Algo no funciona en las izquierdas bajo
el esquema del unitarismo cuando siempre da lugar a posturas excluyentes, la
propaganda y acción política que pone en marcha fomenta la dicotomía de amigo/enemigo,
o ellos o nosotros; y no parece que
esta postura pueda ser explicada únicamente por la presión de las condiciones
externas, por los contras, la carcunda, el fascismo, el imperialismo, la guerra,…
Al menos dos grandes líneas de interpretación se pueden seguir:
1.-) Las teorías marxistas,
anarquistas, comunistas, trotskistas,… no explican suficientemente el por qué
de estos procesos. Incluso se puede dar otro giro, aceptando que dichas teorías
los fomentan, al fin y al cabo son las bases filosóficas e ideológicas en las
que bebió el movimiento obrero con la experiencia citada. En este caso surgen algunas dudas, aceptando
que tuvieran una parte de responsabilidad, ¿cómo explicar entonces que dichos
procesos se repitan en el movimiento feminista, y en el ecologismo? Los
enfrentamientos y escisiones son constantes en estos movimientos, sin duda con
menor violencia que dentro del movimiento obrero, probablemente pueda
explicarlo sus componentes de mayor transversalidad de intereses tanto en
militancia como en objetivos. Otro factor que ayudaría a comprenderlo sería la
ausencia de experiencias históricas de lucha por conquistar y mantener el
poder.
Una línea en la interpretación de la
sucesión de hechos históricos es la esgrimida por el trotskismo y por quienes
pretenden reducir su responsabilidad a unos pocos individuos; argumentan que; los trotskistas conocíamos desde hace muchos años las purgas y represión, y lo denunciamos
en su momento, lo cual no les impide seguir considerando el comunismo como
el objetivo paraíso. Presuponen que los desastres y brutalidades fueron consecuencia
de Stalin, sin duda individuo con un papel importantísimo en la represión
interna, pero al conceder exagerada importancia al aspecto individual, luego
resulta complicado aceptar que en las luchas sociales son los movimientos
colectivos quienes explican más y mejor los procesos, contradicciones,
enfrentamientos, resultados… Las actas del Comité Central del Partido Comunista
dan fe de múltiples intervenciones de sus miembros denunciando, condenando e
instigando a la represión; miles de altos cuadros e intermedios del partido practicaron
la denuncia y represión directa de sus compañeros en todos los ámbitos fueran
administrativos, culturales, productivos, y en todos los territorios de la
URSS; muchos generales y mandos militares detienen y reprimen a miles de izquierdistas
en cuarteles, en el frente y lugares civiles; decenas de miles de rusos
denuncian, persiguen y entregan a miles de camaradas en granjas, fábricas y
centros educativos, deportivos, sociales… La amplísima represión entre
izquierdistas desarrollada en Rusia, o China, no podría haberse realizado
individualmente, o por unos pocos individuos.
La experiencia española abunda en la
idea de prácticas colectivas represivas, durante la República son grupos de
militantes quienes combaten entre sí, por ejemplo en Barcelona. Durante el
franquismo, cualquiera que haya militado en organizaciones de extrema izquierda
tiene experiencia de peleas provocadas por las constantes fracciones, formando
trincheras en ambos lados de la escisión, defendidas por grupos de militantes
peleando contra sus nuevos enemigos, antiguos colegas. Naturalmente en todos
los casos los líderes influirán en marcar caminos, pero no se hubieran
producido ni tantas ni tan profundas luchas sin la participación colectiva. El
qué motiva a esos colectivos de izquierdistas para aceptar y seguir a los chamanes que alimentan el fuego del enfrentamiento, es otra cuestión que se intentará
abordar más adelante, -la ilusión fanática de crear un hombre nuevo, tiene que
ver-, pero sin la participación colectiva por activa y por pasiva hubiera sido
imposible producir tan profundas experiencias históricas.
Otra interpretación pretende quitar importancia
al aspecto de generalidad en los enfrentamientos cainitas
izquierdistas, al intentar situar lo acontecido fundamentalmente en la URSS, en
todo caso para otros países, adjudicarán a la III Internacional la
responsabilidad de las luchas internas por la influencia de Stalin; pero ello
no explica el resto de situaciones históricas anteriores y posteriores, en las
que se produjeron hechos similares de enfrentamientos violentos entre
izquierdistas. Por otra parte a pesar de la denuncia realizada en su época,
mantener la misma postura hoy no parece suficiente. Enormes cambios provocados
años después en China y el derrumbe del comunismo en la URSS, afloran nuevos
datos sobre el pasado y sobre los comportamientos sociales del presente que en
los años noventa inundan de salvaje capitalismo dichos países, lo cual debería
dar lugar a nuevas interpretaciones. Todos los progresistas deberíamos
reflexionar sobre la facilidad de la implosión comunista y la rapidísima expansión
de la nueva moral de salvaje capitalismo ocurrido ante decenas de millones de soviéticos,
se suponía que vanguardia obrera de la revolución mundial, pero que miraban sin
actuar, con enorme pasividad, el surgimiento de un mundo que enterraba el suyo.
Nuevos archivos y documentos se
hacen públicos y van arrojando otra luz sobre interpretaciones antiguas que
irán siendo arrinconadas. Las críticas de Bettelheim al Capitalismo de Estado en
la URSS, -‘Las luchas de clases en la URSS’
I y II. Charles Bettelheim. Siglo XXI- podrían ser válidas para entender la
inmediatez en la que ingentes recursos, que eran teóricamente propiedad
colectiva, en manos del Estado dirigidos por una nomenclatura, han pasado en un
chasquido a manos privadas, gánsteres que hoy gobiernan aquello. Cientos de
libros marxistas sobre el capitalismo siguen aportando interpretaciones válidas
para comprender la sociedad, pero otros muchos con teorizaciones sobre la URSS
y China, sobre la construcción del partido y la revolución comunista quedan arrinconados
ante los nuevos hechos surgidos en esos países y ante las aportaciones de los
relatos sobre el pasado, por ejemplo de Karl Schlogel. Uno de los muchos párrafos escritos
por la premio nobel Svetlana Aleksiévich
es sugerente en cuanto aclaración sobre lo que pasó, y por qué.
‘Yo
nací soviética… Mi abuela no creía en Dios, pero creía en el comunismo. Y papá
estuvo esperando la vuelta del socialismo hasta el mismo día de su muerte…Papá
estuvo en la guerra de Finlandia (1939/40) nunca tuvo muy claro el propósito de
aquella guerra, le dijeron que había que librarla y allá fue… de esa guerra se
hablaba poco…papá no nos habló de ella… de vez en cuando se iba de la lengua
cuando bebía unas copas…el paisaje de su guerra era invernal…bosques cubiertos
de una capa de un metro de nieve…los finlandeses se desplazaban con esquís,
llevaban ropa de camuflaje color blanco y aparecían inesperadamente…En una sola
noche podían masacrar un batallón entero… papá peleó seis meses hasta que cayó
prisionero…Avanzaban sobre un lago helado y la artillería enemiga comenzó a
disparar contra el hielo quebrándolo. Muy pocos hombres consiguieron alcanzar
la orilla a nado y los que lo hicieron llegaban entumecidos y desarmados…medio
desnudos. Los soldados finlandeses les tendían las manos para ayudarlos a salir
del agua. Algunos aceptaron las manos tendidas; otros prefirieron ignorarlas…
Respondían a las enseñanzas que habían recibido. Papá se sujetó a una de
aquellas manos y lo sacaron del agua…contó con sorpresa que le dieron un vaso
de aguardiente para que entrara en calor. Y ropa seca. Se reían y me daban
palmadas en la espalda: ‘¡Estás vivo Iván!’…No entendía por qué estaban tan
contentos…
La
campaña de Finlandia concluyó en 1940…entonces cada bando intercambió
prisioneros de guerra…Cuando los prisioneros finlandeses llegaban hasta los
suyos les estrechaban las manos y los abrazaban. Pero a los nuestros, los rusos, no los recibieron así. ‘Hermanos, compatriotas queridos’ decían
abalanzándose contra los soldados. Y éstos contestaban gritando ‘¡Firmes!
¡Tenemos orden de disparar a quien rompa filas!’. La columna de prisioneros
soviéticos devueltos por Finlandia,
fue flanqueada por soldados armados acompañados de perros pastores y conducida
a unos barracones… rodeados de alambradas de espino. Comenzaron los interrogatorios…
‘Me sacaron del agua’ ‘¡entonces eres un traidor!’ ¡Preferiste salvar tu
pellejo antes que luchar por la Patria!’.
Papá
también se consideraba culpable. Es lo que le habían enseñado a su
generación…No se celebró juicio. Al término de los interrogatorios, los
reunieron a todos y les leyeron la sentencia: seis años de trabajos forzados
por traición a la patria. Los enviaron a Vorkutá, donde trabajaron en la
construcción de una vía férrea sobre el permafrist. ¡Dios mío! Corría el año
1941 y los alemanes estaban a las puertas de Moscú. A ellos los traban como a
enemigos… Toda Bielorrusia había caído en manos de los alemanes…Escribieron
cartas solicitando partir inmediatamente al frente de batalla…a Stalin…
Invariablemente les respondían que como eran unos cerdos debían quedarse
trabajando… Y ellos…papá…él mismo me lo contó… lloraban desconsolados… El
cautiverio en el gulag le acortó la vida. Y la perestroika también. Sufrió
mucho. No podía entender lo que estaba pasando en el país, en el Partido.
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