martes, 22 de octubre de 2019

La fascistización avanza en Cataluña

Ninguno de los activistas o sus apoyos, se plantea, ni por lo más remoto, que su actitud y prácticas sean fascistas, neo o post ahora es secundario, hoy como entonces quienes están insertos en su movimiento asumen su activismo como creadores de una sociedad nueva enfrentados al resto de ciudadanos que no los secundan, que en Cataluña son más de la mitad. Una diferencia importante de cara a las conciencias, es que en el pasado no fue posible contrastar su historia, no tenían la posibilidad documental de comprobar aquella retórica con los resultados que provocó. (Hoy esos hijos que tiran piedras e incendian, declaran, que lo hacen para echar de las calles a sus padres, que son unos fascistas, hay vídeo).

Hoy podemos estudiar el pasado, hechos y documentos, tenemos capacidad para comprender la ideología que los sustentaba y los comportamientos de aquellos movimientos, sabemos que ‘la distancia entre la grandilocuencia del mito y las realizaciones prácticas no borra el hecho de que el mito tuvo una influencia de inmenso relieve’. Hoy tenemos la posibilidad de constatar similitudes en las ideas grandilocuentes que condujeron a desastres humanitarios, y por tanto, podemos ver al movimiento independentista muy parecido con el pasado fascista.

Los fascismos nunca asumieron en todos los países la totalidad de rasgos comunes, no fueron todos iguales, mostraron rasgos diversos en el transcurso del tiempo, no fueron igual antes que después de la toma del poder, no fueron iguales en unos países que otros, en palabras de Ricardo Chueca: ‘cada país da vida al fascismo que necesita’. 

Naturalmente las similitudes ideológicas y comportamientos, hoy están acondicionadas al momento y lugar, adaptadas al mundo europeo actual conformado por sociedades muy desarrolladas económica y políticamente, sin guerras recientes en la memoria, u ocultadas como las de la antigua Yugoslavia, hoy los nuevos fascismos deben considerar el concepto democracia como valor asumido internacionalmente, al tiempo que es despreciado el concepto fascismo, banalizado en la rutina diaria por una parte de la población y reducido por otra a la última idea de brutalidad y cámaras de gas. Hoy para sumar adeptos, las ideas ultranacionalistas, racistas, xenófobas, totalitarias y supremacistas, se envolverán en celofán democrático para intentar hacerlas desaparecer de la representación como rasgos fascistas que fueron y son.



"Ahora miras a tu país y vuelves a ver hablar a las bestias. Pero son de otro tipo. Carroñeros, víboras, hienas. Bestias con forma humana, sin embargo, que destilan odio. Un odio perturbado, nauseabundo, como de dentadura postiza con moho, contra todo lo que representa la lengua. Están aquí, entre nosotros. Les repugna cualquier expresión de catalanidad. Es una fobia enfermiza. Hay algo freudiano en estas bestias. O un pequeño bache en su cadena de ADN. ¡Pobres individuos! Viven en un país del que lo desconocen todo: su cultura, sus tradiciones, su historia. Se pasean impermeables a cualquier evento que represente el hecho catalán. Les crea urticaria. Les rebota todo lo que no sea español y en castellano. Tienen nombre y apellidos las bestias. Todos conocemos alguna. Abundan las bestias. Viven, mueren y se multiplican. Una de ellas protagonizó el otro día un incidente que no ha llegado a Catalunya y merece ser explicado, como un ejemplo extraordinario de la bestialidad de estos seres. Pobres bestias, no pueden hacer más [...] Pero ¿por qué hay que movilizarse cada vez? ¿Cuándo acabarán los ataques de las bestias? ¿Cómo podemos en 2008 aguantar tanta vejación, tanta humillación y tanto desprecio?". Quin Torra, escribió 19-12-2012 en diario digital 'El Món' 'La lengua y las bestias'.

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