La Carta de la Laicidad
1. Francia es una República indivisible, laica, democrática y social que respeta todas las creencias.
2. La República laica organiza la separación entre religión y Estado. No hay religión de Estado.
3. El laicismo garantiza la libertad de conciencia. Cada cual es libre de creer o de no creer.
4. El laicismo permite el ejercicio de la ciudadanía, conciliando la libertad de cada uno con la igualdad y la fraternidad.
5. La República garantiza el respeto a sus principios en las escuelas.
6. El laicismo en la escuela ofrece a los alumnos las condiciones para forjar su personalidad les protege de todo proselitismo y toda presión que les impida hacer su libre elección.
7. Todos los estudiantes tienen garantizado el acceso a una cultura común y compartida.
8. La Carta del Laicismo asegura también la libertad de expresión de los alumnos.
9. Se garantiza el rechazo de las violencias y discriminaciones y la igualdad entre niñas y niños.
10. El personal escolar está obligado a transmitir a los alumnos el sentido y los valores del laicismo.
11. Los profesores tienen el deber de ser estrictamente neutrales.
12. Los alumnos no pueden invocar una convicción religiosa para discutir una cuestión del programa.
13. Nadie puede rechazar las reglas de la escuela de la República invocando su pertenencia religiosa.
14. Está prohibido portar signos o prendas con las que los alumnos manifiesten ostensiblemente su pertenencia religiosa.
15. Por sus reflexiones y actividades, los alumnos contribuyen a dar vida a la laicidad en el seno de su centro escolar.
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Vaya golpe de efecto. Puesta en todos los colegios de Francia, difundido por todos los medios. Un cierto grado de envidia.
Recuerdo una anécdota curiosa de un viaje hace muchos años a Francia, Besanson, a casa de Ismael y Mar que vivían allí y nos alojaron unos días. La publicidad de la Iglesia Católica en los buzones, comenzaba con un 'disculpen la intromisión, perdonen las molestias'. Claro, tiene que ver con la Revolución, la guillotina y todas esas cosas. Pero siempre se puede aprender, de la Carta, y pensar algo parecido.
Un aspecto que merece destacarse para muchos izquierdistas, en los días actuales tan rendidos admiradores del secesionísmo, miren como comienza, sus primeras palabras, 'Francia es una República indivisible...'
Efectivamente, no existe el derecho a la secesión, no hay derecho a decidir tal cosa y sí muchas otras, poca gente pondrá en duda el carácter democrático de la República francesa, bastante alejada de la descentralización de las autonomías españolas.
La carta va más lejos, e implementa una línea para la escuela de toda la nación, con unas cuantas pautas comunes, amen de que en general los textos y planes de enseñanza, al igual que las políticas económicas, culturales, etc. son difundidas a toda la nación por el Gobierno. El poder político está mas concentrado que aquí, tiene mayor capacidad de intervención, y sigue siendo democrático.
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