Siempre que salgo de Madrid, igual da que vaya al
interior o hacia la costa española, sea norte o sur, este u oeste, me encuentro
conduciendo por carreteras que muestran un territorio semidesierto martirizado
por el sol, entonces echo de menos 100 millones de árboles.
Luego, mirando a lo lejos, en ocasiones observo ‘algunos islotes’ con enormes superficies techadas de edificios industriales, o silos e instalaciones agrícolas, son edificios con gran superficie techada, de diversos tipos de producción agrícola y/o ganadera, incluso industrial, también de almacenaje y transporte. Para empezar en las mismas gasolineras, y entonces me pregunto ¿por qué no hay mayor extensión y utilidad de la energía solar para este país? Dado que somos un país machacado por el sol durante muchísimas horas.
Imagino esos miles de metros de techumbre atizados por
un sol inclemente produciendo algo útil, como agua caliente o energía
eléctrica, si estuvieran ocupados por placas e instalaciones adecuadas. Sin
contaminación, ni siquiera visual. Supuesto una política de impulso a todo el
territorio, al ampliar el mercado, sus costes se reducirían considerablemente,
permitiendo enormes pasos de avance a la tecnología española en relación con el
resto del mundo. -Todavía somos uno de los pioneros mundiales en energía solar,
a pesar de la gran caída durante la crisis-.
Energía autónoma, sin dependencias externas, limpia,
sin contaminar a nada ni nadie y con capacidad para producir y satisfacer
necesidades locales, sin necesidad de transporte, lo cual implica
pérdidas ocupación de espacios, encarecimiento, dependencia... Estamos entre
los países de cabeza en el desarrollo tecnológico de estas energías
alternativas, las diferentes solares, deberíamos aprovechar la oportunidad de
la crisis para dar un empujón y extenderla por tantos polígonos industriales,
explotaciones agrícolas y ganaderas y grandes edificios como tenemos
diseminados por nuestra amplia geografía.
Es cierto que quizás todavía no ha llegado su
desarrollo pleno para ser totalmente operativa y rentable, pero si no se
apuesta por ella nunca llegará su momento. Sí, tiene subvenciones y eso la encarece,
pero todas las energías en España están subvencionadas, incluida la producción
hidroeléctrica que usa del agua común de todos por graciosas concesiones
franquistas, y a partir de aquí el resto, que pagamos al mayor precio de
producción de las mas ineficientes, así que instalaciones ya amortizadas hace
muchísimos años cobran su producción a precios altísimos gracias a estas
desviaciones de precios o subvenciones encubiertas.
Ninguna otra fuente de energía puede ser tan autónoma,
recuerden ustedes que el mito de la autonomía de la energía nuclear oculta la
necesidad de uranio que producen otros países al tiempo que necesita un proceso
de enriquecimiento para obtener plutonio, del que carecemos y tienen otros
países altamente especializados, al igual que son otros quienes tienen los
almacenes adecuados para almacenar residuos.
Son las mismas cosas que observé y pensé hace años.
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