Por el camino, como ocurre siempre, se han sumado otros
protagonistas, líderes políticos que dirigen y mandan, aunque ninguno ni antes
ni ahora haya citado nunca como objetivo de la secesión realizar grandes
modificaciones sociales, ninguno de los protagonistas políticos que ejercen su
autonomía respecto al apoyo del dinero se ha atrevido a marcar objetivos
revolucionarios que produjeran movimientos en la propiedad, en la organización
del trabajo en fábricas comercios y empresas, nadie plantea salirse o modificar
la sociedad de mercado, o apartar a la iglesia de los principales lugares sociales,
que tiene hoy asignados en el proceso…
Lo
que ocurre en Cataluña va en dirección contraria a una revolución, ha barrido
los movimientos sociales, y sometido a sus líderes, sus objetivos y formas de
lucha al sueño exclusivo de independencia, objetivo que en la práctica se
entiende, al igual que fe religiosa, como la Asunción católica, en que la
secesión dará paso a una nueva sociedad, sin élites, sin paro, sin explotación,
sin desahucios, sin precariedad, sin globalización, sin mercados, igualitaria,
sin discriminaciones... Ha expulsado las clases en el sentido tradicional de
lucha obrero-patrón, trabajo-capital, siendo Cataluña una de los mayores
enclaves industriales de España no se producen huelgas fabriles, ni paros en el
aparato productivo catalán, han desaparecido reivindicaciones sindicales sobre
salarios, precarización, paro, derechos laborales, desaparecido las luchas de
barrios tan grandes en la Barcelona de los setenta… el movimiento
independentista parece ocupar el terreno por las clases medias, los empleados
públicos y sus familias, por empleados de la sanidad, educación, medios de
comunicación, empresas públicas, comerciantes, etc. Ni derechas ni izquierdas,
típico del fascismo.
La dirección ideológica bebe en la larga tradición de autores
catalanes que fueron escribiendo dando forma a la base nacionalista, racista y
supremacista, - Francisco Caja, ‘La raza catalana. I y II. El núcleo doctrinal del
catalanismo’ Ediciones Encuentro, 2009- la
economía siempre estuvo cercana a defender el catalanismo, aunque presta a
asociarse con el estado español para obtener subvenciones, aranceles, o la
intervención armada para aplastar catalanes que atentaran contra su propiedad.
La dirección política fue ejecutada por los nacionalistas durante los últimos
30 años desde los poderes catalanes instaurados tras la Transición. En 1990
se conoce un documento elaborado por Pujol y su equipo para ocupar puestos
clave de la sociedad, se aprueba por Convergencia como ‘Programa 2000’, del que
se hace eco ‘El
País’ en artículo de José Antich, 28/10/1990 y ‘El Periódico de
Catalunya, el 28/10/1990’.
Páginas 26 y 27 de ‘El
Periódico’ del 28/10/1990
La actual dirección política soberanista incorpora nuevos
elementos, continúa dirigiendo el enfrentamiento contra el Estado con
movilizaciones teatralizadas, controladas y uniformadas, típicas del fascismo que
vimos en la niñez y como antaño apoyadas
por los poderes, ahora catalanes, políticos, ideológicos y económicos, con derroche
de medios logísticos. Naturalmente sus integrantes creen ser buena gente,
respetables padres de familia, que nunca creerán estar realizando nada malo, ya
que solo construyen su patria. Igual que en el pasado ninguno de aquellos
lejanos manifestantes creían estar haciendo otra cosa que engrandecer su nación
y abrir el camino a una nueva sociedad.
Las
movilizaciones independentistas han sido principalmente de funcionarios públicos, de oficinas
institucionales, empleados de enseñanza y sanidad, periodistas y empleados de
medios de comunicación, de servicios culturales y sociales… todos vinculados a
los poderes fácticos en manos independentistas que totalitariamente dirigen
Cataluña. Muchos jóvenes mostrados en miles de fotos pueden apreciarse como de
clase media alta, pijos, que diría Marsé, proceden de universidades y colegios
religiosos que aportan bastantes de estos activistas, -la iglesia fue en el
pasado factor decisivo en la creación ideológica del tradicionalismo, carlismo,
nacionalismo, siendo hoy uno de los principales focos independentistas, agitando
y movilizando, como lo hizo en Euskadi, utilizando los niños de escuelas
infantiles como unidades de agitación y adoctrinados con prácticas similares al
fascismo. A estos grupos se suman los importantes haces independentistas
procedentes del interior rural, territorios coincidentes históricamente con los
de implantación de tradicionalistas-carlistas. ¿Y los obreros donde están?
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