El
problema de situar el debate en el terrorismo
financiero, es que esconde la realidad del desastre, y lo que es peor, no
sirve para corregirlo, sino que ayuda a ahondarlo. Sin aclarar las variadas
responsabilidades de como se llegó hasta aquí, no habrá arreglos, sin aclarar
la diferencia entre realidad soñada y realidad soportada, será imposible mejorar la situación.
Si la realidad soñada por cada individuo, el mundo idílico, no contempla los
elementos de la realidad soportada, en la que participa el resto del mundo,
difícilmente se podrá avanzar. Pasaba en las negociaciones dirigidas por
Varoufakis, -su sustituto, Tsakalotos, en dos meses, presentó a los
negociadores el doble de propuestas por escrito que el sustituido había
presentado en cuatro- mezclar deseos y realidad conduce a ampliar
los desastres; los mercados existen en el mundo, y no en el sistema capitalista
como algunos quieren creer, -como si hubiera otros sistemas paralelos
compitiendo-, los mercados funcionan en todo el planeta Tierra, salvo en
islitas, son elementos a considerar para crecer y reducir deudas, para crear
empleos y pagar pensiones… de lo contrario pueden pasar meses sin mejorar la
negociación y al final tener que aceptar aquello que se rechazaba, porque la
situación se hizo insostenible.
La
ayuda, antes y después del referéndum, se pide por los gobiernos griegos a
Europa, a los que llaman terroristas
financieros, ¿cómo explicar esto de forma coherente, pedir ayuda a quienes
dice están asesinándote?, de hecho está aceptando que esos llamados terroristas
le pueden ayudar, ¿no es contradictorio, o estúpido? ¿Acaso Tsipras y su
mayoría de apoyo se volvieron locos? O simplemente tratan de resolver un
problema con los medios que tienen a su alcance. Tsipras grita a sus críticos
de coalición para que ofrezcan alternativas posibles de aplicar, además de
oponerse. La realidad soportada obliga y no es sencillo habilitar salidas; vean
un ejemplo: empezar un corralito es fácil, terminarlo es complicadísimo, cuando
los bancos vuelven a abrir oficinas, la población habrá perdido la confianza e
intentará sacar todo su dinero, pero ningún banco, en ningún país del mundo
tiene el dinero de sus depositantes en caja; así que a pesar de las medidas de
controles, seguro que afectará a los pagos de la economía real, a las
relaciones comerciales internas, a las importaciones que tendrán dificultades
de pago que podrían dar lugar a desabastecimiento, así que solo con una ayuda
especial de liquidez proporcionada por los terroristas
financieros, será posible salvar la quiebra bancaria y de país.
Una
perniciosa costumbre se ha popularizado por su facilidad de uso, recoger
solamente aquellas hierbas que verdeen en mi campo y despreciar todo lo que no
encaje. Solo se lee lo conocido, lo que diga lo mismo que pienso, lo del propio
clan, el divertimento es cocerse en la propia
salsa, creer
que toda la humanidad piensa como nosotros; al
fin y al cabo allí en el concierto estamos todos; es mentira, hay más gente
fuera que dentro. Y lo que más verdea
en casi todos los grupos es identificar un enemigo externo, para cohesionar,
todos contra un demonio, la troika… si lo nombras con las claves requeridas,
será como las palabras mágicas que abrirán las puertas a la comprensión, en
cuanto tuerzas la línea prefigurada, la comúnmente aceptada, considérate
excluido. Pero, esa postura ¿abrirá todas las puertas/explicaciones desde 2010
en Grecia? ¿Y las de antes? Quizás defiendan que anteriormente la paz y el equilibrio
dominaban Grecia.
¿Conocen
documentos sobre la crisis griega elaborados por quienes pretenden resumirla
con el término de terrorismo financiero? Sería un comienzo, o simplemente da igual, porque vaya peñazo tener que leer cuando todos los colegas le consideran uno
de los suyos solamente con soltar una frase. Los escritos de Varoufakis,
que pueden descargar de su blog –por ejemplo una modesta proposición- podrían resultar de altura intelectual,
pero los planes de Syriza, han fracasado, -prometió aumentar el gasto público, reducir impuestos,
excepto a los ricos, aflojar el compromiso fiscal de déficit, aumentar salario
mínimo, finalizar las privatizaciones, no tocar pensiones, no reformas
laborales…- Por el
contrario ha ocurrido que ‘’La incertidumbre política
prolongada ha llevado a la economía a una nueva recesión, ha invertido la
disminución del desempleo, ha bajado los ingresos fiscales y se ha ampliado la
brecha fiscal’’. Declaración de 246 Profesores de
Economía en las universidades griegas a consecuencia del Referéndum. 02/07/2015. En el fondo la política trata de
resolver problemas que requieren movilizar millones de personas y forjar
alianzas en torno a reformas concretas que solo serán efectivas y estables, con
amplios consensos; ese es el eje político fundamental de cualquier plan de
rescate, incluido este último que para ser eficaz requerirá un gran pacto
social que está por ver si puede dirigirlo la coalición de gobierno actual.
Sorprendente la poca preocupación por
la globalización y cómo afecta a todos los países del mundo limitando su
independencia, porque los flujos financieros y mercantiles, la sangre que
circula por los países, llega a todas partes sin limitación en un instante,
influye en todas las naciones reduciendo soberanía, minora la capacidad de
actuar como a uno le gustaría supuesto que contara con todos los medios
disponibles y nadie compitiera con ese país; sorprende el desconocimiento de
los mercados, ¿pensaban que eran instituciones de caridad que estaban obligados
durante años a dar préstamos a Grecia? Peor aún, sorprende que grupos de
izquierdas no repararan en la deuda histórica como grave problema y crean que
no tiene que ver con la situación actual; sorprende que muchos engañen con el
default, o crean que declarar impago es barato.
Sorprende que todo lo apuesten
a un nacionalismo dentro o fuera de Europa, como si la independencia fuera
posible en el mundo globalizado y la competitividad no tuviera nada que ver con
la implosión de los emergentes, o la capacidad de obtener créditos fuera algo
establecido, como la posibilidad de
contar con liquidez para un uso normal de la economía de un país, como si la
estructura del estado no influyera en su propia existencia, como si ello
dependiera exclusivamente de voluntad en una minoría de la población, como si
fuera sencillo siendo independientes. ¿Independiente de quién?
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