Ha
muerto un gran político, probablemente el mejor que tuvo nunca la derecha
democrática española. El único político de la derecha que ha sido capaz de
embridar, encauzar y vencer a la representación de la derechona española , que le
declaró uno de sus mayores enemigos, por
dirigir en alianza con la mayoría de fuerzas políticas españolas, durante un
período de tiempo suficientemente largo como para dar un golpe de timón a la putrefacta
sociedad franquista y empujar en la dirección de una democracia homologable con
las europeas.
Suarez
fue un líder capaz de arrastrar multitudes, y lo que es muy importante, en tiempo
récord nuclear diversas fuerzas políticas e intereses distintos en torno a
una idea de partido, la UCD, sin cuyo conglomerado electoral la salida de la
dictadura hubiera sido más dura y difícil, aunque quizás también hubiera
llegado más lejos. Su capacidad fundamental no era tanto una visión intelectual
u hoja de ruta documentada, sino enfrentar los problemas del
momento, que eran muchísimos y durísimos, y buscar soluciones posibles que
tuvieran cierta estabilidad, lo cual necesitaba de los otros. Esa capacidad de
enfrentar problemas concretos en busca de soluciones, es una de las grandes
diferencias de aquellos políticos con los actuales, la tuvieron muchos individuos
que entonces hacían política y generó eso que hoy llaman, el espíritu del consenso.
No
creo que la historia de los pueblos la
fabriquen personalidades relevantes, aunque influyan, desde luego mas unas que
otras, pero las grandes transformaciones sociales nunca se pueden realizar por
uno o dos individuos, son la resultante de acciones, emociones y sentimientos de
millones de individuos, en un contexto histórico y con unas bases materiales determinadas,
son producto de múltiples intereses en lucha, internos del país y externos
de otras naciones y/o entidades internacionales, intereses económicos y
políticos, religiosos e ideológicos, militares, identitarios… en la Transición
española ocurrió algo similar. Aunque, sin duda, algunos individuos tuvieron mayor
peso que otros, como el caso del presidente Suarez.
A
pesar de que algunas personas o grupos tuvieran ideas sobre hacia dónde caminar
y cómo ir, no es verdad que la sociedad que conocemos surgiera de un plan
trazado por un ente especial que
fuera seguido por el pueblo. La sociedad resultante que salió y hemos vivido, fue el producto de innumerables luchas en todos los sectores y frentes, de
clases, de género, nacionales, geoestratégicas… sin descartar la influencia
externa, de dinero, apoyos políticos y presiones, aportados por unos u otros. En
no pocas ocasiones el azar determinaba el rumbo político a corto plazo, lo cual
determinaba la dirección del camino. A largo plazo las grandes líneas de
enfrentamiento, con sus notables diferencias, parecían confluir hacia la integración
en Europa, en el grupo de sociedades democrático burguesas europeas, dichas corrientes
fundamentales, aceptando diferentes matices dentro de ellas, se enfrentaban a
la posibilidad de una Península Ibérica no alineada ya que Portugal fue un
hervidero con la Revolución de los Cláveles y aquí era desconocida la fuerza e
intenciones de los grupos de extrema izquierda. Para despejar incógnitas y reafirmar
la proyección occidental, se forzó la integración en la OTAN, aparentemente en
principio no vinculada a la integración europea. Sin duda en el entramado de
luchas e intereses, también estaban aquellos que peleaban por revoluciones
izquierdistas y los que mantenían la esperanza de un Régimen franquista con un
pequeño lavado de cara.
La
realidad es que el presidente Suarez condensó los intereses de la burguesía democrática, y los anhelos de millones de españoles, porque gustara o no a muchos sectores de poderes, demostró en aquellos momentos, tener mucho
gancho y amplia capacidad de trabajo, suficiente como para liderar un proyecto
desde una vertiente que debían contraponer a los partidos de izquierda, que
aunque muy fragmentados inicialmente podían terminar agrupándose para lograr
una fuerza que condujera el cambio. Todo proyecto democrático, aunque en líneas
generales fuera similar, tenía diferencias en la concreción de poderes en los
terrenos económico, educativo, nacional, religioso, etc. como muestra la
realidad de los diferentes países democráticos que conocemos.
Suarez,
demostró fuerza y capacidad para liderar los sectores de la derecha moderna que casi
por única vez en la historia de España dominaron a las fuerzas de la derechona, -los cambios de personas en el poder económico, político, militar, religioso... fueron enormes- que sumado a su indudable encanto personal para arrancar votos a millones de
personas y a sus dotes y talante personal para llegar a acuerdos y relacionarse
con todo tipo de individuos de cualquier perfil político, le convirtieron en el
icono de la democracia española que es hoy. En ese sentido fue paradigmática su
buena relación con Carillo, que aprovecharon para afianzar su poder en sus
respectivas aceras en la que ambos jugaron fuerte, cediendo por un lado aceptación
de monarquía y bandera a cambio de legalización y freno en algunas de las miles
de luchas obreras de aquellos tiempos.
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