Considerando datos de prensa y revistas 1965-1982
El escaso consumo de prensa y revistas permite hacerse idea de que los
interesados seriamente por transformaciones sociales radicales eran muy pocos.
Las cifras de prensa y revistas aquí deben considerarse referidas a la generalidad
amplia de antifranquistas, de la totalidad de los cuales, solo una parte
militarían en la izquierda radical.
Por supuesto mucha gente que luchaba no leía, fueran activistas estables
u ocasionales, pero es difícil considerar un cuadro militante organizado
establemente, sin profusión de lecturas. Marx, Bakunin, Lenin, etc. dedicaron enorme esfuerzo
al estudio ya que muchos desposeídos reducían toda explicación a una pelea y
una frase, ‘‘los malos son los ricos, ellos
nos explotan’’. Aquellos revolucionarios comprendieron que era
imprescindible explicar la realidad y proyectar salidas para transformar voluntades.
Triunfo a partir de 1962 fue referente de todas las izquierdas, su
tirada era de 57.000 ejemplares, logrando un pico máximo, 160.000, en su reaparición
enero 1976, tras secuestro anterior, a partir de entonces cayó imparable hasta
su desaparición en 1982; en marzo de 1978 se escinde La Calle vinculada al PCE,
su tirada se situó entre 20/30.000[1].
Cuadernos para el Diálogo, 1963/1978
referente entre los demócratas, tiraba 40.000 ejemplares cuando cierra. El País,
referente del conjunto de sectores democráticos y de izquierdas, sale en mayo
de 1976, con 100.000 ejemplares, pronto aumentará hasta 150.000. La Vanguardia 180.000 ejemplares. La prensa del Movimiento, en 1975, en
sus 38 periódicos tiraba conjuntamente 452.000 ejemplares, según Miquel de
Moragas[2].
Tras la muerte de Franco aparecieron muchas revistas, ya no valen las tres grandes referencias, Cuadernos de Ruedo Ibérico 1965/1979, Triunfo
62/82 y Cuadernos para el Dialogo 63/78. Los partidos no satisfacen la
necesidad de debate en la búsqueda de salidas y aparecen nuevas plataformas. El Viejo Topo, la de mayor éxito entre
las rojas generalista, tiraba unos 24.000 ejemplares, bajando a partir de 1978
hasta los 17.000.
El resto de revistas de entornos progresistas vendían menos de 10.000
ejemplares, tales como Vindicación
Feminista; Monthly Review, Transición, Teoría y Práctica; Argumentos, La Calle, Materiales, Mientras
Tanto, El Cárabo, Negaciones; Ozono, Alfalfa,
Butifarra, Bicicleta, Star, El Papus, Saida; Ajoblanco salió en 1974,
tiraba unos 26.000.
En 1981 habían desaparecido más de veinte
semanarios y revistas, algunos habían iniciado su andadura después de 1975. Las revistas
teórico-políticas tiraban en torno a 5.000 ejemplares, la mayoría cierran antes
de 5 años; menos las de inspiración socialista, Sistema, Zona Abierta y Leviatán[3]. Los libros políticos sacaban
ediciones de 1.500 ejemplares como máximo, el interés por la lectura, la
formación y la búsqueda de preguntas y respuestas, quedaba reducido a una
pequeñísima parte de los antifranquistas cuando ya en la década de los setenta
se publicaban muchos títulos marxistas, feministas, ecologistas…
Facultad de Ciencias de la Información. Universidad Autónoma de Barcelona.
[3] Fuentes Juan Francisco, ‘Prensa
y política en el tardofranquismo (1962-1975). La rebelión de las élites’. Universidad Complutense de Madrid.
Pecourt, Juan, ‘Los intelectuales y la transición política. Estudio del
campo de las revistas políticas en España’ Monografías CIS 253. 2008.
Mir, Jordi, ‘El Viejo Topo (1976-1982) Cuando la participación es la
fuerza’. Rebelión; Mir, Jordi, ‘Análisis de las principales ideas sobre la noción de
ruptura difundidas en España durante la transición’. Tesis. Universitat Pompeu
Fabra. Barcelona.
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