Más votos dan
menos escaños. En Cataluña y en España, el número de escaños atribuido a las
circunscripciones provinciales priman las menos pobladas y rurales, sobre las
zonas urbanas. Los votos en la provincia de Barcelona pesan menos que los votos
de Lleida y Girona. Por eso en votos ganan las listas NO independentistas, pero
en escaños ganan las listas pro independencia.
La participación
subió respecto a otras ocasiones, pero se quedó en el 77%, lo cual indica una
abstención del 23% nada despreciable, que cabe atribuir principalmente a voto
NO independentista, dado que los activistas pro independencia se movilizaron a
tope. Difícil de interpretar solo en términos de ancianos, enfermos, ocupados
imposibilitados, viajeros… parece que podría haber todavía un buen porcentaje
de pasotas, de hastiados, de anarcos, etc. falta saber, por ahora, si en el caso
de un referéndum pactado acudirían a votar.
Los pro
independentistas están movilizados desde hace tiempo, el acoso personal es un
hecho que te cuenta cualquier catalán que no abrace la secesión, el acoso vecinal,
de grupo, se siente en escaleras, ventanas, parques… del tremendo acoso
institucional, gobierno, parlamento, policía, políticos, prensa, radio, tv,
empresas públicas, centros deportivos, culturales, universidades, institutos,
cámaras, asociaciones,… es enorme, es parte importante del poder catalán el que
apoya y monta la secesión, no surge del pueblo y más bien está lejos del mismo
como indican los estudios de una altísima sobrerepresentación de clase, política,
cultural, económica… de apellidos/individuos catalanistas sobre el resto.
Muchos
compañeros de viaje del nacionalismo estos años pasados se olvidaron de las
personas que viviendo en Cataluña, conformaban mayorías de castellanohablantes
o simplemente individuos con sentimientos compartidos tan catalanes como
españoles, oprimidas por la minoría catalanista, sojuzgadas, y apartadas, todo
ello ocultado por la fantasía nacionalista pero muy presente como indican variados
estudios sociológicos. Recuerden que en los mejores momentos ideales de la Cataluña
inserta en la Corona de Aragón, su escasísima población necesitó de las gentes españolas
para combatir en Italia, navegar por el Mediterráneo o producir en su tierra. Cuando
oigan hablar de los vascos y catalanes no olviden que ya en los años setenta País
Vasco y Cataluña, tienen muy alta proporción de residentes procedentes de otras
regiones, 47% y 40% respectivamente. Las migraciones
de la postguerra franquista, hicieron crecer la población hasta ¡un 70%! La población catalana crecerá desde 3.240.313
habitantes en 1950, hasta 5.534.770 en
1974.
Tras esta nueva
votación (unas 40 en democracia) nace hoy una nueva etapa de confusión y
tensión, de equilibrio de fuerzas, el secesionismo está pletórico, pero es
absurdo despreciar la fortaleza del contrario y los inconvenientes y costes del
camino. Despreciar al contrario no facilitará salidas, absurda la insistencia
pepera y algunos medios de prensa en minimizar la fuerza secesionista, cuando
hablamos de mitades. Nada se ha resuelto, pero estas elecciones cuasiplebiscitarias
pueden haber despertado a los contrarios a la secesión, mucha gente que
habitualmente pasaba de autonómicas, porque no dieron la importancia que sí
tenían para los constructores políticos de la nación catalana. De hecho, quizás
sea la primera vez que se ha entablado un cierto debate entre amplias capas de
la ciudadanía suministrando respuestas a las tesis secesionistas y saliendo a votar
en defensa de sus posturas.
El debate
aumentará y poco a poco irán calando los argumentos de costes de la secesión,
ocultados hasta hace poco, los argumentos
del miedo lo llaman astutamente los secesionistas pretendiendo descalificar
lo que simplemente son argumentos a rebatir, acostumbrados durante años a no
tener que hacerlo. Y ello al margen de los errores pperos y la abulia que nunca
puede tener un presidente de gobierno. Pero no saber responder sobre la
nacionalidad, no evita devolver la pregunta, cuya respuesta debe ser en
principio política: los secesionistas dicen querer la nacionalidad catalana,
española y europea, pues si eso quieren, no se independicen. Un buen principio
negociador.
En ambos campos electorales los
votos han tenido que decidir entre opciones parecidas, partidos derechistas, Convergencia
y PP, partidos izquierdistas como ERC y PSC, y los de más allá, CUP y
Podemos+ICV, que se han dado un buen batacazo. Unió queda arrinconado por su
pasado, con un gran trabajo pendiente de reconstrucción, o desaparición por
inclusión, penalizado por tomar su decisión de separación del independentismo demasiado
tarde. El tiempo apremia, así que veremos muy pronto depurar fuerzas y nuevas
alianzas, con prisas y mayor desgaste entre los secesionistas a los que solo
une la independencia como meta imposible para resolver los problemas de
libertad, solidaridad, desigualdad,…o los de corrupción, deuda creciente,
competitividad perdida,… o los asuntos diarios de sanidad, educación,
pensiones, dependencia, urbanismo, producción, distribución…
Y luego está el asunto Ciudadanos. Los
grandes triunfadores, salen con posibilidades de ser el nuevo gran aglutinador de
centro derecha regeneracionista. De ninguna manera son un partido fascista,
nada más que recuerden a Falange u otros y sus métodos para ver las
diferencias, como tampoco Podemos trae la revolución bolivariana. Ciudadanos sale de estas elecciones con la
perspectiva de iniciar en el conjunto de España un proceso de concentración de
la derecha menos derechona, algo similar al estilo de UCD, intentar arrebatar
la dirección política a la carcunda planteando un itinerario renovado. La
cuestión planteada es, si les dará tiempo a hacerlo para estas generales sin
casi estructura de partido, o si el miedo a la secesión volcará nuevamente los
votos derechistas al PP, a pesar de su confesada y notoria incapacidad para
resolver los grandes problemas de España.
Si quieren argumentos más desarrollados sobre el proceso vean mi libro, de descarga gratuita ''Catalunya. Camino a la secesión''
Manuel: no ha habido plebiscito. Lo que ha habido es unas elecciones —como obviamente ocurre en todas las elecciones, ganadas por un partido— al Parlament del que tendrá que surgir un gobierno, gobierno que, a su vez, podrá adoptar las medidas que —dentro de la legalidad— considere convenientes y tengan el apoyo de la mayoría parlamentaria necesaria en cada caso.
ResponderEliminarDionisio, mucho gusto en verte. Legalmente tienes razón, políticamente se manejan ambas realidades entremezcladas en ambos campos, al contar por un lado votos y por otro escaños, según favorezcan.
ResponderEliminarLa realidad de un plebiscito celebrado AHORA no daría los votos q hoy se asignan a dicho concepto, en mi opinión podrían variar hacia abajo, porque estaría más clara la decisión camino de la independencia en el voto, y no tendría por q recoger los votos indignados con gobierno, crisis, etc. Otra cuestión es la tendencia a futuro inmediato.
Pero el hecho evidente que constatan las elecciones es q la sociedad está partida en dos mitades y creciendo el independentismo entre la juventud.