Para hablar de ello conviene retomar muchas de las cuestiones escritas aquí mismo – la deuda es mucho más que deuda - durante los 2 años anteriores. El déficit es un problema muy serio al margen de que las que empezaron la crisis fueran las deudas privadas. Financiar 90.000 millones de euros, el déficit, para seguir funcionando el Estado como si nada pasara, es extremadamente complicado y caro, y si no se consigue no hay posibilidad de contraprestaciones sociales.
No, evidentemente el problema no se puede despachar con dos palabras, típico reduccionismo español, pero en serio, uno se pone a temblar cuando los máximos dirigentes del PP o de cualquier otro partido se muestran ahora alarmados por el déficit español ¡después de 4 años de crisis ¡pero, quienes son nuestros dirigentes que descubren ahora lo mal que estábamos, eso sí echando la culpa a los otros. Ahora deducen que reducir de golpe hasta el objetivo marcado es una temeridad, pero acaso no sabían todos los agentes sociales españoles que pretender una reducción tan salvaje en nuestro objetivo, nos hundiría más y más en depresión, déficit y deuda.
0.- El déficit es el resultado de mayores gastos que ingresos en un ejercicio determinado.
1.- Hay dos variables que explican el resultado de déficit, ingresos y gastos. A grandes rasgos, en el año 2000 –anterior y posterior- los ingresos pesan un 38% sobre el PIB y los gastos el 39%. Pero en el año 2009 pasan a representar los ingresos menos del 35% -después del pico del 41% en el año 2007- mientras los gastos crecen hasta el 46%.
2.- Por el lado de los ingresos se ha producido una gran disminución de recaudación fiscal como consecuencia de la paralización de la actividad económica provocada por la explosión de la burbuja inmobiliaria y de crédito que lleva España a una recesión difícil de tratar con un modelo productivo obsoleto y muy poco competitivo, agravado todo ello, además, por la crisis internacional que paraliza créditos y crecimiento económico internacional que afectará a exportaciones españolas.
3.- Existía una excesiva dependencia en nuestra estructura impositiva respecto de un modelo de desarrollo insostenible que anunció durante años su probable explosión. Lo peor de todo, nadie tenía modelos alternativos preparados y suficientemente estudiados para poner inmediatamente en práctica en situaciones críticas, lo cual indica que nadie en España con cierto poder e influencia social, esperaba una inflexión, explosión, crisis, o similar. Todos montados en la ola.
4.- Lo anterior quiere decir que se habían abandonado otras variables de recaudación fiscal basadas en la redistribución de recursos, renta, patrimonio, beneficios, rentas de capital, transacciones financieras…lo cual al margen de crisis, aumentaba las diferencias entre los de arriba y los de abajo. Por descontado también quiere decir que ningún agente social, partidos, sindicatos, instituciones, patronales, universidades, etc. postulaba cambios urgentes de nuestro anticuado modelo productivo.
5.- La explosión de la burbuja que derribaría el modelo no fue prevista ni preparada por ninguno de los partidos, ni de la sociedad en su conjunto, instituciones, empresas,… nadie estaba preparado y a todos pilló de sorpresa, hogares, empresas, administraciones y organismos públicos, etc. peor incluso, reaccionaron muy tarde, todos siguieron gastando casi como si nada desde el 2008 –en 2007 ya había datos que anunciaban el tsunami- considerando estables los ingresos anteriores, como si lo que estaba ocurriendo fuera algo rápidamente pasajero.
6.- Por el lado de los gastos, lo más fácilmente rectificable por su mayor escándalo y menor cuantía –pero gran importancia ética- son partidas de derroche, mal gastadas, o peor gestionadas, pero no suponen ‘lo gordo’.
7.- El grueso de los gastos habituales es una dificilísima senda de gastos sociales, en donde sanidad y educación son partidas angulares, junto con los gastos vinculados al paro.
8.- Repentinamente realizar enormes reducciones de gastos con la intención de disminuir el déficit podrían llevarnos un buen montón de años atrás y lo que es más lamentable si cabe, a su rebufo se introducirá ideología en cada esquina, ante cada cambio, todo se aproximará al negocio privado, al franquismo sociológico, todo se aprovechará para devaluar un 20/30 % los salarios…
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