Naturalmente que Varoufakis no era EL problema de Grecia, pero sí era un escollo que entorpecía avanzar en la dirección que había planeado Syriza, generaba más rechazo que simpatía entre los socios de la eurozona lo cual impedía nuevas ayudas que paralizaban las mejoras prometidas en campaña electoral. Lo ponen tras la cortina, fuera del primer plano, para intentar seguir haciendo una política similar, dulcificando las formas, pero todo sigue en el aire, y la prórroga del rescate finaliza en junio. Las formas tampoco son EL problema griego, aunque sea uno de los problemas de la política actual. El diagnóstico de Syriza, de Varoufakis, parece certero, mas austeridad impide soluciones al problema de la deuda, aumenta la pobreza, la conflictividad social, acercando un posible Grexit y sus consecuencias influyentes en un mundo globalizado.
Una vez más hay que decirlo: en política tener razón sirve de muy
poquito, sin fuerza para hacer algo no conviene insistir en andar por el
mismo camino haciendo las mismas cosas, solo los suicidas lo harán. Recuerdo
películas en las que generales mandan a cientos de soldados a la batalla perdida,
conquistar la colina bien atrincherada y defendida con abundantes medios… esas
películas, consideradas antimilitaristas, mostraban la insensatez de aquellos
que tenían sueños pero despreciaban las vidas de los otros al ir hacia ellos.
Como
de costumbre, los problemas griegos son diversos y complejos y afectan tanto a
cuestiones internas que tendrán que abordar transformaciones imprescindibles y
urgentes, como a responsabilidades externas, políticas de ayuda que
faciliten inmediatamente liquidez que se agota y renegociar para el medio plazo
la reestructuración de la deuda, modificando el peso de los pagos, por plazos
más largos, por nuevas quitas, por menores tipos de interés… y relajación de la
austeridad, o mejor, planes expansivos que permitan crecer para estabilizar la
vida de millones de personas. Sin crecimiento imposible pagar la deuda.
En las soluciones imaginadas por
Syriza -planes contra la pobreza en servicios básicos, restablecer negociación
colectiva, subida salario mínimo, recortar, mantener o subir pensiones, subida del
IVA, las privatizaciones, por donde entraría Rusia y China, en la lucha contra
el fraude y corrupción y en reducción de gastos estatales como prisiones, no
aparecen desacuerdos- no encontraron apoyos suficientes para sus políticas en
ningún gobierno europeo, ponen como condición que no tengan repercusión fiscal,
aumento de gasto. No solo era cuestión de Varoufakis, el horizonte temporal de
inmediata realización lastra sus posibilidades de acuerdos que serían menos
complicados si no fueran tan urgentes, el
empeoramiento de Grecia en estos meses es notorio, -tras meses de mejora en la balanza por cta. cte., crecimiento de exportaciones, mejora del desempleo- y con ello Syriza se debilita,
pierde apoyos externos e internos. Y sus cuatro bancos principales, que ya estaban arruinados, en pocos meses todavía se han desplomado otro cincuenta por ciento, valen menos de la mitad que en octubre 2014.
Los cuadros proceden del maravilloso Edward Hugh
Los cuadros proceden del maravilloso Edward Hugh
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