2.- LAS
CONCLUSIONES
Ojalá nunca tengas que vivir tiempos
de cambio. Son pocos los que han conseguido permanecer fieles a lo que fueron.
Svetlana Aleksiévich.
Un velo cubrió la historia de las luchas fratricidas entre las izquierdas, a pesar de existir amplia documentación sobre las luchas internas, su difusión y expansión entre la ciudadanía fue limitada por el mundillo izquierdista, por desinterés o con la justificación de la utilización derechista que se hacía de la difusión de la represión izquierdista. De hecho, hoy se sigue negando por mucha gente la realidad de las purgas, campos de exterminio, gulags y represión rusa o china… y ello a pesar de que tras el derrumbe del comunismo muchos archivos que permanecían secretos se han abierto documentando la información conocida y ampliando considerablemente cifras de aquellas brutalidades. La consecuencia es que una y otra vez entre las bases sociales progresistas sigue aflorando el mito de la unidad de las izquierdas, y lo que es peor la utilización del carácter emocional, populista, por parte interesada hace perder posibilidades concretas de compromisos asociados a la fuerza de la racionalidad.
Escuchar a un individuo hablar de la
unidad de la izquierda no me causa desasosiego, entiendo que se trata de una
ilusión, una emoción, tal como desear el fin de la explotación y las
desigualdades, o desear el paraíso de los creyentes. Pero cuando oigo, o leo, a
un líder de un partido de izquierdas jugar con la emoción de que tal o cual
proyecto político supone la unidad de las izquierdas me pongo en guardia,
porque suelen pretender que tome partido, o
ellos o nosotros, aunque las
opciones pueden ser varias: los dos son peores, los dos son mejores, una parte
de uno y otra de otro, al revés, distintas proporciones de unos u otros… máxime
si dichos líderes son politólogos, sociólogos o profesionales del estudio, que
conocen la historia de las luchas izquierdistas. Entonces mis recuerdos me
previenen contra la utilización populista de un deseo que podría ser
individualmente digno, pero partidistamente pretende jugar con las emociones
para movilizar a los ciudadanos a favor de un proyecto concreto en el que la
unidad es secundaria ante la conquista del poder.
Ante las dificultades resucitan los
mitos, las crisis aumentan la adhesión a las iglesias y creencias esotéricas,
¿podría suceder algo parecido con el resurgir del mito de la unidad de las
izquierdas? Los hechos citados en la primera parte son un resumen simplificado
de los enfrentamientos cainitas entre camaradas militantes que lucharon por un
mundo sin explotación y por la libertad. Lo que se pretende destacar aquí, son
los enfrentamientos dentro del mismo bando teórico, incluso entre compañeros
que durante un tiempo pelean juntos, el aspecto sobre el que se quiere poner el
foco es la violencia interna ejercida contra los cercanos, la protagonizada por
izquierdistas entre sí, dejando apartadas las luchas entre revolucionarios y
contras, entre rojos y blancos… que pudieran tener otra interpretación.
El número de organizaciones citado es
un resumen muy simplificado de los grupos protagonistas en cada momento, pero
se puede generalizar que en todo lugar y época y en toda corriente ideológica o
política, tras un cierto nivel de unidad logrado al poco tiempo se produce una
segregación, no mucho después se produce otra fracción de la escisión anterior
hacia una parte menor que pretende comenzar nueva andadura y crecer bajo
postulados de unidad, siempre utilizando denominaciones tales como: unidad de
las izquierdas, unidad de la clase obrera, unidad de los revolucionarios,
unidad de…
La importancia de las luchas
fratricidas izquierdistas está, en primer lugar, en reconocer que han existido,
en toda época y espacio, en períodos de luchas defensivas y ofensivas, en
momentos en los que la reacción los perseguía y derrotaba y en momentos
gloriosos de victorias revolucionarias. Las luchas dentro de las izquierdas han
sido una constante del movimiento obrero. Es necesario admitirlo, sin lo cual
será complicado entender a los seres humanos en sociedad luchando por sus
intereses con mayor violencia en los momentos críticos en los que perciben que
su vida se desmorona y/o se abren puertas a las utopías. Aceptar los hechos,
las constantes escisiones y enfrentamientos violentos dentro de las izquierdas,
es un primer paso que todavía muchos no asumen tachándolos de falsas
manipulaciones. Otra cuestión serán las causas concretas que los provocaron, en
parte están argumentadas en innumerables estudios por cada corriente
intelectual o ideológica.
Algo no funciona en las izquierdas
bajo el esquema del unitarismo cuando siempre da lugar a posturas excluyentes,
la propaganda y acción política que pone en marcha fomenta la dicotomía de
amigo/enemigo, o ellos o nosotros; y
no parece que esta postura pueda ser explicada únicamente por la presión de las
condiciones externas, por los contras, la carcunda, el fascismo, el
imperialismo, la guerra, … Al menos dos grandes líneas de interpretación se
pueden seguir:
1.-) Las teorías marxistas,
anarquistas, comunistas, trotskistas, … no explican suficientemente el por qué
de estos procesos. Incluso se puede dar otro giro, aceptando que dichas teorías
los fomentan, al fin y al cabo, son las bases filosóficas e ideológicas en las
que bebió el movimiento obrero con la experiencia citada. En este caso surgen algunas dudas, aceptando
que tuvieran una parte de responsabilidad, ¿cómo explicar entonces que dichos
procesos se repitan en el movimiento feminista, y en el ecologismo? Los
enfrentamientos y escisiones son constantes en estos movimientos, sin duda con
menor violencia que dentro del movimiento obrero, probablemente pueda
explicarlo sus componentes de mayor transversalidad de intereses tanto en
militancia como en objetivos. Otro factor que ayudaría a comprenderlo sería la
ausencia de experiencias históricas de lucha por conquistar y mantener el
poder.
Una línea en la interpretación de la
sucesión de hechos históricos es la esgrimida por el trotskismo y por quienes
pretenden reducir su responsabilidad a unos pocos individuos; argumentan que; los trotskistas conocíamos desde hace muchos años las purgas y represión, y lo
denunciamos en su momento, lo cual no les impide seguir considerando el
comunismo como el objetivo paraíso. Presuponen que los desastres y brutalidades
fueron consecuencia de Stalin, sin duda individuo con un papel importantísimo
en la represión interna, pero al conceder exagerada importancia al aspecto individual,
luego resulta complicado aceptar que en las luchas sociales son los movimientos
colectivos quienes explican más y mejor los procesos, contradicciones,
enfrentamientos, resultados… Las actas del Comité Central del Partido Comunista
dan fe de múltiples intervenciones de sus miembros denunciando, condenando e
instigando a la represión; miles de altos cuadros e intermedios del partido
practicaron la denuncia y represión directa de sus compañeros en todos los
ámbitos fueran administrativos, culturales, productivos, y en todos los
territorios de la URSS; muchos generales y mandos militares detienen y reprimen
a miles de izquierdistas en cuarteles, en el frente y lugares civiles; decenas
de miles de rusos denuncian, persiguen y entregan a miles de camaradas en
granjas, fábricas y centros educativos, deportivos, sociales… La amplísima
represión entre izquierdistas desarrollada en Rusia, o China, no podría haberse
realizado individualmente, o por unos pocos individuos.
La experiencia española abunda en la
idea de prácticas colectivas represivas, durante la República son grupos de
militantes quienes combaten entre sí, por ejemplo en Barcelona. Durante el
franquismo, cualquiera que haya militado en organizaciones de extrema izquierda
tiene experiencia de peleas provocadas por las constantes fracciones, formando
trincheras en ambos lados de la escisión, defendidas por grupos de militantes
peleando contra sus nuevos enemigos, antiguos colegas. Naturalmente en todos
los casos los líderes influirán en marcar caminos, pero no se hubieran
producido ni tantas ni tan profundas luchas sin la participación colectiva. El
qué motiva a esos colectivos de izquierdistas para aceptar y seguir a los chamanes que alimentan el fuego del enfrentamiento, es otra cuestión que se
intentará abordar más adelante, -la ilusión fanática de crear un hombre nuevo,
tiene que ver-, pero sin la participación colectiva por activa y por pasiva
hubiera sido imposible producir tan profundas experiencias históricas.
Otra interpretación
pretende quitar importancia al aspecto de generalidad en los enfrentamientos
cainitas izquierdistas, al intentar situar lo acontecido fundamentalmente en la
URSS, en todo caso para otros países, adjudicarán a la III Internacional la
responsabilidad de las luchas internas por la influencia de Stalin; pero ello
no explica el resto de situaciones históricas anteriores y posteriores, en las
que se produjeron hechos similares de enfrentamientos violentos entre
izquierdistas. Por otra parte a pesar de la denuncia realizada en su época,
mantener la misma postura hoy no parece suficiente. Enormes cambios provocados
años después en China y el derrumbe del comunismo en la URSS, afloran nuevos
datos sobre el pasado y sobre los comportamientos sociales del presente que en
los años noventa inundan de salvaje capitalismo dichos países, lo cual debería
dar lugar a nuevas interpretaciones. Todos los progresistas deberíamos
reflexionar sobre la facilidad de la implosión comunista y la rapidísima
expansión de la nueva moral de salvaje capitalismo ocurrido ante decenas de
millones de soviéticos, se suponía que vanguardia obrera de la revolución
mundial, pero que miraban sin actuar, con enorme pasividad, el surgimiento de
un mundo que enterraba el suyo.
Nuevos archivos y documentos se hacen
públicos y van arrojando otra luz sobre interpretaciones antiguas que irán
siendo arrinconadas. Las críticas de Bettelheim al Capitalismo de Estado en la
URSS, -‘Las luchas de clases en la URSS’
I y II. Charles Bettelheim. Siglo XXI- podrían ser válidas para entender la
inmediatez en la que ingentes recursos, que eran teóricamente propiedad
colectiva, en manos del Estado dirigidos por una nomenclatura, han pasado en un
chasquido a manos privadas, gánsteres que hoy gobiernan aquello. Cientos de
libros marxistas sobre el capitalismo siguen aportando interpretaciones válidas
para comprender la sociedad, pero otros muchos con teorizaciones sobre la URSS
y China, sobre la construcción del partido y la revolución comunista quedan
arrinconados ante los nuevos hechos surgidos en esos países y ante las
aportaciones de los relatos sobre el pasado, por ejemplo de Karl
Schlogel. Uno de los muchos párrafos escritos por la premio nobel Svetlana Aleksiévich es sugerente en
cuanto aclaración sobre lo que pasó, y por qué.
‘Yo
nací soviética… Mi abuela no creía en Dios, pero creía en el comunismo. Y papá
estuvo esperando la vuelta del socialismo hasta el mismo día de su muerte…Papá
estuvo en la guerra de Finlandia (1939/40) nunca tuvo muy claro el propósito de
aquella guerra, le dijeron que había que librarla y allá fue… de esa guerra se
hablaba poco…papá no nos habló de ella… de vez en cuando se iba de la lengua
cuando bebía unas copas…el paisaje de su guerra era invernal…bosques cubiertos
de una capa de un metro de nieve…los finlandeses se desplazaban con esquís,
llevaban ropa de camuflaje color blanco y aparecían inesperadamente…En una sola
noche podían masacrar un batallón entero… papá peleó seis meses hasta que cayó
prisionero…Avanzaban sobre un lago helado y la artillería enemiga comenzó a
disparar contra el hielo quebrándolo. Muy pocos hombres consiguieron alcanzar
la orilla a nado y los que lo hicieron llegaban entumecidos y desarmados…medio
desnudos. Los soldados finlandeses les tendían las manos para ayudarlos a salir
del agua. Algunos aceptaron las manos tendidas; otros prefirieron ignorarlas…
Respondían a las enseñanzas que habían recibido. Papá se sujetó a una de
aquellas manos y lo sacaron del agua…contó con sorpresa que le dieron un vaso
de aguardiente para que entrara en calor. Y ropa seca. Se reían y me daban
palmadas en la espalda: ‘¡Estás vivo Iván!’…No entendía por qué estaban tan
contentos…
La
campaña de Finlandia concluyó en 1940…entonces cada bando intercambió
prisioneros de guerra…Cuando los prisioneros finlandeses llegaban hasta los
suyos les estrechaban las manos y los abrazaban. Pero a los nuestros, los rusos, no los recibieron así. ‘Hermanos, compatriotas queridos’ decían
abalanzándose contra los soldados. Y éstos contestaban gritando ‘¡Firmes!
¡Tenemos orden de disparar a quien rompa filas!’. La columna de prisioneros
soviéticos devueltos por Finlandia
fue flanqueada por soldados armados acompañados de perros pastores y conducida
a unos barracones… rodeados de alambradas de espino. Comenzaron los
interrogatorios… ‘Me sacaron del agua’ ‘¡entonces eres un traidor!’ ¡Preferiste
salvar tu pellejo antes que luchar por la Patria!’.
Papá
también se consideraba culpable. Es lo que le habían enseñado a su
generación…No se celebró juicio. Al término de los interrogatorios, los
reunieron a todos y les leyeron la sentencia: seis años de trabajos forzados
por traición a la patria. Los enviaron a Vorkutá, donde trabajaron en la
construcción de una vía férrea sobre el permafrist. ¡Dios mío! Corría el año
1941 y los alemanes estaban a las puertas de Moscú. A ellos los traban como a
enemigos… Toda Bielorrusia había caído en manos de los alemanes…Escribieron
cartas solicitando partir inmediatamente al frente de batalla…a Stalin…
Invariablemente les respondían que como eran unos cerdos debían quedarse
trabajando… Y ellos…papá…él mismo me lo contó… lloraban desconsolados… El cautiverio
en el gulag le acortó la vida. Y la perestroika también. Sufrió mucho. No podía
entender lo que estaba pasando en el país, en el Partido.
2.-) Tenemos que aceptar que además de
teorías marxistas existen criterios de comportamiento como especie viva que
afectan al conjunto de los seres humanos, - ¿la biología explicará algo? Los
genes se replican, con algún elemento diferente- No son solo las izquierdas
quienes luchan entre sí, aunque hemos citado al movimiento obrero en luchas
violentas por conquistar e imponerse en el poder, si ampliamos el foco a
individuos vinculados a religiones encontramos comportamientos similares. En el
mundo de la religión, más cercano a las derechas, se producen luchas y
fraccionamientos similares a los citados, ‘en
su breve historia los mormones se han escindido en setenta facciones’ Steve
Jones. De la misma manera que con las izquierdas, el clima de brutal
violencia religiosa y sus luchas, también intentan ser ocultados, durante años
negados por bases sociales y gurús, aunque ya resulta prácticamente imposible
ocultar las guerras de religión, o hechos concretos de genocidios cometidos por
ejércitos papales, ‘matadlos a todos, que
Dios ya separará arriba los suyos de los otros’.
‘’Todos
los partidos políticos y todas las naciones, así como todas las religiones,
saben que los sentimientos compartidos son una fuerza de unidad, pero ¿cómo
pueden identificarse y, con fortuna fomentarse? La cooperación, la
espiritualidad e incluso el amor podrían añadirse a los ‘patriotismo, fidelidad,
obediencia, coraje y compasión’ darwinianos como componentes del pegamento
social, pero resulta difícil identificarlos. En cambio, hay otra emoción más
palpable que está en el centro de muchos credos: el dolor es inmediato,
devastador y fácil de reconocer. ‘Ciencia y creencia. La promesa de la
serpiente.’ Steve Jones. Turner.2015’’ Cooperación, espiritualidad, amor,
patriotismo, fidelidad, obediencia, coraje… son términos ampliamente utilizados
dentro del movimiento obrero y en las revoluciones comunistas. También fue
utilizado para construir la sociedad nueva el dolor, como pegamento social.
¿Por qué resurge con fuerza el mito de
la unidad de las izquierdas ahora? Resulta un poco desconcertante que después
de tantos años clamando por la unidad de los seres humanos, tanto en la
política como en la religión, las sociedades actuales muestren una mayor
diversidad y complejidad que nunca y en esta situación ha renacido con fuerza
el mito de la unidad. Una precisión a considerar, hablar de religiones e iglesias,
no es pensar en las tres del libro, judaísmo, cristianismo e islamismo, y unas
cuantas más orientales; es hablar de centenares de ellas, como dan a entender
los papeles a rellenar para entrar en los EEUU, los cuales piden indicar a cuál
perteneces de las doscientas confesiones religiosas que facilitan.
‘’
En EE. UU. los patrones de desigualdad y adhesión al cristianismo (en sus múltiples sectas) desde la década de 1950 al presente
muestran una y otra vez, que la segunda sigue a la primera; que un período de
injusticia y presión social provoca un aumento del número de personas que va a
la iglesia. Cuando la situación del proletariado se deteriora, el atractivo de
la religión aumenta…
‘’Existe
una correspondencia exacta entre la injusticia social y el poder de los
sacerdotes. En los países cuyos gobiernos son justos y eficaces, la influencia
del clero se disipa, mientras que las naciones más devotas sufren más
delincuencia, más mortalidad infantil, más enfermedades mentales y menos
movilidad social que aquellas donde el dogma juega un papel menos
importante.’’. ‘Ciencia y creencia. La promesa de la serpiente.’ Steve Jones.
Turner.2015’’
En los párrafos anteriores puede
ampliarse el significado de algunos términos religiosos a significados
políticos: iglesia, partido, religión,
comunismo, sacerdotes, nomenclatura, clero, élite política, etc. Para
intentar explicar los enfrentamientos entre las izquierdas, las dos líneas de
interpretación formuladas no son contradictorias, muchos comportamientos
religiosos se identifican con prácticas políticas. Religión y política son
poderosos agentes de exclusión de los otros:
En ambos casos quieren construir una
visión del mundo sustitutiva de la existente, construir una interpretación
particular de la vida con principios ilusionantes y aterradores; ambas
militancias requieren actividad social, exigirán proselitismo, agitación y
propaganda sometidos a reglas y normas de organización grupal que tapen las
otras; ambas promueven la certeza en sus principios doctrinales y en su paraíso
hasta el enfrentamiento con otras doctrinas que siempre serán falsas; una
escisión construirá su identidad no solo a favor de un nuevo paraíso y
dotándose de otras normas de comportamiento y organización, además fomentará el
odio hacia los otros, -toda identidad se construye con elementos pro y contra-;
en ambos casos se fomenta la fe ciega en las propias teorías y sus intérpretes,
fomenta la adoración sin límites a sus obispos o gurús, a la élite ejecutiva
acompañada del desprecio a cualquier otra élite; ambos, el partido, la secta,
consideran ser los únicos fieles intérpretes de textos sagrados en los que se
apoyan, siempre tienen toda la razón; sus integrantes, sus líderes se comportan
como elegidos por el destino, dotados de superior calidad al resto de mortales
los permite definir nítidamente la finalidad, el paraíso hacia el que caminar y
los enemigos a destruir; ambos determinarán los fines a lo que todo queda
subordinado, toda atrocidad es permitida al ir encaminada a lograr el objetivo;
las estructuras del grupo premiarán al obediente, asimilarán a quienes
defiendan el discurso interno y reprimirán, expulsarán a quienes no se sometan…
‘’El Partido era una iglesia… su
fuerza derivaba tanto de la creencia y de la fe como del intelecto… el Partido
tenía sus ritos, sus santos, sus lugares sagrados…las asambleas semanales eran
misas seculares…
‘Party Animals’ David Aaronovitch.
2016.
Resulta difícil seguir creyendo en el
mito de la unidad de las izquierdas, ya que no existen muchas pruebas que
puedan soportar tal unidad, y sí abundantes de lo contrario, lo cual no
significa tener una postura indiferente a la importancia de la cantidad en
cualquier situación; los mitos, por un lado, la racionalidad por otro. La
división de la sociedad genera enfrentamientos entre grupos heterogéneos por lo
que resultará imposible que un solo partido pueda definir la opción que
beneficie a todos. La existencia de partidos, o partes de la sociedad, muestra
la diversidad de expectativas y sueños. En las sociedades democráticas, que son
las que aceptan la imposibilidad de aniquilación de los otros, el voto
condiciona obtener poder político; conseguir mayor número de votos que otros se
convierte en un objetivo para todos los partidos, así que con fines electorales
se pretende aglutinar grandes colectivos a costa de manipular sentimientos de
unidad e igualdad que parezcan reducir diferencias, ello podría llegar a ser
peligroso realizado con el objetivo de intentar barrer o derrotar absolutamente
a los otros.
Consignas como ‘’somos el 99%’’ afirman que
todos compartimos los mismos intereses. La consigna nació a raíz del artículo de
Stiglitz en
el cual escribía que el 1% de población controlaba el 40% de la riqueza, lo
cual es cierto económicamente hablando, pero no cuando se pretende extender a
la política, a la vida entera, y la consigna pretende que interioricemos que
todos pensamos lo mismo. Creer que todos deseamos idénticos objetivos
vivenciales y coincidimos en ideas e intereses está muy extendido, aunque la
realidad muestra lo contrario cada día; hay múltiples bandos, grupos diversos
dentro de las mismas corrientes, muchos ‘aquellos y estos’, se agudiza la
transversalidad de identidades en cada individuo y grupo, la sociedad se hace
más compleja. Siete mil millones de personas vivimos en el Planeta, con ideas
desiguales sobre la vida y la muerte, distintas interpretaciones sobre el universo
y el medio que nos rodea, sobre la producción material e intelectual, sobre
como determinar necesidades y satisfacerlas, … muchos de esos millones de
individuos viven en el mismo marco físico y legal, lo cual sería imposible si
la política no organizara la convivencia dotando de compromisos normativos
ampliamente aceptados.
Los partidos de izquierdas en Europa ha abandonado los sueños
revolucionarios, la apuesta a todo o nada, que normalmente se quedaba en
nada y los están sustituyendo por el objetivo de ganar el gobierno, quieren
tener acceso al BOE y parcelas de poder, eso plantea la batalla política en
otro terreno completamente distinto al de la revuelta, lo integra dentro de
normas democráticas, lo cual supone aceptar que las sociedades son heterogéneas
y hay que convivir con múltiples intereses diferentes y la resultante de las
fuerzas en litigio dependen en buena parte del poder de las mayorías expresadas
en votos. En las
mayorías confluyen múltiples intereses que se contraponen
interactuando transversalmente, siendo aglutinados en torno a partidos. No
podemos creer que la organización social pueda funcionar sin organizaciones,
grupos de gente, lobbies, que acumulen presión y esfuerzos en torno a iguales
deseos, aunque hoy un partido no puede representar la diversidad social sin
sufrir graves contradicciones dentro de sus filas.
En las elecciones una mayoría absoluta puede lograrse con un tercio de los votos, ni siquiera es posible ganar por mitades, por tanto, un tercio podrá gobernar, pero no debería olvidar que por muchos votos que obtenga sea cual sea el partido que lo consiga, siempre tendrá enfrente a otros dos tercios, en muchas ocasiones con diferentes intereses a los ganadores e ideas y criterios distintos. Durante el transcurso del tiempo, los intereses, ideas y criterios de ganadores y perdedores se irán mezclando, buscando salidas posibles, que serán las comúnmente aceptadas. Cualquier equipo de gobierno debe entender que las fuerzas que le siguen nunca son mayores que las que tiene enfrente, que intentar aplastar al resto y gobernar contra la mayoría no tendrá resultados positivos. Entrar en el juego democrático de pretender ganar elecciones para gobernar, supone aceptar la imposibilidad de la destrucción total de los otros.
La suma numérica es importante tanto
en situaciones extremas, como imprescindible en una sociedad democrática en la
que el poder se logra mediante cantidades de votos generalmente superiores,
enfrentadas a otras. Parece adecuado relativizar la idea de ‘todos juntos somos más, si las izquierdas se
unen ganamos…’ porque no todos los de izquierdas quieren lo mismo, ni en
objetivos, ni estrategia, ni táctica, ni en propuestas concretas, lo cual no
impide que se pueda coincidir en algunos aspectos. Ítem más, Los partidos de izquierda españoles no son un conjunto
sólido con identidad única, en mayor o menor medida, todos conforman
subconjuntos de tendencias en movimiento que generan tensiones fraccionarias en
su vida diaria.
PSOE, Podemos, IU, ICV, PCE, ERC, CUP,
EH-Bildu, Sortu, BNG, Compromiss, Equo, Es el moment, Bloc, En comú, Las
mareas, etc. etc. son partidos muy distintos, además dentro de cada uno
conviven tendencias diversas, a los anteriores habría que sumar decenas de
grupos políticos, muchos abstencionistas; en las elecciones 20-D-2015 se
presentaron más de 1.300 candidaturas provinciales, muchas de ellas eran grupos
izquierdistas, probablemente entre un tercio y la mitad. La militancia y
simpatizantes de los grupos de izquierdas, son una amalgama de tendencias,
grupos e integrantes de movimientos con ideologías diversas, trotskistas,
marxistas, comunistas, socialistas, socialdemócratas, ecologistas, feministas,
demócratas, indignados, cristianos de base,… los hay europeístas y euroescépticos,
anti sistemas y demócratas, independentistas y federalistas, reformadores y
revolucionarios, etc. así creer en la unidad ante opciones tan heterogéneas
resulta complicado, mejor conocer la disparidad de intereses aceptando que
cuanta mayor pureza pretendida, menos cantidad, más fracciones y mayor soledad.
Ganar gobiernos para transformar condiciones de vida en millones de personas
implica diluir estrategias e ideología, para sumar; hablar de unidad supone
aceptar compromisos en los que todos ceden y nadie logra imponer su totalidad
al resto. –Militantes, simpatizantes y votantes de izquierda pueden cifrarse en
torno a un tercio del censo electoral, ¿España
es un país de izquierdas?-
PD: Un caso particular aumenta las
disensiones, se trata de la plurinacionalidad, lo cual a unos los lleva a pedir
la autodeterminación, consideran Galicia, Euskadi y Cataluña como colonias, ello
implicaría aceptar una ilusión que choca con la evidencia, como sería la
dominación política, económica y cultural por los castellanos, extremeños,
andaluces… que tendrían supuestamente mayores derechos que los habitantes de
esos territorios colonizados, a
quienes explotarían y reprimirían. Para otros la pluralidad de naciones no impide
convivir en el mismo estado; al fin y al cabo, en el mundo hay unas 6.000
naciones y solo 200 estados, lo cual indica que la mayoría de estados son
plurinacionales.
Manuel
Herranz Montero. Febrero 2016
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