jueves, 1 de septiembre de 2016

Investidura? Seguimos en un impasse, los problemas continúan

La investidura?, un poco, qué mas da lo que dicen: sigo sin escuchar que un partido se plante en tribuna y cuente proyectos de empleo a corto medio y largo plazo, medidas para controlar los precios energéticos a corto, medio y largo, planes de intervención en la UE, a corto medio y largo, dado que muchos aspectos de política económica, la exterior, lucha contra paraísos fiscales, reindustrialización europea, etc. etc. mucho de nuestra vida se determina en la UE de la que formamos parte y en la que nosotros decidimos, junto a otros... Estamos en un impasse, mientras graves problemas se pudren. Durante meses, antes y durante las vacaciones, nada esencial cambia, todo sigue su curso en la nueva normalidad

Desde hace un tiempo los resultados de representación parlamentaria no dan un partido nítidamente ganador, ni sumando bloques salen números suficientes para formar una alternativa de gobierno. Los resultados del 20-D anunciaron una larga pausa en la configuración del poder político ejecutivo y legislativo, una etapa de indefinición en salidas políticas en la cual estamos instalados y de la que conocemos fundamentalmente los intentos de responsabilizar mediante acusaciones de unos a otros, para ver si en las siguientes elecciones doblan la rodilla y cambian los números. Los empates es lo que tienen, pueden paralizar. Hemos tocado la tecla pausa.
Resultados electorales. Hemos pulsado la tecla pausa (21-12-2015)

Ni rompemos totalmente con el pasado, ni generamos una alternativa clara de camino nuevo, de futuro. El lío de formar gobierno es mayúsculo, olvídense de la estabilidad, necesaria para encontrar salidas posibles a esta nueva normalidad en que estamos instalados, desigualdad, precariedad, deudas, globalización… independentismo.

La precariedad nos está comiendo, y seguirá, crear varios millones de puestos de trabajo resultará sencillamente imposible, porque las condiciones no se construyen con voluntarismo y discursos emocionalmente perfectos, las ideas de los programas electorales pueden ser buenas, malas o regulares, tanto da, tener razón teórica en política sirve de muy poco, se necesitan fuerzas descomunales para derribar muros y construir caminos y las bases materiales que rodean esta sociedad necesitan enormes cambios para crear puestos de trabajo en Occidente. Lo que sería una tarea hercúlea para una mayoría de gobierno, será prácticamente imposible de realizar para la diversidad de grupos tras el resultado electoral. Por eso cabe la posibilidad de que hayamos pulsado la tecla pausa, para después de unos meses volver a otras elecciones.

Son de poca utilidad las propuestas acertadas, teóricamente, si no se pueden aplicar, si no tienen en cuenta las fuerzas que se opongan, si no tienen en cuenta el resto de factores sobre los cuales hay que interactuar, la globalización y la competencia de los países avanzados tecnológicamente que nos orillan a los españoles, la competencia de los países emergentes que cubren nuestro nivel de desarrollo, la potencia de los mercados que llevan y traen las grandes masas de dinero de unos rincones a otros a velocidades de vértigo siempre sobre la base de encontrar altos retornos en el corto plazo, lo cual requiere posibilidades de beneficio. Estimular la demanda con impulsos públicos es necesario, de cajón, pero insuficiente si no se generan inversiones y éstas no lo harán si no hay expectativas de beneficios y la caída de las tasas de beneficios es un problema grave y serio, imposible de encontrarle salidas a escala país sin acuerdos globales.

Los electores pulsamos la tecla pausa y aquí seguimos, porque los empates de parlamentarios elegidos no permiten mayorías suficientes, al margen de martingalas de culpables malos, malísimos y buenos buenísimos. En la contienda electoral, en las encuestas, pueden cambiar votos de un partido a otro, pero hasta ahora, dentro de la misma acera, los grandes bloques mantienen sus números. Es el electorado español, la gente, y no solo los partidos, quien decide, son los conjuntos de ciudadanos con intereses ideológicos y económicos similares quienes al votar eligen representaciones que numéricamente empatan, sin claros vencedores y derrotados.

Un vistazo a las próximas elecciones del 26-J (31-05-2016)


Estamos inmersos en una crisis de dimensiones colosales y la dispersión de los partidos nuevos y viejos no permite soluciones, las campañas electorales no variarán las bases materiales en las que se asienta la realidad, competitividad mundial, crisis demográfica, contradicciones europeas, deuda mundial, estancamiento secular, pérdida del trabajo, robotización y nuevas tecnologías... Los partidos viven influidos por los vientos cambiantes, la situación tremendamente diversa con gran disparidad de la población española, europea y mundial, que no conforma mayorías como ocurría años atrás. A la enorme debacle económica, que sigue y seguirá por unos años, se une la crisis política, institucional, de sistema de estado, de sistema electoral, la corrupción,… la necesidad de reformas es urgente para quien quiera evitar la ruptura y las cifras no cuadran para dar mayorías de gobierno que puedan acometer las reformas necesarias. Y si no se hacen tengan por seguro que empeorará y mucho la situación económica y política de todos los españoles.

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