No
podemos ignorar que esto del proceso hacia la independencia no comenzó el 1 de
octubre, la base ideológica del catalanismo, racista, y supremacista, tiene 200
años y muchos de los rasgos fascistoides que aquí se citan se empezaron a
aplicar en los años 80, creando una realidad sufrida por muchos catalanes desde
hace 30 años. Ideología y comportamientos fascistoides unidos en un movimiento
organizado, se puede caracterizar como fascista, ello a pesar de que no todas
las personas que luchen por la independencia lo sean, ni todos sus actos. La
cuestión es que las élites nacionalistas definieron base ideológica y
comportamientos, objetivos y organización, ellos han creado el movimiento
independentista, que define a todos cuantos participan implantándoles sus
rasgos, sin la existencia de ese magma secesionista no podrían haberse sumado
no nacionalistas u otras formulaciones.
Los
individuos que formaron parte de los movimientos fascistas durante los años
treinta, de ninguna manera pensaban en sus inicios que estuvieran cometiendo
atrocidades, se consideraban buenas personas y religiosas, también fueron
jóvenes soñadores en revoluciones, creían estar construyendo un hombre nuevo
que resolvería todos los problemas de la nación, también eran amantes y
patriotas, y padres de familia cariñosos con sus hijos. Solo fue después de varios
años, cuando la historia aplicó el calificativo de horrorosa brutalidad a los
comportamientos y resultados que pusieron en marcha los fascismos.
Tras la primera parte, en esta segunda siguen
definiéndose rasgos fascistas apreciables en comportamientos del
independentismo.
Pan-Imperialismo
fascista: Son
antiimperialistas en cuanto enemigos de la internacionalización, por lejano y
extranjero, ya que tienen culturas diferentes, lengua, historia, etnia, en el
fondo pretenden evitar que otros intervengan en su nación, no aceptan compartir
leyes, normas, culturas y decisiones de la comunidad internacional –salvo utilizar
aquellas que les sean expresamente favorables-, el objetivo nacionalista es el
sueño de la soberanía absoluta, abandonado hace tiempo por el nacionalismo
español, esa soberanía absoluta implicaría la autarquía, otra coincidencia con
el franquismo. Añoran viejos sueños imperiales con ellos de dominadores,
glorias antiguas inventadas, utilizadas como pegamento e ilusión de un pasado a
realizar en el futuro. En Cataluña, los independentistas quieren reconquistar
el imperio de los países catalanes
mediterráneos, también zona francesa y Aragón; en España los sueños imperiales
fueron desterrados hace mucho tiempo.
Los indepes en su lucha por la
independencia muestran incapacidad de aceptar leyes comunes de la Unión Europea
que son las que comparten hoy con España, por ejemplo, la obligación de
contribuir fiscalmente a la redistribución del Estado, importantísimo principio
europeo del cual se ha beneficiado España/Cataluña durante años. En la
actualidad una enorme cantidad de leyes aplicadas en España proceden de Europa
y afectan a todos los aspectos de la vida.
Familia, municipio, las pequeñas
unidades: Los fascistas
son defensores de la nación, y dictadores en todos los aspectos y niveles
administrativos, municipales, parlamentarios, en los que es imposible debatir
ni siquiera manifestar opinión distinta, por aplastamiento, por presión, por
expulsión… intentan dirigir a su antojo sin participación de los diferentes que
apartan de las instituciones, pretenden organizar a su sola conveniencia e
imponer al resto sus deseos y cosmovisión global, utilizando la fuerza cuando
fuera necesario. Los fascistas son defensores de organizaciones básicas
pequeñas, por mayor facilidad de control, aman la tribu, la familia, el
municipio, el barrio, el sector…
En
un pueblo o barrio, el comportamiento de caciques, mafiosos o fascistas es más sencillo
de desarrollar que en las grandes ciudades y cobra mayor relevancia para presionar
vecinos que cualquier ley, en muchos pueblos de Cataluña la autoridad municipal
concentra el rasgo supremacista, como dicen los estatutos de la Asociación
de Municipios por la Independencia que también defienden sus alcaldes: “Sabemos que, en Cataluña, el trabajo, la
ciencia, las artes, el pensamiento siempre han estado a la vanguardia de la
realidad y del sentimiento de un pueblo, en contraposición de la dedicación de
las élites españolas de habla castellana, dedicadas a la gran administración,
al ejército y la judicatura”.
Sentirse superiores al resto les permite a estos alcaldes, elegidos para la administración municipal ver normal acatar las leyes que les gusten y rechazar aquellas que no les beneficien, y plasmarlo con toda chulería en los estatutos, “Y, por eso, nos hemos de fundamentar en bases legales siempre que sea posible, pero teniendo muy presente que la justicia está por encima de las leyes que evolucionan constantemente”. Sentada la justificación para actuar como les plazca al margen de la ley, concederán licencias solo a los suyos, pondrán a los otros todas las dificultades para hacer obras, conceder permisos… los puestos de trabajo municipales serán solo para indepes, las subcontratas o encargo de servicios descartarán a los tibios, dirigen subvenciones y ayudas particularizadas a sus votantes, boicotean a personas y negocios de los no adictos y presionan cierres, llegando con su asfixia hasta empujar a la expulsión del pueblo. El comportamiento es idéntico al de los caciques o mafiosos, la cuestión se agrava y aumenta de nivel cuando se actúa de forma organizada bajo la protección de una organización con base ideológica supremacista. Entonces su comportamiento es fascista, igual que los franquistas en los pueblos durante la postguerra.
Como en la Italia de Mussolini, o en
la España franquista, trasladan a las grandes movilizaciones la organización de
pequeños agrupamientos unidos, el autobús de tal pueblo en aquel lateral, el
haz del pueblo X al sector azul, el gremio o sindicato de Y en la cabecera, la
escuela Z con los distintivos a la plaza,…
Ni izquierdas ni derechas: Fascismo y nacionalismo rechazan
el conflicto situado en el eje izquierda/derecha, ellos dicen rebasar la lucha
de clases por anticuada. Las masas vinculadas a sus movimientos fueron y son
fundamentalmente clases medias, pequeña burguesía, autónomos, funcionarios, que
en un primer momento estarán financiadas por alta burguesía, aunque dirigidas
políticamente con autonomía por sus líderes y jefes. Autonomía política que una
vez lograda habitualmente choca con los intereses de quienes fueron sus
financiadores, pasó en Alemania, pasó en Italia, pasó en España, provocando que
la alta burguesía deje de apoyar los fascismos tomando la defensa de sus
intereses en propias manos. Como ocurrirá próximamente, la defensa de los
intereses empresariales encajará mejor en una España europea y dentro de una
democracia constitucional.
En el transversalismo del movimiento
independentista no aparecen reivindicaciones de clase, -en su constitución
anunciada publicada en la Ley de Transitoriedad, norma suprema, exactamente cuatro líneas, 40 palabras, de
un total de 45 folios (S.
Gállego-Díaz)-. La lucha por el process ha hecho desaparecer la lucha de
clases en Cataluña. Por eso las huelgas generales, como la del 2-O las convocan desde el poder, Govern o entidades dominantes en el process ANC, Omnium, funcionarios a las calles, (Los obreros industriales no participaron en la huelga), enseñantes, sanitarios, bomberos, mossos, administrativos, colegios, institutos, universidades cerradas desde el poder para que los jóvenes estuvieran en las calles, etc. tal como hacía Franco en días señalados.
Tomado de 'La raza catalana-II', Francisco Caja, Ediciones Encuentro, 2013.
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