Podemos tras el proceso del Congreso,
podría perder la ventana de oportunidad de crecer en electorado para acercarse
a ganar, al tiempo que le abre una brecha que puede aprovechar el PSOE. Las
tesis y el equipo de Iglesias ganaron poder interno, capacidad de control de
Podemos, pero probablemente perderán la oportunidad de lograr más votos en
próximas elecciones.
El resultado global parece quedar en
un 60/40 favorable a Iglesias, lo cual es suficiente para cambiar de estrategia
y puestos de poder, aunque no conviene perder de vista los matices de estas
votaciones: 1) En primer lugar podríamos considerar que los asistentes a Vistalegre
II no eran necesariamente representativos de los inscritos, podríamos considerarlos
como expresión más izquierdista del colectivo de 450.000, en el sentir de
política general, no necesariamente de activismo en trabajo local. 2) los
resultados conocidos, lo son a partir de la elección efectuada por un tercio de
los inscritos, o simpatizantes, ni
siquiera afiliados, ya que no se exige cotización. 2) los votantes que han
elegido más poderes para el líder, o menos controles colectivos, son los
comprometidos con las tesis oficiales de entre los simpatizantes cercanos. 3)
la elección no ha sido de los votantes, cuyo veredicto comprobaremos en las
próximas elecciones. 4) los sistemas de voto pueden haber primado los
resultados a favor de Iglesias, siendo en realidad las diferencias entre distintas
opciones inferiores a las mostradas. 5) por último un factor a mejorar, nada
desdeñable, es la imposibilidad de comprobar hoy o en el futuro, los resultados
de las votaciones, sin comprobantes físicos y sin presencia de fuerzas
diferentes, tal como en las generales, municipales o autonómicas cuyos censos, votos
e incidencias son contados y recontados en presencia de interventores
independientes y con presencia de interventores de todas las fuerzas
contendientes.
Un ejemplo del sesgo en las
votaciones puede verse en las listas de 62 miembros del Consejo Ciudadano, con
el sistema Desborde otorgando 80 puntos
al primero y descendiendo a cada uno siguiente, lo cual hace que el resultado
prime más a los mayoritarios alejándolo de la proporcionalidad, curiosa forma
de ser incoherentes, ya que el sistema electoral español lo critican,
justamente, por su facultad de primar a las mayorías, pero en votaciones internas hacen lo
criticado. En el sistema que han seguido basta que un grupo organizado de unos
pocos votantes no elijan/señalen a Errejón para que su pérdida de puntos le
lleve al tercer puesto, tras Echenique. Otro sistema electoral muy
probablemente hubiera nivelado las votaciones, sin olvidar que en estas
elecciones los errejonistas pedían el voto para Iglesias.
Concentrarse en más izquierdismo no
acerca a gobernar, al contrario la historia de IU ha mostrado que lo impide, fundamentalmente
porque no hay suficientes votantes de izquierdas para lograr mayorías de
gobierno; las cuentas están claras desde hace mucho, mucho tiempo, como por
otra parte sabían de sobra en el Podemos de los primeros tiempos y actuaban en
consecuencia. La experiencia de PCE-IU es muy clara desde los años ochenta, una
y otra vez sin lograr rebasar el tope de 2 millones de votos, siendo elegidos
por alrededor de 1 millón de personas. Si algo distinguió claramente a Podemos
de experiencias anteriores fue su declarada intención de gobernar, de llegar al
poder, lo que obligaba a separarse de lo que IU hizo durante años, así los
símbolos y mensajes elegidos en 2014 trataban de incorporar la trasversalidad,
el pueblo, deportistas, militares, desahuciados, precariados, ni nis, jóvenes, pobres,
estudiantes, titulados sin trabajo, jóvenes cualificados migrantes, los de
abajo, los no representados… no la clase obrera, el sindicalismo, la izquierda.
Para gobernar es necesario sumar
votos del centro a cualquiera de las opciones a derecha o izquierda. Lo que
varió en los últimos años fundamentalmente con la crisis es el voto que surge
nuevo por incorporación de edad, aumentó la importancia del voto joven dañados
especialmente por la crisis, y también el voto procedente de abstencionistas
habituales, colectivos que en gran parte apoyaron a Podemos en los primeros
tiempos, lo cual no garantiza que hayan dado su voto en propiedad y lo
siguieran haciendo. Lo curioso del asunto es que el Podemos de los primeros
tiempos y en particular Iglesias, defendieron antes, lo que ahora critican como
posturas de Errejón fundamentalmente en lo concerniente a abrir y ganarse al
electorado centrista e incluso derechista. Existen multitud de pruebas al
respecto que lo confirman, proporcionadas por su altísima participación
mediática, otra cuestión son las propuestas que trataban de minorar poder personalista.
Querer gobernar implica sumar
mayorías y ello necesariamente obliga a dejar purismos ideológicos y políticos
e intentar sumar a los no convencidos. Cocerse en la propia salsa, tener razón
y hablar para el propio grupo, siempre se dio bien en los grupos de izquierdas,
más pequeños cuanto mayor grado de pureza defendían. Pero tener razón en
política sirve de poco y menos para gobernar, lo cual solo es posible con
mayorías suficientes, que nunca podrán ser formadas solo por tus colegas.
Convencer a varios millones de personas para que te voten y sumen una mayoría
suficiente de gobierno obliga a acercarse a ellos sin darles miedo, aproximarse
a sus problemas y a su cosmovisión, o concepción del mundo, obliga a abandonar
certezas que solo fueron apoyadas durante años por unas pocas personas, obliga
a abrazar criterios, formas y sensibilidades de otros cuantos millones de
personas que no están hoy en tu salsa.
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