El siguiente gráfico procede de un trabajo inacabado de Lluís Orriols, de la Universidad de Girona. Con datos del CIS, elabora un cuadro en el que podemos destacar la línea marcada de cuadritos que representa la respuesta de católicos practicantes, sobre práctica religiosa de nunca/casi nunca, que sitúa en el año 1979 en algo menos del 15% de individuos, que en el año 2008 llegan al 45%. En el período democrático aumentan hasta multiplicarse por 3 los individuos que se distancian de la iglesia católica.
Sabemos ya, en suma, que los españoles
son menos religiosos que antes; y que esa pérdida de religiosidad, junto con el
declive societal de la Iglesia católica, ha sido lo suficientemente importante
como para que podamos hablar sin ambages de un proceso robusto de
secularización.’'
En 2017 el número de matrimonios celebrados en España fue de unos 172.000, de los cuales cerca del 3% fueron entre personas del mismo sexo. Un 16% del total se casan con al menos un cónyuge extranjero. Se celebraron unas 103.000 separaciones y/o divorcios. El 80% de las bodas que se celebran, son civiles, quedando las religiosas en un menor 20%. Y el 47% de los hijos nacen fuera del matrimonio. Los datos facilitados por el CIS -Estudio 3194, entre octubre 2017/enero 2018- en la última encuesta conocida realizada sobre la religión y su influencia entre los españoles son interesantes para contextualizar la influencia y el poder social perdido de la Iglesia entre los españoles, ello al margen de declaraciones de algún obispo, o de la virgen capitana general, o peinetas en procesiones. Veamos algunos datos:
En la pregunta 3, sobre quien debería prestar atención sanitaria a las personas enfermas, cerca del 88% responde que las Administraciones Públicas, o sea el Estado, no las empresas ni la caridad cristiana. En la pregunta 4 sobre quien debería proveer de cuidados a las personas mayores, cerca del 72% cree que las Administraciones Públicas, como en la anterior, una preferencia por lo público. Interesa ver la diferencia con otras épocas antiguas en las que la esperanza era que prestara esas tareas la caridad de la Iglesia, o particular. En la pregunta 33, sobre las relaciones sexuales entre adultos del mismo sexo, un 68% dice que nunca está mal, bastante alejado de las enseñanzas de la religión.
En
la pregunta 35 sobre relaciones marido/mujer, la responsabilidad del marido
llevar dinero y la mujer cuidar casa y familia, solo están de acuerdo con ello
un 10% de las respuestas. En la pregunta 36 sobre el grado de confianza que le
inspira la Iglesia y organizaciones religiosas, al 47% le inspira muy poca o
ninguna confianza. A la pregunta 37, ‘Las autoridades religiosas no deberían
intentar influir en lo que la gente vota’, más de un 84% se manifiesta de
acuerdo o muy de acuerdo.
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