Mercados
hay de muy diversos tipos desde la antigüedad, no son un invento reciente, ni
siquiera capitalista, aunque este sistema los instaura como su eje central. Los
intercambios de mercancías y servicios en un entorno colectivo, con ciertas
reglas y organización, se conocen desde hace muchísimo tiempo, incluso los
recientes mercados de futuros nacen ya hace 150 años, en 1848, en Chicago, EEUU,
en los que se compraban, por ejemplo, cosechas enteras antes de recolectarse,
fijando precio sin conocer exactamente calidad, demanda futura, precios
futuros...
Quizás
convenga acotar un poco el sentido del debate, que para mí se circunscribe a
nuestra realidad actual en la cual la utilización del concepto, mercados, tiene
casi siempre un adjetivo implícito que solemos omitir, financieros. Las
referencias serán a los mercados financieros en general, a pesar de que cuando
hablamos de ellos nos referimos a realidades diversas, como los mercados de
dinero, los interbancarios donde compran y venden su dinero los bancos;
mercados de divisas, compraventa de monedas país; o los mercados de opciones y
futuros; de acciones con las conocidas bolsas donde empresas y capitalistas
privados se financian y compra venden participaciones empresariales; o los
mercados de bonos mucho mayores que los de acciones, en donde se invierten
enormes sumas de fondos de inversión de todo tipo en títulos, en realidad
préstamos, a grandes corporaciones privadas y administraciones públicas,…
Salto cualitativo en
la globalidad. Aumenta el Poder Financiero
Durante
mucho tiempo las tasas de ganancia de la banca y otros sectores tendían a ser
iguales. Como decía Marx si un sector obtuviera muy superiores ganancias a
otros, los capitales se desplazarían, tendiendo en el medio plazo a igualar
nuevamente las tasas de ganancia. Eso es lo que muestran los estudios en EEUU, que
recogen los gráficos, una similar tasa de beneficio históricamente. Pero, en la
última década del siglo XX las tasas del sector financiero se disparan
creciendo a más el doble que otros sectores hasta explosionar la crisis. –Por
cierto ahora vuelve a crecer con nuevo impulso por encima del resto de
sectores-. A finales de la II Guerra Mundial en EEUU el peso del sector
financiero representaba menos del 3% del PIB, ahora representa 3 veces más. La
importancia del capital financiero aumentó considerablemente creciendo en todo
el planeta las transaciones financieras de forma desmesurada y muy por encima
del crecimiento del comercio mundial cada vez con menores controles, cada vez
mas importancia de los mercados financieros y mayor separación de éstos con la
economía real.
En
los primeros años de este siglo si el comercio mundial creció un 140% los
flujos de capital lo hicieron por encima del doble, llegando a representar un
volumen equivalente a 70 veces el PIB mundial. Gigantescas cifras de dinero se
mueven por el mundo, pudiendo provocar catástrofes globales o regionales, como
en el sudeste asiático a finales de siglo XX, tanto por entradas masivas de capitales generadoras de
burbujas y desequilibrios inmensos, cuanto por sus salidas.
A
finales del siglo XX, la fiebre de la
titulización se extendió por el sistema financiero occidental, todo
producto se soportaba en títulos que se vendía al final en trocitos en los mercados secundarios de bonos, las carteras de
préstamos de los bancos se agrupaban y vendían en paquetes, ya no solo se
financiaban con cédulas hipotecarias soportadas en la rentabilidad de las
hipotecas, ahora se vendían carteras de miles
de préstamos hipotecarios, con lo que miles de millones de euros salían de sus
balances y entraba dinero fresco para continuar la fiesta del crédito. Al
descargar sus balances reducían riesgos, que compraban otras sociedades,
quienes titulizaban y troceaban los títulos vendiéndolos a particulares e
instituciones. En España lo hacían, pero en EEUU se vendía y volvía a
revenderse una y otra vez, sin soportar los posibles riesgos de impago que eran
minimizados. Todavía se produce un salto cuantitativo y cualitativo en los
mercados financieros que nos traen hasta la crisis actual, es la explosión de
los modernos mercados de derivados, como los CDS cuyo crecimiento aplasta toda
dimensión y descontrol anteriormente conocido.
PD. En el cuadro ya famoso, que publicó The New York Times, se aprecia la nueva realidad, el salto cualitativo experimentado por los mercados financieros, se ve el enorme crecimiento y dimensión en nada comparable con el pasado incluido el más reciente, que han tomado los CDS, en relación a otros productos financieros. Ya en este siglo.
El otro cuadro sobre las titulizaciones realizadas por la eurozona, que serán siempre menores que las de la City o EEUU, y que aún así, muestran el crecimiento de instrumentos, títulos, bonos, papelitos, que abastecen los mercados financieros, independientemente de que estén dentro o fuera de balance.
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