‘’No existe plena conciencia en España (incluyendo en sus círculos
académicos) de las enormes limitaciones que existen en la diversidad ideológica
de sus mayores medios de información, tanto en medios televisivos y
radiofónicos como en prensa escrita en papel, limitaciones que son mucho más
acentuadas que en la mayoría de países de la Unión Europea de los Quince, el
grupo de países de la UE de semejante desarrollo económico al español. ‘’ Vicenc Navarro.
El párrafo corresponde a un artículo de Vicenc Navarro publicado
en ‘Nueva Tribuna el 6/03/2015. Fundamentalmente el artículo refiere ejemplos
de las recientes negociaciones griego-europeas, cuya conclusión general puede
ser compartida, los medios de
comunicación españoles presentan en general una postura anti Syriza. Ahora
interesa resaltar del artículo la idea manifestada por el autor en su primer
párrafo: No existe plena conciencia en
España (incluyendo en sus círculos académicos) de las enormes limitaciones que
existen en la diversidad ideológica. A lo que añadiría yo, también en los
ámbitos progresistas o de izquierdas.
Lo que Vicenc Navarro destaca como característica de un sector de
la sociedad española, es una particularidad que por desgracia afecta a la
sociedad en su conjunto y se extiende a sectores progresistas o de izquierdas, sean
individuos o grupos, partidistas o no. Somos un país con debates muy limitados,
amantes del reduccionismo dicotómico de blanco o negro, amigo o enemigo, con poca
libertad de expresión en cualquier acera ideológica; dice Navarro, ‘limitaciones que son mucho más acentuadas
que en la mayoría de países de la Unión Europea de los Quince, el grupo de
países de la UE de semejante desarrollo económico al español’.
En las redes y blogs de izquierda, la pertenencia al clan, el
conocimiento y uso de sus códigos de lenguaje y de sus gurús, prefigura la
aceptación inicial de individuos y opiniones que pueden encontrar serias
dificultades para mantener la integridad de su imagen y/o ideas aquellos que se
alejen un poco de las pautas grupales. Nadie de fuera podrá introducir
opiniones contrarias, pero tampoco a nadie de dentro se le permitirá seguir un
debate sin aguantar una lluvia de adjetivos, si pretendiera manifestar
opiniones diferentes a las comúnmente aceptadas por el clan.
En los medios de prensa de izquierda no participa cualquiera, -pocos
como Navarro, que forma parte de la élite, podrían hacerlo en varios medios diferentes-,
cada cabecera nuclea a su grupo y da salida a la corriente defendida por dicho
medio que se encargará de dificultar las opiniones del resto, incluidas las
ideológicamente cercanas, pero no afines, ¡menudos somos de exigentes en la
acera izquierda! La verdad la tenemos cada uno, está en nuestro grupo, y el
resto son los equivocados, para muestra observen las múltiples candidaturas
diferentes en pueblos y ciudades, todas de izquierdas, todas por la unidad,
todas enfrentadas… lo cual tiene su reflejo en los medios de izquierdas que
toman una o dos opciones y machacan al resto.
En las redes sociales y/o en asambleas de barrio cortan y cercenan,
impiden toda posible discusión y argumentación que no esté en los códigos de
ese grupo. Intenten hablar de la deuda y déficit, un problema real que tendrá
que afrontar toda candidatura que se presente en municipio, Comunidad Autónoma
o Estado, y la necesidad de austeridad pública para reducirlo. No podrá empezar
a hablar, porque la receta, el mantra, es defender lo público que por alguna
extraña razón se identifica con gastar más, y no mejor. No le dejarán explicar
que mucho gasto público actualmente es improductivo y solo alimenta a corruptos,
que habría que eliminar empresas que son nidos de amiguetes, y gastos
suntuarios de representación o asesoramiento, etc. ‘los
portavoces de las derechas insultan, interrumpen, gritan y no permiten la
expresión de argumentos contrarios a sus tesis’ dice Navarro, los
portavoces de la derecha, y de la izquierda, añado yo.
Limitaciones en la diversidad ideológica? Intente decir en
ambientes izquierdistas que es profundamente reaccionario que las fuerzas
armadas de un país disparen a los manifestantes; que es una práctica
profundamente fascista constituir grupos armados de civiles para atacar,
secuestrar o matar a los opositores… intente decir que si aquí defendemos la
limitación de mandatos por entenderlo progresista, -entre otras razones para
evitar el clientelismo que alimenta la corrupción- no podemos defender el poder indeterminado e
ilimitado en otros lugares, queriendo encima mantener el carácter progresista a
lo opuesto etc. etc. Si lo prefieren podemos dar una vuelta por los medios
progresistas para ver sus limitaciones a
la diversidad ideológica y comprobar ataques y apoyos a grupos y/o
candidaturas mientras combaten las contrarias del mismo corte ideológico, y por
supuesto todos ellos atacarán a El País, y/o la opción socialdemócrata. –En el
artículo citado del Sr. Navarro salva de forma rara la presencia de Krugman en El País, olvida a Stiglitz, Estefanía, A. Costas…-
Son
tantos ejemplos de rechazos, insultos, descalificaciones, o ataques que leo y
escucho diariamente que prefiero no citarlos, pero cualquiera que viaje por la
red podrá comprobarlos por todas partes. Así la crítica que hace Vicenc Navarro
referida a los grandes medios de prensa nacionales es ampliamente generalizable
a toda España y a nuestro nivel de incultura democrática, de respeto al otro,
siempre en nuestra historia hemos pretendido vencer, derrotar totalmente, no
convencer. En gran medida solo el nombre de quien habla o escribe, es
suficiente para tomar posición, adjetivar, y dar por supuesto que la peña lo entenderá, lo que diga o
escriba, sus ideas que debieran ser lo esencial, darán lo mismo, siguen su
curso sin debatir.
Se
lee o escucha solo lo que diga alguien del propio clan, y se maldice el resto, por
cualquier razón en la que tuvo bastante que ver el azar, primero se elige ser
de uno u otro grupo y posteriormente se toman posiciones que permitan reafirmar
la decisión y justificar la pertenencia al club. Sentirse incluido en el grupo
será la determinante principal para opinar. Así el espíritu crítico irá
desvaneciéndose poco a poco, quedando reducido todo debate por muy complejo que
pudiera ser a un simple posicionamiento en una u otra trinchera.
El problema es que lo anterior no es nuevo, durante el largo antifranquismo
era notorio el desprecio y lucha de unos izquierdosos contra otros, todos
queríamos construir el partido, en torno a nosotros, todos queríamos la unidad,
en torno a nosotros, imposible eso de respetar y compartir la diversidad
ideológica, ese comportamiento no existía entre los rojos. Si uno estudia la
pista a los grupos, círculos y ambientes de izquierdas llegará a sus
legendarias peleas hasta despedazarse durante la Guerra Civil hasta llegar a enfrentamientos
armados. Si estudia el siglo XIX y comienzos del XX comprobará las luchas entre
socialismos distintos, o entre anarquistas y socialistas o comunistas. Así que lleva razón V. Navarro: ‘No existe plena conciencia en España
(incluyendo en sus círculos académicos) de las enormes limitaciones que existen
en la diversidad ideológica. A lo que añadiría yo, sucede, pero en toda la
sociedad, en los ambientes de izquierdas también. El por qué ocurre es otra
discusión.
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