La investidura?, un poco, qué mas da lo que dicen: sigo sin escuchar que un partido se plante en tribuna y cuente proyectos de empleo a corto medio y largo plazo, medidas para controlar los precios energéticos a corto, medio y largo, planes de intervención en la UE, a corto medio y largo, dado que muchos aspectos de política económica, la exterior, lucha contra paraísos fiscales, reindustrialización europea, etc. etc. mucho de nuestra vida se determina en la UE de la que formamos parte y en la que nosotros decidimos, junto a otros... Estamos en un impasse, mientras
graves problemas se pudren. Durante meses, antes y durante las vacaciones, nada esencial cambia, todo sigue su curso en la nueva normalidad.
Desde hace un
tiempo los resultados de representación parlamentaria no dan un partido nítidamente
ganador, ni sumando bloques salen números suficientes para formar una
alternativa de gobierno. Los resultados del 20-D anunciaron una larga pausa en
la configuración del poder político ejecutivo y legislativo, una etapa de
indefinición en salidas políticas en la cual estamos instalados y de la que conocemos fundamentalmente los intentos de responsabilizar mediante acusaciones de unos a otros, para ver si en las siguientes elecciones doblan la rodilla y cambian los números. Los empates es lo que tienen, pueden paralizar. Hemos tocado la tecla pausa.
Resultados electorales. Hemos pulsado la
tecla pausa (21-12-2015)
Ni rompemos totalmente con el pasado, ni generamos una
alternativa clara de camino nuevo, de futuro. El lío de formar gobierno es
mayúsculo, olvídense de la estabilidad, necesaria para encontrar salidas
posibles a esta nueva
normalidad en que estamos instalados, desigualdad, precariedad,
deudas, globalización… independentismo.
La precariedad nos está comiendo, y seguirá, crear
varios millones de puestos de trabajo resultará sencillamente imposible, porque
las condiciones no se construyen con voluntarismo y discursos emocionalmente
perfectos, las ideas de los programas electorales pueden ser buenas, malas o
regulares, tanto da, tener razón teórica en política sirve de muy poco, se
necesitan fuerzas descomunales para derribar muros y construir caminos y las
bases materiales que rodean esta sociedad necesitan enormes cambios para crear
puestos de trabajo en Occidente. Lo que sería una tarea hercúlea para una
mayoría de gobierno, será prácticamente imposible de realizar para la diversidad
de grupos tras el resultado electoral. Por eso cabe la posibilidad de que
hayamos pulsado la tecla pausa, para después de unos meses volver a otras
elecciones.
Son de poca utilidad las propuestas acertadas,
teóricamente, si no se pueden aplicar, si no tienen en cuenta las fuerzas que
se opongan, si no tienen en cuenta el resto de factores sobre los cuales hay
que interactuar, la globalización y la competencia de los países avanzados
tecnológicamente que nos orillan a los españoles, la competencia de los países
emergentes que cubren nuestro nivel de desarrollo, la potencia de los mercados
que llevan y traen las grandes masas de dinero de unos rincones a otros a
velocidades de vértigo siempre sobre la base de encontrar altos retornos en el
corto plazo, lo cual requiere posibilidades de beneficio. Estimular la demanda
con impulsos públicos es necesario, de cajón, pero insuficiente si no se
generan inversiones y éstas no lo harán si no hay expectativas de beneficios y
la caída de las tasas de beneficios es un problema grave y serio, imposible de
encontrarle salidas a escala país sin acuerdos globales.
Los electores pulsamos la tecla
pausa y aquí seguimos, porque los empates de parlamentarios elegidos no permiten
mayorías suficientes, al margen de martingalas de culpables malos, malísimos y
buenos buenísimos. En la contienda electoral, en las encuestas, pueden cambiar
votos de un partido a otro, pero hasta ahora, dentro de la misma acera, los grandes bloques mantienen sus
números. Es el electorado español, la gente, y no solo los partidos, quien
decide, son los conjuntos de ciudadanos con intereses ideológicos y económicos
similares quienes al votar eligen representaciones que numéricamente empatan,
sin claros vencedores y derrotados.
Un vistazo a las próximas elecciones del 26-J (31-05-2016)
Estamos inmersos en una crisis de dimensiones
colosales y la dispersión de los partidos nuevos y viejos no permite
soluciones, las campañas electorales no variarán las bases materiales en las
que se asienta la realidad, competitividad mundial, crisis demográfica,
contradicciones europeas, deuda mundial, estancamiento secular, pérdida del
trabajo, robotización y nuevas tecnologías... Los partidos viven influidos por
los vientos cambiantes, la situación tremendamente diversa con gran disparidad
de la población española, europea y mundial, que no conforma mayorías como
ocurría años atrás. A la enorme debacle económica, que sigue y seguirá por unos
años, se une la crisis política, institucional, de sistema de estado, de
sistema electoral, la corrupción,… la necesidad de reformas es urgente para
quien quiera evitar la ruptura y las cifras no cuadran para dar mayorías de
gobierno que puedan acometer las reformas necesarias. Y si no se hacen tengan
por seguro que empeorará y mucho la situación económica y política de todos los
españoles.
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