Los gastos del Estado central, aproximadamente un tercio del PIB.
Las actuaciones de carácter económico para dinamizar la economía solo representan un 10%, aunque todas las actuaciones tienen ese carácter ya que si se gasta se distribuye, por ejemplo a parados y pensiones, habrá consumo, lo cual aumentará la actividad económica.
Los gastos sociales representan un 58%, destacando las pensiones 112.000 millones y los gastos por desempleo 30.500 millones.
Otras prestaciones económicas y fomento del empleo suman otros 20.000 millones. Pero ojo empieza a descender la cobertura, hay menos parados que cobran, lo cual ennegrece el panorama porque uno de los colchones de paz social desaparece.
Defensa 7.000 millones, Seguridad interna 8.500 millones.
Muy llamativo es el servicio de la deuda 28.000 millones, solo de intereses -y comisiones de colocación- una cifra equivalente al paro.
La aportación al presupuesto de la UE son unos 13.000 millones.
Los problemas surgen cuando se quieren reducir estas cifras. No queda mas narices que aumentar impuestos, y rápidamente. Reducirlas solo tocando gastos lleva directamente a mas gastos, porque afecta al crecimiento.
Esa contradicción es con la que juega ahora el Gobierno Rajoy en su ' medido encontronazo' con la Comisión Europea. Intentar reducir mas el deficit ahonda mas los desequilibrios porque aumentaría mas los gastos, ya que ahondaría mas la recesión, por consiguiente menores ingresos que agravarían el aumento del déficit que se quiere reducir.
O se crece con estímulos y por tanto se reduce deuda e intereses y aportaciones al paro y nos hundimos mas en el desastre.
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