hoy no parece suficiente. Enormes cambios
provocados años después en China y el derrumbe del comunismo en la URSS,
afloran nuevos datos sobre el pasado y sobre los comportamientos sociales del
presente que en los años noventa inundan de salvaje capitalismo dichos países,
lo cual debería dar lugar a nuevas interpretaciones. Todos los progresistas
deberíamos reflexionar sobre la facilidad de la implosión comunista y la
rapidísima expansión de la nueva moral de salvaje capitalismo ocurrido ante
decenas de millones de soviéticos, se suponía que vanguardia obrera de la
revolución mundial, pero que miraban sin actuar, con enorme pasividad, el
surgimiento de un mundo que enterraba el suyo.
Nuevos archivos y documentos se hacen públicos y van arrojando otra luz
sobre interpretaciones antiguas que irán siendo arrinconadas. Las críticas de
Bettelheim al Capitalismo de Estado en la URSS, -‘Las luchas de clases en la URSS’ I y II. Charles Bettelheim. Siglo
XXI- podrían ser válidas para entender la inmediatez en la que ingentes
recursos, que eran teóricamente propiedad colectiva, en manos del Estado
dirigidos por una nomenclatura, han pasado en un chasquido a manos privadas,
gánsteres que hoy gobiernan aquello. Cientos de libros marxistas sobre el
capitalismo siguen aportando interpretaciones válidas para comprender la
sociedad, pero otros muchos con teorizaciones sobre la URSS y China, sobre la
construcción del partido y la revolución comunista quedan arrinconados ante los
nuevos hechos surgidos en esos países y ante las aportaciones de los relatos
sobre el pasado, por ejemplo de Karl Schlogel. Uno de los muchos párrafos escritos por la premio nobel Svetlana Aleksiévich es sugerente en
cuanto aclaración sobre lo que pasó, y por qué.
‘Yo nací soviética… Mi
abuela no creía en Dios, pero creía en el comunismo. Y papá estuvo esperando la
vuelta del socialismo hasta el mismo día de su muerte…Papá estuvo en la guerra
de Finlandia (1939/40)
nunca tuvo muy claro el propósito de aquella guerra, le dijeron que había que
librarla y allá fue… de esa guerra se hablaba poco…papá no nos habló de ella…
de vez en cuando se iba de la lengua cuando bebía unas copas…el paisaje de su guerra
era invernal…bosques cubiertos de una capa de un metro de nieve…los finlandeses
se desplazaban con esquís, llevaban ropa de camuflaje color blanco y aparecían
inesperadamente…En una sola noche podían masacrar un batallón entero… papá
peleó seis meses hasta que cayó prisionero…Avanzaban sobre un lago helado y la
artillería enemiga comenzó a disparar contra el hielo quebrándolo. Muy pocos
hombres consiguieron alcanzar la orilla a nado y los que lo hicieron llegaban
entumecidos y desarmados…medio desnudos. Los soldados finlandeses les tendían
las manos para ayudarlos a salir del agua. Algunos aceptaron las manos
tendidas; otros prefirieron ignorarlas… Respondían a las enseñanzas que habían
recibido. Papá se sujetó a una de aquellas manos y lo sacaron del agua…contó
con sorpresa que le dieron un vaso de aguardiente para que entrara en calor. Y
ropa seca. Se reían y me daban palmadas en la espalda: ‘¡Estás vivo Iván!’…No
entendía por qué estaban tan contentos…
La campaña de Finlandia
concluyó en 1940…entonces cada bando intercambió prisioneros de guerra…Cuando
los prisioneros finlandeses llegaban hasta los suyos les estrechaban las manos
y los abrazaban. Pero a los nuestros, los rusos, no los recibieron así. ‘Hermanos,
compatriotas queridos’ decían abalanzándose contra los soldados. Y éstos
contestaban gritando ‘¡Firmes! ¡Tenemos orden de disparar a quien rompa
filas!’. La columna de prisioneros soviéticos devueltos por Finlandia, fue flanqueada por soldados armados
acompañados de perros pastores y conducida a unos barracones… rodeados de
alambradas de espino. Comenzaron los interrogatorios… ‘Me sacaron del agua’
‘¡entonces eres un traidor!’ ¡Preferiste salvar tu pellejo antes que luchar por
la Patria!’.
Papá también se
consideraba culpable. Es lo que le habían enseñado a su generación…No se
celebró juicio. Al término de los interrogatorios, los reunieron a todos y les
leyeron la sentencia: seis años de trabajos forzados por traición a la patria.
Los enviaron a Vorkutá, donde trabajaron en la construcción de una vía férrea
sobre el permafrist. ¡Dios mío! Corría el año 1941 y los alemanes estaban a las
puertas de Moscú. A ellos los traban como a enemigos… Toda Bielorrusia había
caído en manos de los alemanes…Escribieron cartas solicitando partir
inmediatamente al frente de batalla…a Stalin… Invariablemente les respondían
que como eran unos cerdos debían quedarse trabajando… Y ellos…papá…él mismo me
lo contó… lloraban desconsolados… El cautiverio en el gulag le acortó la vida.
Y la perestroika también. Sufrió mucho. No podía entender lo que estaba pasando
en el país, en el Partido.
2.-) Tenemos que aceptar que además de teorías marxistas existen
criterios de comportamiento como especie viva que afectan al conjunto de los
seres humanos, -¿la biología explicará algo? Los genes se replican, con algún
elemento diferente- No son solo las izquierdas quienes luchan entre sí, aunque
hemos citado al movimiento obrero en luchas violentas por conquistar e
imponerse en el poder, si ampliamos el foco a individuos vinculados a religiones
encontramos comportamientos similares. En el mundo de la religión, más cercano
a las derechas, se producen luchas y fraccionamientos similares a los citados, ‘en su breve historia los mormones se han
escindido en setenta facciones’ Steve Jones. De la misma manera que con las
izquierdas, el clima de brutal violencia religiosa y sus luchas, también
intentan ser ocultados, durante años negados por bases sociales y gurús, aunque
ya resulta prácticamente imposible ocultar las guerras de religión, o hechos
concretos de genocidios cometidos por ejércitos papales, ‘matadlos a todos, que Dios ya separará arriba los suyos de los otros’.
‘’Todos los partidos políticos y todas las naciones, así como todas las
religiones, saben que los sentimientos compartidos son una fuerza de unidad,
pero ¿cómo pueden identificarse y, con fortuna fomentarse? La cooperación, la
espiritualidad e incluso el amor podrían añadirse a los ‘patriotismo,
fidelidad, obediencia, coraje y compasión’ darwinianos como componentes del
pegamento social, pero resulta difícil identificarlos. En cambio hay otra
emoción más palpable que está en el centro de muchos credos: el dolor es
inmediato, devastador y fácil de reconocer. ‘Ciencia y creencia. La promesa de
la serpiente.’ Steve Jones. Turner.2015’’ Cooperación, espiritualidad,
amor, patriotismo, fidelidad, obediencia, coraje… son términos ampliamente
utilizados dentro del movimiento obrero y en las revoluciones comunistas.
También fue utilizado para construir la sociedad nueva el dolor, como pegamento
social.
¿Por qué resurge con fuerza el mito de la unidad de las izquierdas
ahora? Resulta un poco desconcertante que después de tantos años clamando por
la unidad de los seres humanos, tanto en la política como en la religión, las
sociedades actuales muestren una mayor diversidad y complejidad que nunca y en
esta situación ha renacido con fuerza el mito de la unidad. Una precisión a
considerar, hablar de religiones e iglesias, no es pensar en las tres del
libro, judaísmo, cristianismo e islamismo, y unas cuantas más orientales; es
hablar de centenares de ellas, como dan a entender los papeles a rellenar para
entrar en los EEUU, los cuales piden indicar a cual perteneces de las
doscientas confesiones religiosas que facilitan.
‘’ En EEUU los patrones
de desigualdad y adhesión al cristianismo (en
sus múltiples sectas) desde la década de
1950 al presente muestran una y otra vez, que la segunda sigue a la primera;
que un período de injusticia y presión social provoca un aumento del número de
personas que va a la iglesia. Cuando la situación del proletariado se
deteriora, el atractivo de la religión aumenta…
‘’Existe una
correspondencia exacta entre la injusticia social y el poder de los sacerdotes.
En los países cuyos gobiernos son justos y eficaces, la influencia del clero se
disipa, mientras que las naciones más devotas sufren más delincuencia, más
mortalidad infantil, más enfermedades mentales y menos movilidad social que
aquellas donde el dogma juega un papel menos importante.’’. ‘Ciencia y
creencia. La promesa de la serpiente.’ Steve Jones. Turner.2015’’
En los párrafos anteriores puede ampliarse el significado de algunos
términos religiosos a significados políticos: iglesia, partido, religión, comunismo, sacerdotes, nomenclatura, clero,
élite política, etc. Para intentar explicar los enfrentamientos entre las
izquierdas, las dos líneas de interpretación formuladas no son contradictorias,
muchos comportamientos religiosos se identifican con prácticas políticas.
Religión y política son poderosos agentes de exclusión de los otros:
En ambos casos quieren construir una visión del mundo sustitutiva de la
existente, construir una interpretación particular de la vida con principios
ilusionantes y aterradores; ambas militancias requieren actividad social,
exigirán proselitismo, agitación y propaganda sometidos a reglas y normas de
organización grupal que tapen las otras competidoras; ambas promueven la
certeza en sus principios doctrinales y en su paraíso hasta el enfrentamiento
con otras doctrinas que siempre serán falsas; producida una escisión, ésta
construirá su identidad no solo a favor de un nuevo paraíso y dotándose de
otras normas de comportamiento y organización, además fomentará el odio hacia
los otros, -toda identidad se construye con elementos pro y contra-.
En ambos casos se fomenta la fe ciega en las propias teorías y sus
intérpretes, fomenta la adoración sin límites a sus obispos o gurús, a la élite
ejecutiva acompañada del desprecio a cualquier otra élite; ambos, el partido,
la secta, consideran ser los únicos fieles interpretes de textos sagrados en
los que se apoyan, siempre tienen toda la razón; sus integrantes, sus líderes
se comportan como elegidos por el destino, dotados de superior calidad al resto
de mortales los permite definir nítidamente la finalidad, el paraíso hacia el
que caminar y los enemigos a destruir; ambos determinarán los fines a lo que
todo queda subordinado, toda atrocidad es permitida al ir encaminada a lograr
el objetivo; las estructuras del grupo premiarán al obediente, asimilarán a
quienes defiendan el discurso interno y reprimirán, expulsarán a quienes no se
sometan…
’El Partido era una iglesia…
su fuerza derivaba tanto de la creencia y de la fe
como del intelecto…
el Partido tenía sus ritos, sus santos, sus lugares sagrados…
las asambleas semanales eran misas seculares…’
‘Party Animals’ David Aaronovitch. 2016.
Resulta
difícil seguir creyendo en el mito de la unidad de las izquierdas ya que no
existen demasiadas pruebas que puedan soportar tal unidad, y sí abundantes de lo
contrario, lo cual no significa tener una postura indiferente a la importancia
de la cantidad en cualquier situación; los mitos por un lado, la racionalidad
por otro. La división de la sociedad genera
enfrentamientos entre grupos heterogéneos por lo que resultará imposible que un
solo partido pueda definir la opción que beneficie a todos. La existencia de
partidos, o partes de la sociedad, muestra la diversidad de expectativas y
sueños.
En las
sociedades democráticas, que son las que aceptan la imposibilidad de
aniquilación de los otros, el voto condiciona obtener poder político; conseguir
mayor número de votos que otros se convierte en un objetivo para todos los
partidos, así que con fines electorales se pretende aglutinar grandes
colectivos a costa de manipular sentimientos de unidad e igualdad que parezcan
reducir diferencias, ello podría llegar a ser peligroso realizado con el
objetivo de intentar barrer o derrotar absolutamente a los otros.
Consignas como ‘’somos el
99%’’ afirman que todos compartimos
los mismos intereses. La consigna nació a raíz del artículo de Stiglitz en el cual escribía que el 1% de población controlaba
el 40% de la riqueza, lo cual es cierto económicamente hablando, pero no cuando
se pretende extender a la política, a la vida entera, y la consigna pretende
que interioricemos que todos pensamos lo mismo. Creer que todos deseamos
idénticos objetivos vivenciales y coincidimos en ideas e intereses está muy
extendido, aunque la realidad muestra lo contrario cada día; hay múltiples
bandos, grupos diversos dentro de las mismas corrientes, muchos ‘aquellos y estos’, se agudiza la transversalidad
de identidades en cada individuo y grupo, la sociedad se hace más compleja.
Siete mil millones de personas vivimos en el Planeta, con ideas desiguales
sobre la vida y la muerte, distintas interpretaciones sobre el universo y el
medio que nos rodea, sobre la producción material e intelectual, sobre como
determinar necesidades y satisfacerlas,… muchos de esos millones de individuos
viven en el mismo marco físico y legal, lo cual sería imposible si la política
no organizara la convivencia dotando de compromisos normativos ampliamente aceptados.
Los partidos
de izquierdas en Europa ha abandonado los sueños revolucionarios, la apuesta
a todo o nada, que normalmente se quedaba en nada y los están sustituyendo
por el objetivo de ganar el gobierno, quieren tener acceso al BOE y parcelas de
poder, eso plantea la batalla política en otro terreno completamente distinto
al de la revuelta, lo integra dentro de normas democráticas, lo cual supone
aceptar que las sociedades son heterogéneas y hay que convivir con múltiples
intereses diferentes y la resultante de las fuerzas en litigio dependen en
buena parte del poder de las mayorías expresadas en votos. En las
mayorías confluyen múltiples intereses que se contraponen interactuando transversalmente, siendo aglutinados en torno a partidos. No
podemos creer que la organización social pueda funcionar sin organizaciones,
grupos de gente, lobbies, que acumulen presión y esfuerzos en torno a iguales
deseos, aunque hoy un partido no puede representar la diversidad social sin
sufrir graves contradicciones dentro de sus filas.
En las elecciones una mayoría absoluta puede lograrse con un tercio de
los votos, ni siquiera es posible ganar por mitades, por tanto un tercio podrá
gobernar, pero no debería olvidar que por muchos votos que obtenga sea cual sea
el partido que lo consiga, siempre tendrá enfrente a otros dos tercios, en
muchas ocasiones con diferentes intereses a los ganadores e ideas y criterios
distintos. Durante el transcurso del tiempo, los intereses, ideas y criterios
de ganadores y perdedores se irán mezclando, buscando salidas posibles, que
serán las comúnmente aceptadas. Cualquier equipo de gobierno debe entender que
las fuerzas que le siguen nunca son mayores que las que tiene enfrente, que
intentar aplastar al resto y gobernar contra la mayoría no tendrá resultados
positivos. Entrar en el juego democrático de pretender ganar elecciones para
gobernar, supone aceptar la imposibilidad de la destrucción total de los otros.
La suma numérica es importante tanto en situaciones extremas, como
imprescindible en una sociedad democrática en la que el poder se logra mediante
cantidades de votos generalmente superiores, enfrentadas a otras. Parece
adecuado relativizar la idea de ‘todos
juntos somos más, si las izquierdas se unen ganamos…’ porque no todos los
de izquierdas quieren lo mismo, ni en objetivos, ni estrategia, ni táctica, ni
en propuestas concretas, lo cual no impide que se pueda coincidir en algunos
aspectos. Ítem mas, Los partidos de
izquierda españoles no son un conjunto sólido con identidad única, en mayor o
menor medida, todos conforman subconjuntos de tendencias en movimiento que
generan tensiones fraccionarias en su vida diaria.
PSOE, Podemos, IU, ICV, PCE, ERC, CUP, EH-Bildu, Sortu, BNG, Compromiss,
Equo, Es el moment, Bloc, En comú, Las
mareas, etc. etc. son partidos muy distintos, además dentro de cada uno
conviven tendencias diversas, a los anteriores habría que sumar decenas de
grupos políticos, muchos abstencionistas; en las elecciones 20-D-2015 se
presentaron más de 1.300 candidaturas provinciales, muchas de ellas eran grupos
izquierdistas, probablemente entre un tercio y la mitad. La militancia y
simpatizantes de los grupos de izquierdas, son una amalgama de tendencias,
grupos e integrantes de movimientos con ideologías diversas, trotskistas,
marxistas, comunistas, socialistas, socialdemócratas, ecologistas, feministas,
demócratas, indignados, cristianos de base,… los hay europeístas y
euroescépticos, anti sistemas y demócratas, independentistas y federalistas,
reformadores y revolucionarios, etc.
Así creer en la unidad ante opciones tan
heterogéneas resulta complicado, mejor conocer la disparidad de intereses
aceptando que cuanta mayor pureza pretendida, menos cantidad, más fracciones y
mayor soledad. Ganar gobiernos para transformar condiciones de vida en millones
de personas implica diluir estrategias e ideología, para sumar; hablar de
unidad supone aceptar compromisos en los que todos ceden y nadie logra imponer
su totalidad al resto. –Militantes, simpatizantes y votantes de izquierda pueden
cifrarse en torno a un tercio del censo electoral, ¿España es un país de izquierdas?-.
Manuel Herranz Montero. Febrero 2016
‘Arian seis’: http://arian-seis.blogspot.com/
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