Aumentó la complejidad de intereses en las sociedades
occidentales, crecimiento de las desigualdades, grandes cambios en la
composición de cifras de población obrera, industrial, caída de
sindicalización, crecimiento de los servicios, aumento de la dispersión, conflicto inter-generacional desconocido
hasta entonces, feminismo, ecologismo, nacionalismos, nuevas identidades…
acentuados por la crisis económica son cambios que afectan profundamente a
todos los partidos españoles.
Muchas de estas cuestiones se tratan de analizar en el libro ‘Podemos o No Podemos. Esa es la cuestión’.
El trabajo que aquí se presenta es una parte del libro citado, en este caso
presenta las contradicciones internas de ‘Podemos’ apreciables a finales de 2014, que en parte se mantienen
agravadas por la cuestión identitaria. El conjunto de problemas internos y
externos dibujan salidas difíciles, inestables e imprevisibles a todos los
partidos y coaliciones, también a Podemos, máxime siendo una formación sin
consolidar.
Agosto
2016
A vueltas con los
conflictos, uno se divide en dos
‘Podemos’ es el revulsivo político
del momento, solo con ello ya habría logrado un gran papel en los tiempos que
corren, porque muchos se están moviendo a partir de su irrupción en la vida
política; las encuestas podrían indicar que consolidan la fuerza de la
indignación. Ya veremos de cara a las elecciones futuras en qué se concreta
este revoltijo que se está creando entre IU, PSOE
y Podemos, y como afectaría a UPyD, Ciudadanos, nacionalistas varios, Equo, de
los que desconocemos cómo y cuándo romperán su adormecimiento actual, y
esperemos ver la reacción del PP.
Difícil
sería que Podemos mantuviera la preeminencia que reflejan algunas encuestas de
finales 2014 y comienzos 2015, tampoco sería extraño ver resultados electorales
por debajo de estas enormes expectativas, los datos resaltan a su favor: estabilidad
mantenida durante meses en los apoyos, distribuidos por todos los territorios
autonómicos, mayor en los sectores jóvenes, mayor en los núcleos urbanos
grandes, con fuerte apoyo en izquierda, centro izquierda y centro derecha,
-apoyos por la derecha empiezan a bascular hacia Ciudadanos- los simpatizantes
tienen alto nivel de estudios, los apoyos que se incorporan procedentes de la
abstención, de antiguos votantes de IU y del PSOE fundamentalmente, y en menor
medida de otras formaciones,… pero los datos también comienzan a dar síntomas
de cierto cansancio o desgaste entre sus bases sociales, posiblemente influidos
por conflictos internos y por movimientos en otros partidos, y en el resto de
posibles electores aumentan aquellos que nunca los votarían. Así que dos
problemáticas se abren:
1)
Por ellos mismos, lo interno. Sus errores y miserias irán saliendo, como las de
otros. Empezarán a lanzar propuestas, necesitan un programa creíble de
soluciones concretas… y entonces dejarán de ser inmaculados, ya no servirá como
valor supremo de unidad ir a la contra, el programa se mirará con lupa,
-discusión sobre costes, posibilidades, resultados y alternativas-. Empezarán a
funcionar como organización, discutirán la concreción de cada alternativa y mostrará
vencedores y derrotados y eso desgasta, comporta roces, diferencias, habrá
gente que se quedará descolgada antes de las elecciones. El desgaste normal de
la actividad política sucede siempre que se propone alguna salida concreta porque
nunca puede satisfacer por igual los intereses de todos los colectivos
afectados, las bondades para unos perjudicarán a otros.
Un
ejemplo se aprecia en propuestas como la jubilación a los 60 años –al margen de
su posibilidad o no, aquí interesa en cuanto contradicción que enfrentará
intereses- La lucha generacional es uno de los grandes conflictos europeos de
intereses que tienen que afrontar los partidos, el diferente nivel de esfuerzo
público dedicado a juventud o vejez es un nuevo campo de batalla, que incluye
la capacidad de unos u otros para influir políticamente dependiendo de su
inserción social. Adelantar la jubilación permite abrir el mercado de trabajo y
la sociedad para los jóvenes, pero expulsa a los mayores, lo cual empezamos a
ver ya en las direcciones de empresas, instituciones y partidos políticos, este
es un nuevo frente de intereses diversos y contradictorios, difíciles de encajar
en la vieja idea de alternativas beneficiosas para todos.
2)
Por los otros, lo externo. Puede frenar su empuje reciente al empezar a
configurarse la respuesta de los otros competidores, principalmente PSOE e IU,
aparentemente a día de hoy con mejores perspectivas para los socialistas en
cuanto a ser opción de contraste con Podemos, y menores para los comunistas que
podrían llegar hasta a desaparecer; ya veremos la capacidad de respuesta de IU,
organización algo anticuada, con historia de 35 años y militancia probada e
insertada en los movimientos sociales. La gente comprobará que algunas de las
propuestas de Podemos serán similares a las de IU y PSOE.
Otro
aspecto de la influencia externa que puede frenar su ascenso será el miedo, a
que ganen ellos y más fuerte, a que ganen los otros, miedo a que su fuerza sea
insuficiente para detener el desastre. El PP podría ganar las elecciones, entre
otras cuestiones por la dispersión el voto de izquierdas y centro, así muchos
indecisos ante una nueva victoria derechista podrían reconsiderar no tanto su
simpatía, cuanto el voto, -evitar el efecto cuña que beneficia al PP-, no sería extraño que la
proximidad electoral volviera a considerar voto útil el que impida ganar al PP,
siempre que los partidos tradicionales despertaran de su letargo modificando
comportamientos.
Los
problemas externos de Podemos para crecer, consolidarse y conquistar el
gobierno, en gran parte son los mismos que tienen las izquierdas en general. Se
enfrentan a cuestiones que atenazan la socialdemocracia europea en particular o
a cualquier gran partido progresista que pretenda aglutinar la mayoría de
intereses sociales en liza. Para transformar la sociedad, regenerar la
democracia, modificar la ley electoral, las instituciones, los comportamientos
económicos y orientaciones sociales, reducir el aumento de las desigualdades…
-los desahucios se siguen produciendo a pesar de ser uno de los movimientos más
destacado de los últimos años- no son suficientes las manifestaciones y las
huelgas para cambiar ampliamente muchas cosas. Es necesario poder parlamentario
y parcelas de gobierno, y para lograr ese objetivo son necesarios millones de
votos. Con un hándicap añadido, el sistema electoral prima la concentración del
voto, fundamentalmente por la circunscripción provincial y el número de
candidatos, cuestión resuelta en la derecha y nacionalismo; el sistema al
tiempo penaliza la dispersión, típica cuestión del resto de opciones
progresistas y centristas. La batalla entre PSOE y Podemos será encarnizada,
repartiéndose los votos, permitiendo sacar mayor provecho a la concentración de
voto provincial al PP que obteniendo el mismo número de votos obtendrá una
cifra muy superior de diputados.
Capacidad
de pactar. El problema está relacionado con la virtud
La ventaja comparativa percibida por simpatizantes y
militantes, y por una parte de la ciudadanía harta de acumular cabreo, es que
las élites de Podemos han logrado su
marginamiento del sistema, o una apariencia de estar en las inmediaciones
del mismo. Les ha resultado muy positivo su capacidad para separarse del resto
de fuerzas y de las élites político-económicas, -la casta, los malos-, alejados
de ellos les permite mostrarse al otro lado, inmaculados, sin historia reciente
de sufrimientos, errores y corrupción, se sitúan en el otro conjunto del
relato, -el pueblo, los buenos-. La simplificación de abajo-arriba, buenos y
malos, -tan cercana a las religiones-, históricamente ha dado siempre
excelentes resultados para movilizar y sumar voluntades; aunque no fuera útil
de cara a resolver problemas, y dificultara la convivencia.
Su merma en la capacidad de pactos y relaciones
podría ser un gran problema y el que más directamente depende de ellos para ser
resuelto. Las élites de Podemos se están metiendo en un pozo voluntariamente,
aislándose del resto de élites de la sociedad española y de su propia gente a
la que no están preparando para entender los pactos que necesariamente van a
realizar porque será dificilísimo obtener por encima de un 30% de los votos;
luego será complicado de explicar la boutade de maldecir pactos con la
socialdemocracia y aprobarlos con la extrema derecha, - como Syriza en Grecia-.
La mayoría social a que se hace referencia continuamente, se situará en el
entorno de un tercio de votantes, -Syriza menos del 37% de votos- lo cual
significa la existencia del doble individuos no seguidores, otros dos tercios
de adversarios y enemigos.
La capacidad de pactos de Podemos se está viendo
perjudicada por su actitud contra el resto del mundo, y dado que no es probable
una victoria por amplia mayoría absoluta, serán necesarios acuerdos de gobierno
para poner en marcha los cambios
necesarios, y eso en todos los niveles, locales, autonómicos y nacional, por
tanto el problema afecta a las élites de esos diferentes niveles. Ítem mas, en
cualquier sociedad moderna es necesario negociar habitualmente con poderes
económicos y políticos, nacionales e internacionales, sean afines o contrarios.
¿Alguien se imagina que pueda empezar a resolverse el grave asunto del paro sin
un pacto nacional por el empleo en el que participen sindicatos, patronales,
todos los partidos…? ¿Sin pactos que reduzcan adversarios y neutralicen
enemigos no podrá embridar a las empresas energéticas? Lo que será necesario
para impulsar crecimiento domando los costes energéticos. Poner en marcha una
reforma fiscal profunda, requiere la participación de diversas fuerzas,
incluidos apoyos europeos, plantearse programas de I+D+i, reencauzar el estado
de bienestar, reindustrializar España, las relaciones con Europa, etc. etc.
todo ello necesita mayorías muy amplias para poderse realizar -a veces de 2/3 o
3/5- y lo que es más importante requiere
amplias mayorías para que los cambios sean estables y por tanto resulten
eficaces.
En el caso español, la situación de deterioro social
e institucional es muy grave, como los diagnósticos recogen, por tanto y según
sus propios análisis para reconstruir sociedad e instituciones, será necesario
un nuevo pacto social, lo cual requerirá de múltiples pactos a múltiples
niveles, salvo creer en la fantasía de reunir un voto del 95% en todos los
ámbitos de la sociedad, sea en la fábrica, en el pueblo, en la capital, en
aquella Comunidad, o en el Parlamento. Pactar, depende de la correlación de
fuerzas y no solo de la voluntad o deseos de un interlocutor, pero además se
verá influido por el talente de la relación. Enfrentarse a todos los
adversarios políticos, está limitando opciones de futuro, y salvo para los
frikis que creen que se puede vencer a los contrarios y derrotarlos totalmente
hasta hacerlos desaparecer, cualquiera que esté en la política a cualquier
nivel, debería saber que tendrá que negociar diariamente casi todo lo que haga,
dentro y fuera de su grupo de actividad.
Dados los vínculos convendría estudiar–aquí de forma
sintética- el ejemplo de Varoufakis, intelectual y ministro de economía griego,
intentando renegociar mejores condiciones de financiación para Grecia; sus
propuestas de nuevos bonos referenciados al crecimiento griego para cambiarlos
por los de la deuda con la UE y la dirigida al BCE con intercambio de la actual
deuda por bonos perpetuos, al margen de que fueran buenas o malas ideas, la
forma –además del poco soporte de otras medidas complementarias- ha provocado
una reacción del BCE consistente en declarar inaceptables los bonos griegos
como activo colateral para obtener los créditos bancarios que dotan de liquidez
a la banca, lo cual va a perjudicar gravemente a millones de griegos, al
limitar y encarecer su financiación. Una acción política no mejora objetivos
por basarse en buenos deseos, requiere además una táctica, y un talante
adecuado con los interlocutores que facilite apoyos y despeje el camino al
objetivo.
Antes de seguir mejor detenerse un momento por el
asunto de las élites para precisar el contexto de la necesidad de pactos. En
cualquier tiempo los pactos sociales de cualquier sociedad los ejecutan las
élites, nunca los firman millones de personas sentadas en una mesa, o fueron
negociados por miles de individuos en una plaza…los cuerpos dirigentes, son las
élites de una cadena cuyos eslabones forman otras élites, sean grupos sociales,
partidos políticos, sindicatos, grupúsculos, movimientos, ONG’s, etc. ellos
asumen, representan, recogen, centralizan, iteran con miles de personas a su
alrededor, activistas –también élites en su entorno- que a su vez iteran con
otros miles, etc. al final hay unos cuantos individuos que representan a
conjuntos más amplios, esto pasó en el postfranquismo. La transición no fue un camino de rosas, aquello no
fue negociado entre una docena de individuos con el Rey a la cabeza al margen
de las masas, como se decía entonces,
la ciudadanía se diría hoy. Reconvertir la sociedad franquista costó mucho
sufrimiento, lágrimas y mucha sangre.
En aquellos tiempos de la Transición el pacto social
lo negociaron unas élites, porque tales eran los dirigentes de los partidos
políticos, sindicales, fuerzas económicas, grupos franquistas, fuerzas
internacionales… élites que estaban siendo condicionadas y presionadas por
cientos de miles de personas, movilizadas, alimentadas, dirigidas, coordinadas,
impulsadas… por otras élites, eslabones de la cadena que no estábamos en las
mesas negociadoras con las figuras más públicas y conocidas del momento, pero
dirigíamos partidos y sindicatos, cuyos militantes en grupos y grupúsculos
estábamos insertos en empresas y calles, universidades y barrios… Los
dirigentes de grupos izquierdistas, sus comités de dirección eran élites
dirigentes respecto a esos grupos, los dirigentes vecinales lo eran respecto a
los activistas de barrios, que a su vez lo eran respecto a conjuntos amplios de
vecinos, los líderes sindicales, eran élites respecto a sus militantes que lo
eran respecto a sus afiliados, que lo eran en relación a sus compañeros de
trabajo, etc.
La construcción de una organización, o la
preparación de una movilización la realizan unos pocos individuos, igual da
mirar a la izquierda o la derecha, en el pasado o en el presente. Montar una
manifestación, una huelga,… requiere mucha preparación que realizan élites de
activistas, acción a la que se irán sumando otros grupos de individuos hasta
plasmarse sumados todos ellos en la gran acción visible con miles de personas.
Nunca serán esos miles quienes firmen pactos, negocien leyes específicas,
dirijan el gobierno, asistan a las cumbres europeas, organicen la policía, etc.
etc. desde luego, esos miles de personas influirán en las decisiones de sus
respectivos dirigentes, que éstos aceptarán en mayor o menor grado. La
capacidad de influencia dependerá de las presiones, de la fuerza desplegada de
la mayor o menor proximidad, de los medios organizativos que lo permitan en
mayor o menor medida, múltiples aspectos influirán en los eslabones de la
cadena de élites entre los cuales estarán presentes no solo las presiones de
los próximos, también las de los adversarios y otros poderes.
La cuestión a entender de la democracia, es que la
representativa es una forma válida, útil, para deliberar y decidir, que no se
conocen parlamentos o gobiernos, cuyas deliberaciones se celebren abiertas en
plazas en las que participen decenas de miles de ciudadanos. Las asambleas se
celebran en todas partes pero no todas juntas, sería impensable reunir
asambleas de millones de personas además de poco útil y perjudicial para
discutir temas concretos y tomar decisiones, que hubieran permitido previamente
amplia capacidad deliberativa. Resulta más sencillo y es útil agrupar deseos,
intenciones, propuestas etc. a través de cadenas de representación delegada, y
de otros medios entre los cuales hoy destaca sobremanera el uso de internet. En
este sentido, las élites de Podemos –concentradas y vinculadas a entornos
profesorales universitarios- lo construyeron inicialmente bajo unas premisas a
las que el resto aceptaron sumarse y continuar, ellos trazaron las líneas
estratégicas de línea política y de carácter organizativo, definieron líneas de
alianzas, y definen constantemente táctica y estrategia, etc. y celebran sus
reuniones diferenciadas, separadas de las asambleas generales, o de los
círculos de barrios, como en casi todo grupo humano. Esas élites tendrán la
responsabilidad por su capacidad de influencia, en abrir o cerrar puertas a
actuaciones y corrientes que faciliten o perjudiquen negociaciones que
posteriormente necesitarán realizar en cualquier nivel de actividad.
El culto al líder. Vieja
enfermedad en nuevos tiempos
El
hiperliderazgo, o liderazgo exagerado puede taponar el desarrollo de muchas
fuerzas creativas. Las prisas y la fuerte personalidad de las élites de Podemos
han propiciado el encumbramiento de unos pocos y éste, el taponamiento de los
cuadros medios. El asambleísmo que vota directamente a los líderes no es una
opción más democrática que otras, una asamblea no facilita la participación en
la deliberación mejor que una comisión, ni mejora la elaboración de línea
política, votar un documento programático en su totalidad, para aprobar o
rechazar globalmente, aceptar el todo o nada, impide sumar otras opciones que
no estén incluidas y que podrían mejorar conclusiones y actuaciones, sobre todo desmoviliza a quienes podrían
formular opciones con la intención de mejorarlo al incorporar otras
percepciones. Si no se consideran las aportaciones salvo las de la élite, los
cuadros medios no surgirán, ni se forjarán, o se apartarán del proyecto al
sentirse excluidos.
Naturalmente
siempre habrá alternativas a rechazar, pero cuando el procedimiento del todo o
nada se mantiene como norma, pasa a ser un problema de exclusión. Si en la
votación de candidaturas para la dirección hay que elegirlas completas se está
potenciando el mismo error del sistema electoral con las listas cerradas y
bloqueadas, que dan todo el poder a los aparatos de partidos y marginan la
voluntad de los electores, en el caso de elección cerrada para la dirección de
un partido supone despreciar, apartar elementos de participación democrática,
votar lista entera, elegir todo o nada, es una opción que excluye militantes,
fomentará el culto al líder, propiciará el
peloteo para sumarse al poder existente en ese momento y fomenta la
desmovilización la idea de que otros resuelvan mis problemas, elijo a aquel y
que me guie en vez de propiciar cauces de participación que me incorporen al
proceso deliberativo y electivo y decisorio.
En la sociedad española
está sobredimensionada la figura del individuo sobre la del colectivo, la del
líder sobre la del equipo, está sobrevalorado el pope político, e infravaloradas
las fuerzas locales, en todos los partidos del arco ideológico incluidas las
nuevas propuestas, la militancia local está limitada en gran medida a preparar
los acontecimientos para la presencia de los personajes significativos y a
transmitir documentos de las centrales. Pero la vida diaria necesita esos
individuos y sus opiniones y sus errores, su participación en debates y
decisiones, sin necesidad de esperar al gran personaje; de tal forma que si no
se entrena la participación luego se generan militantes pasivos que generan
mayores errores al dejar las decisiones en poder de gente muy alejada. Este es
un problema que no aprecian en los partidos.
Aquella antigua forma de
funcionar de antaño pudo servir durante la dictadura, pero no es posible
mantenerla en democracia, ni siquiera adaptada a los nuevos tiempos, el cambio
debe ser más profundo, deben utilizarse nuevas maneras. La ciudadanía pide
mayor participación en los debates, en las decisiones, en la elección de sus
representantes... O se romperá la baraja, como está ocurriendo. Las
agrupaciones locales deben tener más opiniones, la militancia local tiene que
opinar y debatir sin esperar los papeles de arriba, las discusiones con los
vecinos o compañeros de trabajo hay que hacerlas sin esperar a los popes, los
individuos, militantes, no pueden quedar convertidos en meros comparsas para
los mítines de los personajes. Sobre el paro y la crisis todos tienen
que opinar, sobre Catalunya y Europa, etc. por el contrario se ven
encorsetados, llama la atención las pocas conversaciones públicas que mantienen
los militantes de partidos tradicionales, que las reservan para sus popes.
Hay que intervenir en
sociedad extensamente, más que ahora, con más agitadores que un líder como soporte, hay que llegar a bases sociales
más amplias que el grupo de influencia de un líder, con ideas sobre todas las
cosas contadas por gente tan corriente como quien escucha, y no necesariamente
ideas partidistas, para lo cual debe ser gente cercana que no espere al líder
para hablar. Esto lo realiza bien la derecha, llenan montones de órganos de
expresión locales con sus opiniones en prensa gratuita, y opinión general en
prensa de pago, radios locales y teles generales, difunden por clases y
púlpitos sin esperar al papa u obispo... inundan el ámbito local y global,
mientras los progresistas se resisten a crear plataformas locales de opinión,
no partidaria, con ideas laicas, críticas y racionalistas, defensoras de la
equidad y justicia, democráticas, capaces de explicar mil y un pormenores
concretos de la vida desde una óptica alejada de la carcunda reaccionaria, sin
necesidad de ensalzar al empresariado español, tan cerca de las tetas del
estado y tan alejados de los emprendedores y empresarios creadores de productos
y servicios con trabajo, tan cerca del BOE y tan lejos de los trabajadores...
Hay montones
de ideas y aspectos necesarios a distribuir y opinar sobre ellos, sin esperar a
que vengan a hacerlo en tu entorno las élites partidistas, -da lástima ver
militantes de partidos que esperan que vayan sus líderes a un mitin en su
pueblo para extender sus ideas- El culto a las élites, a los líderes, creció y
muchos debates fueron olvidados y hay que volverlos a retomar, otros son producto
de la nueva realidad, obligan a debatir a la ciudadanía y opinar de mil maneras
sin dejar el terreno libre a la carcunda que nos rodea. Todos los pueblos necesitan
un órgano de prensa digital, no partidario, que concentre diversidad de ideas y
opinadores fuera del ámbito de control partidario. Muchos se resisten, porque
no ven la utilidad de que exista una plataforma más amplia que sus propias
siglas, precisamente hay necesidad de llevar la política más allá, órganos
de prensa no partidistas podrían aumentar la rentabilidad social, por llegar a
bases más amplias que trascendieran a los partidos, siendo de utilidad para
todos los progresistas.
No me gusta que todos los partidos que se presentan realicen una campaña tan asquerosamente individualista, tan iguales en la exaltación del jefe de turno que presentan como candidato a presidente de gobierno. Las elecciones en España son para elegir diputados y senadores y no candidato a Presidente que lo elige el Congreso, los representantes elegidos, estos sí, por el pueblo. A pesar de que se dé por entendido que el líder/jefe de una lista electoral sea el presentado por esa lista como candidato a Presidente, es confundir al electorado jugar en falso, porque aunque sea elegido representante al Congreso salvo 2 de ellos, ninguna tendrá posibilidad de ser candidato a Presidente, que en todo caso no elige el pueblo sino los diputados.
Si lo anterior no fuera suficiente es todavía peor la excesiva imagen personalista en las campañas, el culto al líder, no me gusta tanto individualismo, por mucho que los gurús de campañas indiquen la conveniencia de personalizar, en España es uno de los grandes defectos, criticados por casi todos los partidos pequeños, y practicado por todos. Cargar un alto porcentaje del peso de la campaña en pegar fotos del jefe es un mal germen para el futuro.
Si queremos dar mayor responsabilidad a diputados y senadores empecemos por pensar en su existencia individualizada al margen de considerarlos meros comparsas del jefe de turno, sea Lara, Uralde, o Díez. Los parlamentarios deben cobrar mayor vida pública de la que dan los medios de prensa, tener mayores vínculos con el electorado, para lo cual deben empezar por ser conocidos, ser escuchados, tenemos que poder exigirlos, hablarlos, saber qué piensan y como formulan sus discursos.
Sucede en Ayuntamientos, solo conocemos al alcalde, en CCAA solo a su presidente, nadie más habla, nadie monta reuniones, charlas conferencias, salvo para que hable el jefe, no se conocen los equipos, no se ven en entrevistas en los medios, en las calles, mítines, reuniones, en las radios. Hay solo un jefe parlanchín arropado y cuando éste no llega, un subteniente. Forma de empobrecer la política. Ningún partido tendrá sentido sin sus militantes, simpatizantes, parlamentarios y ello empieza por concederlos valor, que no solo tiene la cabeza, el jefe. Necesitamos saber que cuando existan dificultades no las resolverá el jefe solamente, necesitamos conocer a los equipos compuestos por diferentes personas que deberían funcionar, queremos saber que están preparados y pueden ser exigidos por todos, y ello comienza en la campaña electoral acercando realmente caras, personas y discursos, no solo de un jefe.
Cambios en la ley electoral pedimos todos, muchos coincidimos en aquellos que den mayor igualdad a la relación votos/escaños y en la posibilidad de elegir el orden dentro de una lista que no estuviera bloqueada, pero nada tiene sentido sin ampliar el marco de referencia de las personas en los partidos. El culto a la personalidad que se instala desde el principio en los partidos nuevos es incomprensible si quieren revitalizar la política y el instalado en los partidos viejos debería reducirse. Tantos y tantos jefes en cada campaña general, local y autonómica nos apartan las personas de los candidatos y encumbra peligrosamente a esos jefes a la toma de decisiones como reyezuelos de taifas aislados de sus bases. En esta situación de qué sirve tanta discusión programática y de principios si cuando haya que tomar decisiones de gobierno las decidirá un individuo al margen de ideas colectivas.
‘’A quien únicamente le
ofrecen nuevos libros parecidos al que compró, no se le abren nuevas
posibilidades. Y, claro, el que no conoce otras opiniones, ni réplicas a las
suyas, en realidad no puede ni siquiera ponderar el valor de las propias. No se
demanda lo que se ignora y se ignora aquello que está fuera del horizonte
dibujado por mis elecciones anteriores, por mi trayectoria hasta aquí mismo.
’’ ¿Idiotas o ciudadanos? Félix Ovejero
Lucas, Ediciones Montesinos. (16/11/2011)
La
realidad de las redes sociales puede ser un engorro
Dos
aspectos problemáticos para un futuro de responsabilidad pueden contener un
factor de éxito repentino, de suma de simpatías. La rapidez y extensión de los
apoyos logrados por Internet, su facilidad para comunicar y
votar, son una cara de la moneda, que contiene otro lado de fragilidad. Las
redes sociales pueden sumar velozmente, y
pueden restar con la misma velocidad, cambian percepciones y noticias en
instantes, pueden convertir en obsoletas tendencias de apoyo de un día para
otro, esa realidad líquida tiene
grandes dosis de inconsistencia y dificultades para perdurar en la misma línea,
lo cual puede generar inestabilidad en las fuerzas de apoyo a Podemos que
tendrían menor consistencia que la facilitada por antiguas militancias
vinculadas a otros partidos hoy con menor número de militantes y simpatizantes.
Partidos nuevos y movimientos como el
15-M son abanderados de las formas políticas, 2.0, -3.0, o 4.0-. No existen pruebas de que esas nuevas
formas garanticen buenos resultados en
los cambios de la correlación de fuerzas, salvo en procesos electorales, en
donde sí hay experiencias de su potencial en campaña, por ejemplo en EEUU, en
donde existen pruebas de similar validez para comprobar que los resultados no
tuvieron estabilidad ni consistencia suficiente que permitieran modificar las
relaciones de poder. Seguro que la
política no podrá vivirse sin contar con esas nuevas herramientas, al tiempo que parece excesiva la confianza depositada
en las redes sociales como determinantes de cambios en las relaciones de
desigualdad.
El extraordinario apoyo mediático
proporcionado al 15-M y la experiencia de la primavera árabe, pueden llevar a
idolatrar las tecnologías por encima de los compromisos de lucha, en ambos
casos las redes han mostrado ser instrumentos de primerísimo orden para
comunicar y convocar acciones, sin embargo parece excesivo concederles la misma
importancia en cuanto a modificar las estructuras de poder en esos países, o
determinar posturas de cambio y compromisos de lucha en los individuos
participantes. La realidad árabe ha sido modificada por decenas de miles de
personas que ya tenían tomada postura de rebelión, luchando abiertamente contra
otras fuerzas, las bases reales sobre las que se asentaron las revueltas, fueron
los movimientos físicos de miles de personas, cuya resistencia durante bastante
años en forma de manifestaciones, luchas callejeras, reuniones y organizaciones
de grupos que provocaron muertes, represión, torturas… antes de la primavera
árabe dichas acciones fueron imprescindibles para que posteriormente con el
uso de las nuevas herramientas de internet tomaran otra forma en Túnez.
El papel de internet y las redes
sociales, es diverso y presenta dos caras. Por un lado, abre puertas al margen
de los poderes tradicionales, no solo gobiernos y poderes económicos, también
los partidos y élites tradicionales, permite a los individuos y grupos, extender
una rápida comunicación e información, ideas, convocatorias e imágenes, circularán
a gran velocidad facilitando el acceso a la mayor información que haya
existido nunca, -hasta el punto de ocultar lo importante por aplastamiento de
cantidad y diversidad y por tanto generar un problema nuevo en la selección y
búsqueda de lo útil-. La utilización de internet facilita coordinación, adoctrinamiento,
preparación y convocatorias de acciones puntuales a los activistas ya
existentes, sean éstos yihadistas o grupos de mujeres, jóvenes demócratas o
defensores del antiguo régimen y por supuesto permitirá mayor participación en
debates y aportaciones tanto en la centralización de esfuerzos como en su
descentralización.
Internet posibilita la incorporación de
millones de personas a movilizarse, al margen de su encuadramiento en
movimientos ya existentes, ONG’s, partidos y sindicatos tradicionales, permite
la transversalidad en la movilización por cuestiones concretas sin necesidad de
encuadramiento previo, -militantes de partidos distintos, activistas con bases
programáticas diferentes, se unen en los movimientos árabes, el 15-M, etc.- y
al facilitar la inmediatez en la transmisión deliberativa y toma de decisiones,
abre una real posibilidad de mayor y mejor participación social entre
representados y representantes, entre consumidores y empresas, entre individuos
y grupos, entre diversos grupos, etc. Pero internet y las redes sociales
también impulsan otros aspectos, que giran en torno a la entronización de la
superficialidad como norma de conducta
supuestamente válida para atacar a los poderes, llegando a entronizar en millones
de mentes una supuesta facilidad para iniciar la revolución, fundamentada
en una herramienta, la tecnología, en vez de en las luchas de los seres humanos
quienes se valen de los medios a su alcance en cada momento. La tecnología en
manos de los movimientos sociales será una herramienta poderosa, siempre que
existan activistas políticos a los que no podrá sustituir.
El segundo aspecto problemático a
que hace mención el comienzo, estaría relacionado con la convivencia de dos
mundos muy diferentes, la militancia de redes sociales y la militancia de
cuadros medios necesaria para desarrollar a Podemos allá donde se encuentre la
formación en contacto directo con la ciudadanía, sean ayuntamientos, barrios,
fábricas, etc. etc. Gran parte de estos cuadros medios imprescindibles para
desarrollar los objetivos del partido, desembarcarán procedentes de IU y otros
pocos del PSOE y otras formaciones y movimientos. Las experiencias directas de
estos cuadros políticos y su forma de
actuar en el terreno, chocará frontalmente en teoría y práctica con los
militantes y cuadros que provengan de las redes sociales abriendo un frente de
conflicto de conflictos. Los cuadros políticos de un partido de izquierdas
tendrán que luchar in situ contra patronal y fuerzas de orden, contra otros
adversarios sindicales y políticos, contra enemigos políticos de otras
formaciones parlamentarias, o extraparlamentarias, contra patronales grandes,
pequeños y medianos, contra iglesias, creyentes… tendrán vínculos y relaciones
concretas en primera línea con los ciudadanos y sus problemas, todo ello será
muy diferente a las relaciones que pudieran establecerse por las redes
sociales, lo cual puede abrir una situación conflictiva.
Una derivada de la complacencia social,
y la entronización de una realidad líquida, es visible en la difusión que
tienen las nuevas formas de protestas
blandas, ‘suavecitas’, que tienden a ser percibidas como suficientes y por
tanto calmar millones de conciencias y convertirse en sustitutorias de otras
formas de presión utilizadas hasta hace poco. Las redes sociales tienden
a engañar respecto al poder transformador de los poderes
económicos y políticos al sustituir formas de presión que requieren esfuerzo y
provocan enfrentamientos y riesgos, por las modernas formas blandas que
difunden, en muchos casos cuasi juegos, que todo el mundo acepta precisamente por
su facilidad y poco riesgo, incluidas las grandes corporaciones causantes de
gran parte de los problemas que se quieren resolver con apretar un
botón, mandar un mensaje, apagar la luz, etc. etc. Las luchas por concretas
necesidades vitales y falta de derechos, contra injusticias, explotación y
represión, de cualquier movimiento habrán de salir a espacios donde supongan
enfrentamiento con los poderes y no una fiesta. En el mundo de las redes
sociales se impulsan muchas protestas que contienen altas dosis de carácter
festivo y facilón, con pocos resultados prácticos en cuanto a
cambiar relaciones de poder, ese carácter festivo se expande y difunde como
aspecto básico de una nueva forma de afrontar problemas ocultando otras aristas
duras y difíciles de ver, por ejemplo en los países árabes y emergentes, en
donde los muertos, torturas y las cárceles han rodeado sus protestas antes de
ser difundidas por los medios con excesiva luz enfocando lo bonito de lo nuevo,
oscureciendo los tradicionales riesgos de las luchas. (Mas sobre el asunto en ‘’El
poder y las redes sociales’’.)
Lograr la mayoría, ganar el poder, empieza por resolver
tropiezos
El objetivo fundamental
proclamado por los líderes de Podemos es lograr la mayoría, aprovechar la
ventana de oportunidad que puede hacerlo posible y por tanto toda actividad
política se subordina a ese logro casi inmediato. Muchos problemas surgen como
consecuencia de fijar ese objetivo de corto plazo, sus líderes saben que solo
podrán conseguirlo: tras incorporar izquierdistas desde la abstención,
fagocitando al electorado de IU, quitándoles el sitio y sus cuadros políticos,
y conquistando el centro, saben que el grueso de la batalla se librará con el
PSOE luchando por ser el gran aglutinador del electorado
socialdemócrata, -la mayoría del electorado posible-, que incluye izquierda,
centro izquierda, centro y centro derecha.
Lo anterior condiciona a
quien quiera gobernar, necesita dejar de lado el discurso izquierdista,
insuficiente para sumar 10 millones de votos como muestra un año tras otro la
experiencia de IU, que tan bien supo ver Podemos, y obliga a elaborar otro
discurso transversal, interclasista e inter-generacional, con ingredientes
populistas, -cosas que todo el mundo quiere oír sin pararse a reflexionar sobre
costos y contradicciones- para que sumen a la mayoría de la gente enfrentándola
a un enemigo supuestamente pequeño en número. Con una base de simpatía
relativamente asegurada a su izquierda, lograda en sus inicios, -y que, por
simplificar, siguen a Monedero- ahora toca elaborar relatos para ganar el
centro, -que podrían corresponder a Carolina y Errejón, también por
simplificar- el discurso así se torna en muchas ocasiones contradictorio lo que
podría apartar a gente.
Lo tienen claro, quieren
gobernar, fundamentalmente en el Gobierno Central, consideran que desde él tendrían
poder para hacer cosas y dejan en el camino todo lo que consideran que les
podría quitar votos en unas elecciones generales. Tiene su lógica, en unas
elecciones municipales necesitarían miles de candidatos que hoy por hoy no
están definidos por una línea concreta, por lo que se colarían muchos intrusos facilitado por su particular
relación organizativa, más ligera que las tradicionales, en una campaña de
elecciones locales habría mucha gresca que desgastaría la inmaculada ilusión
actual, así sus líderes estiman que tienen más que perder, que lo que podrían
sumar.
Deprisa, deprisa, falta tiempo
Acaban de nacer, se
están formando como organización y las ideas no han tenido tiempo de fraguar en
experiencias colectivas de funcionamiento. Sus portavoces dicen que en las
municipales se colarían intrusos, que no podrían controlar por falta de tiempo
y medios, es cierto, pero eso les pasará en las siguientes elecciones
generales, como a todos los partidos se les sumarán arribistas Nadie sabe cuál
será el resultado y la percepción de la gente una vez que tengan que tomar
decisiones, así que dicen, mejor dejar al margen las elecciones municipales
para evitar desgastes que permitan llegar a las generales mejor situados.
El problema del tiempo
existe en cuanto a la tarea de preparar equipos sólidos de gestión; en política
no es suficiente tener ideas, ni siquiera sirve de mucho tener razón, lo
fundamental es tener fuerza, ganar para poder decidir, y para gobernar pueden
ser necesarios alrededor de 10 millones de votos y eso no se logra solo con la
extrema izquierda. En terminología CIS eje de auto-ubicación ideológica, se
consigue más allá del 1 y 2, entrando en los espacios 3, 4, 5 y 6 del eje
izquierda/derecha. Para llegar a esa población de centro izquierda, centro y
centro derecha, tiene que lanzar constantes mensajes que cubran sus intereses y
percibirse la solidez de los equipos de gestión, pero la solidez requiere
pruebas, práctica, experiencia, algo de lo que un partido nuevo carece y que
podría contrastar con la no participación municipal.
Existen similitudes
entre este Podemos de Pablo Iglesias y aquel PSOE de Felipe González,
principalmente la percepción que tenían el equipo gestor socialista y la que
ahora tiene el equipo gestor de Podemos, ganar
el centro sin cuyos votos es imposible poder gobernar. Las diferencias
existentes, fueron entonces más favorables al PSOE, su tradición e historia le
facilitaba fuerte apoyo internacional por los vínculos con la socialdemocracia
europea y mundial, ello facilitaba ayudas económicas y relaciones
empresariales, relaciones políticas con otros partidos y gobiernos, vínculos
diplomáticos, cobertura ideológica… relaciones de muy superior calado a los que
tiene Podemos en la actualidad.
El PSOE en aquellos años
pudo formar equipos de gestión sólidos porque abrió sus puertas, integró,
fagocitó,… a miles de líderes y activistas de todas las izquierdas y
movimientos sociales, eran gentes con gran experiencia en resolver problemas
concretos insertados en todos los ámbitos de la sociedad, -capacidad o impulso
que perdió en los noventa, una de las causas fundamentales de su agotamiento-.
Las posibilidades para integrar a tantos individuos, las facilitó una
estructura organizativa y equipos que tenían clara la necesidad de incorporar
gestores políticos diversos. Este podría ser el destino para muchos cuadros de
IU, aunque aún no sabemos si Podemos cuenta con posibilidad de integrar
organizativamente en su estructura, y si aceptará la entrada de activistas que
pueden provocar fricciones, diferencias y dispersión, lo cual podría transmutar
parte del discurso conocido hasta hoy, que fundamentalmente es el de los
líderes.
Los más papistas que el Papa no dan ventaja
Dentro de sus afines
será una dificultad para desarrollarse como partido aquellos hooligans que solo
ven maldades en las críticas, muchas de ellas provocadas por meteduras de pata,
conflictos entre lo dicho y hecho en el pasado con la necesidad de otra imagen
en el presente, o por actuaciones contradictorias entre el discurso y la
prácticas,… pueden bloquear debates necesarios e ideas diferentes que permitan
ajustar planes y objetivos, pueden impedir limpiar errores y prescindir de
individuos que constituyan una rémora. Los aspavientos que provocan los
fanáticos por no aceptar que muchas evidencias se critiquen les pueden restar
simpatías, unas pocas cada día, hasta que de repente en un momento pierdan
cifras importantes… leo y escucho a indignados de Podemos, contra la prensa en
general, contra políticos de otros partidos, contra intelectuales, radios y
televisiones… dicen que por su campaña
anti Podemos, solo aceptan aplausos,
y sí señor, como si a cualquier otra fuerza no la trituraran sus adversarios.
La maquinaria del PP
durante años identificó como filo etarra, colaborador con ETA,… a Zapatero, a
los socialistas, a toda voz que les llevara la contraria en el tema del
terrorismo, no es visible una mayor animadversión hacia Pablo Iglesias que
hacia Rubalcaba, y éste fue uno de los mayores artífices de la derrota de la
violencia etarra. Lo anterior contextualiza, no justifica el comportamiento de
Sergio Martín, director de TVE24h protagonista de aquella enhorabuena por la liberación de presos, que no se atrevió a
decírselo a los jueces que fueron los
que realmente liberaron a los presos, pero sí dejó la insidia de identificar a
Iglesias con ETA. Pero, hay casos diversos, en los que son necesarias
aclaraciones de los líderes de Podemos como los de cualquier otro partido.
Los quejosos papistas hacen un flaco favor a Podemos, no saben utilizar las oportunidades
que brinda una exposición mediática tan alta como la que han disfrutado, muy
por encima de IU, UPyD, y otros; hasta ahora sus líderes lo aprovecharon
maravillosamente para contrastar opiniones y extender el mensaje, eso en una
formación de nueva creación que pretende ganar, por tanto sumar y sumar, ha
sido esencial para darse a conocer y expandirse. Pretender arrinconar o
desplazar a los que tuvieren discrepancias o ideas diferentes, será un
problema, entre otras cosas porque las ideas apartadas podrían ser las más
claramente identificadas con el espíritu y objetivos de Podemos, dicho de otra
forma, los más papistas se arrogan
las esencias de una línea política que está sin definir y bien podría ocurrir
que solo representara sus ideas particulares o las de una minoría que intentara
taponar los objetivos de Podemos.
Una parte importante de
apoyos a Podemos procede de antiguos militantes de extrema izquierda, -sesenta
añeros de la Transición, que suben la edad media de su oleada de seguidores
jóvenes- desde antaño desengañados con la sociedad en la que viven, y que hoy
creen tener una segunda oportunidad de reiniciar viejas ideas revolucionarias.
Las élites de Podemos, después de estudiar la experiencia de IU y grupos
minoritarios, han llegado a la conclusión de considerar que este grupo podría
constituir una rémora para sus objetivos, ya que cuanto más firme y clara sea
la senda ideológica, menos gente caminará por ella, ello dificulta el objetivo
fundamental de ganar elecciones, para lo cual son necesarios militantes y
activistas, pero resultan imprescindibles los votantes del centro.
Algunas opiniones del pasado son una rémora
El pasado de
los líderes de Podemos es un filón para otros sectores, pretenden arrinconarlos
en la extrema izquierda y en ocasiones lo consiguen. En un partido recién
nacido, el pasado de sus líderes se generaliza y sustituye el pasado colectivo
y está siendo una rémora para asentarse en el centro, están tardando mucho en
desligarse de él, no es fácil, perdiendo muchas energías y enredándose en la
madeja en vez de cortar, cambiar y avanzar. Ese pasado les ayudó inicialmente a
sumar gente de extrema izquierda y abstencionistas, pero ahora se ven en la
imperiosa necesidad de sumar centro -Pablo se declara patriota; grande el
Papa Francisco; ni izquierda ni derecha; el pueblo contra unos pocos, abajo
contra los de arriba, los Botín no son casta…- El problema surge porque
ante su profusión empieza a resultar difícil distinguir hasta donde serían
expresiones tácticas para atemperar episodios del pasado y sumar centro
derecha, o realmente se trataría de su poso ideológico, en este sentido muy
confuso. Las intervenciones se suceden, como la referida a la invasión francesa de 1808 salvada
por el pueblo español, tan cercana a las opiniones españolistas que rechazaban a los ilustrados, defensores de la
constitución de 1812, afrancesados en gran medida y contrarios las milicias
católicas del pueblo dirigidas por curas y fernandinos. Comprendo que el tema
es complejo, por ello poco indicado para lanzar proclamas tan patrióticas en
Sol.
Discutir de todo y no
quedarse en contraponer extremos, campo de batalla hacia dónde conduce la derechona
y sus voceros desde medios de prensa, radio y televisión, como hacen desde los
gobiernos Aznar, asfixiando todo debate y bloqueando toda posibilidad de encontrar
caminos, lo cual conduce a no poder debatir los problemas de crecimiento,
modelo productivo, planes de empleo, competitividad, aumento desigualdades,
adaptación a la globalización, regeneración democrática... Pero es que la nueva
organización tampoco debate seriamente esas cuestiones, lo cual se facilita con
documentos ampliamente difundidos, ello taparía inmediatamente los brotes del
pasado y abrirían la puerta a objetivos y modelos, así Dinamarca o Venezuela se
aclararían bastante, modelos tan diversos que hoy conviven dentro de la diversa
gente que conforma Podemos. Los argumentos tienen que contener opciones y posibles
alternativas en función de apoyos en relación a costes posibles, costos de
aplicación y de no aplicación, resultados previsibles a corto, senda de largo
plazo, visión de futuro en la que se enmarcan esas decisiones de corto plazo,
dificultades previstas...
Las
dificultades de entender narraciones en distinta onda de la que
tradicionalmente tengan los grupos, son muy grandes, miren ejemplos extremos
para entender la protección del cerebro a nuestras creencias: las personas
religiosas se cierran ante la pederastia de curas y obispos, los franquistas y
su cerrazón ante la ignominia de las fosas por los caminos de España, los
comunistas no quieren saber de los gulags, etc. etc. Pocos aceptan leer o
escuchar argumentos si ello incomoda sus convicciones, el problema es que
vivimos momentos en los que se necesitan grandes transformaciones que no se
contienen solo en el debate derecha-izquierda, el hartazgo es tremendo y las
costuras que hasta ahora han contenido pueden reventar. ¿Por qué las opiniones
del pasado de unos individuos tienen tanto peso en los juicios sobre una
organización recién nacida?, porque existe un fuerte hiperliderazgo que provoca
que todo el mensaje se polarice en sus élites.
Otro conflicto hará su aparición entre los allegados,
la tensión entre las luchas y la necesidad de organizarse, los esfuerzos dedicados
a protestas, luchas fundamentalmente defensivas, enfrentados a la nueva
dinámica de acciones organizativas y de agitación y propaganda para conquistar
votos, entrará en conflicto entre sus militantes la actividad contra, típicamente izquierdista, con la actividad proactiva necesaria para organizar estrategias y
tácticas que pudieran llevarlos a ganar las elecciones, objetivo que sitúa el
grueso del conflicto en el terreno electoral, lo cual no facilitará desarrollar
acciones en calles y empresas sino más bien al contrario, tenderá a
disminuirlas y encauzarlas. El conflicto se producirá entre dos maneras de
entender la militancia y la acción política, entre lo viejo y lo nuevo, porque
existe el conflicto en la sociedad al margen de Podemos, y no parece haberse
llegado a una síntesis al modo en que antes se relataba la diferencia entre
teoría y práctica. La militancia de redes sociales, con mucha fuerza en la
organización, aumenta la influencia del
desear sobre el actuar, sube la valoración del querer algo como elemento de
peso sobre otra opción como es la batalla y dificultad para conseguirlo, que
considerará fuerzas y dificultades, necesitará buscar alianzas y pactos, lo que
implica ceder algo… son dos formas de militancia distinta.
Este es un aspecto complicado para la organización,
originalmente auspiciada y nucleada por activistas y soñadores del ambiente revolucionario; el cambio
iniciado con su éxito logrado en la campaña de Elecciones Europeas, les lleva a
reconvertir las luchas que bordeaban el sistema en fuerza electoral dentro del
mismo, porque han visto posibilidades de ganar poder a través de los votos. Su
ruptura con el ambiente revolucionario
pretende recuperar fuerzas que estaban fuera del sistema entre abstencionistas,
activistas lateralizados, desafectos, desengañados, rabiosos, cabreados,
bolivarianos, alter,… aglutinar para reconvertirlos e integrarlos en un
esfuerzo que podría lograr poder ciudadano por la vía de los votos, por tanto,
están apostando claramente por defender el sistema democrático como el mejor de
los mundos posibles para lograr modificar las condiciones de vida y trabajo de
millones de personas.
El conflicto generará tensiones entre los sectores
activistas que ideológicamente no aceptaron la Transición, -o lo que es lo
mismo la sociedad democrática y la regla de juego básica de la misma, la
confrontación de fuerzas que se enfrentan electoralmente para dar una
resultante de poder- y no tendrán claro la posibilidad de lograr el objetivo de
gobierno y las élites de Podemos que sí lo ven factible, al igual que creen en
dicho objetivo muchos de los nuevos
militantes y apoyos que van apuntándose a la organización, lo que al fin
y al cabo está dotándola de la fuerza de suficiente para estar entre las tres
primeras opciones electorales. Hasta ahora, comienzos de 2015, las élites
mantienen un hiperliderazgo aceptado por
todo el mundo, pero sería muy raro que las contradicciones citadas no se
extendieran por la militancia afectando a la dirección incluso antes de las
elecciones generales.
Lo
emocional es necesario para ganar. Lo racional para gobernar
El reto de Podemos es
movilizar a su favor grandes contingentes de electores para tener posibilidades
de gobernar, para ello abandonan el esquema izquierda-derecha que les limita el
discurso y las posibilidades, ya que saben que solo con la izquierda no
ganarían y no quieren publicitar como básico que necesitan centro y derecha
para gobernar. El problema es similar al que se encuentra PSOE e IU, pero la
forma de abordarlo es diferente, mientras IU no suelta su agarre a la
izquierda, lo cual le evita crecer, el PSOE acepta ser un partido
socialdemócrata, con intereses e ideología de centro e izquierda, el problema
para el socialismo europeo es que perdió sus señas de identidad global aquellas
que definían un estilo y visión de la vida que mantuvo durante muchos años y
que la crisis sepultó para millones de personas. Así la globalidad del discurso
de las élites de Podemos es algo diferente, pretende situarse al margen de
ideologías para evitar encerrarlo en el esquema clásico de izquierda-derecha
que limitaría sus posibilidades de crecer, ante la situación global de desastre
país, intentan captar la diversidad de grupos sociales e intereses materiales e
inmateriales, quieren introducir un marco general –lo cual requiere no
demasiadas propuestas concretas- en el que todo tipo de electores se
identifique oponiendo los desastres de las crisis que viven la inmensa mayoría,
el pueblo, y una pequeña minoría que pasa por la crisis mejorando su situación
y que ahora controla y gobierna, la casta.
La realidad es que el
voto de la derecha está aglutinado en torno al PP, mientras el voto del resto
–voto de progreso…- está disperso, entre varios partidos de centro e izquierda
y dos grandes opciones aglutinadoras, PSOE y Podemos. Ganar por mayoría absoluta
es posible con 11 millones de votos, pero siempre que el resto de votos se
encuentre disperso entre varios partidos, lo cual aquí y ahora tiene en su mano
el PP, pero no el PSOE o Podemos, cuya suma de votos aunque fuera superior
estaría repartida, reduciendo bastante sus posibilidades de gobierno ya que el
sistema electoral penaliza la dispersión favoreciendo la concentración. Podemos
lo afronta apostando a todo o nada,
pretende derrotar al socialismo hasta convertirlo en residual y que la disputa
sea entre ellos y el PP, lo cual daría lugar a un nuevo bipartidismo. En todo
caso el problema de los estrategas para hacer aparecer diferente el marco
global de las distintas opciones entre los electorales, será monumental.
Unidad de la derecha y
dispersión de la izquierda, o progresista, cuestiones antiguas discutidas
ampliamente en el mundillo de la militancia, como también lo era la fidelidad
ideológica en las votaciones, superior a la fuerza de los programas,
ampliamente demostrado por las votaciones durante la Transición. Esta última
idea la reincorporó al mundo actual haciéndola famosa George Lakoff, autor del librito ‘No pienses en un elefante’ editado
por Editorial Complutense. El autor, profesor universitario en
Berkeley, hizo una lista de cuestiones importantes de los republicanos en estos
años y se encontró que encajaban en la visión de conjunto de vida conservadora;
al pensar en las demócratas, comprobó que todas tenían contraposición. Eran dos
visiones globales del mundo manifestadas en cada campo concreto.
Sintetizando viene a
decir que a un grupo de electores, le une fundamentalmente los valores globales
y no los programas, dice que la mayoría de la gente no vota por intereses
materiales, sino por intereses inmateriales, por su identidad, votan por
aquellos con quienes identifican sus valores inmateriales. Lakoff mantiene que
los valores morales son más importantes que todas las demás cuestiones y que
las visiones del mundo viven en la mente de los votantes. Agregaría otra idea
que el librito desarrolla poco y es la de transversalidad
en la vida moderna, quiere decir que en todas partes los individuos
mantenemos en general aspectos de unas teorías acompañados de retazos de otras
diferentes. Gente ultra izquierdista en algunos aspectos puede ser tremendamente
reaccionaria en otros y a la inversa.
Un ejemplo en la serie
‘El Ala oeste de la Casa Blanca’, una conversación entre un consejero progre
del presidente, con un congresista republicano, para convencerle de votar una
ley a favor de los gais. El cruce de argumentos es genial y al final de la
escena, le espeta, ‘como es posible que
estés en el partido republicano y además votes la ley en contra’ y le
responde ‘has esperado mucho en hacerla,
pero es que el conjunto de mi vida no gira en torno a mi forma de enfocar el
sexo’. Evidente que el mundo gay vota también Gallardón, como el mundo
obrero vota PP, izquierdistas votan nacionalismo, etc. Eso es transversalidad.
Anguita insistía, ‘programa,
programa, programa’, de cara a ganar era un error, error, error, pocos
ciudadanos votan programas, eligen opciones por afinidad o rechazo de valores
generales, por un conjunto de ideas o visión global de la vida. -Habría que
preguntarse cuáles y cuantas son las diferencias globales, entre PSOE, Podemos
e IU-. La experiencia de Obama fue importante, en sus campañas gran parte de las
fuerzas eran destinadas a hablar de emociones, pocas veces aspectos concretos,
pero fundamentalmente arrastraba con ideas generales que ilusionaran. Ha
sido importante el error cometido por el PSOE e IU de no elaborar un discurso
coherente y global, ilusionante y con proyección futura y señalara una
dirección hacia dónde caminar, como el independentismo hizo, abrazó una utopía
ilusionante que movilizó decenas de miles de personas. Necesario, aunque no
suficiente, debe ser acompañado de métodos de funcionamiento y movilización
ampliamente democráticos y decisoriamente participativos, que impidan que un
individuo dirija la nave hacia donde quiera y cambie de rumbo cuando solo él
decida.
Una lista de
cuestiones importantes no es una visión moral, dice Lakoff, un programa
electoral o políticas concretas no son un marco global, pero, añado, debería
ser imprescindible insertarlas en dicho marco. Lo que mantiene el autor es que
cada individuo se dota de una interpretación del mundo y lo que le rodea, y
todo lo enmarca allí, despreciando lo que no cuadra y encaja en la visión de su
realidad. Añado, la lista de cuestiones importantes son aquellas medidas
concretas, (llámense ajustes, reformas, o…) pero deben encajar dentro de una
visión global de la vida, ideológica, ética; si no consiguen formar parte de la
cosmovisión de cada individuo las medidas no tendrán la consideración de
importantes. Una sucesión de decisiones inconexas –medidas, programas- por
muchas que sean no forman un marco global, deben ser conectadas en un discurso
con proyección, enmarcadas en un proyecto a realizar con perspectiva de futuro.
La transversalidad fue clave, pero tiene otra cara
problemática
La transversalidad es clave, -jóvenes
ni, nis, y jóvenes con estudios suficientemente preparados pero sin
perspectivas, precariados, mayorcitos ex rojos, viejos soñadores, urbanitas de
grandes y pequeños núcleos y población rural, nuevos simpatizantes digitales de
redes sociales sin experiencias de luchas y antiguos militantes antifranquistas
de vuelta de todo, etc.- tanta diversidad
será foco de problemas, que generarán las decisiones programáticas y de
funcionamiento, resultará utópico satisfagan deseos e intereses tan distintos
como los que representan sus seguidores, cuando las alternativas se concreten
no complacerán a todos y muchas personas que se unían a ellos por agotamiento,
indignación, cabreo, desesperación,… en definitiva en contra de lo existente,
será raro aguanten unidas todas a una, en defensa de medidas tan diversas como
irán saliendo, lo normal es que sufran un relativo desgaste a medida que vayan
programando propuestas y eligiendo alternativas y personas para puestos de
dirección y representación.
Para ganar transversalidad, lo requiere una
sociedad compleja, prescinden de referencias al eje izquierda/derecha, quitando
deliberadamente la carga obrera de sus declaraciones, rebajar el carácter de
clase del discurso lo consideraban necesario para ampliar su base electoral,
trataban de englobar a toda la gente, al pueblo, en la lucha de los más contra los menos, la casta; sus
propuestas y relato van en la dirección de poder sumar al 99% contra el 1%
-típico de movimientos 15-M, Occupy Wall Street y similares-. Racionalmente es
un absurdo, nunca habrá un resultado político que agrupe tanto con estos
porcentajes, ni aproximados. Pero electoralmente podría tener otro efecto,
quieren sumar todo lo que se mueva; si con los primeros mensajes bolivarianos
sumaron algún colectivo de extrema izquierda, incluso arrancándolos de la
abstención, en esta fase el mensaje que deja de lado el obrerismo y el
izquierdismo era imprescindible para sumar jóvenes, pensionistas, amas de casa,
pymes, autónomos, profesiones liberales, precariado, ni-nis, estudiantes…
aunque suma en el desconcierto a sectores tradicionales de trabajadores.
Todo se mezcla en esta batidora por las hienas que los
esperan, hay donde morder y resulta difícil sustraerse a tanta provocación, así
una supuesta entrevista en TVE 24h, se convierte en una encerrona que pretende
acosar a Iglesias, con juego sucio, formulando una pregunta opinión realmente
formulando una acusación provocadora por parte del conductor del programa
Sergio Martín quien felicita a Iglesias por liberar a presos de ETA. El
periodista queda descalificado por esto de por vida, el cobarde nunca se
atreverá a felicitar a quienes de verdad los han liberado, -los jueces- o a
quienes han contribuido a su liberación, -gobierno- pero deja caer la mierda de
arrimar Podemos a ETA, tal cual hace Telemadrid habitualmente. Imposible
debatir nada en estas condiciones en los medios en donde todo se convierte en
discursos y proclamas. Todos tienen motivos para sus posturas, los documentos o
ideas de Podemos, posiblemente no serán las alternativas concretas que se
necesitan, pero sin duda las aplicadas hasta ahora solo han conducido al
desastre, tertulianos, voceros y militantes de una puta vez tienen que darse
cuenta de que no sirven las políticas implementadas, es un tormento innecesario
seguir aguantando cuentos sobre los éxitos económicos del Gobierno cuando la
deuda está en el 100%, el paro y la pobreza sin control…
La estrategia de Podemos para gobernar trata de ganar
el centro incluso desplazándose a la derecha, pero a medida que ande surgirá un
problema por las esquinas, sumar y evitar restar grupos tan diversos será muy
difícil; conquistar a millones de personas auto-situadas en los grupos 3, 4, 5
y 6 del eje izquierda derecha del CIS y al mismo tiempo evitar perder por la
izquierda auto-ubicados en el 1 y 2. Ganar el centro le enfrentará con su
izquierda y le retirará apoyos por el lado de IU. Son los mismos quebraderos de
cabeza que tienen hoy en Europa la socialdemocracia, la izquierda en general,
aquí PSOE e IU.
La deuda es mucho más
que deuda
Ningún
partido que pretenda gobernar, o tener representación institucional dejará de
reconocer de entrada, que la deuda es un problemón muy difícil de resolver, al
margen de considerar que las razones de las deudas actuales sean diversas, si
no queremos dejar el terreno vacío de argumentos que otros llenarán, hay que
debatir largo y tendido, tanto la privada como la pública. Los intereses de la
pública suponen más de 35.000 millones de euros a pagar cada año, cifra muy
superior a los recortes aplicados y eso que estamos actualmente con tipos
cercanos a cero, con posibilidad de subidas en uno o dos años, deben tener en
cuenta que hay deuda emitida años anteriores a tipos más altos. La deuda
externa puede ser un grave problema que asfixie en un momento dado porque
dependemos de los mercados, ello condiciona muchas alternativas y decisiones y
desde luego impide gobernar al margen de este aspecto a cualquier opción. La
necesidad imperiosa de conseguir financiación y tener en cuenta sus costes
supone depender de riesgos no controlados de los mercados financieros que
pueden provocarnos una inmensa catástrofe.
Para
tener idea de su enorme dimensión piensen a modo de ejemplo, que debemos un
billón de euros, incluso suponiendo una
quita imposible del 50% y sin pagar nada de intereses por el resto, los 500.000
millones de euros, tardaríamos en devolverlos veinte años, suponiendo que cada
año pagáramos 25.000 millones, una cifra de dimensión comparable al coste del
subsidio de paro en 2015. Para complicarlo más, recuerden que vamos en
dirección opuesta al desapalancamiento, seguimos generando déficit anual y no
superávit; año tras año desde 2009 el Estado gastó más de lo que ingresó, la suma de los déficits de estos 5 años, se
acerca a esos 500.000 millones de nuestro ejemplo. Como podemos comprobar en
estos años de crisis, los problemas no se están corrigiendo, sino agravando,
las políticas practicadas hasta ahora han fracasado en su objetivo de reducir
deuda, lo cual no valida automáticamente cualquier opción distinta, pero sí
debería abrir un debate a posibles salidas, porque todos, absolutamente todos
los partidos, están bloqueados en sus movimientos por el paro y la deuda y
ninguna ocurrencia sea de Rajoy o de Iglesias, o de Sánchez o Garzón, servirá.
Por si a alguien le quedaban dudas, Grecia es un espejo que nos refleja los
peligros reales de no disponer de financiación y del encarecimiento de la
misma. Peligros para millones de personas que sufrirán los errores de unos y
las cegueras y tropelías de otros.
Solo
aquellos grupos sin posibilidad de gobernar en ningún nivel, simplificarán la cuestión para sacar ventaja,
pero aquellos que quieran hacerlo en ayuntamientos, comunidades o nacionalmente,
no pueden dejar de tener en cuenta los costes económicos y políticos de este
problemón. Cuanto menos aclaren los costes y la dificultad de las salidas, más
problemático será encontrar soluciones y cuando ellos gobiernen la realidad los
aplastará. Los vacíos no existen, si los socialistas, o Podemos, no dan explicaciones suficientemente creíbles
y concretas sobre cómo tratar el asunto, el vacio lo llenarán los populares con
su interpretación y tendrán que ir arrastrándose tras ella ahora y en el
futuro, eso ocurrió durante los gobiernos Zapatero y sucede en los municipios y
CCAA con el silencio por legislaturas anteriores, el vacío que no supieron
llenar con un relato coherente de la crisis, son otros quienes lo llenan. A
pesar de la mejora que se produce en las cifras macro, la deuda sigue estando
ahí, creciendo y pesando como una losa. Como lo está el paro.
Si
los grupos de izquierdas van al extremo de no considerarlo relevante y no
consiguen transmitir a la sociedad que les preocupa el asunto de la deuda,
dejan libre el terreno de la sensatez en la comunicación a la derecha, lo que
conducirá a no ganar apoyos suficientes para gobernar, perder posiciones entre
millones de personas que podrían formar parte de su electorado. Hay que
explicar las deudas públicas porque las
pagan los ciudadanos, sea el
origen llevárselo crudo enriquecimiento privado, errores políticos, o
circunstancias X, aclarar cómo se produjeron dichas deudas y como esperaban
pagarse, alternativas posibles a la caída de ingresos fiscales como
consecuencia de la recesión que se produjo al estallar la burbuja, y por
fraudes y evasión; la caída de fiscalidad arruinó ingresos públicos, la
recesión arruinó además ingresos privados, ambas impedirían dar salida a los
activos inflados por la burbuja, fueran suelos, naves, pisos, construcciones
singulares o plazas de garaje. Los
discursos de impago de la deuda abrirían otro nuevo frente incontrolable, nunca son gratis, por muy justas que sean
comportan costes altísimos que solo pueden minorarse, si fueran realizadas
reestructuraciones armoniosamente
consensuadas con los acreedores, muchos de ellos bancos y gobiernos de la
eurozona. Toda postura crítica debe ser compatible con la explicación de las
políticas de austeridad practicadas en Europa que han resultado un completo fracaso para el objetivo que decían
pretender conseguir, como era el de reducir deudas y déficit y un desastre para
la economía y la vida de poblaciones enteras, mientras al mismo tiempo se están
redistribuyendo las rentas, de pobres a ricos, de sur a norte.
Pretender
obviar los debates sobre la deuda pública de España, de ayuntamientos y CCAA es
una temeridad al igual que encerrarla en argumentaciones simples, estén basados
en la buena voluntad como gastar en beneficio del pueblo, o en malignas trampas
financieras y despilfarros que beneficiaron a grandes corporaciones. La
realidad hoy es que existe una deuda emitida y asumida por el Reino de España de
un billón de euros, equivalente al PIB. Los debates deben buscar salidas, una
salida merece la pena recordarlo es algo susceptible de conseguirse y no un
sueño irrealizable, cualquier propuesta que no añada costes estimados y su
posibilidad de aplicación no debería ni escucharse, todos deben explicar
posibles aliados para poner en marcha la alternativa y calcular maniobras
especulativas que se producirían. Deben ser explicadas las opciones de
crecimiento económico, de inflación y monetización de la deuda, de emisión
similar a los Bonos Brady sudamericanos, de mutualización de la
deuda, etc., y discutidas ampliamente, porque todas tienen pros y contras,
ninguna será gratis y no duden que la más cara sería la que provocara una
declaración unilateral de impago.
La
realidad choca diariamente con el problema de olvidar el pasado, pero se verá
afectada por ello cualquier decisión de gobierno, sea de Alcorcón, de Madrid o
de España y lo agrava la dicotomía de crear dos trincheras. Un exceso de deuda
se corrige atacando a los aspectos que influyen en ella; aumentando los
ingresos, o reduciendo los gastos; o una combinación de ambas políticas. Por
supuesto atacar la deuda no se limita a lo anterior, porque la facilidad de
pago de la misma también dependerá del plazo para hacerlo y del coste
financiero. También dependerá del factor crecimiento, cuanto más crece la
economía, en general, mayores ingresos tributarios entrarán y menores gastos
sociales serán necesarios, además de reducir el ratio de la deuda, su peso
relativo, en la relación o cociente (deuda/PIB) tan importante es el numerador
como el denominador. Otro factor que podría mejorar el pago de la deuda era
tradicionalmente la inflación creciente, normalmente aparejada al crecimiento,
que hacía la deuda cada año más pequeña, hoy la inflación es excesivamente baja
bordeando un peligro mayor que es la deflación, y su control o impulso depende
casi totalmente del BCE, de Europa.
Reconocer
que la deuda es un problemón sin resolver y cuya solución es muy complicada abriría
espacios de posibilidad, – (12-09-2012) La crisis,
deuda, pacto social- porque gobiernen unos u otros en los
municipios, CCAA o Estado, se van a encontrar el mismo problema hoy y mañana y
al año siguiente y durante muchos, muchos años. Una primera actuación antes de
cualquier otra discusión, sería eliminar gasto superfluo, gasto público
improductivo, asesores, coches, etc. Pero, no se equivoquen, esas medidas
solamente no resuelven el profundo problema, aunque sea imprescindible
tomarlas. La situación económica es extremadamente complicada para encontrar
salidas y debe ser compatible con proponer medidas económicas que pongan mayor
énfasis en el empleo vs/ crecimiento, acentuar políticas expansivas no es tan fácil
como decirlo, pero no por ello debe contraponerse obsesivamente a los objetivos
de déficit, ambos pueden compatibilizarse a pesar de que en gran parte las
políticas expansivas o contractivas estén bajo control europeo, incluyendo una
devaluación del euro que permitiera ser competitivos globalmente o poner en
marcha el Plan Junker de inversión en infraestructuras…
Capítulo 14 de ‘Podemos o no Podemos. Esa
es la cuestión’. Enero de 2015.
Manuel
Herranz Montero.
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