Estoy saturado del tema secesionista, pero no queda
otra que seguir. No veo solución en las elecciones, sus resultados serán de
empate técnico, con algún partido de pocos votos en plan bisagra, la sociedad
catalana está partida por la mitad. Aunque los indepes obtuvieran menos votos,
el sistema electoral les favorece –prima pueblos pequeños del interior sobre
grandes ciudades- y obtendrían proporcionalmente mayor número de escaños. En todo
caso mayorías insuficientes para hacer lo que unos u otros quisieran,
resultado, ingobernable.
No es verdad que exista un pueblo
catalán en marcha hacia la independencia, nunca lo hubo. La idea de pueblo unido y único para designar a los suyos solamente, es una entelequia nacionalista, usada por el fascismo y populismo. Nunca existió un pueblo catalán homogéneo, todos somos
mestizos, sucedió que a unos se les veía en las calles y medios de
comunicación, en el gobierno y en la policía, en la cultura y el deporte… y a
los otros catalanes se les apartaba, ninguneaba, represaliaba, se les tapaba y
despedía.
Sucede que a mucha gente se le hace
el culo agua cuando ve movilizaciones masivas, da igual de lo que sean, y
confunden las churras con merinas, pero nunca hubo mandato popular para la
independencia con un 37% de votos del censo electoral en las elecciones del
2015. Hay gente que añora el franquismo, -para luchar contra enemigos
inexistentes- unos hubieran disfrutado con aquellas movilizaciones franquistas,
muy parecidas a las independentistas, con sus banderas y colores patrios por
todos lados, su orden, autobuses pagados, movilizaciones promovidas desde y por
el poder y protegidas por su policía. Los poderes políticos catalanes solo
representan al 37% pero promovían, cuidaban, tutelaban, y financiaban las
movilizaciones independentistas. ¿Algún día sabremos quien más financia todo
eso?
Sucede que a nadie de quienes les
apoyan le importa el carácter religioso y supremacista de la ideología
secesionista, ni su catalanofascismo, ni ven ni quieren oír nada sobre sus
apoyos ultras y xenófobos europeos, sobre apoyos rusos, o sobre el carácter
neoliberal de la idea de que los ricos no paguen impuestos para redistribuir,
esa es la esencia del España nos roba.
Les da lo mismo que sean una colonia, o lo contrario, no se pararán a pensar que
internacionalismo es lo opuesto de nacionalismo catalán, incluso lo juntan en
las consignas, como hizo Lluis Llach, ‘’soy nacionalista porque soy
internacionalista’’. Bravo por la racionalidad.
Mentiras tras mentiras, son
invisibles para sus votantes. La independencia tiene bula y no es fácil penetrar
en las mentes de quienes han tomado ya posición, no leen otra cosa, no escuchan
otra historia. El problema es cómo aumenta el desprecio hacia los otros que van
deshumanizando, típicamente fascista, los individuos, las personas desaparecen
y el grupo la tribu entra en la dinámica de aceptar moralmente el todo vale contra
esos demonios que pueden matarnos. Ojo, es una vicerrectora quien lo dice:
‘’Si gana el tripartito del 155, no sé
qué políticas podremos hacer con los niños que tienen pesadillas y miedo de la
policía, y que preguntan a sus padres, mamá ¿me dispararán?’’
La sociedad catalana está partida por la mitad, aumentan los odios secesionistas hacia lo español y catalanes no independentistas, hasta niveles cercanos a conflictos violentos, soterrados hasta ahora, cuando la mitad de la población callaba amedrantada. Ahora que hablan, veremos.
Me temo no hay arreglo, repetir una
y otra vez elecciones hasta que sea irrespirable. No creo en indultos, se dieran
o no, no creo en reformas que los calmen, lo acaba de repetir Puigdemont, solo
les vale la independencia. Y ellos ven la garantía en próximos futuros de
hornadas de jóvenes adoctrinados durante años que se incorporarán al voto año
tras año. ¿Una puerta posible? la experiencia de Canadá, la Ley de Claridad
Canadiense.
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