Cambio
cualitativo en la globalidad. El poder financiero da un salto
Mercados hay de muy diversos tipos desde la
antigüedad, no son un invento reciente, ni siquiera capitalista, aunque este
sistema los instaura como uno de sus ejes centrales de actuación. Los
intercambios de mercancías y servicios en un entorno colectivo, con ciertas
reglas y organización, se conocen desde hace muchísimo tiempo, incluso los
recientes mercados de futuros nacen en 1848, en Chicago, -incluso antes en
Japón- centrados fundamentalmente en materias primas, -café, cereales, azúcar,
cacao, plata, oro…- en los que se compraban, por ejemplo, cosechas enteras
antes de recolectarse, fijando precio sin conocer exactamente calidad, demanda y
precios futuros...
El sentido de este trabajo queda circunscrito a
nuestra realidad, en la cual el uso del concepto, mercados, lleva casi siempre
implícito el adjetivo financieros. Las referencias que utilizo, por tanto serán
a los mercados financieros, en general, a pesar de que cuando hablamos de ellos
nos referimos a realidades diversas, tales como mercados de dinero, los
interbancarios donde compran y venden dinero los bancos; mercados de préstamos,
hipotecarios o no; mercados monetarios con instrumentos a corto plazo y pactos
de recompra; mercados de divisas, compraventa de monedas país; mercados de
opciones y futuros sobre materias primas o productos financieros; mercados de
deudas soberanas; de acciones en las conocidas bolsas donde empresas y
capitalistas privados se financian y mercadean compran y venden participaciones
empresariales; o los grandes mercados de bonos y obligaciones, privados o
públicos mucho mayores que los de acciones, en donde se invierten sumas colosales
recolectadas por bancos e instituciones de inversión colectivas de diverso tipo,
que son en realidad préstamos de los compradores a grandes corporaciones
privadas y administraciones públicas que pagarán intereses por ellos, tomando
la forma de rentas para los bonistas…
Todo tiene un punto de partida que se puede buscar tan
lejos como queramos, en este caso, marco la referencia para el nacimiento de
los nuevos mercados financieros en los años 70. En 1973 se suprime la
convertibilidad dólar-oro, modificando el sistema monetario de la postguerra
mundial, creado tras los acuerdos de Bretton Woods en 1944. En los setenta se dispara
la inflación mundial, -en España llegó a rondar el 30%- se producen las dos
crisis del petróleo,… un creciente aumento de la volatilidad de precios, del
dinero –los tipos interés- y de materias primas, los problemas de deuda externa
en los países que llamaban en vías de desarrollo en la década de los ochenta…
La inestabilidad agudiza la búsqueda de salidas para que corporaciones y bancos
reduzcan los riesgos financieros y comienzan a extenderse nuevos instrumentos,
tales como ‘forward’, ‘futuros’, ‘swaps’, ‘opciones’… que ampliarán su radio a
productos financieros multiplicándose a finales de siglo como ‘gremlis’
humedecidos.
Los ‘forwards’, son contratos entre dos partes,
con compromiso de compra de un activo a un precio estipulado hoy, a fecha seis
meses vista, sin fianzas, tal como si fuera un crédito entre dos partes. Los
futuros financieros, similares en principio a los anteriores, pero se
renegocian diariamente, se instalan en Chicago en 1972/73, en 1974 en Nueva
York, en 1982 en Londres, pasando a Singapur en 1984 y Tokio 1985, centrándose
al comienzo en los tipos de cambio de las divisas, posteriormente pasan a
negociarse sobre tipos de interés, índices de bolsa, pagarés, bonos del Tesoro,
certificados de depósito, incluyendo sobre índices de precios al consumo… Se
abre la posibilidad de apostar sobre cualquier cosa en cualquier plazo,
típicamente americano como se aprecia en películas del oeste o de gánster.
Los ‘swaps’, son permutas entre dos partes,
intercambio de flujos dinerarios de activos financieros con un precio
referenciado, a un intervalo temporal determinado, al principio sobre tipos de
cambio de divisas y posteriormente sobre tipos de interés. A pesar de que
fueran conocidos embrionariamente en los setenta en EEUU y Reino Unido, se
instalan en 1981 apareciendo al mundo con una operación entre IBM y el Banco
Mundial. A partir de 1985 se extienden y diversifican con múltiples formulas y
opciones. Las opciones, son contratos que suponen adquirir el derecho de
comprar un activo, que no la obligación, como los anteriormente citados, a una
fecha futura por precio fijado hoy.
Los ‘warrants’, normalmente titulizados, cotizados
en bolsa y fácilmente negociables, son cuasi opciones sobre índices, sobre
acciones o divisas, o sobe tipos de interés, entrarían en el capítulo de
opciones sobre derivados, -que derivan su precio de otro producto, llamado
subyacente, tales como opciones o futuros- cuyo contrato con fecha de
vencimiento –aunque se puede negociar y ejecutar antes- daría un derecho a
comprar o vender un activo financiero, considerado subyacente, por tanto además
de tener la posibilidad de cubrir posiciones contrarias a las tomadas en el
subyacente, permiten apostar en sí mismos sin comprar el subyacente, cuya prima
o precio del warrants es distinto, sensiblemente menor, aunque vinculado al
subyacente, consiguiendo grandes beneficios, o pérdidas.
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