miércoles, 3 de diciembre de 2014

La desigualdad, tiene contenido económico, político y social

La desigualdad no es solo un concepto económico, también lo es político y social. No se puede limitar al peso de los salarios en la Renta Nacional,  ni a la brecha de ingresos gigantesca entre los más y el 1%, también influye la acumulación de riqueza antigua, la hereditaria, no conseguida por ingresos presentes por muy altos que fueren. La acumulación de riqueza está cambiando los comportamientos económicos, permite a los muy ricos vivir de las rentas, fomentando y utilizando la extensión y profundidad de los mercados financieros, muchos multimillonarios eligen quedarse al margen de la economía productiva, y dedicarse al casino financiero, a la especulación. En las desigualdades también influyen  elementos como la educación, la sanidad,… la desigualdad y represión de género, la seguridad de vida que incluye mortandad y agresiones por violencia,… afecta a libertades de participación y elección políticas y de vida social, etc.




Ahora algunas corrientes de opinión pretenden olvidar que desde la Transición, la sociedad española disminuyó desigualdades: económicas, políticas y sociales. La desigualdad económica puede referirse a los ingresos, normalmente representados con los índices Gini, además se estudia también la desigualdad en la riqueza, que no siempre tiene relación directa con los ingresos por rentas de trabajo, aunque sean altos ejecutivos, la riqueza incluye activos como propiedades y rentas mobiliarias heredadas… pero al hablar de desigualdad hay que insistir en considerar los derechos políticos y sociales, la capacidad de decidir y participar en condiciones de igualdad en una sociedad no puede limitarse solo a los ingresos, de hecho los factores clásicos del estado de bienestar inciden fuertemente. En los tres aspectos, económico, político y social, es imposible comparando cifras, aceptar que la Transición no supusiera un gran salto adelante que nos llevó muy lejos del franquismo, el Régimen anterior.

No tendría sentido hablar de caídas ahora, sin aceptar que previamente se produjeron subidas, las pérdidas actuales ocurren sobre la base de avances de años anteriores, el tiempo no es una línea recta, aquellas mejoras producidas durante la democracia redujeron desigualdades instaladas durante muchísimo tiempo, y ahora vuelven a aparecer rápidamente y con mucha fuerza. No es racional hablar de empeoramiento sin reconocer una situación anterior de mejoras, que aquí ocurrieron a partir de la Transición, en parte a contrapelo de las políticas neoliberales que se extendían por el mundo, aquellas mejoras salariales, educativas, sanitarias, de pensiones, de salario social en sus formas de renta básica, o de inserción… en comparación con nuestro pasado franquista, se consiguieron reducir las desigualdades durante los años en los que en Occidente se frenaba el estado de bienestar.

La lista de recortes y empeoramiento de condiciones de vida y trabajo es amplia, reducción salarial, más paro, peores condiciones de trabajo, precariedad, salarios que llevan a la pobreza, horarios, convenios, menor sanidad, recortes educativos para reservar las ventajas sociales que reportará a las familias pudientes, menos ayudas para dependencia, rebaja de pensiones, regresión en libertades civiles, de igualdad, justicia, aborto, laicidad,… estos cinco años han sido terribles, y el retroceso no ha terminado, ahora recortan el ahorro acumulado por las familias durante 35 años que fluye hacia los poderosos –pisos, garajes, pensiones, depósitos, fondos de inversión, coches,… lo acumulado en muchos años se liquida para ayudar a las familias precarizadas y regresa a manos de los ricos mediante la redistribución inversa actual por el mecanismo de los recortes y el pago de impuestos que cubren rescates de deudas privadas y públicas.

Cuadros publicados por El País. Brecha social desde el comienzo de la crisis.





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