martes, 28 de febrero de 2017

Congreso Transición Izquierda radical


Octubre. Teoría y práctica de una propuesta revolucionaria
Los otros protagonistas de la Transición              Madrid                        Febrero 2017
Valentín Brugos





La organización Octubre, convertida más adelante en Unión de Marxistas- Leninistas (UML) y finalmente en Unión Comunista Comités Obreros (UCCO) surgió en Madrid en 1970 y mantuvo una continuidad en su activismo político hasta su autodisolución en 1983. Durante este período intervino en el seno del movimiento obrero a través de los Comités Obreros (entre  1974-1978) y posteriormente con las Plataformas de Lucha Obrera (PLO). Analizando su trayectoria se pueden encontrar ramificaciones previas  y posteriores. Durante todo este período editaron diversos órganos de prensa. Nuestra clase, que se presentaba como  revista obrera para la difusión entre las masas avanzadas, Manifiesto En  lucha por la revolución socialista, que es el órgano del Comité Central y finalmente Octubre, la revista teórica de la organización[1].

Durante todos estos años vieron la luz 99 números de Nuestra Clase, 62 de Manifiesto  y  25 de Octubre, sin contar con los suplementos y algunas revistas sectoriales como Gallo Rojo, enfocado a la Universidad del que salieron 18 números entre 1972-1976 y varias decenas de boletines de zona, sector sindical o fábrica.  Se trata de una considerable producción teórica y análisis político que, curiosamente, ha pasado desapercibido para quienes han estudiado la evolución de las diferentes organizaciones de la izquierda revolucionaria durante los años sesenta y setenta puesto que apenas aparecen referencias al accionar político de Octubre y su intervención en las organizaciones de masas. Para Manuel Herranz Montero y José Manuel Roca[2], antiguos miembros de la dirección del grupo, este desconocimiento se debe a la falta de continuidad de los nombres, un hecho que ayudó a evitar la represión policial pero también a dificultar la consolidación de una identidad política reconocida[3].

Los orígenes

La primera documentación de lo que habría de ser Octubre data de 1970 aunque para ese momento  el núcleo fundador ya había acumulado una cierta experiencia en el mundo del activismo a través de la FUDE y su intervención en las Comisiones Obreras de Barrio[4]  así como unas relaciones con el núcleo fundador del PCE(i) en Madrid fruto de las cuales será la adopción de una serie de rasgos ideológicos que van a conferir una cierta originalidad a los planteamientos de Octubre desde el inicio de su  trayectoria.

Esta fase previa está marcada por la dificultad para poder reconstruir los hechos y relaciones del grupo fundador así como identificar a las personas que pusieron en marcha el proceso. Se trata de una fase en la que existió una gran fluidez con la aparición de diversos agrupamientos que se identifican con posiciones definidas como marxista-leninistas frente a la política del  PCE calificada de revisionista, con una secuela de fusiones, separaciones así como represión policial.  El catalizador de este movimiento será la política del PCE, empeñado desde los años cincuenta en una reconciliación nacional que supone la renuncia al enfrentamiento frontal con la dictadura y la búsqueda de aliados dentro del propio régimen al tiempo  que se limitaban los objetivos de las movilizaciones desde el campo popular. En lo que se refiere a Octubre se podría decir que el grupo inicial tenía un gran componente familiar y de relaciones personales. De hecho varios de sus primeros miembros  salen del Hogar del Empleado donde entablaron las primeras relaciones[5].

Se trata de un grupo reducido. En total no más de veinte personas con una base teórica y política muy desigual aunque en lo que va a ser el núcleo dirigente existe homogeneidad  en ciertos aspectos que resultarán claves: carácter socialista de la revolución  pendiente rechazando la existencia de etapas previas; desarrollo del capitalismo monopolista de estado (CME), caracterización del régimen franquista como dictadura burguesa alejada de otras visiones que hablan de bonapartismo, fascismo o dictadura oligárquica, necesidad de un partido obrero definido como marxista leninista, visión de un nuevo movimiento obrero marcado por un bajo nivel de conciencia política[6].

Para ese momento existe ya una comprensión de  la política desarrollada por el PCE(ml) del que se rechazan los planteamientos tácticos de trabajo de masas así como la concepción estratégica de revolución popular con etapa intermedia.  De la experiencia con el PCE(i) se señala su importancia a la hora de trazar unas líneas tácticas opuestas a la práctica reformista impulsada por el PCE pero al mismo tiempo se denuncia su deriva izquierdista. De la escisión que da origen al PCE(ista) se valora su proceso de acercamiento a la realidad concreta de las luchas obreras y su interés por conocer a otros grupos políticos de militantes revolucionarios. Con este bagaje se elaboraron los primeros textos sobre la situación internacional y el CME así como una propuesta de unidad dirigida a otros agrupamientos políticos con similares preocupaciones. Son los primeros documentos de lo que será Octubre[7].

Las definiciones ideológicas

Poco después se produjo la fusión con el denominado grupo M (de Moratalaz) procedente del PCE y de CCOO que contaba con presencia de obreros entre sus componentes[8]. De inmediato se elabora el primer documento de táctica para la intervención en las fábricas[9]. Octubre se manifestará contrario a participar en las elecciones  y desarrollará una visión crítica hacia las Comisiones Obreras impulsadas por el PCE de las que se señala que no son una organización estructurada con un funcionamiento estable en el interior de las fábricas, que su definición como movimiento les permite apropiarse de cualquier acción espontánea ocurrida y su renuncia a la formación de cuadros que son sustituidos por la aparición de líderes que encarnan las reivindicaciones obreras. La desaparición de estos líderes, víctimas de la represión o de los despidos, hace que el trabajo en las fábricas carezca de continuidad.

La propuesta de Octubre pasa por constituir grupos de fábrica que deberían caracterizarse por ser clandestinos, estables, democráticos y autónomos, los CEDAs en el lenguaje de la organización[10]. Se trata de construir un movimiento que luche por las necesidades inmediatas de las masas tras la elaboración de una plataforma reivindicativa impulsando luchas que permitan elevar su  nivel de conciencia política. Ese mismo modelo de CEDAs es el que se propone para el movimiento estudiantil[11].

Para Octubre el movimiento obrero se caracteriza por su juventud ya que se trata de un fenómeno nuevo que tiene su origen en los cambios producidos por la industrialización y  el éxodo rural tras la guerra civil. Su nivel de conciencia es muy bajo y se necesita una acumulación de experiencias de lucha política así como la formación de cuadros obreros para modificar una correlación de fuerzas desfavorable frente a una burguesía atrincherada en el aparato del estado. Para llegar a un proceso de revolución socialista se necesita un largo período de acumulación de fuerzas[12].

El capitalismo monopolista de estado (CME) es la fase a la que ha llegado el capitalismo español. Este modelo invalida la necesidad de una revolución democrático burguesa pendiente, que era la idea defendida por el PCE, así como una revolución democrático –popular  en la que podría participar algún sector de la burguesía como proponían diferentes grupos de inspiración maoísta.

En el caso español el CME[13] se caracteriza por un desarrollo considerable del capitalismo (España no es un país subdesarrollado ni una colonia) como se puede deducir por el crecimiento industrial, el desarrollo urbano, el éxodo rural, etc. Además hay que contar con la importancia considerable de la propiedad estatal a través del INI, los elevados niveles de crédito oficial que el estado pone en manos de determinados sectores de la burguesía así como el control que las instituciones del estado ejercen sobre la clase obrera. Elemento fundamental es el proceso de fusión entre la oligarquía financiera y terrateniente con el funcionamiento del aparato del estado convertido en instrumento a su servicio. Hay una relación directa entre el personal de los altos cargos del estado y la élite financiera que ejerce la dirección política y económica del país.

De esta última idea sale el debate sobre la caracterización del régimen dictatorial que para Octubre no es de fascismo[14]. Es evidente el papel dominante de la oligarquía pero el aparato de estado no es neutral y sale siempre en defensa de los intereses de cualquier sector de la burguesía frente a la clase trabajadora. Las formas de dominación política han ido evolucionando al tiempo que se extendía la ideología desarrollista dentro del régimen franquista. La definición de fascismo impulsada por el PCE o por los grupos maoístas está basada en los análisis efectuados en los años 30 por la III Internacional que ha sido asumida de modo dogmático sin ninguna evaluación crítica ante una realidad que no se ajusta a los análisis clásicos.

Se estudia también el problema del imperialismo[15] señalando la importancia del capital extranjero desde que se estableció el Plan de Estabilización para añadir a continuación que España no es una colonia contradiciendo de ese modo las tesis impulsadas por el PCE(ml) El desarrollo del CME hace de España un eslabón más dentro de la cadena capitalista aunque no esté integrado en redes financieras internacionales como el Mercado Común Europeo de la época. No existe por tanto una burguesía nacional oprimida por el imperialismo yanqui que pueda ser aliada en un proceso revolucionario antiimperialista. En palabras de José M Roca “…con un capitalismo desarrollado, estado centralizado, revolución burguesa hecha, estado burgués al servicio de toda la burguesía, no hay lugar para una revolución democrático popular (España no es tercermundista), ni democrático nacional (España no es un país colonizado), ni revolución burguesa pendiente, sino sólo revolución socialista, que se corresponde con el grado de desarrollo alcanzado por las fuerzas productivas…”  posición que coincide con la mantenida por grupos como el PCE(ista) que fue calificada como troskista desde las filas de quienes  que se mantenían en la ortodoxia del análisis político.

Organización ecléctica

Con estos fundamentos ideológicos Octubre se irá construyendo como una organización que se define como marxista leninista que buscará su inspiración ideológica en las fuentes clásicas del marxismo: Marx, Engels, Lenin, Stalin quedará orillado  y aspectos concretos de Mao. Sin embargo nunca se definió como maoísta. Para José Manuel Roca  “…Octubre, y luego Unión de m-l y UCCO no es una organización maoísta: ni por el análisis de clases de la sociedad española, ni por el dictamen sobre el régimen de Franco y sobre el Estado burgués, ni por el carácter de la revolución pendiente ni por la adscripción preferente a las ideas de Mao…”  de quien se toman solamente aspectos parciales. Curiosamente Octubre pondrá en valor las aportaciones de Andreu Nin con la edición de un Cuaderno de Formación Obrera[16] dedicado al análisis de la actuación del PCE durante los años treinta reproduciendo el texto de Nin Problemas de la revolución española. Aún así a lo largo de su trayectoria Octubre abordará en diversas ocasiones temas relacionados con la revolución china y el maoísmo, la revolución cultural y los juicios de Pekin hasta la fase final de la organización del mismo modo que  criticará el papel de Stalin en sus polémicas con otros grupos. Un suplemento especial de la revista Octubre[17] está dedicado a divulgar las tesis de Charles Bettelheim sobre la lucha de clases en la URSS de los años veinte y treinta adhiriéndose a la idea de la restauración capitalista. También hará un repaso de  las posiciones de los revolucionarios en los años treinta con respecto a la II República señalando su carácter burgués desmarcándose de la misma y criticando de paso a quienes desde el campo popular embellecen un régimen que estuvo al servicio de  la pequeña burguesía[18]. De todo esto se puede extraer la conclusión de que se trata de un grupo con una ideología ecléctica capaz de cuestionar buena parte de los mitos construidos por el comunismo oficial encarnado por el PCE A lo largo de su trayectoria se comportó como un grupo no esencialista en lo ideológico aunque mantuvo posiciones dogmáticas en aspectos como el proceso de construcción del partido caracterizado por el centralismo democrático del modelo leninista surgido a partir del ¿Qué hacer?

Los unificables

Uno de los objetivos planteados por la organización desde su nacimiento fue el de concebirse como parte de un futuro partido comunista en fase de construcción. Octubre se veía como uno más  de una serie de grupos que se definían también como marxistas leninistas. Ante esto planteaba la necesidad de explorar las vías que permitieran ir construyendo el partido, el gran ausente, integrando a las diferentes organizaciones partiendo de la idea de un desarrollo desigual en lo referente a las experiencias prácticas de cada agrupamiento. Se ofreció como intermediario entre los diversos colectivos para proceder al intercambio de materiales y experiencias con debates que podían ser bilaterales y multilaterales según las ocasiones y lo que el proceso requiriese.

En este sentido Octubre estará en buena parte de las discusiones entre colectivos tanto a nivel central como con otros agrupamientos surgidos en la periferia. Los resultados estuvieron mediatizados por las urgencias que imponía la lucha contra la dictadura en una fase en la que se produjeron continuas novedades que obligaban a adecuaciones tácticas así como a poner a prueba la solidez de los principios estratégicos. Los logros alcanzados no fueron especialmente aleccionadores. Poco después de la integración del grupo M una parte de sus dirigentes abandonó el proyecto para crear una efímera organización antes de retornar al PCE. Otros grupos saldrán de sus filas en torno a 1975 para construir proyectos llamados a no permanecer en el tiempo. Resulta complicado conocer el contenido de sus debates con grupos como el GUML(i) -heredero del PCE(ista)-,  una Unión de ML valenciana, Lucha de Clases de Barcelona, Información Obreira de Galicia o Larga Marcha de Zaragoza[19]. Lo cierto es que la mayor parte de estos grupos acabaron rompiendo con Octubre para formar el PCU que poco después se integraría en el PTE, escorando hacia posiciones que renunciaban a poner en primer plano los objetivos de revolución socialista iniciando un proceso de adaptación hacia lo que se intuía que iba a ser el nuevo marco político que surgiría con las reformas impulsadas desde el gobierno  tras la muerte del dictador. Habrá que esperar al desarrollo de la nueva etapa para iniciar una serie  de conversaciones con el PC (Unidad Roja), procedente de la OCE(BR),  para abrir un proceso que culminará en una unificación sólida que abrirá nuevos horizontes con su implantación en Andalucía.

La reforma política

Antes de 1975 Octubre perfiló su propuesta de Comités Obreros como modelo alternativo a las Comisiones Obreras[20]. De este modo surgió  una red de comités en varias fábricas que fueron poco a poco coordinándose y extendiendo su presencia por diversas empresas del cinturón industrial madrileño. Coincide esto con la muerte del dictador y el inicio de una serie de movilizaciones que, en el caso de Madrid, alcanzarán su apogeo en los meses de enero y febrero de 1976[21].  Mientras que buena parte de las fuerzas opositoras impulsaron en esas movilizaciones propuestas como Gobierno provisional con diferentes matices, Octubre señalará que la desaparición del dictador no significa el final del dominio político de la burguesía. De este modo se abrirá un creciente abismo entre la mayor parte de de las organizaciones políticas revolucionarias que van adaptando su intervención táctica a las nuevas circunstancias y Octubre que se mantendrá firme en sus análisis. Las grandes huelgas de Madrid confirman la visión de Octubre de una gigantesca movilización en la que hay dosis importantes de movimiento espontáneo y poca conciencia política. La represión y los despidos contribuyen a politizar las movilizaciones pero cuando éstas pasan apenas queda un poso y la influencia de los discursos revolucionarios es muy reducida lo que confirmaría su idea de que las movilizaciones tienen una finalidad económica y de lucha por mejoras inmediatas en las condiciones de vida de las masas.

En marzo de 1977 se anuncia el cambio de nombre a Unión de Marxistas- Leninistas (para la construcción del partido comunista)[22] justificándolo en el hecho de evitar confusiones interesadas ante la aparición de los GRAPO, cuyo accionar no comparten y critican[23].  Este cambio no lleva aparejada ninguna novedad en los planteamientos políticos del partido. Aunque oficialmente no cambia la caracterización del régimen político como dictadura burguesa, lo cierto es que el ciclo de movilizaciones iniciado en enero del 76 se va a mantener constante hasta la firma de los Pactos de La Moncloa en el otoño de 1977 tras las primeras elecciones generales. Esta nueva situación va a permitir a la organización hacer un trabajo más abierto e impulsar la formación de nuevos círculos sindicales a través de los Comités Obreros[24]. Se critica el funcionamiento burocrático de CCOO denunciando la renuncia a las asambleas de fábrica que permitan la participación de la base obrera en la nueva etapa de transformación hacia un sindicato convencional. Los Comités Obreros presentan su Programa de Lucha concebido como un instrumento para la agitación y actividad revolucionaria[25].
La UML participará de forma activa en las movilizaciones del momento impulsando la idea de que la clase obrera tiene que estar presente con sus propios objetivos en lugar de buscar un espacio en el nuevo marco político que comienza a definirse en el horizonte. La reforma política impulsada por la burguesía tiene como objetivo ajustar el modelo de dominación existente al sistema predominante en Europa occidental basado en el sufragio universal y la legalización de fuerzas políticas y sindicales que admiten las reglas de juego marcadas por la democracia burguesa[26]. Hay una contradicción entre la extensión de las libertades formales y el mantenimiento de todo un arsenal de leyes represivas a nivel laboral como la prohibición de los piquetes, despido libre, generalización de contratos eventuales o congelación salarial.  La maniobra triunfará si consigue integrar a las fuerzas reformistas y al revisionismo por eso la UML denunciará la convocatoria de elecciones generales en junio de 1977 como una maniobra que busca cambiar la forma de dominación política para asegurar y mantener la explotación sobre la clase obrera. Consecuente con este análisis la opción de la organización será el llamamiento a oponerse a las elecciones. Se inicia así un período marcado por las diferentes convocatorias ( referéndum para la reforma política de Suárez[27], elecciones generales de 1977 y 1979, municipales de 1979 y referéndum constitucional en 1978). En todos los casos la actitud de la UML fue llamar a la abstención intentando no legitimar desde las filas de la clase obrera la implantación de un nuevo sistema de dominación burguesa sobre los trabajadores siendo especialmente importante la campaña contra el proyecto constitucional desarrollada desde un año antes de la convocatoria de referéndum[28].

De este período la organización emerge como un grupo reducido pero ideológicamente compacto. Ha logrado una inserción mínima en el movimiento obrero, cuenta con una red de asesorías laborales, con un despacho dirigido por Altamira Gonzalo en pleno centro de Madrid,  que juega un importante papel a la hora de poner en contacto a la UML con conflictos obreros concretos. Cuenta con un aparato de propaganda estabilizado y seguro, que funciona de forma autónoma con respecto a la organización, de donde salen los órganos centrales y con otros aparatos menores para cubrir las necesidades de frentes o barrios determinados. Se ha perdido la presencia en el sector universitario y nunca logrará construir una organización juvenil.

La madurez organizativa: UCCO

Tras la aprobación de la Constitución se abre un nuevo escenario político. La reacción ante el mismo por parte de las organizaciones de la izquierda revolucionaria ha sido estudiada por Consuelo Láiz[29]  quien presenta un modelo en el que se reconocen tres categorías: los partidarios del consenso (PTE y ORT), el conflicto con el nuevo régimen (MC y LCR) y el enfrentamiento abierto con el mismo donde sitúa al PCE(r) y el mundo abertzale. La UML estaría a mitad de camino entre los dos últimos. Es un grupo enfrentado al sistema pero no participará de la violencia. Se considera en conflicto con el mismo lo que se expresa en una notable desconfianza ante los cambios lo que hace a su vez que ni siquiera se legalice. Mantendrá una actitud no exenta de izquierdismo y hábitos clandestinos. No hay sedes públicas y su máximo dirigente, Sierra, nunca llegará a salir a la luz. Habrá que esperar a la creación del sindicato Plataformas de Lucha Obrera (PLO) para que disponga de una mínima cobertura legal.

La experiencia de estos años cruciales permite elevar el nivel de conciencia entre los CO de tal modo que se apuesta por la unificación con la UML y poco después con el PC(UR)[30] lo que dará como resultado final la aparición de la Unión Comunista Comités Obreros[31] presente ahora en Andalucía donde tendrán importante intervención sindical y social en Almería, Cádiz y Málaga así como en Murcia y durante cierto tiempo en Sevilla y Granada. Se realizarán varios congresos en los que se analiza el estado de las luchas obreras cuyo número crece pero se mantienen mayoritariamente dentro del marco económico, aisladas y de carácter fabril en su mayoría sin una estrategia para extenderlas al entorno local y  sectorial. Se valora de forma negativa la idea generalizada por los sectores reformistas  de que las luchas han servido para alcanzar la democracia burguesa. La conciencia de clase sigue siendo débil y la franja de obreros revolucionarios muy estrecha.

En adelante se participará en diferentes movimientos sociales en los que se interviene con propuestas propias: OTAN, colza, feminismo. Este último tendrá gran trascendencia al abrir un debate en el interior que culminó con la creación de la Organización de Mujeres (OMUCCO) dotada de autonomía llamada a jugar un importante papel dentro y fuera de la organización en la última fase. Elemento novedoso con respecto a otros grupos, los varones se reúnen aparte para debatir sobre problemas relacionados con la masculinidad que ofrece como resultado la aparición del boletín El cardo.

La consolidación del nuevo régimen provoca la crisis y desaparición de numerosos grupos de la izquierda radical. UCCO seguirá polemizando con todos ellos a través de su prensa, especialmente con el MC. Será una constante hasta el final. Sin embargo el desencanto hace que se inicie un período de reflujo que acabará afectando también al grupo que sufre una importante escisión en 1980 tras un duro debate interno[32]. Las relaciones con el colectivo La Causa, escindido del PCE(ml),  no ofrecen resultado positivo tras la celebración de una conferencia para analizar conjuntamente el proceso de construcción del partido[33].

Pero el elemento decisivo al final serán los resultados de las elecciones generales de 1982 en las que el PSOE logró una abultada mayoría absoluta que acabó con las esperanzas de un posible desbordamiento de la maniobra reformista. Con un PCE al borde de la desaparición parlamentaria, con la crisis final de grupos como PTE y ORT y las dificultades del resto para adaptarse a una situación marcada por la desmovilización, las perspectivas de UCCO para impulsar una lucha por un proceso revolucionario de carácter socialista se alejaban más que nunca del horizonte.

La idea de que las aspiraciones prioritarias de las masas se centraban en mejoras inmediatas y no en la búsqueda de cambios más profundos aleja cualquier perspectiva de ruptura revolucionaria. España, con un desarrollo capitalista integrado desde hacía décadas del sistema global internacional,  culminaba un proceso de homologación  con  la consolidación del régimen surgido con la reforma y con una clase trabajadora que manifestaba comportamientos similares a los existentes en el entorno de Europa occidental caracterizados por su integración en el sistema, ampliación de los niveles de consumo y, como mucho, aspiración a una redistribución de la renta gestionada por una socialdemocracia convertida en gestora de una serie de cambios que no cuestionan los límites marcados por el sistema.

Se abrió un debate que culminó con una Conferencia celebrada en julio de 1983. Sierra desde la Secretaría política, lo inició con dos textos en los que se analizaban las perspectivas de una organización como la UCCO[34]. Se hacía en ellos un repaso de la trayectoria de la organización así como del contexto en el que surgió, muy diferente del que se vivía en aquellos momentos. Se presentaban una serie de dogmas -nuestros pequeños dogmas- en los que se había basado la actividad de Octubre y que ahora se ponían en cuestión como eran las tareas de agitación, campañas de propaganda, vinculación a movimientos sociales, etc. En ese contexto se veían limitaciones a la práctica tradicional como el obrerismo, economicismo y otros al tiempo que elementos nuevos como el feminismo también planteaban problemas para encajar en los esquemas de funcionamiento habituales de la organización. El planteamiento final de Sierra es que a organización está ante una crisis múltiple y que lo que se necesita es abrir un período de estudio y reflexión. No será el único texto autocrítico. En esa misma Conferencia se analizará otro presentado por Gil[35] en el que se cuestiona el dogma de interpretar la evolución histórica de una forma lineal hacia el comunismo así como la idea de que exista un conocimiento científico a partir de análisis determinados por presupuestos ideológicos previos.

El resultado será la autodisolución de la organización aunque esto no impidió que en los primeros momentos algunos sectores buscaran fórmulas que les permitieran continuar con el activismo político como en Almería, con escasos resultados; o que la OMUCCO se planteara continuar con su actividad centrada a partir de entonces en la difusión de su revista La mujer feminista que se mantendrá hasta finales de la década de los ochenta.





[1] No era fácil encontrar documentación o referencias de Octubre. Recientemente se ha creado un blog donde aparece buena parte de la producción documental de la organización: http://octubre-ucco.blogspot.com.es/search/label/hom Casi todos los documentos a los que se hace referencia a lo largo del texto se encuentran en esta web
[2] Entrevista de Manuel Gálvez y Valentín Brugos con Manuel Herranz Montero y José Manuel Roca en Alcorcón, 1 de abril 2016
[3] A este respecto se pueden añadir más interpretaciones como la falta “marketing” desde la propia organización muy centrada en su extensión difusión de sus propuestas y elaboraciones teóricas y también, en opinión de JM Roca, por el vacío creado en torno a Octubre desde otros grupos motivado, entre otras cosas, por su espíritu crítico
[4] Ver Informe sobre Lucha de Clases (septiembre 1975) pag 11
[5] Entrevista con Manuel Herranz Montero y José Manuel Roca en Alcorcón, 1 de abril 2016 ver también Sobre la trayectoria política de la organización (1975) pag 2
[6] Los primeros documentos de Octubre están fechados en junio de 1970 Estudios para una línea marxista-leninista en la revolución española nº 1 y 2 referidos a la situación internacional y el capitalismo monopolista de estado respectivamente
[7] Documento Una unificación 1970?
[8] Ver documentos Plataforma Política Ampliada (1971), Informe sobre la reorganización (1972) y Las tareas internas (1972)
[9] Fábricas. Documento nº 1 Táctica (1972)
[10] Formación del militante nº1 Organización obrera. Suplemento de Nuestra Clase. Pag 6
[11] Manifiesto nº 13 noviembre 1975
[12] Entrevista con Manuel Herranz y J M Roca
[13] Las referencias al CME y sus análisis sobre su impacto en España serán una constante en las publicaciones de Octubre. Además del citado documento Estudios para una línea marxista-leninista en la revolución española nº 2 se pueden destacar de su primera época los siguientes: Plataforma Política Ampliada (1971), La cuestión popular (1973), Octubre 6
[14] ¿Fascismo en España? (1974) recoge textos publicados en Octubre nº 4 y 5
[15]  La cuestión popular (1973?) y subsiguiente polémica con MCE en Manifiesto 9 febrero 1975
[16] Cuadernos de Formación Obrera. Problemas de la revolución española. Andreu Nin
[17] Octubre nº 5 Suplemento (1973)
[18] Sobre la consigna de República en Manifiesto 29 mayo 1977 donde se cuestiona la utilización del objetivo republicano por la OCE(BR) como embellecimiento de un régimen antipopular. Más adelante La II República y el movimiento obrero revolucionario en Manifiesto 58 mayo 1981
[19] Los debates se produjeron entre colectivos denominados marxistas-leninistas y Octubre. No entran en esta categoría el PCE(i), pronto PTE, ni el PCE(ml) puesto que se definen ya como partido de la clase obrera frente a la idea de Octubre de que tal partido está aún por construir. Entran en esta categoría diversos grupos locales que se definen igualmente como marxistas-leninistas pero apuestan por un proceso de unidad que culmine con la formación del partido. Hay muchas dificultades para poder hacer un seguimiento de los debates entre estos grupos y Octubre por falta de testimonios, de estudios realizados hasta la fecha así como por las dificultades para acceder a unas fuentes dispersas, fragmentadas y que, en ocasiones, utilizan una serie de claves para despistar posibles investigaciones policiales.                                 
Manuel Gálvez, gestor del Archivo Tiempos de lucha y esperanza (https://www.facebook.com/tiemposdelucha) ha estudiado los boletines disponibles de la UML valenciana  (http://ddd.uab.cat/record/56125) y lanza las siguientes propuestas para identificar a los grupos participantes en los debates así como las regiones y ciudades donde operan: Marruecos = Madrid,  Cartagena = Barcelona, Celtiberia = Euskadi,  Pilar = Zaragoza; Apaches = UML valenciana, negro = PCE (i), negrero = PCE (ista),  lila = GUMLI, Colorados = Lucha de Clases de Barcelona, Pilar haría referencia al grupo Larga Marcha de Zaragoza. En este contexto el grupo Moros sería Octubre. Queda por desentrañar quiénes pudieron ser algunos de estos grupos como los grises, los palentinos y los celtas. Éstos últimos serían alguna facción de ETA (VI), tal vez el grupo Células Rojas o quienes luego constituyeron Unificación Comunista (UC-KB) con fuerte tendencia teoricista.
Alguna de esta terminología en clave perduró en el tiempo y entre los distintos grupos. Por ejemplo la propia organización Octubre utiliza alguno de los nombre en clave señalados en Informe sobre Lucha de Clases septiembre 1975 De igual forma en un documento de mayo de 1976 de Larga Marcha, Sobre el proceso de rectificación y la discusión de la táctica, la organización firmante se sigue autodenominando Pilar, aunque el nombre para Lucha de Clases cambia (aquí es Montse).
Por otra parte de los mencionados boletines de la UML valenciana se obtiene información sobre la trayectoria previa que estaría  por confirmar “El núcleo inicial que posteriormente constituirá el grupo moros son los artífices en 1968 de una escisión del negro en Marruecos, que da lugar al grupo "Unión de los marxistas-leninistas para la construcción del partido de la clase obrera", el cual tras una corta vida de menos de un año se integra en los grises de los que se escindieron para formar el grupo Moros. Recientemente se han fusionado con un grupo de obreros procedentes de las juventudes del PCE y de CCOO” en referencia a su fusión con el grupo M (Boletín de Trabajo 1 septiembre 1972)
[20] Las tareas de los m-l en las organizaciones de masas. Manifiesto 12 Octubre de 1975
[21] Valoración de  las huelgas en Octubre nº 8, marzo 1976. Una visión sustancialmente diferente en Madrid en Huelga Enero 1976 de Víctor Díaz Cardiel y otros Ed Ayuso 1976
[22] Manifiesto 28 marzo 1977
[23] Crítica a las acciones de los GRAPO en Manifiesto 27 febrero 1977 Con anterioridad Octubre cuestionó la práctica de la lucha armada en Terrorismo y marxismo-leninismo en Manifiesto 12 Octubre 1975
[24] La unificación de los  Comités Obreros en Manifiesto 21,  mayo 1976
[25] El programa de lucha y los Comités Obreros Manifiesto 22, junio 1976
[26] Contra la reforma capitalista Manifiesto 21, mayo 1976
[27] Ver denuncia del mismo en Manifiesto nº 25, diciembre de 1976 donde se anuncia unidad de acción con UCL, Liberación e Insurrección
[28] Nuestra posición ante las próximas elecciones, Manifiesto nº 29, mayo 1977 , Nuestra Clase nº 45,  junio 1977 La gran mentira y Balance de la campaña de boicot a las elecciones del 15-6-77 realizada por la coordinadora central de Comités Obreros Con respecto a la posición de la Unión de m-l hacia la Constitución se puede ver  Manifiesto 40, octubre 1978 y Octubre nº 13, diciembre 1978 En la campaña del referedum constitucional de 1978 también hubo unidad de acción aunque con grupos diferentes. “Ante la Constitución burguesa”, comunicado conjunto de Acción Comunista, Colectivo Comunista “La chispa”, Colectivo Comunista Gallo Rojo, Colectivo de Unificación Marxista, Comités Obreros, Movimiento por la Reconstrucción del Partido Comunista, Organización Comunista de España (Bandera Roja), Partido Obrero de Unificación Marxista, Unificación Comunista de España, Unión de Marxistas Leninistas (Nuestra clase nº 60, septiembre, 1978).
[29] Consuelo Láiz La lucha final: los partidos de la izquierda radical durante la transición española Libros de La Catarata Madrid 1995
[30] El Partido Comunista (Unidad Roja) procede de una escisión en Andalucía de la OCE (BR). No existe ningún estudio en profundidad sobre OCE (BR) y menos aún sobre el PC (UR) a pesar de su trascendencia en el ámbito local de Málaga y Almería. Contaba con militantes en varias ciudades andaluzas así como en Murcia. Defenderán aspectos como el carácter socialista de la revolución, una crítica al trabajo en CCOO cuando éstas evolucionan hacia un sindicato economicista. Realizaron un congreso en Málaga en 1976 cuyas resoluciones fueron publicadas en la revista Revolución nº 1 diciembre 1976
[31] IV Congreso de UCCO, Nuestra Clase 76, septiembre 1980
[32] Balance de la lucha contra el liquidacionismo. Conferencia de Madrid marzo 1981                 
[33] El debate con el colectivo La Causa, escindido del PCE(ml) se desarrolló desde finales de 1980 hasta mayo de 1982, poco antes de la autodisolución de UCCO.  Se elaboraron dos documentos: Sobre la construcción del partido de noviembre de 1980 y ¿Qué hacer? De Lenin y la construcción del partido hoy firmado por Sierra, de mayo de 1982
[34]  Las tareas de los comunistas de la UCCO de noviembre de 1982 y Reflexiones ante la situación actual de abril de 1983.
[35] El fin del optimismo histórico. Julio 1983 

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