Saben ustedes aquel de dos vecinos que están juntos en la calle y uno le dice al otro: ‘mira ese individuo camina con la pierna derecha’. Y el otro le responde, ‘quiá!, camina con la pierna izquierda’.
Pues eso nos pasó en España. ¿Era tan difícil ver que caminaba con las dos piernas? Que tan importante fue la crisis financiera internacional como las particularidades españolas de la burbuja inmobiliaria y de crédito que se vieron afectadas por la crisis global. Tan importante la debacle financiera internacional como nuestra abundante cifra de paro que denotaba una enorme pérdida de competitividad, tan importante la falta de crédito internacional como nuestro atraso industrial, sector en el que no se invirtió durante muchos años porque todo el dinero lo desviaron a arena y ladrillos, manteniendo un considerable atraso industrial.
Tan importante era el despegue y desarrollo industrial de los emergentes, China, India, Rusia, Brasil, como nuestro atraso anclado en un sector de la construcción que aporta poquísimo valor añadido, que necesita poquísima educación y al que se dedicaron ingentes recursos que no teníamos y nuestros bancos, cajas y empresas pidieron prestados al exterior…
Tan importante era una cosa como la otra, la deuda y el déficit, el crecimiento y la contención derrochadora, la lucha por aumentar la competitividad y no mirando solo a los salarios, los trabajadores y los parados, los impuestos y los gastos,… ambas, todas nos afectaban. Todavía en la campaña electoral del 20-N he escuchado a militantes socialistas y de otras izquierdas hablar de la crisis refiriéndose exclusivamente al aspecto financiero internacional, a las famosas subprime, y nada a la crisis interna española que secó repentinamente de ingresos a las administraciones que siguieron gastando como si nada ocurriera, o como si fuera algo pasajero de unos meses. No ha pasado tanto tiempo desde que los partidos ponían en sus programas el objetivo del pleno empleo, PSOE y PP, pero también IU proyectando sueños de creación de millones de puestos de trabajo.
Tampoco ha pasado mucho tiempo desde que los grupitos de todo tipo hablan de salidas imposibles para problemas irreales, problemas que se retuercen hasta hacerlos irreconocibles en la realidad, y por tanto con salidas aparentes pero absurdas porque nadie las apoyará…
Mientras tanto la regresión derechista, aprovechando la crisis, comenzó imparable a marchar hacia atrás por todas partes y continuará profundizándose porque su fuerza electoral y social aumentó considerablemente en estos años de crisis cegadora mientras se desvanecieron las fuerzas roji verdes malvas fragmentadas y perdidas entre sus visiones de realidades soñadas.
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