Estamos
gastando, a escala país, por encima de lo que tenemos; en cuanto se produjo el
estallido de la burbuja inmobiliaria y de crédito –deuda privada- provocó el
parón, recesión, lo cual condujo al
Estado a menores ingresos y mayores gastos, fue entonces cuando los déficits
públicos se dispararon y entró en escena la deuda pública. En 2011 los déficits
pasaron de los 100.000 millones de euros. Quiere decir que no tenemos dinero
suficiente, que hay que pedirlo prestado al exterior, que no se fían de que
podamos pagarlo y exigen tipos muy altos, bastante por encima de nuestra tasa
de crecimiento, lo cual nos ahogará para muchísimo tiempo. Hoy los intereses
que pagamos son superiores a los 37.000 millones de euros, superior al dinero
destinado al subsidio de paro.
Otra
cuestión es la gestión de la crisis y la lentitud política de todos los
partidos en tomar posiciones. Desde que estalló la burbuja, Ayuntamientos y
Comunidades siguieron gastando sin recibir de sus partidos, órdenes, o
consejos, para frenar y estabilizar, salvar y recortar. Incluso en la primavera
de 2011 durante la campaña electoral, casi todos los candidatos, hacían campaña
ofertando mayores gastos, planes y sueños, para tapar vías de tren, construir
accesos, edificios singulares… proyectos que denotaban a todas luces que los
promotores y participantes en política no se habían enterado de qué crisis
teníamos encima.
La situación era mala cuando estalló la burbuja
inmobiliaria y de crédito, allá por el 2007/2008 y se fue agravando con gastos
públicos que intentaban paliar los daños, y sobre todo por la tremenda
disminución de ingresos fiscales. La conclusión es que hemos doblado la deuda pública española desde entonces, hasta
llegar cerca del 80% del PIB. La conocida, porque contando la deuda sumergida,
según cifras que circulan, rebasaría el 100% del PIB. Vamos camino del
siguiente rescate general, que tendrá contrapartidas durísimas en las pensiones
y otros gastos sociales y mercado de trabajo.
El
gobierno da por sentado que no existe otra posibilidad. Porque no debate nada, que
es la mejor forma de negar que existan ideas. Para empezar hay que construir un
nuevo foro europeo que potencie otras políticas, con otro peso en la
organización excesivamente sesgada a Merkel, y parece claro que tiene que ser
en torno a Hollande. La degradación de la idea europea aumentará cada día si el
pueblo no encuentra mayor democracia representativa en sus instituciones.
En
España seguimos sin un plan, común y aceptado por todos como única forma de
hacerlo posible, conocido, claro y concreto, definiendo en qué sectores cortar,
que deberían estar concentrados para ser efectivos, en otros casos recortar en
sectores poco productivos, suntuarios y
prebendas de amiguismo y familia, asesores y consejeros, coches públicos,
viajes, edificios, televisiones,…
Y
desde luego crecer, -lo urgente y lo principal- es vital poner en el lugar
principal políticas de crecimiento, europeas y españolas, definir en qué
sectores nunca deberíamos cortar, en cuales apoyarse para despegar, abandonando
las políticas de recortes de gasto social,… de lo contrario no saldremos de
ésta, cada vez estaremos más abajo, sin que mejoren las cifras de déficit/PIB.
Pronto llegarán las pensiones, se verán las dificultades para utilizar los
fondos de reserva de la SS.
Armonización
fiscal, que para ser eficaz tiene que ser europea, y dejar de salvar a ricos y
poderosos, y revisar e implementar impuestos, empresas, accionistas,
operaciones financieras, derivados… que con sus riesgos hicieron tambalear el
sistema, fortunas que deben asumir por sí solas pérdidas y errores.
El
problema de España, no era tanto un problema de deuda pública cuanto de la deuda total y la posibilidad de
transferir la privada al Estado. Es necesario resolver la negativa percepción
del exterior sobre la necesidad de financiación externa y de nuestras limitadas
posibilidades de crecimiento agravadas por las exigencias de políticas
actuales. Eso constituye un problema real, hoy traducido como imposibilidad de
financiación a costes razonables, con tasas de interés doble de otros países
del entorno, y muy por encima de nuestras actuales y futuras tasas de
crecimiento del PIB, lo cual nos abocará durante años a seguir presos de los
mercados. Por tanto el problema de la deuda es una realidad soportada.
Otros
países tienen mayores deudas, pero con menor peso externo, son deudas públicas o privadas cuyos acreedores son
internos, o cuentan con mayor posibilidad de crecer, de monetizar la deuda, por
tener bancos centrales que les defienden a muerte, sin ninguna duda para los mercados, como podrían
ser, Japón, EEUU, o UK.
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