Eso de los exámenes o de las recomendaciones, en este caso de las grandes agencias de calificación mundiales, es un poco triste, e injusto. ¿Injusto? A raíz del comentario de mi colega Miguel de ‘Moral y Política’, buen blog, y de la respuesta dejada por mí en comentarios, me surgen dudas. No creo haber entendido bien el final, respecto a que en esto como en todo hay clases.
O sí, pero se puede sacar más punta al lápiz. Hay una gran corriente de opinión que cree que las agencias se pasan en sus atribuciones, que son juez y parte en muchas ocasiones, que tienen excesivo peso en sus opiniones ya que pueden hacer caer pesados sacrificios sobre países y empresas, etc. corriente en la que nos incluimos muchos. Luego hay otras corrientes de opinión, que pueden formar parte de la anterior pero que además presentamos algunos matices diferenciadores, y aquí ya somos menos. Por ir sobre el tema concreto de la deuda.
Si miramos algún aspecto de la realidad y no toda ella en su conjunto, habrá muchos países coincidentes en algo, de una serie de parámetros analizados, digamos 10, probablemente pueden encontrarse coincidencias en 2 de ellos, entre distintos análisis, no siempre y en todos los casos los mismos. Si esto nos afecta a nosotros, como se ha demostrado durante años, esconderemos la cabeza bajo el ala y eso sí, cuando no podamos taparlo más y estemos en situación crítica como ahora, echaremos la culpa de todos nuestros males a cualquier carta astral, a las manías que nos tienen, al presidente y gobernantes de turno, a la ideología que queramos, etc. Pero repitamos una vez más, y van no sé cuantas desde que empecé a escribir en la primavera de 2.009 sobre la crisis en plan bloguero.
España comenzó teniendo problemas graves en la deuda total. En la deuda privada, familias, empresas y banca, una de las mayores del mundo. Posteriormente se fue incorporando el problema de la deuda pública, que inicialmente era reducida y posteriormente por la atención a la crisis ha ido creciendo, sin ser enorme,(60%) pero los déficits la han hecho crecer muy rápidamente.
Primer problema, el tamaño de la deuda. Segundo problema, que la mitad de ella es exterior, o sea debemos fuera, necesitamos pasta de inversores extranjeros. Por ejemplo diferencia con Japón, (vaya situación tremenda), mayor deuda 200% PIB, pero en manos japonesas, poca deuda externa. Tercero que nuestra balanza por Cta. Cte. es deficitaria desde tiempo inmemorial, pocas esperanzas para recuperar terreno por aquí. Cuarto que tenemos pocas posibilidades de pagar lo que debemos, porque es muchísimo y porque no crecemos económicamente, y porque no podemos crecer, porque no hay demanda interna y la externa no nos compra porque no somos competitivos, nuestros modelos de producción son claramente obsoletos, (al margen responsabilidades empresariales, laborales, gubernamentales), con un tercio de la población mundial recién incorporados a los mercados globales haciéndonos competencia. Con un derroche energético que llama poderosamente la atención a toda Europa, con una dependencia energética externa gigantesca, petróleo, gas, carbón, uranio.
A estos problemas anteriores, que se ven desde fuera claramente, se piensa responder, (se piensa responder, no significa se ha respondido) lentamente, sin prisas, con algunas reformas, poco consensuadas, cuando no abiertamente boicoteadas, con una estructura política altamente descentralizada que dificulta tomar decisiones y aplicarlas rápidamente y una autonomía de gasto, de descontrol por tanto, elevada. Un sistema bancario, medio quebrado, y la otra parte sin demasiadas pistas porque seguimos sin saber realmente que valor tendrán los pufos inmobiliarios que siguen valorados a precios irreales. Luego está nuestra presión demográfica, el envejecimiento poblacional, los grandes recursos juveniles desperdiciados, mas de 40% en paro, nuestro frenazo en futuro, I+D+i, donde ya estábamos bastante retrasados…
Con un poder político extremadamente debilitado y poco fiable para la ciudadanía y para los analistas externos, con una losa de 5 millones de parados que minan la posibilidad de arrancar económicamente, mas de 8 millones de pensionistas (todavía hay páginas de izquierdistas que hablan del superávit de la Seguridad Social) o sea que lo que ven desde fuera no es tan raro, para verlo nosotros, no creen que seamos capaces de mantener la situación, siguen pensando como al principio de la crisis internacional, hace 4 años, que debemos perder un 20% aproximadamente de nuestro potencial económico, que las subidas de tipos de interés que ya se vislumbran nos van a hacer papilla a los que tengamos deudas, todo el país, que la subida de precios, los de materias primas, alimentos y además los nuestros típicos, la inflación ha vuelto a despegar como es tradicional en España, donde todo se resuelve, resolvía, vía salarios y precios y al que no tenga que le den.
Estas cosas las ven los analistas y opinan a veces y dicen que desconfían de España como país, porque aunque en algún parámetro seamos parecidos a otros, en la visión de conjunto es difícil mantener que otros son mejor tratados, caminamos para atrás y seguimos cayendo y no sabemos hasta cuándo.
Bien, todo lo dicho es relativo, póngase en el contexto de que somos uno de los primeros 15 o 20 de la cadena de 200, y claro está, no somos África, etc. pero ojo, mientras otros suben, nosotros bajamos, y el efecto puede ser rompedor. Mientras podemos seguir echando culpas fuera.
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