La frase/idea, expresada de forma
similar la he escuchado y leído a izquierdistas que dicen ser ‘desde sus profundas convicciones, internacionalistas y quisieran borrar cada
una de las fronteras’; ¿borrar pero creándolas, al apoyar a los patrioteros
que las construyen? En la práctica solo defienden ideales soberanistas,
argumentos y políticas creadoras de fronteras, pero intentando que creamos que ellos
sorben y soplan al mismo tiempo.
‘’Los
mejores teóricos del nacionalismo hablan de “fronteras interiores” para
referirse a la percepción que tienen los nacionalistas de aquellos que no
cumplen con los rasgos exigidos por el canon del buen patriota. En un
referéndum esos rasgos se condensan violentamente: los otros son los que votan
no. Esta operación de psicología colectiva, que se vive desde hace meses en
Cataluña, genera fragmentación, fragmentación en los círculos cotidianos, en
los lugares de trabajo, fragmentación hasta en las familias, es decir,
fragmentación en la sociedad y desconfianza entre grupos y personas. Puede
incluso llegar a generar una sorda aversión mutua entre ciudadanos. Es decir,
puede llegar a trocar la fluida convivencia de Cataluña en un espeso tejido de
recelos.’’ Las trampas de la consulta. Francisco J. Laporta.
Si estuvieran en contra de crear
fronteras, ¿Por qué la fuerza con la que crean los guetos interiores? ¿Por qué
salirse de un espacio como la UE, con fronteras reducidas, para crear grandes
muros alrededor de un nuevo territorio?
Leí en un comentario de blog que extrañarse de las fronteras catalanas
era estúpido, porque ya existían, con Portugal, Francia… claro, claro que
existían, por eso desde hace años se están derribando al construir la UE y la
eurozona, y Schengen,…
La dinámica internacionalista, en el
pasado tenía relación con la hermandad entre individuos de similares clases
allá donde vivieran, porque compartían formas y condiciones de vida, y eso no
lo hacían con los pudientes que vivían en su mismo territorio. Hoy el
internacionalismo tiene que ver con la solidaridad fiscal, que permite
políticas de redistribución de la riqueza entre territorios para reducir
desigualdades, todo lo contrario de defender el principio de los impuestos para quien los paga que es
uno de los ejes del secesionismo;
también tiene que ver con intentar trascender los nacionalismos que llevan al
pasado las identidades fabricando mitos y leyendas que destacan esencialmente
lo diferente de unos con otros.
El internacionalismo hoy tiene que
ver con dar prioridad al contrato entre ciudadanos en igualdad de derechos y
libertades, dejando al margen las diferencias por raza, sexo, religión, clase,
o tribu de procedencia… pretende dar mayor valor al presente y futuro que a
supuestos derechos y tradiciones surgidos del pasado, el internacionalismo
intenta crear instituciones supranacionales de gobernanza en las que participar
como mejor forma de abordar y atajar los problemas globales, lo cual conlleva reducir
el número de territorios independientes por agrupación de los mismos, dotándolos
de autonomía, participación, libertad e igualdad similares en todos ellos.
La dinámica nacionalista oculta lo
que une a semejantes y resalta lo que separa de otros, conduce a la Europa de
hace 700 años, susceptible de controles feudales en todos los ámbitos sociales,
con poderes locales aparentemente autónomos, aunque dependientes de sus
entornos económicos, políticos, militares, sanitarios, culturales,
religiosos... Aquellos europeos no tenían mayor autonomía que los actuales,
eran dependientes de variables totalmente incontrolables para ellos estaban a
merced de los señores, de la iglesia, de los armados, de los amos de la tierra,…
era el pueblo sin derechos.
La construcción europea supone crear
dinámicas e instituciones en donde puedan estar representadas las unidades
territoriales menores, no están Europa por un lado y los países o regiones por
otro, -la Troika no es algo externo a los españoles, poderes españoles forman
parte de ella- las naciones y las regiones son Unión Europea, la UE es el
conjunto, no es algo ajeno, separado y distinto, las instituciones europeas no
mandan desde fuera a las regiones o naciones, son parte de ellas por tanto
están en los órganos de gobierno. Todo lo anterior es teoría, desde luego que
hay fuerzas contrapuestas, luchas de intereses… como siempre en toda sociedad,
pero en el plano teórico uno también refleja sus ideales, pretenderá sumar o restar,
derribar fronteras o construirlas, incluir o excluir, superar discriminaciones
de raza, religión, cultura…o crearlas; en definitiva puede ser una cosa u otra,
internacionalista o nacionalista, pero no ambas a la vez en la misma batalla
luchando por desarrollar una contra la otra.
PD. Incluyo a continuación las opiniones de José M. Roca, en Facebook
José M. Roca Coincido, y matizo. Me parece que el quid de la cuestión está en los grados y en la jerarquía que cada concepto tiene en las particulares escalas de valores. ¿Se puede ser nacionalista e internacionalista? Pues depende del papel que se otorgue a cada uno de ellos y del grado de nacionalismo o de internacionalismo que se tenga. En sus extremos, en la máxima polaridad, creo que, ahora y en España, no se puede ser muy internacionalista (de izquierdas) siendo muy nacionalista. Otro tema es que con el lenguaje se pueda hacer lo que se quiera, hasta juntar términos antitéticos para decir lo indecible y justificar lo injustificable, pero luego vienen las actitudes, los comportamientos políticos, la praxis, como antes se decía en lenguaje marxista, y ahí caben pocos engaños.
Y la prueba está en lo que sucede ahora en Cataluña. ¿Cuál es la práctica de los que se intitulan internacionalistas? Pues habría que dilucidar antes dos cosas: a) el carácter de clase del actual proceso soberanista, qué programa de alianzas propone y quien lo dirige, y b) lo que entienden por internacionalismo, porque la misma palabra encierra muchas acepciones. Desde la izquierda, ha significado, hasta ahora, el apoyo entre oprimidos, la solidaridad entre proletarios; ese fue al menos, el origen de las internacionales obreras. Así entendido, el internacionalismo tenía una claro sentido de clase, obrero, laborioso, y era contrario a la alianza de clases que propugna el nacionalismo.
El llamamiento "proletarios de todos los páises, uníos", resumía esta idea, pero existe un internacionalismo de derechas, por ejemplo, el de los partidarios de la OTAN y organizaciones similares. La llamada globalización es el internacionalismo de las derechas mundiales, especialmente de las financieras. En este aspecto, Mas es internacionalista, porque desea vincular una hipotética Cataluña independiente a la Unión Europea y demás organizaciones mundiales hegemonizadas por el neoliberalismo, que tienen un contenido de clase profundamente antipopular y antiobrero.
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