Continúa la entrevista de Juan Cruz a Lluis Llach a la que hacía referencia ayer; dice Llach: ‘Prefiero la independencia para librarme de muchas cosas, y tras lo de Pujol, más, para hacer limpieza’, como si para luchar contra la corrupción fuera necesaria la independencia.
Todos
quieren borrarse de la foto que los mostraba a su lado, ‘no representa el nacionalismo’, dice. Pero ¡qué tontería!
claro que lo representaba, y con su vertiente altamente católica por cierto, a
pesar de que en general una persona no sea una ideología, sus constantes
triunfos electorales denotaban que para muchos aquel cortijo y la forma de unir
vida privada y pública con los negocios y con lo catalán, -fundir lo privado y
lo público es tan catalano-español-, era su representación, su título era la
aprobación, muy honorable, le trataban prensa instituciones y sociedad civil
catalana, que llenaba de aclamaciones a él y su familia durante años, el nacionalismo
veía en ellos la imagen creada del nuevo poder específicamente catalán y
mostraban su satisfacción, votándole, adorándole, permitiendo llegar hoy a CiU como
creador de una de las corrientes del independentismo.
La
corrupción tiene rasgos similares en toda España, en parte tiene que ver con los
oasis que pretenden construirse en los reinos de taifas nacionalistas, allí y
en Valencia, en Madrid, o en Andalucía... pero hay algún elemento diferenciador
que llama la atención. En Madrid o Valencia, en España, ninguna fuerza política
de izquierdas protege a los corruptos derechistas, ni a la inversa; resulta
excepcional ver a individuos de una corriente atemperar o salvar a los
corruptos de ideologías contrarias; lo cual sí ocurrió en Cataluña, durante mucho
tiempo demasiadas figuras respetables catalanas de variadas corrientes
ideológicas, manifestaron alto y claro que
denunciar la corrupción pujolista era
atacar al nacionalismo. Allí y no aquí, se identificaba Pujol y nacionalismo
catalán, justo lo que ahora que vienen mal dadas pretenden separar los independentistas, como Llach:
‘Pujol no representa el nacionalismo’.
‘’En esos días de incredulidad, asombro y
denuncia, Pujol vivió la singular experiencia de disponer, no ya de hegemonía,
sino de todo el poder, primero, cuando la Audiencia Territorial de Barcelona se
declaró incompetente para dar curso a la querella, decisión premonitoria de las
que vendrían dos años después, con jueces en fuga, que ni querían ver los
papeles de los fiscales; luego, cuando comprobó la desorientación y el
encogimiento de espíritu o, más bien, la entrega interior que la querella había
provocado en las filas de los socialistas catalanes, insultados y agredidos en
las calles; en fin, cuando, identificando su persecución con la secular
humillación catalana a manos de España, definió, entre ovaciones de unos y
silencios de otros, la querella como un “ataque a Cataluña…
Treinta años después de aquellas emociones,
y conocida al fin la verdad del cuento, muchos lloran, otros se indignan y no
faltan quienes celebren la caída de un mito. ¿Un mito? No, Pujol no ha sido
nunca un mito. Culto, leído, bien dotado para la retórica, dueño de voluntades,
Pujol ha sido el fabulador de un gran engaño, el constructor de un gran relato,
fuente de legitimación de un poder absoluto que ha resultado ser un poder
operando a la manera de clanes y mafias…'' En los días del gran engaño. Santos Juliá.17-08-14
Cataluña
era suya, es propiedad privada del catalanismo, las tramas corruptas tuvieron
tiempo de verlas y evitarlas si hubieran querido, pero demasiada gente
comulgaban con aquellas ideas -Montilla y
el tripartito robaron el gobierno que
era catalán, como si fueran sus armarios privados de ropa, un andaluz con
nombre castellano y sin hablar perfectamente catalán- ¿Que tendrán que ver
las izquierdas con este populismo derechista religioso? ¿Qué sueños tan
extraños habrán conseguido unir tanta divergencia? ¿Qué raro se hace ver algunos
apoyos condescendientes a estas gentes tan xenófobas? Imposible condensar en una frase pero vean
un ejemplo de Marta Ferrusola ‘’Cuando
mis hijos eran pequeños, me decían: Hoy no puedo jugar, madre. Son todos
castellanos’’
Ahora parece como si los
soberanistas se quedaran desnudos, desprotegidos, no queda claro si se sienten engañados
o quisieran escapar de su propia responsabilidad por haber apoyado y encubierto
tanto desmán. En todas partes hay corruptos que envueltos en banderas se
aprovechan de ellas para organizar tramas de corrupción, en este caso tuvo
bastante tiempo para hacerlo, veintitres años en la cúspide, -el mayor tiempo
de un poder en la España democrática- ahora algunos pretenden hacer creer que
la independencia hará la limpieza que no quisieron hacer antes, pero resulta
muy poco creíble, hubiera sido mucho más sencillo empezar por limitar mandatos
y denunciar, la trama corrupta se desarrolló extensa y fácilmente por estar rebozada
en sentimientos identitarios, ¿acaso con la independencia Llach cree que
desaparecerán dichos sentimientos?
“Y
esta doblez pujoliana, que es el privilegio mejor guardado del Olimpo, ha
cimentado el denominado oasis catalán. En casi veinte años se ha creado un
sindicato de intereses del tal envergadura, que al final se impone como moral
social la propia doblez pujoliana: no somos como somos sino como creemos que
somos”. ‘La insolencia del Padrino’, Gregorio Morán, ‘LaVanguardia’ 04-10-14. Tomado de Caffe Regio
LLuis
Llach: ‘la independencia para librarme de muchas cosas’, vamos Lluis, ni que la secesión fuera el
bálsamo de Fierabrás.
‘’la cercanía del poder dificulta la crítica,
obstaculiza los controles, fomenta el clientelismo y facilita la corrupción…
…Tras elegir a Pujol como presidente, y en medio de
insultos e intentos de agresión al candidato del PSC, Raimon Obiols, se
organizó una comitiva desde el Parlamento hasta la plaza de Sant Jaume. El
presidente recién elegido, desde el balcón del palacio de la Generalitat,
pronunció un discurso de gran ardor patriótico: “Este ataque”, dijo,
refiriéndose a la querella de los fiscales, “no es contra mí, sino contra
Cataluña”. ..
Pujol se envolvió en la senyera y cualquier crítica a
su persona pasó a convertirse en un ataque a toda una nación, a una Cataluña
entendida como un cuerpo orgánico con una cabeza que debía gozar de inmunidad.
Los críticos exteriores se consideraron enemigos, los del interior eran,
simplemente, traidores, anticatalanes…
El resultado ha sido una sociedad que, en estos
concretos aspectos, carecía de opiniones críticas. Incluso los partidos de la
oposición se plegaban sumisos a los designios del régimen. El régimen imponía
sus reglas y, cuando estas no se ajustaban a las libertades constitucionales,
también se declaraba anticatalán al tribunal que las garantizaba en sus
sentencias. Cataluña pasó a convertirse en una sociedad democráticamente
enferma, silenciada, temerosa, acomplejada, cobarde.’’ Contar chistes sobre Pujol. Francesc de Carreras. 30-07-14
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