No
nos engañemos, la mitad de España sabía –y la otra mitad no quería saber lo que
afectara a su gente- que empresas y particulares hacen donaciones a los
partidos, y todos suponen que en busca de favores, la mitad de los españoles sabe
que los pillaron en otras ocasiones –no solo el caso Nasseiro, aunque sí el más
grande- y que sus carísimos abogados encontraron caminos para escapar,
‘defectos de forma’, ‘la prescripción’, o simples empujones para desplazar a
fiscales, policía o jueces, han sido prácticas comunes en muchos lugares
durante mucho tiempo.
La
cacería a Garzón, hasta cobrarse la pieza, mostró el miedo a los documentos de
aquellos procesos alrededor de Gurtell, el mayor caso de corrupción por cuantía
y extensión de la democracia, que afectaban a la Comunidad Valenciana, Madrid,
Galicia… y al sistema de financiación global del PP. Su triunfo electoral en
municipales y autonómicas todavía les permitió tapar mas sus casos y agitar los
del resto, así comenzaron otra etapa arropados por sus votantes que se tapaba
oídos, ojos y narices, ante sus déficits ocultos, trapicheos contables y
gigantescas deudas, -lo de Madrid y C. Valenciana es un escándalo- amén de un
sin fin de entradas y salidas de lo público a lo privado y vuelta, sin dejar
claro donde está cada cual.
El
problema es que las bases sociales de la derecha siempre apoyaron tanto desmán,
al votar y concederlos mayorías absolutas, miraban para otro sitio porque,
‘eran unos golfos, pero eran sus golfos’, así que la derecha al poder y sus voceros
a darle al ventilador. La situación se hizo más escandalosa para los votantes
azules, cuando surgieron los movimientos del 15-M. Las bases sociales de la
izquierda se rebelaron contra las políticas anticrisis, y contra la corrupción
económica y política, retirando sus apoyos millones de personas, mientras los votantes de la derecha no castigaban la visible corrupción de sus gentes. Y
ello dio mayor confianza a los chorizos, que a pesar de su miedo a la justicia,
pensaron que el tren no los pasaría por encima al sentirse arropados por su
gente.
Y
aquí estamos, hablando de pagos en metálico de empresas y particulares para
ayudar a financiarse al partido y a los militantes. Tanto se escribe y cuenta
que resulta complicado añadir algo nuevo. Me llaman la atención algunas cosas:
1)
Inicialmente
dio la noticia El Mundo, imprecisa, sin documentos,… al principio daba que
pensar, dada la afinidad política del periódico, si no sería una filtración
interesada para el sector del PP que quiere tumbar a Rajoy, concediendo ventaja
a Esperanza Aguirre que quedaba a salvo. También pensé si pretendían avisar,
anticipándose y diluir, como luego hizo con el tema de la Fundación Ideas, poniendo
ambos casos al mismo nivel, -qué barbaridad- a pesar de que dijeran ellos
mismos que no era igual. Pero, si no lo era para qué publicarlo a renglón
seguido. Pagos de 3.000 € por unos artículos –una golfada personal, a devolver
la pasta, despedidos, etc…- comparados con decenas de millones de sobornos al
entramado del poder.
2)
La
publicación con mayor precisión por El País, acompañando documentos y ampliando
la noticia, me hizo pensar si fue ofrecida a ambos y El Mundo lo rechazó, o si
‘robó’ la exclusiva a punto de salir, aunque no tuviera apoyo documental.
3)
Los
titulares de la prensa internacional amplificaron el escándalo, titulando con palabras
distintas a las utilizadas por la prensa nacional, ‘slush fund’ -fondos para sobornos-.
4)
Llama
la atención la poca preparación del PP durante los primeros días. Tanto tiempo
conociendo la posibilidad de que explotara la noticia, y no tenían preparada
respuesta hacia la opinión pública, ni al Parlamento, ni como Partido ni como
Gobierno. O son unos inútiles, profesionalmente hablando, o tenían tal exceso
de seguridad en sí mismos, convencidos de que ‘esto es suyo’ y nadie les
exigiría explicaciones, lo cual agrava su inutilidad.
5)
La
idea de que empresas y particulares daban pasta al tesorero para que la hiciera
llegar al partido, y éste se quedara con una parte, es probable, pero se me
queda un poco corta. Preguntas sobre el origen de los fondos, la amnistía
fiscal, las nuevas cuentas que aparecen, etc. etc. tendrán respuestas
interesantes.
6)
La
contribución a la financiación política pasa en muchas ocasiones por pagos en
especie, vacaciones o cursos en el extranjero, salarios indirectos a
militantes, empresas vinculadas al propio partido, fundaciones, aportación
material –y económica- para actos electorales o no, presentación de libros y documentos,
programas de radiotele, y un sin fin de etc.
7)
Naturalmente
nada es gratis, de toda contribución se puede obtener rentabilidad, presente o
futura, contratos, favores, subcontratas, precios revisados, concesiones,
colocación de empleos antes o después. Si alguien apoya, o paga la deserción de
2 diputados como en el Tamayazo, -mediante el cual llegó a la presidencia de
Madrid Esperanza Aguirre- evidentemente
es porque los negocios cercanos a la Comunidad pueden ser muy grandes, a costa
de los paganos de impuestos. Parece raro que esto lo duden los votantes azules.
¿Y
ahora, qué? Pues, caminar sobre las dos piernas: Por un lado está bien empezar a
buscar formas, reglas, leyes, un pacto sobre corrupción, estudiar todas las aportaciones
y experiencias –me gustó el artículo de El País, al que hacía referencia The Economist,
publicado el 27-03-2009 por Víctor Lapuente
Giné, ¿Por qué hay tanta corrupción en España?
… Por otro sin esperar a tener mejor ley, sin cambiar nada,
aplicar lo que ya tenemos, castigo a los que defraudaran a Hacienda, empresarios
y/o particulares, castigar a los políticos mentirosos y máxime si eran cargos, tanto
de partido como de Gobierno, dimisión a todo aquella persona que esté cerca de la
mierda, da igual que fuera legal lo que hiciera, si era sucio, si encubría o pretendía
intereses ilegítimos a cambio de favores, no merecen seguir representando al pueblo.
Y seguir investigando, a fondo, no vaya a ser que por cambiar el paso paremos todo.
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