El tiempo se acelera, vivimos
momentos en los que todo transcurre más deprisa y la acumulación de estímulos
hace difícil seguir el día a día. El resultado de las elecciones no dio claro
ganador, sin mayorías factibles de gobierno hacía prever que entrabamos en una
dinámica en la que sería extrañísimo encontrar acuerdos aceptables por los
contendientes.
Para enredar más la situación algunos
creen que unas nuevas elecciones beneficiarían a PP y Podemos, por supuesto con
la percepción actual, luego ya veríamos. Parecen creerlo las élites de esos dos
partidos que consideran esa opción de ventaja ante cada paso que dan, eso
aparentan los gestos de de propuesta de gobierno de Podemos y retirada de
investidura por Rajoy, están influidos por la creencia de que o bien obtienen ventaja
de la primera opción o de la segunda, en la que ambos contendientes arrinconarían
a Ciudadanos y PSOE cuyos electores se decantarían por el voto útil. La situación
creada sugiere algunas cuestiones:
1) La primera cuestión a recordar es
que resulta lógico y normal que un partido político pretenda gobernar. Para eso
existen, se crean y luchan entre sí, nadie debería extrañarse de que todos lo
intenten y menos los tertulianos y periodistas que descalifican ‘las ansias de gobierno de algunos’ que
siempre son los situados a la izquierda.
2) A pesar de las encuestas que dan
preferencias a los pactos, la experiencia española parece exigir la derrota y
sumisión del que se suma y no compromisos, viendo inaceptables pactos tipo
Grecia donde gobiernan en coalición Syriza y Griegos Independientes, algo así
como Podemos y VOX. Si les extraña miren en Cataluña Convergencia con ERC y la
CUP.
3) Rajoy, era evidente que tendría
grandes dificultades para lograr más votos favorables que rechazos. El PP, está
pagando uno de sus principios filosóficos más firme y tradicional; su manera de
ser excluyente. No solo son sus políticas anticrisis las que empujan a su rechazo,
que también, no solo es la corrupción estructural que los rodea, que también,
lo fundamental es su empecinamiento por apartar y excluir a todo aquel que no
sea como ellos lo cual conduce a la soledad sin facilitar acuerdos con otros
partidos a los que siguen despreciando, ridiculizando y culpabilizándolos de
todos los males.
4) Esos puntos débiles del PP serán las
fortalezas de Ciudadanos, una ideología conservadora, pero inclusiva y
regeneracionista, le está permitiendo hablar y acordar a un lado y otro con
planteamientos resolutivos ante los problemas,-la mesa del Congreso es buen
ejemplo, mientras otros dedicaban sus fuerzas al teatro- C’s sin demasiada
historia de enfrentamientos ideológicos, sin corrupción estructural y sin estar
quemados por políticas anticrisis, son la única opción para regenerar la
derecha, restando poder a la derechona y al capitalismo de amiguetes.
5) Tras los resultados era normal dejar
inicialmente buscar la posibilidad de gobernar al PP, en tanto partido más
votado, ya que cabían posibilidades de que buscaran acuerdos, incluso cambiando
de candidato, lo cual hubiera permitido visualizar intensas conversaciones
políticas, en vez del vacío que ahora están ocupando los amiguetes, grandes
corporaciones y medios de comunicación.
6) Que por cortesía parlamentaria los
partidos permitieran intentarlo al PP, no descartaba la responsabilidad del
resto de buscar discretamente acuerdos que pudieran abrir otras opciones. Esta
parecía ser la tarea desarrollada por el PSOE, insistiendo siempre en que la
primera investidura la intentara Rajoy. Naturalmente para aprovecharse de evidenciar
su derrota.
7) El PSOE no ha consolidado su
reestructuración interna, el secretario general, aún elegido en primarias, no controla,
gobierna o lidera el partido. La confusión entre los socialistas es notoria,
los riesgos territoriales, el aumento de las desigualdades, las reformas
pendientes para adaptarse al mundo globalizado, los cambios sociales internos, la
nueva normalidad de paro y precarización, etc. etc. les afectan, como a toda la
sociedad incluidos los demás partidos, por lo cual los proyectos de futuro son
muy endebles, sin acuerdos firmes entre las diferentes corrientes internas que
tienen criterios distintos respecto a las alianzas. –Aspecto muy similar al
resto de partidos-.
8) La aritmética parlamentaria no
permite muchas opciones para la actual experiencia española y todas ellas
tienen contraindicaciones de mayor desgaste para el PSOE, el eslabón más débil
de los grandes partidos, ya que girado hacia el PP destrozaría sus opciones por
muchos años, dejarían la oposición libre a Podemos que a medio plazo se los
comería. El problema es que una alianza con Podemos podría tener un resultado
similar a corto plazo.
9) La escenificación por Podemos de una
propuesta de gobierno de izquierdas es una jugada que pretende como objetivo
central aumentar la presión destructiva hacia el PSOE y no unir a la izquierda.
Su objetivo estratégico no es juntarse con el socialismo, sino ocupar su lugar
haciéndolo desaparecer, convirtiéndose en el gran aglutinador. Si pretendían de
verdad lograr un acuerdo de gobierno la forma de plantearlo, el fondo y sobre
todo sus resultados lo desmienten.
10)
No
ha logrado acercar un gobierno de izquierdas, sino alejarlo, dificulta bastante
la posibilidad de acuerdos, pero fortalece a Podemos cohesionándolo, los
militantes ven capacidad de liderazgo y sus votantes perciben que intentaron
lograr el mito de la unidad de la izquierda. –Mito que no realidad-. Ha
fortalecido a Rajoy a punto de asfixia inyectándole oxigeno, al cual facilita
una increíble pausa de espera para maniobrar. Y debilita al PSOE, internamente
agudizando sus conflictos y en la percepción de los votantes quedan como segundones
en la izquierda.
11)
Observado
lo evidente, vemos que las voces del PSOE que tenían dudas ante pactos con
Podemos han aumentado en número y gravedad, las voces a favor se han
debilitado, no se han escuchado. Al tiempo otras fuerzas y voces externas, el
capitalismo de amiguetes, han sido puestas en alerta para impedirlo, mientras Rajoy
espera mejor oportunidad mientras se desgastan.
12)
La
jugada de Podemos se podría haber tomado seriamente como propuesta, por ejemplo
si hubieran mantenido conversaciones previas con PSOE y con IU, sin chulería en
el reparto de sillones. La prepotencia
y teatralidad no facilitan acuerdos, pero sí agudizar contradicciones entre los
socialistas para debilitarlos, tanto si fuera aceptada, escenificando su
debilidad, como rechazada, al culparlos de su rechazo en las nuevas elecciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario