Hoy
podemos estudiar el pasado, hechos y documentos, tenemos capacidad para
comprender la ideología que los sustentaba y los comportamientos de aquellos
movimientos, sabemos que ‘la distancia entre la grandilocuencia del mito y las
realizaciones prácticas no borra el hecho de que el mito tuvo una influencia de
inmenso relieve’. Hoy tenemos la posibilidad de constatar
similitudes en las ideas grandilocuentes que condujeron a desastres
humanitarios, y por tanto, podemos ver al movimiento independentista muy
parecido con el pasado fascista.
Los fascismos
nunca asumieron en todos los países la totalidad de rasgos comunes, no fueron
todos iguales, mostraron rasgos diversos en el transcurso del tiempo, no fueron
igual antes que después de la toma del poder, no fueron iguales en unos países
que otros, en palabras de Ricardo Chueca: ‘cada
país da vida al fascismo que necesita’.
Naturalmente las similitudes ideológicas y comportamientos, hoy están
acondicionadas al momento y lugar, adaptadas al mundo europeo actual conformado
por sociedades muy desarrolladas económica y políticamente, sin guerras
recientes en la memoria, u ocultadas como las de la antigua Yugoslavia, hoy los
nuevos fascismos deben considerar el concepto democracia como valor asumido
internacionalmente, al tiempo que es despreciado el concepto fascismo,
banalizado en la rutina diaria por una parte de la población y reducido por
otra a la última idea de brutalidad y cámaras de gas. Hoy para sumar adeptos, las
ideas ultranacionalistas, racistas, xenófobas, totalitarias y supremacistas, se
envolverán en celofán democrático para intentar hacerlas desaparecer de la
representación como rasgos fascistas que fueron y son.
"Ahora
miras a tu país y vuelves a ver hablar a las bestias. Pero son de otro tipo.
Carroñeros, víboras, hienas. Bestias con forma humana, sin embargo, que
destilan odio. Un odio perturbado, nauseabundo, como de dentadura postiza con
moho, contra todo lo que representa la lengua. Están aquí, entre nosotros. Les
repugna cualquier expresión de catalanidad. Es una fobia enfermiza. Hay algo
freudiano en estas bestias. O un pequeño bache en su cadena de ADN. ¡Pobres
individuos! Viven en un país del que lo desconocen todo: su cultura, sus
tradiciones, su historia. Se pasean impermeables a cualquier evento que
represente el hecho catalán. Les crea urticaria. Les rebota todo lo que no sea
español y en castellano. Tienen nombre y apellidos las bestias. Todos conocemos
alguna. Abundan las bestias. Viven, mueren y se multiplican. Una de ellas
protagonizó el otro día un incidente que no ha llegado a Catalunya y merece ser
explicado, como un ejemplo extraordinario de la bestialidad de estos seres.
Pobres bestias, no pueden hacer más [...] Pero ¿por qué hay que
movilizarse cada vez? ¿Cuándo acabarán los ataques de las bestias? ¿Cómo
podemos en 2008 aguantar tanta vejación, tanta humillación y tanto
desprecio?". Quin Torra, escribió 19-12-2012 en diario digital 'El Món' 'La lengua y las bestias'.
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