La
idea de que la sociedad española estaba escorada a la izquierda, incluso más
que el resto de europeos, quizás pudo ser un espejismo mantenido en el tiempo,
pero suficiente para apoyar comportamientos de minorías que consideraban
traidores, o vendidos, a todo grupo que no les siguiera en su izquierdismo, que
ellos creían ver representado en la mayoría de la sociedad. La consideración de
estos u otros datos sobre la estructura de clases, grupos sociales, cuerpo
electoral, base social, etc. debería ser un aspecto importantísimo a considerar
en primer plano por todo grupo o individuo interesado en la política. No todos son
como uno cree ser, no es lo mismo ser republicano que creer que de un
hipotético referéndum monarquía-república saliera ganadora la opción
republicana; sentirse republicano no debe cegar la realidad de que el
Presidente de la República Española, hoy, sería Aznar, o similar.
Muchos
individuos confunden sus deseos con la realidad, lo que solo encontraban cerca
de ellos soñaban que era compartido por millones de personas, así, en la
práctica política, desear un cambio constitucional no asegura que mejore la
actual Constitución en su vertiente progresista, más bien podría provocar un
efecto contrario haciéndola más retrógrada, porque las fuerzas opositoras son
superiores. Este error podría estar soportado por las cifras de
autoubicación ideológica del CIS que quizás estén sesgadas primando las
izquierdas, remirando datos y comportamientos parecería que una mayoría de
españoles se declaraban de izquierdas en cifras superiores a los que se
declaran ubicados a las derechas, ello arropado en datos fundamentalmente del
CIS. De los cuadros publicados en días anteriores puede verse que la suma de 1+2+3+4 sea superior a 7+8+9+10, pero la conclusión podría ser engañosa, quizás se tratara solo de una apariencia de izquierda, ya que los datos podrían mirarse con interpretaciones matizadas.
La
realidad no queda reducida a las cifras de autoubicación ideológica mostrada
por los cuadros anteriormente publicados, lo cual por sí solo, ya sería
suficiente como para templar postulados en todo grupo político que pretenda
influir y gobernar, sea IU, Podemos o el PSOE, ya que es insensato pensar que podrían ganar
unas elecciones generales apoyados en una base social solo del electorado de
izquierdas, que como hemos visto sumada 1+2+3+4 cubriría en torno a poco más de un tercio del censo
electoral. Pero...
La realidad ni siquiera es tan sencilla si ampliamos la mirada a
comportamientos y acciones políticas, porque gran parte de ese tercio de
electores votan otras opciones políticas incluido el PP. Los datos sobre la
conducta electoral de electores de las izquierdas, muestran que aumentan desde
1986 en cada elección, los individuos que tienden a la derecha, votando al PP, más
que a la inversa en donde no se ven similares datos de las derechas votando al
PSOE, y decrecen desde 1986, como demuestra Belén Barreiro, en el estudio
citado anteriormente 'La progresiva desmovilización de la
izquierda en España: Un análisis de la abstención en las elecciones generales
de 1986 a 2000’.
–Asimismo en el citado estudio muestra que la
abstención en todo el lateral izquierdo, (1.2.3.4), es ampliamente superior a
la del lateral derecho, 7.8.9.10- Dicho de otra forma en mi opinión:
La idea de
igualdad entre PP y PSOE se extiende por la izquierda, pero no por la derecha, lo
cual ayuda a pensar en la risa que les entra a los votantes franquistas o
derechosos cuando la escuchan en boca de afamados izquierdistas y activistas.
Que en muchas cosas sean parecidos, como todos los partidos y todos los
electores, solo indica que vivimos en una democracia de Europa Occidental en la
que amplias mayorías coincidimos en formas de vida y valores, a pesar de
nuestras diferentes prácticas y objetivos políticos cuyas particularidades y diferencias deberían ser de obligatoria
apreciación para quienes se dedican a la política. Otro enfoque son las
desigualdades crecientes, y no solo las económicas.
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