La
sentencia del Estatut. Una chispa que provoca un incendio
A partir de la sentencia, se inició una potente campaña
propagandística cuyos resultados recogen las encuestas del CEO, de la Generalitat,
comenzaron a marcar ascensos en las cifras de independentistas a mediados de 2012.
Imposible entender lo que significó la Sentencia para el catalanismo y la
reacción posterior de CiU, y particularmente del Sr. Mas, sin considerar el contexto histórico anterior
y sin tener en cuenta las expectativas
generadas para los partidos negociadores, principalmente, PSC, ERC y CiU. El
significado del Estatuto para el catalanismo, la altísima apuesta sobre el
tapete, lo reflejan los siguientes textos tomados de la página web de CiU, como
resumen de su propaganda de campaña comprometida
con el sí: ‘’El nuevo Estatuto supondrá un
salto adelante para Cataluña. Sí
al Estatuto. Más financiación, más servicios, menos impuestos. Las
ganancias que incorpora el nuevo Estatuto son muchas y muy significativas. ¿Por qué hay
que votar sí?
‘’Porque
mejoraremos nuestro reconocimiento nacional. Cataluña será reconocida como
nación, se recogen los símbolos nacionales de Cataluña y los derechos
históricos, como fundamento de nuestro autogobierno. Porque por primera vez, se
contempla el derecho y el deber de conocer el catalán, con lo que quedará
equiparado al castellano. Porque tendremos una justicia más eficaz y
más cercana. El Tribunal Superior de
Justicia será la última instancia judicial, se creará el Consejo de Justicia de
Cataluña, se requerirá un nivel adecuado y suficiente de catalán a jueces,
fiscales, notarios… Las competencias de la Generalitat quedarán blindadas, y de
esa manera se evitará la continua intromisión por parte del Estado.
Porque se
duplicará el número de competencias de
Cataluña. La Generalitat otorgará
el permiso de trabajo a las personas extranjeras, participará en la
determinación del contingente de trabajadores extranjeros, regulará los
horarios comerciales, gestionará los servicios de cercanías y regionales de
Renfe... La relación entre la Generalitat y el Estado será de tú a tú, gracias
a la creación de la comisión Mixta estado-Generalitat. Cataluña podrá designar
miembros en diferentes órganos del Estado. Porque la Generalitat quedará reconocida como
administración única en Cataluña.
Porque Cataluña
tendrá suficiencia financiera gracias
a una nueva cesta de impuestos (nos corresponderán más dinero del que gastamos
a través del Presupuesto), y se pondrán límites a la solidaridad. Por primera vez, la cifra de inversión
del Estado en infraestructuras equivaldrá, de manera real y efectiva, al PIB
catalán (18,5%), como mínimo
durante siete años.
Porque Cataluña
podrá tener una política exterior propia. Cataluña
participará en la UNESCO y podrá abrir oficinas en el exterior. La Generalitat formará parte de las
delegaciones españolas en la Unión Europea. Porque Cataluña podrá establecer una
organización territorial propia. Municipios,
veguerías y comarcas formarán parte del sistema institucional de la
Generalidad. ’’
Así lo interpreté el 28-06-2010. Ya es hora, ha tardado, acaba de salir la sentencia del
Tribunal Constitucional, –emitida en junio/publicada en julio de
2010-. Parece que va a contentar y disgustar a todos, por lo que habrá
gran debate mediático y algo menos de debate político del que podría haber
sido. Comparto la argumentación mantenida por Javier Pérez Royo, quien un mes
antes opinaba Por qué no. 1/05/2010, ahora después de emitida escribe Problema constituyente 02/07/2010. Llevada al extremo con una pregunta, ¿se imaginan ustedes al Tribunal
Constitucional poniendo en duda la propia Constitución y diciendo que hay que
cambiarla? Pues eso, leyes constitucionales aprobadas por los Parlamentos
Autonómicos y Central no deberían necesitar aprobación de tribunal alguno, solo
de los Parlamentos elegidos por la ciudadanía.
Demasiado tiempo estamos tardando en dar al Senado su función de Cámara territorial, demasiadas veces se comportan las autonomías como confederadas y no federadas, si el criterio autonómico es cuasi federal, cuanto antes se ponga en marcha, menos favoreceremos la confederación que es la deriva que ha tomado todo demasiada gente, nacionalistas de allá y de acá, todos quieren negociar bilateralmente con el Estado central, de Estado a Estado. Las autonomías deberían discutir mas entre ellas, exigirse a sí mismas, y no todas y todo contra el Estado. Nuevamente tratan de encajonar las opiniones en dos extremos, siguiendo la rancia costumbre de la carcunda ibérica siempre presta a mantener viva la dicotomía ante cualquier problema. A favor o en contra, conmigo o contra mí, es lo que siempre pretenden imponer, pues no, mire usted, a los problemas es preferible aproximarme con matices.
1) El Estatuto representa un problema político y como tal debería haber sido resuelto. Solo encontrará solución en el terreno de la política, nunca de la judicatura y así los que pretenden incorporar al Tribunal Constitucional como una Cámara arbitral destrozarán al Constitucional y lo que es peor a la Constitución y toda posibilidad de convivencia española.
2) Los problemas políticos se resuelven en los Parlamentos, y fuera de ellos entre los partidos, debatiendo y pactando, llegando a acuerdos políticos que encontrarán su encaje en leyes, normas y reglamentos. Los problemas constitucionales de ordenamiento del Estado autonómico no pueden ser dilucidados en ningún tribunal, los estatutos pactados en dos Parlamentos y votados en referéndum no pueden ser tratados como cualquier otra ley.
3) Los catalanes tienen derecho a opinar y ser escuchados, todos, los nacionalistas y los que no lo son. Los españoles, todos, tenemos derecho a ser escuchados, ‘La soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado’ y no reside en un pueblo particular, sea valenciano, madrileño o catalán. Principio tan democrático como otros.
4) Reconocer derechos de expresión a todos no es igual que apoyar las expresiones de todos. Luchamos porque puedan expresarse todas las posturas aunque no las compartamos. He leído/escuchado a catalanes defender que el dinero de Cataluña se quede allí, ‘el dinero de cada uno en su tribu’, lo cual es tan carca como cuando en mi pueblo se niegan a que el ayuntamiento conceda ayuda exterior, o los especuladores deciden el urbanismo de ‘su costa’, es tan derechista como olvidar que España es uno de los primeros receptores de ayuda externa mundial (de la UE hemos recibido una cuantía muy superior al plan Marshall de EEUU sobre Europa).
5) Ninguna persona puede ser obligada a casarse con otra, ningún pueblo
puede ser obligado a casarse con otros. Pero este aspecto es aplicable en todas
partes, nadie tiene el derecho de separar a quien no quiere separarse. No
podemos aplicarlo en Cataluña respecto a España y no aceptar su aplicación en
Tarragona respecto a Cataluña, como tampoco aceptarlo solamente en la parte
‘independentista’ de los catalanes y no en los ‘unionistas’ catalanes.
6) Las izquierdas no son nacionalistas, habrá nacionalismo más o menos a la izquierda, pero las izquierdas deben tener discurso y políticas distintas a los nacionalismos si no quieren verse absorbidas, y si lo fueran quedaría un espacio vacío que habría que cubrir y defender políticas solidarias, internacionalistas, de clase, etc. el respeto debe darse y recibirse en ambas direcciones. Todavía escuché en el último ‘59 segundos’ defender como opción política el Plan Ibarretche, el cual desde un punto de vista de izquierda era ampliamente rechazable, un plan xenófobo y cercano al nazismo, que defendía implantar mediante leyes ciudadanos vascos de 2 tipos, dependiendo del ADN, nacimiento o historia.
7) Los datos de inversiones en Cataluña, son discutibles siempre, como algo
normal, pero mis opiniones no tienen por qué ser coincidentes con las tuyas.
Las balanzas fiscales, aún reconociendo su importancia, no contemplan la
totalidad de ventajas económicas, fiscales, laborales, comerciales, culturales
o políticas, obtenidas por una región, zona o pueblo… No debemos olvidar que el
franquismo potenció la industrialización catalana y vasca (cuyas oligarquías
fueron aliados de Franco) que se alimentó de millones de inmigrantes españoles
del interior que en condiciones infrahumanas y baratas contribuyeron a la
prosperidad de esos territorios.
8) Es un error monumental, de pardillo político, soltar públicamente una expresión del tipo de ‘apoyaremos lo que venga de Cataluña’. Invitar a alguien ‘aquí tienes tu casa’ y aceptar que sea literal es exagerado. Metedura de pata para quien lo dijo, insolencia fuera de lugar para quien pretende tomarlo al pie de la letra, pero ello nunca puede condicionar una solución política a un problema de esta envergadura, faltaría más que una frase de un mitin decidiera el futuro de millones de personas. Junto a ese, hay otro error monumental, PP, por haberse negado a participar desde el comienzo en los debates catalanes y conceder al Tribunal Constitucional la decisión arbitral. Ahora bien el problema esencial a resolver es la coexistencia catalana-española y no esos errores.
9) Cataluña no es solamente CIU+ERC ni Euskadi PNV+EA+HB. Demasiados años de escuchar a CIU hablar de los catalanes y en su nombre y al PNV de hablar de los vascos y en su nombre, han hecho olvidar a muchos izquierdistas que solo representaban a una parte de las poblaciones que habitaban esos territorios, y que con igual derecho deberían haberlo utilizado partidos de izquierda para hablar en nombre de una parte de catalanes y vascos.
10) Los derechos de cohabitación en igualdad, los pactos de ciudadanía me parecen más progresistas apoyados en la Constitución, en el pueblo en cuanto ciudadanos. Me gustan, como ‘valores superiores de su ordenamiento jurídico la libertad, la justicia, la igualdad y el pluralismo político’, y los prefiero a supuestos derechos históricos (al margen de que sean o no discutibles).
Dicho lo anterior, estamos ante un serio problema, que no lo resolverá el trazo grueso, ni dejarlo como está encontrará solución por sí solo.
‘Esta vertiente política del problema es insoslayable y nos sitúa, ante un problema que deja de ser estatuyente para convertirse en constituyente.’ Decía Miquel Roca en La Vanguardia (España tiene un problema, 30-06).
Y el 13-07-2010, continuaba escribiendo: Ultramedios, como El Mundo, que no
entienden de matices, se dedican a atizar el fuego, titulaban en portada ‘la
manifestación contra España’, yo no sentí que fuera contra mí, ni contra otros
cuantos cientos de miles de españoles. A los dos días titulaba que solo habían
sido unos poquitos catalanes los que se manifestaron, no sé por qué entonces
tanta preocupación, por solo por unos poquitos.
A mí me parece que fueron muchos catalanes los que se manifestaron, al margen de las cifras gigantescas y mentirosas que se han manejado siempre en todas las manifestaciones en todos los lugares, (1 millón de personas no caben en un paseo o una plaza madrileña). Sí, fueron muchos para expresar un cabreo por este proceso mal comenzado y peor terminado, pero respecto a si eran independentistas ya lo veremos cuando llegue el momento en votaciones.
Un asunto extremadamente complejo no será posible resolverlo con ideas simples, ni de broma pretendo hacerlo yo, ni siquiera en este terreno de las ideas o comentarios, solo quiero destacar que este asunto, igual que muchos otros, tienen demasiados puntos de vista, demasiadas aristas, muchas luces y sombras, que nos harán ser contradictorios en más de una ocasión.
Durante años he veraneado en Cataluña, a donde además he viajado repetidas veces a Barcelona, Tarragona. Gerona y Lérida, tanto capitales como pueblos de las provincias, nunca me he sentido mal, ni rechazado, ni perseguido, ni nada por el estilo, me gustan sus vinos, (buen tinto Raymat, buen cava Juvé Camps) comidas, paisajes y gentes, su arte (Tapies, Miró) y su cultura. Bien. Allí he visto gentes de apellidos catalanes y gentes con otros apellidos ni mejores ni peores unos que otros, pero la realidad es que los 7 millones de habitantes son ampliamente diversos. Muchos apellidos no catalanes fueron atraídos, y/o empujados, para ser explotados, junto con otros trabajadores catalanes, por la burguesía catalana que luchó junto a Franco y algo tiene este territorio de estas gentes, como lo tiene de otros trabajadores que compraron sus productos industriales durante años, cuando la industria solo estaba allí y en Euskadi, Madrid y dos o tres puntos más.
De lo anterior quiero decir que hubo una burguesía catalana franquista y otra que se enfrentó a él, catalanista. Al igual que mucha gente trabajadora sería franquista y otra mucha antifranquista, republicana, catalanista, etc. Esta diversidad de gentes y muchas otras están representadas por partidos políticos, que para empezar como en otros lados se suelen arrogar representaciones sentimentales e indentitarias, diluidas, combinadas y camufladas en otras representaciones concretas. Para ser claro, no creo que podamos afirmar que la totalidad de los votos de partidos nacionalistas correspondan a independentistas catalanes, ni siquiera creo que sean nacionalistas en su totalidad.
Que existen nacionalistas me parece constatar una realidad, que los pueda apoyar políticamente en determinadas ocasiones, es posible, habrá que determinar cuándo y cómo, pero ello debe ser compatible con la existencia de otras opciones políticas de izquierdas, digamos el PSOE por ejemplo, que pueda defender los intereses de parte de la población catalana. Aquellas frase de CIU de ‘nosotros los catalanes’, como si los votos de CIU, o ERC, representaran a los catalanes y los del PSOE a los españolistas, deben ser explicadas desde la izquierda. No todos los catalanes son nacionalistas, no todos tienen opciones políticas diferentes a los españolistas y es un error monumental dar la titularidad de catalán solo a los representados por el nacionalismo.
Aquí no se está hablando (hoy) de una Nación Catalana que quiere separarse
de España, -o sí-, en todo caso no se ve que exista una ciudadanía ampliamente
representada electoralmente por partidos independentistas votados en
elecciones. Podría hablarse entre la mitad de la ciudadanía de un sentimiento
nacionalista, sin que esto quiera decir que todo nacionalista sea
independentista, ni mucho menos que esas cifras sirvan para establecer qué
resultado real se obtendría en un hipotético referéndum secesionista. No doy
por supuesto que la mayoría de la población catalana sea independentista, y
mucho menos que esté dominada por los españoles explotadores, como parecen
asumir de facto muchos izquierdistas, al igual que hicieron con Euskadi,
parecen tener vergüenza de desarrollar políticas de izquierdas sin contenido
nacionalista. Apoyar a los independentistas supone enfrentarse a otros
catalanes que no lo son y si los unos tienen derecho a explicar su política los
otros también deben hacerlo y si no hay desde la izquierda un partido político
que lo haga, PSC, ICV, no pasará mucho tiempo sin que la necesidad se cubra y
nazca otra formación. Esa me parece que es una de las claves de la
política de la izquierda española, nadie es más progresista por apoyar a los
nacionalistas. La actual configuración federalista del Estado puede ser tan
progresista como la confederación que se pretende y puestos a defender
posturas, la izquierda tiene que empezar a hablar dejando de hacerlo bajo los
sobacos nacionalistas. Vale ya de mitos y de considerar mas progres que nadie a
todos los vecinos, cuando no han demostrado nada en esa dirección. Muchos
izquierdistas han apoyado símbolos y políticas nacionalistas ante la
desafección experimentada por los símbolos españoles, apropiados por la derecha
españolista, pretendían con ello atacar al estado españolista, al menos
sentimentalmente, apoyándose en alguien que lo hacía y no ponía pegas para
sumar adeptos, pero no lo hacen con una política de izquierdas.
No debería haber problemas en aceptar la nacionalidad catalana, pero ello
no tendría que equivaler a rechazar la nacionalidad española, o la posibilidad
de convivir ambas nacionalidades en términos de igualdad en todos los
territorios conjuntamente como la historia ha demostrado. Lo español ha existido desde hace demasiado tiempo y rastros de
ello encontramos por todo el mundo, sin entrar en discusiones sobre la
existencia del nacimiento de las naciones, podemos aceptar que diversas
agrupaciones nacionales, catalana y española, junto a otras, se relacionaron
cientos de años, de distinta manera, coexistiendo en variados momentos
históricos con otras realidades nacionales dentro de la Península Ibérica cuyos
rastros también se encuentran por Europa. Que históricamente se haya producido
de una u otra forma, no significa conceder una mayor legitimidad que la
expresada por la Constitución y no deberíamos aceptar que un falso sentimiento
de culpa española nos empujara a considerar bueno, o menos malo, todo lo
nacionalista por el mero hecho de no ser españolista. Ni son más democráticos,
ni fueron mejores, los ciudadanos de hoy no tienen un pasado virgen mientras
otros tenemos culpas que purgar.
En relación a los palos que le están dando, no descarto que el Sr. Montilla
se sumara a la manifestación para no quedar marginado, y además no dejar todo
el terreno libre de la protesta al independentismo, intentando situar la
manifestación en su proclama contra el TC y su sentencia. Difícil papel para el
PSUC (y PSOE) que en mi opinión se pasó un pelo en la redacción del Estatuto (y
un huevo duro), donde otras opciones del partido debieron frenar la deriva de
Maragall y del individualismo presidencialista, problema del cual tiene que
aprender rápidamente el PSOE, porque nadie puede tener tanto poder como para
hacer cosas no aprobadas por el colectivo, a veces ni discutidas, y muchas
dando giros para hacer las contrarias de las aceptadas, y si esto se aceptara
dándolo como valido, los militantes, simpatizantes y electores tomarán debida
nota de la poca consideración en que se los tiene.
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